“Calentón”total

Estaba leyendo la revista Clima con su novia y con una amiga. Él, le metía mano a su novia, y poco a poco la situación se desmadró.

Jaime – Las Palmas
Soy un joven cubano. Me llamo Jaime, tengo 19 años, soy estudiante. Hace una semana estuve viendo vuestra revista con Luisa, mi novia, también estudiante de 19 años y Paula, una amiga de 20. A todo nos excitó mucho y yo comencé a sobar a Luisa por todo el cuerpo mientras su amiga insistía en verme la polla y su tamaño. Al final Luisa la complació y me la sacó del pantalón mostrándole mi gorda polla de 18cm y ya muy endurecida. Entre las dos empezaron a sobármela mientras que yo seguía metiéndole mano a mi novia. Paula, muy discretamente y casi sin que nos diéramos cuenta, se había quitado la blusa y el sujetador y se había subido su minifalda bajándose el tanguita. Luisa, al percatarse de lo que había hecho su amiga, la imitó mientras ahora yo no paraba de tocarle las tetas a Paula, que las tenía buenísimas.
De pronto noté unos labios en mi dura polla. Era Luisa que, por primera vez me hacía una mamada. Yo, aún más excitado, comencé a comerle los pechos a Paula pasando, a la vez, mi mano por su coño. Con este tratamiento no tardó en correrse y lo mismo hice yo en la boca de mi novia, la cual se tragó hasta la última gota de mi leche.
– Me ha gustado mucho – me dijo Luisa relamiéndose los labios – pero ahora quiero que seas tú quien me coma el coño.
Sin pensarlo dos veces, la cogí y me la llevé a mi cama, me tumbé en ella de espaldas y le dije a ella que se agachara encima de mi cara. Luisa obedeció mis órdenes y empecé la gran comida de coño que yo había estado deseando desde hacía muchos meses. Mientras mi lengua exploraba su sexo, a la vez mis manos acariciaban sus tetas y su enorme culo. De pronto volví a sentir unos labios en mi polla. Era Paula que, con mucho desespero, me la comía así como los cojones. En ese momento Luisa empezó a suspirar diciéndome:

– ¡Oh, mi amor, que es esto… me estás volviendo loca… me estoy corriendo en tu boca… qué maravilla!
A la vez que decía esto, apretaba cada vez más su coño a mi cara. Luisa me estaba regalando su primera corrida. Tenía unos jugos deliciosos pero, acto seguido, al terminar de correrse, me regaló también una abundante lluvia dorada diciéndome, con voz suplicante y viciosa:
– Ahora, mi amor, quiero que me folles, ha llegado el día de sentir esa polla en mi coño.
Al oír estas palabras, Paula dejó de comerme la polla y dijo:
– Esta escena yo no me la pierdo, aprovecharé para masturbarme mientras observo como mi amiga pierde la virginidad.
Luisa se acostó con las piernas bien abiertas y me dijo:
– Ve con cuidado, amor, que quiero disfrutarlo.
Enseguida empecé a meterle mi polla y cuando entró por completo mi capullo, se le escapó un fuerte gemido de dolor, pero a la vez me decía:
– ¡Vamos, sigue, me duele un poco pero sigue… quiero sentir como tu polla llena este vacío que siento en mi coño… vamos hazlo de una vez!
Efectivamente yo me había detenido, pues no quería lastimarla, pero al oír sus palabras clavé toda mi polla hasta lo más profundo de su coño. Lanzó otro gemido de dolor añadiendo:
– ¡Cabrón, me vas a matar, siento tu polla en la garganta!
Mientras decía esto se le escapaban lágrimas, pero al instante Paula la animó diciéndole:
– Vamos, anda Luisa, que lo peor ya ha pasado.
En este mismo momento, Paula le dio un beso en la boca a Luisa la cual no mostró resistencia y entre los besos Luisa me dijo:
– ¡Mi amor, comienza a follarme que ya no me duele tanto!
Empecé con un suave mete y saca mientras Luisa y Paula se comían ahora las tetas. También noté, en mis movimientos, como Luisa tenía su mano en el coño de Paula y eso me excitó mucho más. Ambas empezaron a suspirar de placer y Luisa me decía:
– ¡Venga, cariño, córrete con nosotras y no tengas miedo que hace una semana comencé a tomar pastillas!
– ¡No, aún no! – contesté – Quiero dejarte bien abierto este coño tan delicioso que tienes.
– ¡Así me gusta, fóllame todo lo que quieras pero no presiones tanto!
Continué con mi explosivo movimiento mientras observaba como Paula le ofrecía el coño a Luisa para que se lo comiera. Luisa empezó a pasar la lengua por aquel enorme chocho y de esta forma seguimos hasta que Paula empezó a decir:

– ¡Que lengua tienes… me estoy corriendo… oooh… sí… chúpamelo todo, que placer!
En ese mismo instante Luisa, mientras se comía y chupaba todos los jugos de Paula, empezaba a suspirar cada vez más fuerte y deduje que se iba correr. Yo, que no podía aguantar más, le dije:
– ¡Vamos, so zorra, muévete que me corro!
Dicho y hecho. En el acto le llené todo el coño de leche mientras ella, suspirando de placer, exclamaba:
– ¡Me has dejado totalmente complacida!
Al sacar mi polla de su coño, Paula le dijo:
– ¡Ahora verás cómo te voy a comer ese coño lleno de leche!
Empezó a chupárselo con mucho placer mientras yo me entretenía mordisqueando las tetas de Luisa y entonces mi novia me dijo al oído:
– Mira qué posición más buena tiene Paula para clavársela por el culo.
Enseguida me separé de Luisa y empecé a pasar la lengua por el ano de Paula que se estremecía sin dejar de seguir comiéndole el coño a mi novia, pero cuando sintió mi gorda polla empujando su poco dilatado ano, exclamó:
– ¡Estás loco, soy virgen por el culo y no pretendo que tu enorme pollón me lo rompa… mi coño es todo tuyo pero eso no!
Al oírle, Luisa cruzó las piernas en la cintura de su amiga impidiendo que se moviera y con la mano empujó su cabeza hacia su coño, diciéndole:
– Amiga, eso no es nada, si yo pude, tú podrás – y dirigiéndose a mí, añadió – Procura no hacerla sufrir, como lo hiciste conmigo, aunque me gustaría ver correr sus lágrimas de dolor y de placer.
Obedecí y de dos empujones, la empalmé completa empezando a follármela con fuerza hasta que noté como Paula se iba relajando y con una de sus manos llevaba la mía de su teta hasta su coño. A ambas se les escapaban profundos suspiros y a Paula cada vez se le mojaba más el coño. A cada empujón me decía:
– ¡Venga, lléname de leche este culito que tanto te ha gustado!
Luisa también me animaba, exclamando:

– ¡Exprímele los huevos en su culo pues yo ya me he corrido tres veces y quiero tener tu polla en la boca!
De esta forma aumentamos el ritmo hasta que me corrí en el culo de Paula, pero parte de mi leche la dejé caer sobre sus nalgas porque quería ver como mi novia se las chupaba. Lo hizo con mucho placer y luego me limpió la polla con la boca mientras Paula estaba casi desmayada en la cama. Ya más tranquilos, fuimos a la ducha y allí mi novia se calentó y me pidió que la follara a la vez que Paula me pedía que, cuando me fuese a correr, lo hiciera en su boca pues quería sentir el sabor de la leche que había llenado su culo.
Así terminamos esta noche de sorpresas, en la que desvirgué el coño de mi novia y el culo de su amiga, descubriendo también la bisexualidad de las dos.