Relato erótico
Fallaron los planes, pero…
Era sábado y había quedado con su novio que saldrían a tomar unas copas, bailarían y después irían a echar un buen polvo a su casa. Cuando le abrió la puerta se encontró que estaba jugando a cartas con unos amigos. La noche no se presentaba como había planeado, pero…
Begoña – San Sebastián
Iba muy feliz a casa de mi novio, pues era sábado ya un poco tarde y él me había prometido que aquella noche sería nuestra noche de diversión. Me imaginaba mucho baile, algunos tragos y finalmente, haciendo el amor con él en algún lugar especial. Ese pensamiento me excitaba mucho pues él era un experto lleno de ideas nuevas sobre el sexo, le gustaba experimentar y eso a mí, me encantaba.
Grande fue mi desilusión al llegar a su casa, pues se encontraba acompañado de dos amigos con quienes estaba muy entretenido jugando cartas y tomando unas copas.
Sus excusas no impidieron que me pusiera furiosa, pero finalmente me convenció a que me quedara en casa con él y con sus amigos. De mal humor me uní al grupo a jugar un aburrido juego de cartas. Me sirvió algunos tragos pero eso no logró hacer que me sintiera mejor,
Al cabo de algunos minutos, me sentí bien pero aún extrañaba nuestra malograda noche de sábado. El tiempo pasaba y a pesar de que el juego era algo entretenido y sus amigos muy agradables, logré llevarlo afuera para decirle que estaba muy disgustada por que se habían arruinado nuestros planes…
– Oh, tu sabes que yo quería divertirme y tener sexo esta noche -le dije.
Él muy sonriente me dijo:
– Pero mi amor, igual podemos hacer sexo aquí en casa, ya lo había planeado.
– ¿Qué habías planeado? -dije yo-. Entonces sonrió y me contestó:
– Podemos follar sin dificultades en la sala donde se encuentran mis amigos, ellos no se opondrán a que tengamos sexo en su presencia.
– Creo que tú estás loco, nunca he follado en presencia de otras personas, respondí.
Mi novio, muy seguro de sus planes me dijo que sería una nueva experiencia para nosotros y que ellos no me penetrarían, si yo no lo deseaba, y que todo podía comenzar con un striptease por mi parte para calentar a los presentes. Luego agregó:
– Puedes hacer un baile erótico mientras te vas desnudando y luego te tiendes en la alfombra para que nosotros toquemos tu cuerpo con caricias muy cachondas, sé que vas a quedar muy caliente después que todas esas manos te llenen de deseo, entonces vas a pedir a gritos que te folle.
Decepcionada regresé a la sala donde estaban jugando sus amigos, luego llegó mi novio y se unió al grupo.
Todo continuó como al principio, pero ya en mi mente, la idea caliente de mi novio se estaba tornando atractiva y excitante a la vez. Cuando estuve convencida y algo excitada, llamé a mi novio y le pedí que bajara las luces y que pusiera música muy suave, me había decidido a hacer lo que él deseaba. Él, muy excitado, hizo según como le dije y anunció a sus amigos que su querida novia haría un striptease para el grupo masculino.
Se acercaron los sillones en torno a la alfombra central y ayudada por los tragos, la música suave, el ambiente erótico y mi propia excitación, comencé mi danza. Mi cuerpo se movía al compás de la música y poco a poco fui soltando los botones de mi blusa blanca, no me fue difícil sacármela y jugar un poco con ella mientras mi sujetador ya había quedado al descubierto. Pude sentir la excitación que eso había provocado en los chicos que ya se movían incómodos en sus sillones. Dejé mi blusa en un sillón y sin perder el ritmo, comencé a bajar mi falda, muy lentamente, enseñando mis bragas de vez en cuando, éstas eran de color violeta claro y adornadas con flores blancas y muy eróticas por cierto, ya que me había preparado para mi sesión de sexo con mi novio. Saqué mi falda por completo y entonces los chicos pudieron verme en ropa interior, mi sexy ropa interior.
Estaban muy excitados creo yo, pues sus manos estaban cerca de sus vergas no sé si para ocultar su excitación o para tocarlas. Mantuve por algunos instantes mi sujetador cubriendo mis senos, hasta que lo lancé lejos. Que expectación sentí cuando ellos pudieron apreciar mis pechos y su vista fija en mis pezones. Vi como enloquecían por esta visión y siempre danzando, me acerqué a cada uno de ellos para que apreciaran de más cerca mi erótico busto. Al acercarme pude comprobar que ellos ya habían comenzado a tocarse sus vergas pues éstas ya estaban muy erectas dentro de sus pantalones. Mi novio fue más allá de esto y bajando sus pantalones, me mostró su erguida polla.
Sus dos amigos siguieron su ejemplo y comenzaron a desnudarse mientras yo mantenía el ritmo de mi danza. Antes de que yo decidiera bajarme las bragas, ellos ya estaban desnudos en sus sillones con la vista pegada a las distintas partes de mi cuerpo.
Lentamente, bajé mis bragas, suavemente y al compás de la música cómplice. Mi vello púbico excitó de manera especial a los chicos y me pidieron que danzara girando de manera que también pudieran apreciar mi trasero.
Debo decir que mi trasero es lo mejor de mí, y aún con ropa, es lo que más excita a los chicos, jamás dejan de mirar mi trasero ya esté con pantalones, short o falda. Aún estando con mis bragas en las manos, mi novio se levantó de su asiento y me dijo que había llegado el momento de tocarme.
-Todos queremos tocarte, mis amigos y yo, mira como nos tienes de calientes.
Le dije que no estaba muy segura de eso y que todavía sentía un poco de incomodidad.
– Eso no es problema, te vendaremos la vista y así te sentirás mejor -dijo él-
Así se hizo, me vendaron los ojos y me recostaron sobre la alfombra, enseguida y en esa oscuridad, sentí el contacto de seis manos calientes que se apoderaron de mi cuerpo. Algunas cayeron sobre mis senos, apretando mis pezones, otras sobre mis piernas, mi vientre o jugueteando con mi vello púbico. Sentí una violenta excitación y pronto mis propias manos fueron en busca de tocar algo. Solo supe que tenía un chico a cada lado y uno al frente, dónde estaba mi novio, no lo sabía.
Mis manos encontraron los muslos de alguien y siguieron explorando hasta alcanzar la verga correspondiente. La apreté y acaricié suavemente, sintiendo todo su largo y su ancho hasta llegar al capullo muy hinchado y húmedo. Por los gemidos de ese chico, supe que no era mi novio.
Exploré hacia mi izquierda para palpar la otra verga, era distinta pero igual de caliente y mojada por todo lo que estaba sucediendo. Excitados los chicos por mis caricias, se estrecharon más a mi cuerpo y ya sus pollas las podía sentir cerca de mi cara. Una rozó mis mejillas dejándolas humedecidas por el líquido tibio que salía de ella. La otra verga hizo lo mismo con mi hombro y mi cuello. Solo sentía que se alejaban cuando iban a tocar mi sexo, igualmente húmedo como sus vergas. Sus dedos jugaban con mi sexo tocando alrededor de mis labios vaginales y abriendo la dulce puerta del amor como anunciando una pronta penetración. De pronto los chicos que estaban a mi lado se retiraron y cada uno tomó una de mis piernas, las abrieron e invitaron a mi novio a penetrarme. La verga de mi novio entró dura y apresuradamente la excitación no le permitió mayores delicadezas. Al instante, comenzó a follarme como un poseso.
Sus amigos, al verme penetrada, volvieron a sus ataques ahora mucho más enérgicos. Debí dedicar una mano para cada verga de los invitados, y debido a mi placer de estar siendo follada, comencé a masturbarlos con fuerza y rapidez.
De pronto, uno de los chicos, tomó mis dos manos, levantó mis brazos sobre mi cabeza y los inmovilizó, al instante el otro chico giró mi cabeza hacia su lado y me hizo sentir su polla mojada sobre mis labios, comprendí que deseaba ser mamado y abriendo mi boca lo recibí saboreando la verga caliente que quería follarme oralmente. Creo que ese sabor oral desató mi primer orgasmo el cual gocé sin liberar la polla que disfrutaba en mi boca. Mi novio, al saber que me había corrido, detuvo momentáneamente la follada.
Creo que se había detenido solamente para verme mamar la verga de su amigo. Para que la visión le fuera muy caliente, intenté hacerle una mamada placentera a su amigo. Al parecer esto resultó, porque prontamente, mi novio volvió a penetrarme. Sin embargo, ahora mi cara fue girada hacia el otro lado, por cierto también debía mamar al otro amigo, el cual metió su verga dura en mi tibia boca.
Ahora mis manos libres, comenzaron a masturbar al chico que había sido mamado, el cual se encontraba ya tan caliente, que no tardó mucho en correrse. La mayor parte de su semen cayó sobre mi cuello y algo también sobre mi mejilla.
Mi novio al verme mojada con el semen de su amigo, estuvo a punto de correrse. Fue en ese instante en que alcancé mi segundo orgasmo, tal vez más violento que el primero. Casi al fin de esta segunda gozada, el chico que era mamado por mi boca caliente, se corrió. Sacando la verga de mi boca y muy cerca de ella, lanzó su carga de semen caliente. Esta vez pude sentir como mis labios y mi seno derecho eran golpeados por el líquido masculino otorgándome un extraño y tibio placer.
Todo este cuadro fue demasiado para mi novio y al cabo de unos pocos movimientos mas, concluyó su follada en un ruidoso torbellino de placer. Cuando todo se detuvo, mi novio quitó la venda de mis ojos y me preguntó si aquella nueva experiencia me había gustado. Además, dijo:
– Cumplí mi promesa de que solamente yo te follaría.
– Sí, le dije, me ha gustado mucho hacer el amor en la compañía de tus amigos. Pero no ha sido justo que ellos no hayan follado. ¿Crees tú que en otra oportunidad, ellos pudieran follar también? -dije finalmente mientras lo besaba-
Dijo que se lo pensaría.
Un beso para todos vosotros y gracias por leer mi relato.