Una vez nada más, pero…

Fue a una boda de un amigo y como pasa en la mayoría de este tipo de fiestas, acabaron todos”ligeramente” borrachos.

Enrique – BENIDORM
Después de leer muchos relatos en la revista, en esta ocasión me he decidido a enviar mi primer relato. Soy Enrique de Benidorm, tengo 30 años y realmente me encanta disfrutar del sexo sin prejuicios y experimentar día a día nuevas sensaciones. Sinceramente no he tenido la suerte que algunos describen, donde viven noches enteras de sexo, eyaculan 4 ó 5 veces en una hora y media disfrutando con dos chicas de “play boy”, pero sí he tenido algunas experiencias interesantes, fuera de lo que se denomina una relación sexual tradicional y que quiero compartir con todos.
Esto pasó hace aproximadamente cuatro años, cuando se casó un amigo mío, como la fiesta era en un pueblecito cercano, fui en el coche Miguel, un amigo común y su Ana. Como en aquel momento no tenía pareja, fui solo a la boda.
El día había sido un poco ajetreado y tenia dolor de cabeza, por lo tanto, cené pero no bebí ni una gota de alcohol. A todo esto, como se imaginarán, todo el mundo se divertía, comía y principalmente bebía.
A eso de las tres de la madrugada el dolor de cabeza desapareció y ahí empezó la fiesta para mí, salí a bailar, y tomé un par de copas de vino.
Casi todo el mundo llevaba unas copitas de más y bailábamos todos mezclados, con máscaras, cotillón, etc. Empecé a bailar con una chica con antifaz, la cual parecía que estaba un poco “alegre” y bailaba frenéticamente. En medio de una canción de salsa, se dio la vuelta y empezó a restregar su culazo con mi polla. No parecía intencionado, pero no pude evitar ponerme caliente. Mi polla se puso tiesa y dura.
Finalmente la música terminó y fuimos a sentarnos, cuando fui a mi mesa, vi que Miguel estaba ya totalmente borracho en la silla, y que a su lado se sentaba la chica del antifaz, y al sacárselo me di cuenta que era Ana, su novia, o sea, que había estado frotando mi polla por el culo de su novia. Ana y yo, hablamos como si no hubiese ocurrido nada.
Al terminar la fiesta, salimos y el coche de Miguel tenía un problema con la batería y no arrancaba, por lo que algunos invitados lo empujaron para que circulara un poco y cargara la batería. Mientras yo me quedé con ella porque la vi que bastante mareada y fuimos a dar una vuelta hasta la esquina, la tuve que abrazar y sostenerla porque se caía, ella me lo agradecía una y otra vez. De pronto por un impulso le agarré la mano y se la puse en mi polla, ella me miró como suplicando y me dijo que aquello no estaba bien.

Debo decir que no sé porque hice eso, solamente fue un impulso sin pensarlo, pues no sólo era la novia de mi amigo a la que trataba como una cualquiera, sino que ni siquiera me gustaba demasiado, pero fue la calentura del momento. Un par de pasos más y me pidió sentarse en un banquito de una plaza que atravesábamos y me dijo que estaba avergonzada de que la viera en ese estado, yo le respondí que no era nada, y como estaba parado a su lado, le acerqué mi bulto a la altura de la boca, y ella se recostó sobre mi pija por sobre el pantalón. De pronto vimos que venía Miguel y le hicimos señas, paró, se bajó y lo vi que en ese estado no podía conducir, y aunque yo había planeado quedarme a dormir en casa de unos amigos que tenía en aquel pueblo, les dije que los llevaba a un hotel y me volvía en taxi.
Una vez en el coche, Miguel se quedó dormido al instante. Ana estaba sentada a mi lado y le dije que si quería podía apoyar su cabeza en mis piernas. De pronto, noté que esta sobándome la polla, la sacó del pantalón y empezó a mamármela.
En el primer hotel que encontramos paré y los acompañe a la recepción. Ana insistió en que me quedara. Entramos en la habitación y acostamos a Miguel, Ana se tumbó a su lado y yo me senté en un sillón. Estaba esperando a que Ana se durmiera para irme.
Me quedé traspuesto, pero me despertaron unos gemidos. El espectáculo era de lo más erótico. Ana le había bajado los pantalones a su novio y le chupaba la polla ansiosamente, con la borrachera que él tenía, su polla no reaccionaba. Estuve observando unos cuantos minutos los esfuerzos de Ana, y en un momento que a Miguel se le produjo una semi-erección, Ana se sacó el vestido y trataba de metérsela en el chocho, parecía desesperada, indudablemente estaba muy caliente.
No aguanté más y me levanté, me desvestí y poniéndome detrás de ella directamente le apunté mi miembro al agujero de su culo que estaba libre, ella se sorprendió y se dio la vuelta. Me echó sin prestarme más atención, desorientado le pedí perdón y me levanté, ella volvió a su novio para seguir, pero vio que ya había perdido la erección, se tiró al costado y abriendo las piernas me dijo,
-Ven y fóllame el coño, ya no aguanto más
Volví sobre mis pasos y me tiré encima metiéndosela de una sola vez hasta el fondo, empezamos a follar como locos, ella gritaba y jadeaba de tal forma, que tuve que taparle la boca para que no despertar a Miguel.

Después nos separamos, la puse sobre la punta de la cama, la coloqué a cuatro patas y se la clavé otra vez en el coño, mientras le daba cachetes en sus hermosas nalgas. Ana procuraba no gritar, pero cuando le llego el orgasmo no pudo evitarlo y rugía de tal forma que Miguel empezó a despertar.
Nos fuimos a toda prisa al cuarto de baño, la hice sentar en el wáter y se la metí en la boca. Me la chupó hasta que le llené la boca de leche. En cuanto me recuperé, me asomé para ver que hacia mi amigo, y vi que seguía durmiendo como un troncó. Me arregle y le di un beso en la boca a Ana. Tenía el sabor de mi corrida.
Miguel nunca se ha enterado de nada y hace un par de años, se casaron. Ana y yo no hemos hablado del tema, pero el otro día me encontré con mi amigo y me dijo que las cosas no iban demasiado bien en su matrimonio. En lo primero que pensé fue que quizás era el momento de hacerme el encontradizo con Ana e intentar follármela otra vez. Veremos qué pasa.
Gracias por leer mi relato. Un beso para todos.