Relato erótico
Gratificante sorpresa
Por motivos de trabajo fue a visitar al gerente de una empresa para ofrecer los servicios de su empresa de publicidad. Le dijeron que el gerente no estaba pero, que le recibiría otra persona. Cuando lo vio se quedó sin palabras y no se quedó aquí la sorpresa.
Rocío – CÁDIZ
Me llamo Rocío, tengo 29 años, mido 1,70, mis medidas son 100- 62-92, trabajo en una agencia de publicidad y todo empezó cuando fui a una empresa para ofrecer los servicios de la agencia, tenía una cita pero la persona que fui a ver tenía un problema y debió salir, aunque me iba a atender su hijo, que era el gerente.
Al decirme la secretaría el nombre me quedé un poco sorprendida, ya que era el de un antiguo novio que yo había tenido hace unos años, pero tal vez solo era casualidad. Esperé unos minutos y al hacerme pasar, ambos nos sorprendimos y al mismo tiempo nos alegramos mucho.
Efectivamente él era Iván, mi antiguo novio y estaba tan atractivo como siempre, alto, atlético, con sus ojos verdes claros, pero algo más maduro, cosa que le favorecía. No estuvimos mucho juntos, como unos seis meses, y yo tenía 19 años y él 22, fue una relación corta pero intensa y ambos teníamos un muy buen recuerdo de ella.
Al verme no dejó de decirme lo guapa que estaba y que era muy feliz por el reencuentro, charlamos un poco de nosotros, contándonos lo que habíamos hecho estos últimos años, hablamos un poco de trabajo, pero ninguno de los dos parecía muy interesado en eso, ambos queríamos saber del otro. Entonces me invitó a almorzar, y la verdad que tenía poco tiempo ya que debía visitar otros clientes, pero no pude negarme, llamé a mi jefa y le expliqué que debía retrasarme.
Salimos de su oficina y fuimos en su coche, pero en el camino, los dos decidimos que no teníamos hambre, que deseábamos no perder tiempo en comer, así que nos fuimos directo a un hotel. Ambos sentimos la necesidad de recordar viejos tiempos, que habían sido muy buenos. Al llegar a la habitación nos besamos y nos empezamos a desnudar, me tiró sobre la cama, comenzó a besar mis piernas, mis muslos y luego fue levantando mi falda, hasta dejarla sobre mi cintura. Su boca subió hasta mi pubis sobre mi tanga, notando como empezaba a humedecerse.
Siguió besándome, me quitó la falda, subió por mi vientre y levantando mi blusa, llegó hasta mis pechos cubierto por el sujetador, sacó del todo mi blusa, sus besos recorrían mis pechos, subió por mis hombros y llegó a mi boca, besándome con pasión, nuestras lenguas se entrecruzaron, volvió a bajar por mis pechos y bajó mi sujetador liberando mis mamas comenzando a lamerlas, chupando mis pezones, ya muy duros y erectos, al tiempo que podía sentir su verga, dura ya, apretada contra mi pierna.
Seguía comiendo mis grandes tetas, yo acariciaba su cabeza mientras se hundía entre ellas.
Volvió a bajar por mi vientre, lamió mi ombligo y llegó a mi sexo ya húmedo, lo besó y recorrió con su boca sobre mi tanga ya mojado, lo cogió con sus dedos y fue quitándomelo despacio, deslizándolo por mis piernas, luego volvió a subir besándome y lamiéndome hasta colocar su boca sobre mi coño mojado. Su lengua empezó a recorrer mis labios vaginales, de arriba a abajo, hasta que sentí como se hundía en mi interior, mis jugos corrían por su boca, cogió mi clítoris entre sus labios y lo chupó fuerte, mordiéndolo suavemente, dándome mucho placer.
Entonces le pedí que se levantara y se quedó junto a la cama, me senté en el borde y comencé a desabrochar su pantalón, mientras él se quitaba la camisa al tiempo que bajaba sus pantalones. Su polla bien dura ya se notaba bajo su slip y comencé a besarla por encima, se veía bien grande como yo la recordaba, tomé su slip entre mis dientes y empecé a bajárselo despacio, hasta que su verga grande y dura empezó a asomar y finalmente saltó dura, golpeando mi cara.
La cogí en mi mano y empecé a pajearla despacio, la lamí con mi lengua en círculos sobre su cabeza roja e hinchada, tenía una verga grande como de 20 cm, gruesa y venosa, que se puso muy dura en mi mano, luego la metí en mi boca y la chupé despacio, apretada en mis labios, cada vez más profunda. Su verga llenaba mi boca pero la fui tragando cada vez más fuerte y profundo, hasta tenerla toda en mi boca, llegándome a la garganta. Iván gemía de placer, con toda su verga en mi boca y empecé a chupársela con fuerza, metiéndola y sacándola toda de mi boca, tragándomela entera hasta que Iván me detuvo, porque estaba por correrse y no quería hacerlo aún.
Los dos desnudos por completo, nos acostamos en la cama, él sobre mí, pasó su verga por mi coño mojado, refregándola y luego penetrándome fuerte, profundo ya que mi chocho la dejó deslizar hasta el fondo y me empezó a embestir fuerte. Yo me movía en círculos clavada en su verga y él me follaba fuerte y duro. Ambos estábamos muy excitados, así que pronto los dos juntos alcanzamos un orgasmo intenso, su leche inundó mí coño y mis jugos corrían por su verga y mis piernas. A pesar del orgasmo su verga no perdió toda su dureza, entonces nos giramos y quedé sobre él, me deslicé besándolo hasta llegar a su verga y me la comí toda de un bocado, metiéndola hasta mi garganta hasta que se puso muy dura de nuevo, entonces me monté sobre él, clavándome toda en su verga y cabalgándolo fuerte. Mi coño ardiente apretaba su verga subiendo y bajando por ella, y así lo seguí montando hasta alcanzar juntos otra vez un nuevo orgasmo.
Como debíamos volver a trabajar, solo nos duchamos y volvimos a su oficina para terminar algunos detalles y después de quedar en vernos el viernes por la noche, volví a mi oficina. El viernes por la noche me pasó a buscar, me puse un vestido negro corto, ajustado, escotado que dejaba notar el nacimiento de mis grandes pechos, ya que no llevaba sujetador y debajo un tanga muy pequeño.
Fuimos a cenar y luego a bailar un rato, ambos ya estábamos bastante excitados, así que nos fuimos a un apartamento de Iván, que según me contó, utilizaban con su padre cuando viajaban, ya que se encuentra a unas pocas manzanas del aparcamiento del aeropuerto. Le pregunté sí su padre no vendría, y me contestó que esa noche salía de viaje así que no había problema.
Ambos, muy excitados, empezamos a besarnos y acariciarnos, sentados en un sillón. Iván bajó mi vestido y liberó mis grandes pechos, comenzando a besarlos y chuparlos, mis pezones estaba duros y erectos, él los lamía y chupaba apretados en sus labios, pronto nos desnudamos ambos completamente, me recosté de espaldas en el sillón y Iván hundió su boca en mi coño ya mojado, sintiendo su lengua penetrarme y su boca recorrerme entera de arriba a abajo, hasta mi culo, lamiéndome y comiéndome toda por lo que no tardé en alcanzar un orgasmo que él bebió por completo.
Entonces se sentó y yo arrodillándome sobre el sillón, me agaché sobre sus piernas y comencé a comerme su verga que ya estaba muy grande y dura, la recorrí entera de arriba abajo, lamiéndola toda hasta sus huevos, la metí en mi boca mojándola bien, dejándola deslizarse hasta mi garganta. Me la tragué toda, entera llenando mi boca, la chupaba fuerte, subiendo y bajando recorriendo todo el largo de su verga, acariciando sus huevos y me la tragaba toda. Se la chupaba fuerte y profundo, la sentía latir en mi boca y comenzó a hincharse. Iván gemía de placer por la mamada que recibía, hasta que note llegar su orgasmo y entonces dejé deslizar su verga entera en mi boca y él se corrió. Los primeros chorros de leche caliente cayeron directo en mi garganta mientras yo succionaba su verga que escupía abundante leche y la seguía tragando, pero algo desbordó de mi boca cayendo por mis labios.
Pero a pesar de la corrida, su verga seguía dura y con mi boca la endurecí por completo dejándola lista para la acción de nuevo, entonces Iván se levantó y me puso a cuatro patas sobre el sillón y él de pié detrás de mí, pasó su verga caliente sobre mi coño refregándola por mis nalgas, hasta que apuntó sobre mi sexo y me penetró lento pero profundo, despacio su verga se fue deslizando hasta que sus huevos golpearon mis nalgas, clavándose entera en mi coño y comenzó a embestirme, entrando y saliendo de mi, despacio primero pero luego acelerando sus movimientos, alternándolos entre lento y rápido, entre suave y fuerte, así me llevó a un nuevo orgasmo intenso que llenó de jugos su verga.
Me seguía follando mientras prolongaba mi orgasmo, hasta que sacó su verga de mi coño y la paseó entre mis nalgas mojando el agujerito de mi culo, la apoyó sobre él y empujó despacio.
Mi culo se abrió ante el paso de su verga, que lenta pero sin detenerse, fue penetrándome profundo, hasta quedar toda metida en mi culo y sus huevos golpeando mis nalgas. La dejó allí un momento hasta que mi culo se adaptó bien a su verga y empezó con sus embestidas, entrando y saliendo de mi ano, despacio, pero profundo, entrando y saliendo por completo para volver a penetrarme toda. Estábamos así muy excitados y follando duro, que casi no notamos el ruido de la puerta y al darnos cuenta ambos vimos al padre de Iván parado frente a nosotros.
Fue una situación un poco vergonzosa para todos, el padre no sabía como disculparse y nosotros estábamos muy excitados como para detenernos, pero nos quedamos quietos un momento, aunque yo estaba clavada en su polla, el padre nos pidió disculpas, pero Iván le preguntó que había pasado que regresaba y nos dijo que su vuelo se había cancelado, y entonces que dijo que se marchaba, pero entonces le dije a Iván que no me había presentado a su padre. Ambos rieron y el padre se acercó a nosotros, me dijo que se llamaba Alberto, era un hombre de unos 58 años, pero muy bien conservado, de cuerpo atlético, muy parecido a Iván, solo que más maduro.
Me dio un beso y me dijo que era un placer conocerme, yo le dije que perdonara como iba vestida pero era lo mejor para la ocasión, todos reímos y entonces Iván haciéndose cómplice empezó a follarme de nuevo mientras Alberto empezaba a acariciar mis grandes tetas y luego a chupármelas. Mordía mis pezones bien duros, mientras Iván me clavaba duro por el culo. Entonces Alberto se empezó a desnudar, hasta que pude ver su verga y comprendí de donde la había heredado Iván, pero no del todo, ya que a pesar de no estar dura del todo la de Alberto ya se notaba más grande aún.
Se acercó a mí y puso su verga cerca de mi cara, mientras cabalgaba a Iván por el culo, y me puse la verga de Alberto en mi boca, mamándosela, tragándomela entera, hasta que se puso muy dura y creció en mi boca. Al sacarla un poco pude apreciarla al máximo, debería tener como 23 cm y gruesa. Me la seguí comiendo toda mientras Alberto decía lo bien que se la chupaba y como le gustaba. Iván no dejaba de follarse mi culo y yo no dejaba de tragarme la enorme verga de Alberto, hasta que lo sentí a punto de correrse, pero él me detuvo y dijo que para una hembra como yo, no era suficiente una verga, así que se colocó debajo de mí apuntando su verga a mi coño mientras la de Iván llenaba mi culo.
Entonces me penetró despacio, Iván se quedó quieto un momento, permitiendo el ingreso de su padre dentro de mí, hasta que quedé totalmente clavada por esas dos grandes vergas, y así juntos empezaron a follarme, tomando ritmo y llenando por completo mis agujeros. Me follaban fuerte y duro, penetrándome por completo, las dos vergas entraban completas y así me llevaron a un orgasmo intenso, mojándome toda y chorreando jugos por esas dos vergas que me llenaban.
Mientras me corría, los dos machos aumentaron los movimientos, más rápidos y sentí las vergas hincharse, hasta que ambas explotaron casi juntas, la leche caliente inundó mis dos agujeros, sintiendo los chorros golpear en mi interior.
Toda esa leche caliente y las embestidas, me llevaron a un nuevo orgasmo, que se prolongó hasta que las dos vergas se vaciaron por completo dentro de mí, los tres quedamos exhaustos, ambos machos me besaron, acariciaron y al sentarme en el sillón, la leche chorreaba de mis agujeros mezclada con mis jugos. Entonces lamí sus vergas y las limpié por completo.
A continuación nos fuimos a la cama y nos acostamos los tres, quedándonos dormidos. Había sido una velada perfecta.
Besos y hasta la próxima.