Relato erótico
Un buen inicio de carrera
Era su primer año de universidad y empezó el curso de maravilla. Compartía piso con otros estudiantes, hizo una buena amistad con un compañero y se folló a su novia y a la amiga de su novia. Fue un buen inicio de carrera.
Leo – Barcelona
Principios de septiembre, mi primer año en la universidad, viviría de alquiler en un piso compartido con otros estudiantes en una población cercana a la universidad, ya que mi familia vivía a unas 7 horas en tren. Llevaba dos horas en el tren y ya estaba hasta los mismísimos, decidí ir al vagón-bar, allí había varios jóvenes como yo que iban a la universidad, estuve hablando con ellos e hice amistad con Enrique que había subido unos minutos antes, con la conversación el tiempo parecía pasar más rápido allí mismo en el bar nos comimos un bocadillo, al igual que yo sus clases no comenzaban hasta mediados de septiembre, pero íbamos antes para adaptarnos y ver el ambiente.
Cuando llegamos a nuestro destino, pasadas las 4 de la tarde, nos dirigimos a nuestras residencias, la suya estaba algo más cerca de la estación, lo acompañe a dejar sus cosas y después el me acompaño a dejar las mías, y nos fuimos a dar una vuelta por la población y cenar en un restaurante la localidad.
Durante los siguientes días, Enrique y yo nos convertimos en inseparables; él se fue a casa justo el fin de semana antes de comenzar, pero volvió el domingo por la noche, me dijo que el iría a casa cada dos semanas si no había exámenes. Cuando comenzaron las clases nos vimos menos, algunas tardes y los fines de semana. En octubre en una ocasión que coincidimos me contó que estaba saliendo con una compañera de estudios, cuando tuviera oportunidad me la presentaría.
Esa oportunidad se presento a mediados de noviembre, un grupo de música de su pueblo actuaba en una sala de la localidad el viernes por la noche, él tenía pases VIP. Quedamos el viernes a las diez de la noche en la puerta del local, lo vi llegar y detrás iba ella, cuerpo escultural, pelo teñido de rubio casi blanco, era un monumento. Me la presentó y entramos al concierto.
Durante el concierto estuve observando a Elsa, no solo era una belleza y un cuerpazo, se movía de una forma sensual como una gata, como para ponérsela dura a cualquiera, y lo peor es que ella lo sabía, y lo explotaba.
Enrique por su parte solo hacía que beber. Casi al final del concierto Elsa se puso delante y como había mucha gente se pegó a mí, sentí su trasero en mi paquete, un paquete que crecía por momentos, ella no decía nada, al contrario se pegaba más. Era imposible que no sintiera mi polla creciendo, ¿Por qué no se separaba?, la conclusión era que le gustaba, y si a ella le gustaba quien era yo para no darle el gusto.
Termino el concierto y nos fuimos a un bar de copas donde estaban los músicos pusieron unos aperitivos y unas bebidas, como Enrique, Elsa y yo habíamos cenado antes, solo bebimos, Enrique se excedió y termino como una cuba, a la una de la madrugada entre Elsa y yo lo llevamos a su piso y lo dejamos caer en su cama.
Elsa me dijo que la acompañara a casa, por supuesto, acepté. Sabía que tenía una oportunidad, tenia cierto reparo en traicionar a Enrique, pero como se dice ojos que no ven corazón que no siente, fui hasta su casa por el camino me conto que vivía en una casa para cuatro personas, pero que solo eran dos, cuando llegue comprobé que era una casa grande; ya en la puerta, me quede cortado entre las ganas que tenia de follarme a Elsa y la fidelidad hacia Enrique, me fui a despedir de ella con dos besos y ella me dijo:
-No piensas entrar…
Me lo estaba pensando, pero me arrastro hacia el interior, me cogió de la mano y me llevo a su habitación, entre besos y caricias nos desnudamos, y nos echamos sobre la cama, nuestros cuerpos desnudos se rozaban, mi polla estaba dura y lista para la batalla, ella la entrepierna la tenía ya húmeda; bese, chupe, mordí sus pezones arrancándole gemidos de placer.
Me dijo “quiero comerte la polla”, me deje caer boca arriba, y ella recorrió mi torso con besos y lametones hasta llegar a mi polla, allí se paro, con una mano me la cogió y con la otra presiono la punta, se la metió una y otra vez en la boca mientras con las manos me masturbaba y me acariciaba los testículos. Unos minutos después me dijo:
-Esta noche estaba preparada para hacerlo por primera vez con Enrique.
Me sorprendió y entonces me aclaró que solo se habían dado besos y caricias. Cuando oí esto, me puse todavía más cachondo.
La hice tumbar, acaricie sus pezones, introduje mi polla entre sus piernas y se la metí, las gemidos aumentaron y tras dos orgasmos de ella yo también me corrí. Nos acariciamos, nos besamos y nos quedamos profundamente dormidos.
Oí el timbre, abrí los ojos, la luz del sol entraba por la ventana, debía de ser tarde, a mi lado estaba Elsa desnuda, le acaricie un pezón, ella medio dormida me cogió la polla y acariciándola me dijo si quería volver a empezar y le dije que no tenía ningún inconveniente, pero le recordé que habían llamado a la puerta.
Se levanto rápidamente, y ambos dijimos al unisonó “Enrique”, mientras buscaba dentro del armario una bata me dijo:
-Rápido, coge tu ropa, metete en otra habitación, intentare que se vaya.
No me hice repetir el consejo, cogí la ropa y me metí en la habitación de enfrente, tal y como estaba desnudo. La habitación estaba a oscuras, pero oí que alguien decía:
-¿Quién hay aquí?
Imagine que sería la compañera de Elsa, y le dije que no gritara, que era un amigo. Encendió la luz, comprobé que era también una belleza como Elsa, algo más baja, mas rellenita y con mas pecho, y morena, llevaba un camisón casi trasparente que permitía ver su cuerpo casi desnudo solo con las bragas, aquella visión hizo que mi polla hiciera un homenaje a la bandera, como seguía desnudo se puso tiesa a la vista de ella, me tape con la ropa que llevaba en la mano.
Ella se acercó, sonrió y me preguntó si era el amante de Elsa. Le dije que sí y añadió:
-Ha llegado su novio y te ha pillado o sea que si quieres que no me eche a gritar, déjame que te vea desnudo…
Solté la ropa y cuando vio mi polla completamente tiesa dijo:
-Me vas a follar. Me llamo Inés y quiero disfrutar como ha disfrutado Elsa.
No me lo pensé ni un minuto. Comencé a acariciar sus pechos encima del camisón y con un movimiento rápido se lo quito, me condujo a la cama, nos tumbamos y comenzamos a acariciarnos le quite las bragas y con un dedo primero y con dos después acaricie su clítoris y los labios de su rajita, no tarde mucho en ponerme entre sus piernas, dejándome caer sobre ella, mi polla acaricio su rajita, para terminar entrando, ella tenía la almohada sobre la cara para que amortiguase los gemidos y su grito al llegar al orgasmo, en ese momento se abrió la puerta y apareció Elsa no dijo nada, solo se sentó en una silla y se masturbo viendo como me follaba a Inés. Pero no podía estar solo de espectadora, se acercó a la cama, y mientras yo penetraba a Inés ella le chupaba las tetas.
Inés estaba fuera de sí y más aun cuando se aparto la almohada de la cara y vio que era Elsa quien le estaba chupando el pezón, llegando a alcanzar otro orgasmo mientras yo me corría.
Ya más tranquilos nos sentamos en la cama yo en medio de ambas, y fue Elsa la que dijo:
-Supongo que no os conocéis, Leo, un amigo-amante, Inés mi compañera de piso, y por lo que veo una guarra roba amantes.
Acerqué mis labios a los de Inés y le dije que mucho gusto, ella contesto con un “el gusto es mío”. Nos reímos un buen rato de la “presentación” de Elsa.
Me di una ducha y cuando salía Elsa dijo:
-Esta tarde te ira a buscar Enrique, y os vendréis aquí, yo te presentare a Inés, tendrás que hacer como si fuera la primera vez que os veis, y después…
Efectivamente, aquella tarde, me vino a buscar Enrique y me preguntó que me había parecido Elsa. Le dije que era una chica muy simpática y muy guapa. Entonces me comento:
-Ayer metí la pata emborrachándome, así que hoy tendré que compensarla, se me olvidaba te va a presentar a su compañera de piso, a ver si tenemos suerte y “mojamos” los dos.
Al llegar a casa de Elsa, hizo el teatro y me presento a Inés, salimos a dar una vuelta y a cenar, ya de vuelta a casa de ellas, Elsa iba muy acaramelada con Enrique, mientras que Inés iba de mi brazo.
Elsa se llevó a Enrique a la habitación y Inés se quedó conmigo, seguidamente nos fuimos juntos a la habitación. Allí mientras nos desnudábamos le comenté que Enrique me había dicho que tenía novio. Inés me lo confirmó y dijo que tranquilo, que no volvía hasta la próxima semana. No nos dijimos nada mas, nos tumbamos en la cama y entre caricias y besos, mi mano bajo a su entrepierna y acaricie su vello púbico, para terminar metiéndole un dedo en el chocho. Inés era una chica muy caliente y al momento me pidió que se la metiera. Me la follé como un loco, pero está vez antes de correrme la avisé y dijo que se la metiera en la boca que quería paladear mi leche.
Como habéis visto, tuve unos buenos inicios en la “universidad” del folleteo.
Un beso para todos.