Relato erótico
Mejor con experiencia
Estaba de fiesta con sus amigos y se dio cuenta que una chica no le sacaba los ojos de encima. Estaba más que buena, y según sus amigos era una gran folladora. La noche fue de locura.
Alex – Madrid
Transcurría la noche y Lorena no dejaba de mirarme, es una de esas tías que están buenas por las cuatro costados, pero también tiene fama de facilona, se puede decir que Lorena es de carne muy, muy débil. Según ella, lo hace para buscar a su chico ideal. Pues bien, yo aun no había pasado por las manos de Lorena, o ella por las mías, en cambio si había pasado por mi amigo Antonio, y los dos amigos más con los estábamos, así que como decía Antonio, o ya había elegido a uno de los tres, o esa noche me tocaba a mi, cosa que me ponía algo nervioso y a la vez angustiado, porque la tía ya había pasado por casi todos y me daba cierta cosa. Antonio me decía que no pasaba nada, que hay tíos igual y a las tías les da igual, por ejemplo yo también había estado con varias antes.
Lorena bailaba y bailaba sin dejar de mirarnos, hasta que Antonio se dirigió a ella por si quería algo, después volvió el amigo y dijo que lo acompañara fuera de la discoteca y allí me dijo que Lorena le había preguntado por mí, y que si yo tenia pareja esa noche . Antonio le dijo que yo no tenía pareja así que él me animó a que me fuese con ella y pasara una buena noche, que sería una noche de sexo y ya está, una noche para darle alegría al cuerpo.
Llegaron las cuatro de la madrugada y Lorena apenas podía tenerse en pie de lo que había bebido. Antonio tampoco iba muy bien, así que cogí yo el coche de Antonio y los metí a los dos, llevando a Antonio a su casa, y pidiéndole el coche para ir al piso de Lorena, que era estudiante. Tenía un piso alquilado y vivía con dos chicas más, aunque, esa noche estaban en su pueblos respectivos, por lo que el piso estaba vacío.
Llegamos al piso, como pude llevé a Lorena en pie al portal y abrí la puerta. Vivía en el tercero y me costó gran trabajo subir las escaleras, pues el ascensor estaba averiado por una reciente inocentada, según dijo Lorena con palabras de borracha. Entramos en el piso y la llevé a su cuarto, allí me quede mirándola y pensando que a ver como iba yo a meter mano a esa borracha. Ella estaba echada en su cama, y empezó a decirme que fuese hacía ella y que estaba deseando follar.
Me desnudé y me quedé en calzoncillos y camiseta, y empecé a quitarle la ropa, hasta que la dejé completamente desnuda. Ella estaba ya boca arriba, con las piernas completamente abiertas y diciéndome que estaba deseando que su chocho probase mi polla. Yo me puse sobre ella y empecé a morrearla. Después me trabajé sus pezones y vi que estaba que no podía más y que necesitaba ya la ración de polla. Yo quise excitarla al máximo, por lo que aún aguanté antes de follarla, y empecé a sobarle, lamerle y comerle todo el cuerpo, exceptuando su chocho. Luego le di la vuelta y la puse boca abajo. Entonces ella repetía constantemente:
– ¡Por el culo no, por el culo no!
Yo le decía que no, que no era mi intención, y la verdad es que no lo era. Le mordía el cuello y le sobaba las ricas nalgas de su culo buenísimo y ella siempre diciendo:
– Por el culo no, por favor…
Así estuve sobando hasta que bajé hasta su culo para besar ese monumento y entonces ella dijo de nuevo:
– No cariño, por el culo no.
Yo ya me estaba hartando de tanta misma frase y le pregunté que pasaba con tanto decir eso, ella respondía como pudo, pues su borrachera era de premio:
– Sé que me la quieres meter por ahí, pero por favor no.
Yo le dije que no, que no quería hacer eso y seguí mordiéndole el culo. Pero entonces me picó la curiosidad y decidí observarle el ojote del culo a ver si tenía algo o lo que sea y que por eso no quería por ahí. Así que le separé las nalgas y empecé a investigárselo. Una vez más ella, llevándose una mano para tapárselo, me dijo:
– No, por ahí no, por favor.
Le miré el ano, y observé que tiene algo untado en él, como una crema transparente y que lo tenía como escocido y el interior todo rojo e irritado. Entonces yo pensé que a la tía se la habían follado por el culo en la disco y le dije lo que había visto y pregunté que es lo que pasaba con su culo, preguntándole si había estado follando con otro antes. Ella respondió más o menos:
– No me la metas por el culo por favor, nadie me lo ha hecho por ahí nunca, la crema esa es porque me corté mientras me depilaba, por eso está irritado…
Yo le volví a mirar el ano, pero no había huellas de corte ni de haberse depilado, pero pasé del tema y me puse ya manos a la obra.
Le di la vuelta, me desnudé y después de una larga mamada sin eyacular aunque es preciso decir que la tía la mama de puta madre, seguramente por la experiencia, empecé a follármela por el coño con condón, por supuesto. Ella gritaba, gemía y parecía que le gustaba. Al ratos se la saqué, con la intención de ponerla a cuatro patas y cuando la puse en posición de perra e iba a clavársela por el coño, me di cuenta que por su ano salía una gota blanquecina. Me detuve, le volví a separar las nalgas y con el dedo índice de cada mano empecé a abrirle el ano. Cual fue mi sorpresa que se le abrió con facilidad y se le quedó un hueco rosáceo y en su interior un charquito de algo blanco. Ella volvió a decir lo de siempre:
– Por el culo no, que soy virgen.
Yo seguí en mi afán y le metí la punta de los dos dedos de cada mano para abrírselo más y ver que era eso. El ano cedió ante mis dedos, abriéndose más y salió al exterior y chorreando por sus nalgas y chocho, abundante líquido blanco.
Era evidente que le habían dado por el culo hacia poco rato.
Esto me animó y sin decir nada, se la metí en el culo hasta el fondo. Mi polla no es precisamente pequeña y Lorena no paraba de gritar pero, poco a poco, gemía de placer.
Cuando estaba casi para correrme se la saque, me quité el condón, le di la vuelta y se la metí en la boca. Empezó a mamarla con tal arte que no tarde nada en llenarle la boca de leche, que la muy golfa se tragó hasta la última gota.
Nos quedamos completamente agotados y tumbados en la cama. Lorena se fue espabilando poco a poco y me dijo que si quería podíamos darnos un baño. Me pareció buena idea.
El baño la despejó del todo, no secamos y nos acostamos. Nos quedamos completamente dormidos hasta media mañana, pero en cuanto nos despertamos tuvimos una sesión de sexo intensa y muy placentera. Lo de la noche fue sexo guarro, pero el de la mañana, fue una clase magistral.
No he vuelto a ver a Lorena y tengo entendido que se fue de la ciudad, es una pena porque era una gran follamiga.
Un saludo para todos.