Relato erótico

La reina de la fiesta

Charo
11 de abril del 2018

La última vez que la había visto fue en la fiesta de graduación, o sea cinco años antes. Su recuerdo estaba vivo. Cuando la vio en la cola de bus, se le paró el corazón. Se saludaron, hablaron y fueron a tomar un café.

Andrés – Valencia
Querida Charo, habían pasado unos 5 años desde que perdí la pista de aquella mujer, desde que estudiábamos la misma carrera de la universidad. De la misma edad que yo, 29 años, siempre la tuve en el recuerdo. Con su estilo de secretaría eficiente y eficaz, mordisqueando su bolígrafo y con su colección de cuadernos, apuntes y libros de la biblioteca. Una chica normal pero que, en la fiesta de licenciatura, nos dejó otra imagen bien diferente.
Como dije, habían pasado 5 años. Era agosto y éramos cuatro gatos los que estábamos en la ciudad trabajando mientras el resto de humanidad estaría descansando en las playas y pueblos de veraneo. Estaba en la parada del autobús que normalmente tomaba para volver del trabajo en el centro de la ciudad, levanté la mirada del periódico de negocios y de repente ella estaba justo delante de mí, en la misma cola. Quizás debería saludarla me dije y toqué suavemente su hombro. Se volvió y me reconoció, lo cual me pareció ya un punto a mi favor. Tras saludarnos en la parada y tras las mentiras de cortesía, ¿que tal? ¡Cuanto tiempo! Muy bien ¿y tu? Mejor… resultó que ella iba a pasar por casa de una amiga que vivía muy cerquita de la mía.
Durante el viaje nos contamos nuestros logros profesionales mientras la iba repasando con la mirada dándome cuenta de lo guapa que estaba: ojos marrones claros, unos labios carnosos y el mismo recogido de la noche de la graduación. Llevaba unos pantalones piratas y una camiseta de tirantes finos dejándome, desde mi 1,90, un buen balcón para su 1,60 de estatura. No estaba muy morena pues, según me dijo, trabajaba todo el verano y no tenía tiempo para tomar el sol, pero se intuía una piel suave, así como unos pezones que debido, me imaginé por el aire acondicionado del autobús, resaltaban descaradamente en la camiseta. Al llegar a nuestra parada y antes de despedirnos, la invité a tomar algo y ella aceptó. Empezamos a andar en busca de una terracitas y la verdad es que todas estaban medio vacías, pero eran tantas las cosas que nos íbamos contando que llegamos hasta mi barrio inconscientemente, andando poco a poco. Entonces pensé que tenía que jugar fuerte…
– ¿Te parece si el café o lo que quieras, lo tomamos en mi casa? Mis padres me han dejado de Rodríguez y estoy haciendo un cursillo acelerado de chef y barman, todo en uno… – le dije.
– Mejor que café, me quedo con lo de lo que quiera – contestó dedicándome una sonrisita.
Premio, me dije. Subimos en el ascensor sin decir nada pero al entrar en casa y cerrar la puerta, se volvió y me dijo:
– ¿Tienes calor?
Yo estaba con un calentón terrible y no solo por la temperatura.
– Sí – dije y dando un paso adelante puse mis manos en sus caderas – Me estoy asando – y me lancé a besarla.
– Trae unos hielos entonces – se escabulló ella rápidamente.

Fui corriendo a la nevera, allí estaban los cubitos listos para derretirse, pero al darme la vuelta quien se derritió fui yo, no sé como estaba ella detrás de mí, completamente desnuda.
– Vaya, vas a coger un resfriado – le dije titubeando.
Lo que cogió fue un hielo de mi mano, se lo llevó a la boca y lo empezó a chupar mirándome con ojitos medio cerrados, y yo no pude más. Esta vez sí que no se pudo escapar y nos empezamos a besar y tocarnos mientras el hielo caía al suelo. Su piel, estaba calientísima y suave, mientras me iba desnudando como podía sin dejar de tocarla, besarla, chuparla, morderla y con una erección de campeonato. Luego la llevé a mi cuarto y allí comenzó el festival realmente. Mientras nos besábamos, ella agarró mi polla y la empezó a agitar suavemente. Agarré uno de sus pechos, pellizcando sus pequeños pezones rosas y tocaba su chocho con la otra mano. No iba depilada pero notaba su humedad.
Poco a poco fuimos incrementando el ritmo y yo notaba que me iba a correr y no era plan de desperdiciar la primera carga, así que me retiré y mordisqueando sus tetas, por cierto muy grandes, pero bien tiesas, una talla 100 o algo así, fui bajando hasta su entrepierna donde ya la fiesta había comenzado. Chupaba, mordía sus labios, los separaba con mis dedos acariciando el clítoris y de vez en cuando levantaba la cabeza para ver su cara. Se mordía la lengua, cerraba los ojos y jadeaba mientras se tocaba las tetas. Entonces empecé a meterle un dedo en el coño, pero ella me hizo sacarlo diciéndome:
– Sigue comiendo, que tienes que crecer.
– Muy bien, pero creo que desde el mediodía tú tampoco has probado bocado – le dije y me tumbé a su lado.
Ella lo entendió a la primera, se sentó sobre mi cabeza y se fue directa a buscar mi polla. Estuvimos un buen rato en un 69 perfecto, pero la excitación hizo que no pudiera aguantar mucho más y gemí diciéndole:
– ¡Me corro… aparta…!
Ella se apartó de mi y dejó que soltara un largo” lecherazo” que manchó las sábanas, mis piernas y todo lo que pilló por delante.
– ¡Cómo me he puesto! si quieres podríamos ir los dos a darnos una ducha.
Antes de acabar la frase se levantó y fue corriendo al baño. El agua caía y nosotros seguimos a lo nuestro, besos, caricias y mi entrepierna volvía a sentirse viva, entonces le hice dar la vuelta y apoyar las manos en la pared mientras ponía yo las mías en sus pechos mojados y acercaba mi polla a sus caderas.
– Espera – me dijo- vayamos a la habitación.
Así lo hicimos y estábamos acariciándonos y besándonos, cuando de repente me cogió la polla y se la puso en la entrada del coño.
– Empuja – me susurró.
Yo, que soy muy obediente, le metí un estacazo hasta el fondo. Era la gloria, estaba súper mojada y me la follé hasta que reventó en un bestial orgasmo. Al reponerse, se sentó sobre mi vientre y suavemente se deslizó hasta empezar a frotarse con mi polla, que pese a todo seguía como una estaca.

En menos de un tris, se la metió hasta el fondo y ahí comenzó la segunda mayor carrera hacia el orgasmo que jamás haya tenido. La agarraba por las caderas y ella subía y bajaba sobre mi dura polla. Estaba mojada y no paraba de gemir, me ponía a mil y aunque me había corrido no hacía ni 20 minutos, ya estaba casi en mi límite, pero fue ella la que llegó antes y esta vez seguía cabalgándome. Su cara cambiaba de expresión, cerraba los ojos y echaba la cabeza hacia atrás, se cogió los pechos con las manos y lanzó un grito mientras dejaba caer todo su peso sobre mi polla. Juro que creí que me la doblaba.
Con un movimiento rápido giramos sobre nosotros mismos y me encontré sobre ella, que me miró como una chica muy mala y como yo sabía lo que tenía que hacer, empecé a penetrarla con fuerza mientras ella no paraba de jadear. El chapoteo de sus jugos y mi excitación retumbaba en la habitación. Meter, sacar, meter y sacar… ella levantó las piernas rodeándome como un cangrejo mientras agarraba el cabezal de la cama y me decía:
– ¡Más, más, más fuerte, quiero sentirte más adentro… me voy a correr otra vez seguida… sigue…!
Yo estaba que no podía y sacaba de donde no había para seguir bombeando hasta que noté entonces la eyaculación muy cerca y cuando la iba a sacar, ella se dio cuenta, me agarró con fuerza el culo y me empujó contra sí otra vez.
– Tomo la píldora, no te preocupes… – me dijo.
En ese momento cerré los ojos y descargué mi leche en ella sin dejar de moverme en su interior y al sacar mi polla mojada de jugos y quedarme encima de ella, me empujó la cabeza hacia abajo, chupé sus tetas, bajé hasta su vientre y la comencé a relamer todos sus pliegues y justo al empezar a ayudarme con mi mano, noté que se arqueaba, me cogía la cabeza y la apretaba contra su entrepierna.

Así tuvo su segundo orgasmo, más intenso que el de cinco minutos antes. Me incorporé, nos miramos empapados de sudor y jugos.
– Quizás unos hielos nos vendrían bien ahora, yo sigo teniendo calor – fueron sus palabras.
– Te quiero – fueron las mías.
Besos, querida amiga.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies.

Aceptar

ACEPTAR
Aviso de cookies


"relatos erticos gratis""relatos tetonas españa""sexo guarro""alexis texas culo""relatos p""relatos eroticos clima""relatos roticos""relato clima""revista clima fotos""historias eróticas""revista lib""relstos porno""relatos bisex""porn gif trio""relatos lib""relato anal"www.revistaclima.com"leer porno""revista clima.com""rekatos eroticos""porno para mujer""revista clima fotos"revistaclima"tetona mamona"www.revistaclima.com"comida culo""relatos eroticos voyeur""historias xxx""fotos revista clima""revistaclima com""porno bisex""sexo en grupo""cuentos pornos""revistas pornos""clima revista x""relatos porno eroticos""relatos eroticos reales""fotos revista clima""relatos eroticos madura""revist clima""videos porno sumision""relatos eroticos sumision""relatos erotocos""todo re latos""relatos pornograficos""revista clima fotos""relatos charo medina""vestida para follar""revista clima relatos""franceska james"supertetas"relatos eroticos lesbianas""contactos clima""relatos erocticos""relatos infieles""relatos de sumisas""sara may anal""charo medina relatos""relatos picantes""porno para adultos"www.revistaclima.com"anuncio sex coruña""relatos charo medina""cuernos consentidos"www.revistaclima.com"contactos amateur""relato clima""follando en una silla""fotos revista clima""relatos heroticos gratis"relatos.porno"relatos droticos""relatos x gratis""relsto erotico""porno para mujeres heterosexuales""porno erotico""fotos revista clima""relatos caseros"revistaclima.com"ver revista clima""relatos eroticos con maduras""relatos eroticos revista clima""revista clima com""contactos parejas liberales""choni anal""vaya tetas""intercambio de parejas maduras""sexo guarro""maduras bisex""relatos eroticos revista clima""revista clima..com""porno erotico español""relatos xx""sexso brutal""relatos pornográficos""relatos eros""relatos eróticos gratis""relatps porno""relatos cuernos"