Relato erótico
Menos mal que fui
Estaba en casa y no pensaba salir. Llovía torrencialmente y de pronto le llamaron por teléfono. Era una amiga que le preguntaba si quería ir al cine con ella y una amiga a ver una película japonesa. Insistió tanto que al final fue y no se arrepintió.
Jorge – Madrid
Era un día de esos lluviosos, llovía a cántaros y no se veía un alma en la calle. Yo estaba solo en casa cuando de pronto sonó el teléfono…
-¿Quien es?
– Oye, que soy Marisa, era para ver si te vienes al cine, ponen una película
japonesa muy buena
-¿A qué hora?
-La siguiente sesión empieza a las 6 así que a las 5 en la taquilla.
-De acuerdo, hasta luego.
La verdad es que no me apetecía mucho ir al cine pero no tenía nada mejor que hacer. Me vestí lo más rápido que pude pues era las cuatro y media y el lugar donde habíamos quedado. Salí a toda prisa con el paraguas y llegué al portal unos cinco minutos antes de la hora prevista. No había nadie así que me puse a esperar.
Marisa llegó a los diez minutos con su compañera de piso Alejandra. Fuimos a sacar las entradas que, por cierto, eran muy caras y como quedaba rato para que empezara nos sentamos en un banco a esperar que abrieran las puertas.
Cuando las abrieron entramos para sentarnos y yo me senté entre Marisa y Alejandra. Marisa es morena de piel, sobre 1,70, muy simpática y muy guapa, Alejandra es más baja sobre 1,63, simpática y también muy guapa, en la sala solo había una panda de niñatos con su novias pijas.
Nada más comenzar la película algunos muchachos, los que tenían novia pasaron totalmente de la película y comenzaron a morrearse mientras yo trataba de ver la película.
La verdad es que la película era bastante mala por lo que cuando llevábamos media hora viéndola me puse a hablar con Marisa y con Alejandra. Estuvimos hablando casi toda la película y me lo pase mejor hablando con ellas que mirando a la pantalla. Tras acabar la película nos quedamos dando vueltas por el centro comercial en el que estaba el cine.
Pasamos casi dos horas mirando ropa y cosas así. Yo estaba reventado y me dolían mucho los pies y que no sabía cómo podían aguantar. Ellas me dijeron que era un quejica pero que también tenían ganas de irse así que fuimos a la parada del autobús.
Ya en la parada Marisa me preguntó si me apetecía ir a su casa a cenar. Sus padres no estaban y su hermana se iba de fiesta. Los dos aceptamos al instante y nos fuimos a su casa con la idea de pedir una pizza y comérsela mientras veíamos la tele y pasábamos un buen rato.
Cuando llegó la pizza ya habíamos puesto la mesa y nos estábamos bebiendo unas cervezas. La pusimos sobre la mesa y comenzamos a comer y a beber pasándolo maravillosamente.
Ya habíamos acabado con una bandeja de cervezas, y estábamos tan frescos pasándolo muy bien, me levanté y estuve leyendo varios juegos de mesa cuando uno de ellos me llamó la atención. “ Risk it ” ¿de qué va este juego?
-Es un juego donde tiene que hacer lo que pongan las tarjetas, quien más prueba haga gana. ¡Juguemos!
Vale.
Saqué el juego y Marisa nos explicó cómo se jugaba preparando la partida. Las primeras tarjetas eran muy aburridas ponían cosas como “un turno sin jugar” o “cambia tu posición con el jugador de la derecha” pero luego la cosa cambió a algo más picante al igual que nuestros ánimos que estaban más chispeantes.
La primera tarjeta picante le tocó a Marisa.
“Dale un beso en la boca a la persona del turno anterior” por lo que tenía que darle un beso a Alejandra. Marisa se levantó y pasó por detrás de mi y se puso delante de Alejandra. Ambas riéndose se miraron y Marisa comenzó a besar a Alejandra, fue únicamente un instante y no hubo lengua. Por culpa de este beso se dictó que la próxima durara un minuto por beso.
– ¿Te ha gustado el espectáculo? -Me dijo Marisa.
Alejandra se limpiaba la saliva de sus labios y yo tomaba una tarjeta.
“Muestra cómo haces un oral a los demás jugadores “
Ambas amigas se rieron y Alejandra me dio los dados para escenificar la comida de coño. Cogí los dados y los puse en la palma de mis manos y con la punta de mi lengua hice como si comiera un coñito. Las dos se miraban y se reían con el espectáculo que les estaba brindando a las dos.
-Tu turno – le dije a Alejandra.
Ella tomó una carta del mazo que ponía “Besa a todos los jugadores donde ellos te digan “
-¿Dónde quieres que te de él beso? -dijo Alejandra.
-Uuummmmmm -dije.
-Tiene que durar un minuto, ¿Dónde quieres que te lo dé? Decídete, que no tenemos toda la noche -dijo Marisa
-En la oreja.- dije
Alejandra se levantó y empezó a besar mi oreja con la punta de su lengua, me estaba erizando los pelos del cuerpo. Una vez terminada su prueba conmigo fue a la vera de Marisa.
-¿Dónde quieres tú? -Dijo Alejandra.
-Aquí -dijo Marisa bajándose el top y enseñándonos los pechos.
Alejandra se agachó y comenzó a chupar los pechos de Marisa, yo estaba flipando. Sé que estábamos todos algo ebrios pero en nuestros cabales.
-Siiii, que bien los haces putita mía -dijo Marisa a Alejandra.
Cuando terminó de besarle los pechos, Alejandra le dio un pico a Marisa en la boca de propina.
Era el turno de Marisa y su carta decía. “Dale un beso a una persona del mismo sexo o sino a quien elijas“
Marisa se subió a la mesa y comenzó a besar a Alejandra en la boca en un beso ardiente, mi polla estaba dura como una piedra, viendo a las dos amigas.
Me tocó a mí tomar una carta.
“Suerte, elige qué jugador que tiene que hacer lo que tú quieras “
-¡Qué suerte!
-Elijo a Alejandra. Ella se levantó
-¿Qué tengo que hacer?
-Darme un beso.
-¿Donde? -dijo ella mirando a Marisa.
-En el cuello.
Alejandra obedeció y comenzó a besar mi cuello con sus hábiles labios, ante la mirada y las risas de Marisa, luego Alejandra pasó de mi cuello a mi boca besándonos lengua con lengua.
-Vamos que ya ha pasado más de un minuto. -Decía Marisa mientras que Alejandra y yo nos seguíamos besando.
Alejandra terminó su prueba y volvió a su sitio, Marisa se apoyó en la mesa y con su mano comprobó lo evidente, que mi polla estaba llena de sangre, totalmente dura.
Era el turno de Alejandra “Toca la parte de abajo a tus compañeros”
Alejandra se levantó y me abrió la cremallera y comenzó a tocarme la polla, y moverla de arriba a abajo, luego se fue junto a Marisa y le subió la falda y meterle la mano dentro de sus bragas y comenzó a hacerle un dedo.
-¿Te gusta lo que ves? -me dijo Alejandra.
-Seguro que se está poniendo cachondo el muy guarro.
-Ummm, disfruta con lo que estás viendo.
Terminada la prueba Alejandra se puso a mis espaldas y Marisa comenzó a besarme mientras que sus manos tocaban mi polla, Alejandra que se había quedado detrás de mi me acariciaba los hombros.
-Y si nos vamos a un lugar más cómodo -dijo Marisa mirándome a mí y a
Alejandra- Nos levantamos y fuimos a la habitación de los padres de Marisa.
Nada más llegar a la habitación las dos chicas se sentaron en la cama y yo me puse en el lado de la cama, se abalanzaron sobre mí para quitarme la ropa. Marisa me quitó el jersey y la camisa mientras que Alejandra me quitaba el cinturón el pantalón y por el último los calzoncillos.
Una vez desnudo, se quitó el top y se quedó en bragas, mientras que yo besaba a Alejandra tocando sus pechos con una mano y su coñito por encima de su bragas blancas y ya algo húmedas.
Marisa llamó mi atención cuando cogió mi polla con la mano e hizo que dejara de besar y tocar a Alejandra y me diera un morreo con ella.
Alejandra se estaba poniendo a tono como nosotros quitándose su ropa y quedándose en bragas como su amiga. Una vez los tres ligeros de ropas Marisa comenzó a besar a mi polla y me hizo una mamada de locura, mientras que mi boca se estaba ocupando de la lengua de Alejandra y mis manos tocaban sus pechos, sus suaves pechos.
Más tarde mis manos se trasladaron una a los pechos de Marisa y otra junto con mi boca a los pechos de Alejandra, Alejandra también trasladó sus manos a los pechos de Marisa, ahora nuestra anfitriona gozaba de las caricias en sus pechos de sus invitados.
Marisa se incorporó y comenzó a besarme momento que aprovechó Alejandra para tumbarse en la cama y hacerse cargo de mi polla. Mis manos se pusieron en el trasero de Marisa y fueron bajando poco a poco las bragas de esa hasta dejar al descubierto el culo de Marisa y su coñito al el cual le fui metiendo varios dedos.
Marisa al poco también bajo a comerme la polla junto a su amiga. La imagen de las dos chicas comiéndome la polla era lujuriosa.
-¿Te gusta lo que ves? – me dijo Marisa.
-Si, mucho.
-¿Por qué no te tumbas y nos metes esa polla en nuestros coñitos? -dijo Alejandra mirándome.
Me tumbé en la cama y Marisa fue la primera en subirse a mi polla. Puse mis manos en el culo de Marisa acompañado su movimiento de pelvis. Al poco Alejandra se desprendió de sus bragas, a petición mía se posó encima de mi cara para comerle el coño.
Ambas amigas retozaban sobre mi cuerpo, una por mi polla y la otra por mi lengua, mientras ellas se acariciaban y se besaban.
Al poco tiempo Marisa tuvo un orgasmo y dejó su sitio a Alejandra para que ella también disfrutara de mi polla en su coñito, mientras que ella se puso a mi lado y cogiéndome la mano, para que no cogiera su pecho, jugaba a bajar y a subir su pechos sobre mi boca, cuando podía besar una teta la intentaba retener en mi boca a duras penas por que su dueña me la quitaba de la boca al momento. Alejandra botaba sobre mi polla como una amazona salvaje llegando le a ella también un gran orgasmo que hizo que dejara mi polla y se tumbara en la cama de los padres de Marisa.
Me levanté y me puse encima de Marisa y comencé a meterle mi polla más adentro mientras que con una mano excitaba sus pechos y con la otra tocaba el coño de Alejandra, al poco cambie y fue el coño de Alejandra el cual llenaba con mi polla y eran mis dedos los que excitaban el coño de Marisa.
Estuvimos largo rato cambiando el coño que penetraba hasta que finalmente Alejandra con la ayuda de mi polla volvió a estallar en un orgasmo entonces me concentré únicamente en Marisa la cual terminó corriéndose en un orgasmos junto a mí. De mi polla que saqué del coño de Marisa salían barras liquidas de semen blanco que caían por todos lados, encima de Marisa, de Alejandra, sobre la sábana, sobre la colcha, al suelo, tras ese explosión me tumbe en medio de las chicas las cuales me rodearon con sus brazos al igual que yo a ellas, dándonos unos besos nos quedamos dormidos.
Antes que amaneciera me marché de la casa de los padres de Marisa no sin antes hacer una foto con mi móvil de la dos amigas desnudas en la cama, nunca volví a estar con ellas, al poco tiempo Alejandra se echó novio y Marisa volvió con el pringado de su ex, a veces miro la foto y recuerdo mi primer trío.
Un saludo.