Relato erótico
¡Y por fin la comparti!
La casualidad hizo que se encontraran con el ex novio de su mujer en un Centro Comercial. Esta situación despertó en él la fantasía de compartir a su mujer.
Jesús – Zaragoza
Hola amigos de Clima, es la primera vez que escribo y voy a contar algo que nunca pensé que pasaría. Me llamo Jesús, tengo 34 años, soy moreno, mido 1,73, normal, ni feo ni guapo, con un pene normal, nada de exageraciones, y vivo en Zaragoza, estoy casado con Alicia, tiene 28 años, es morena, bajita 1,50 aproximadamente, pero tiene un cuerpo muy hermoso, con unas tetas grandes, una cara de muñequita y un culo precioso, que no deja escapar miradas cuando pasamos frente a cualquier hombre, y algo que yo solo conozco, bueno eso pensaba hasta ese momento, un coñito muy estrecho, que siempre lleva rasuradito ya que sabe que eso me gusta y a ella le excita llevarlo así.
Alicia sabe lo que tiene y le encanta lucirlo generalmente con pantalones ajustados y a veces con minifaldas cortitas, pues a mí me encanta que la admiren y que la deseen, ya que eso me excita y se que a ella también, aunque no lo confiesa.
Yo conocí a Alicia siendo instructora de aeróbic en un gimnasio de la ciudad y ella tenia un novio llamado Jorge, el cual actualmente tiene 33 años. Empezó a salir conmigo, un tiempo después, lo dejó y se hizo mi novia, al poco tiempo estábamos follando como locos todo el tiempo y donde fuera. Nos casamos, tuvimos algunos baches sexuales en pareja, pero siempre nosotros dos.
Una vez follamos en una playa nudista, otras nos íbamos a la disco, ella sin ropa interior, y yo le metía mano, pero solo eso, aunque, yo siempre he fantaseado con compartir a mi mujer con otro hombre, pero ella se enojaba mucho si se lo decía, así que opté por olvidar el asunto, pero el “problema” empezó cuando hace poco más de una semana, después de seis años, nos encontramos a Jorge en un Centro Comercial de la ciudad. Alicia iba adelante mirando ropa y yo iba unos metros atrás. Jorge no me había visto, por lo que se acercó a Alicia y la saludó con un beso en la mejilla y un abrazo. Ella estaba muy entusiasmada, pero al notar que me acercaba se despidieron y al llegar yo junto a ella, me dijo que se había encontrado a su ex novio Jorge y que le había gustado verlo de nuevo. La noté muy excitada y me puse un poco celoso como es normal.
Esa noche, después de varias de no hacer el amor, follamos como locos y yo le dije que estaba seguro que Jorge la deseaba como antes. Ella se excito mucho y me dijo que era lo más probable, pero que era mi mujer y que solo follaría conmigo. Entonces yo le pregunté:
– Dime la verdad ¿follaste con Jorge cuando erais novios?
Ella me había dicho que era virgen cuando nos casamos y me confirmó que no follaron, pero me confesó que sí habían hecho sexo oral, tanto él a ella como ella a él. Esto me sorprendió mucho y me excitó más, así que se la saqué de su coño, que estaba más que encharcado de sus jugos, se la di a mamar y le dije:
– Chúpala zorrita y dime quien la tiene más gorda si Jorge o yo.
– Sí, soy tu puta, pero ya no me acuerdo de la verga de Jorge, ahora solo soy tu puta – ella me contestó.
Ya no aguanté más y me corrí, ella se tragó mi semen, aunque casi nunca lo hace, pero sí ese día al estar súper excitada. Así acabó una follada sensacional.
Al día siguiente, hablando de la noche anterior, le pregunté por Jorge y ella me confesó que solo me amaba a mí, pero que Jorge era muy guapo y que a cualquier mujer le gusta un hombre como él. Entonces no sé como se me ocurrió preguntarle:
– ¿Te lo quieres follar verdad?
No sé como me salió esa pregunta pero mi mujer se enfureció conmigo y me mandó al cuerno por lo que ese día le mandé mil mensajes a su móvil pidiéndole perdón y por la noche le llevé flores y luego, como en las noches de reconciliación, follamos como locos. Pero era tanta su excitación que me dijo:
– ¿Recuerdas tu pregunta?
Yo no entendí de que hablaba, pero me dijo lo de Jorge, repitiendo:
– Si me lo quiero follar – no podía creer estar oyendo a mi mujer diciendo eso – Cuando me lo preguntaste me ofendí, pero después pensé, ¿por qué no? Jorge es un chico muy guapo, tiene una verga hermosa, y mi marido quiere que lo haga, así que pensé que ya que tú, mi amor, quieres compartirme, por lo menos deja que escoja macho, ¿no mi amor? Además quiero que me folles tú también junto con él. ¿Te gusta la idea de compartirme?
Yo estaba temblando, porque una cosa es fantasear que quieres hacer un trío, un intercambio, o una orgía, y otra muy diferente estar con la posibilidad real frente a tus narices de compartir a tu mujer y que sea ella la que te lo esté pidiendo. No me entenderán más que los que han pasado por esto. Yo no sé de donde saque fuerzas y le dije:
– Si, te quiero compartir con tu antiguo novio.
En ese momento nos corrimos los dos como locos y cuando descansábamos del polvo, ella me confesó que había hablado por teléfono con Jorge y le había dicho que le había dado mucho gusto volver a verlo, y Jorge le dijo que estaba igual de guapa que cuando eran novios y que se animara a ponerme los cuernos ya que él la deseaba muchísimo.
Me confesó también que solo de oír a Jorge se mojó toda y le dijo que sí, que quería follar con él, así que se citaron en nuestra casa al día siguiente. Ella me dijo que no iría a trabajar y se iba a quedar a esperarlo, pero que quería que yo estuviera ahí, aunque llegara después, ya que no sabía como iba a reaccionar Jorge. Imaginad todo lo que pasó por mi mente, mi mujer pidiéndome que me la folle junto a su ex novio, y además que me cuidara de no ofenderlo, pero como mencioné antes, esa era mi máxima fantasía y ya no me podía echar atrás, ya que yo propicié que mi mujer pensara en esa posibilidad.
Al día siguiente me fui a trabajar y Alicia se quedó en casa sola.
A las once salí de la oficina con un pretexto, llegué a casa y vi el coche de Jorge, así que estacioné un poco mas adelante y me dirigí a la puerta del comedor, que es de vidrio, y semi oculto vi a Alicia hablando con Jorge. Ella llevaba una minifalda y un top por lo que se veía súper sexy. Cuando ella se levantó a servir unos refrescos, él se la comía con la mirada. Al poco rato estaban muertos de risa hablando de su época de novios y él le dijo que le gustaba mucho y que nunca la había olvidado, que seguía muy guapa y que la deseaba. En ese momento se besaron y abrazaron. Ella se veía muy excitada ya que se le pegaba muchísimo y él no desaprovechaba para cogerla de las nalgas y apretarlas, pero al contrario a lo que yo podía pensar, fue ella la que tomó la iniciativa y le desabrochó la camisa a Jorge y mientras le besaba el pecho y los abdominales, le comenzó a sobar la verga por encima del pantalón, después se lo desabrochó, se lo bajó por completo y le sacó la verga de los calzoncillos.
Comprobé que también tenía una verga normal, nada de monstruosidades. Después él la cogió del cabello, la acercó a su polla e Alicia se la empezó a mamar mientras él le acariciaba la cabeza a mi mujer. Se notaba que ella lo disfrutaba mucho, ya que no se la soltaba, y solo paró de chupársela para decirle:
– Igual que cuando éramos novios, ¿verdad mi amor?
– Sí, sigue mamándola – le decía él sonriendo.
Imaginad la erección que yo tenía, estaba a punto de correrme al ver a mi mujer mamarle la verga a otro en mi presencia. Posteriormente él la separó de su polla, la cogió del brazo y la llevó a nuestra habitación. Yo me escondí, ya que pasaron muy cerca de mí, y entonces los perdí de vista por lo que, rápidamente, di la vuelta a la casa y abrí con mi llave muy silenciosamente para que no se dieran cuenta, una vez dentro caminé hasta la puerta de la habitación y me asomé sin que ellos me notaran. Ella estaba acostada a la orilla de la cama con las piernas recogidas y los pies apoyados a los lados, mientras él estaba comiéndole el coño. Ella tenía los ojos cerrados, le acariciaba el cabello y le decía:
– Eso es, mi amor, cómeme… mmm… que bien lo haces Jorge…
Él solo sonreía y la miraba, y como yo no pude soportarlo más, me la saqué del pantalón y me empecé a masturbar viendo como Jorge se comía el coño de mi mujer, hasta que ella lo detuvo y le dijo:
– Ahora sí, Jorge, te voy a dar el gusto que no tuviste cuando novios, clávame la verga ya.
Jorge, sin esperar un segundo, se levantó y se la empezó a frotar en el chocho de mi mujer, hasta que ella fue la que se la clavó de un solo golpe mientras le decía:
– ¡Métemela ya cabrón! ¿No ves como me tienes?
– Alicia, que gusto se ha de dar tu marido contigo, estás muy buena – le dijo él.
– ¿Qué pensarías si te digo que estoy follando contigo con permiso de mi marido? – le dijo ella deteniéndose.
– No te creo, no creo que él te compartiría conmigo – él le contestó.
– ¿Y si te dijera que quiero que me folles al mismo tiempo que mi marido? – preguntó entonces ella.
Él se levantó muy sorprendido y le contestó:
– No sé Alicia, yo nunca…
En ese momento salí yo de mi escondite con la verga entre las manos y le dije:
– ¿Como no Jorge, crees que voy a dejar que disfrutes tú solo este culito de mujer que tenemos enfrente?
Creo que a Jorge por poco le da un paro cardiaco, mientras Alicia lo miraba todo muy divertida y excitada. Entonces me dirigí a Jorge y le dije:
– Venga, cabrón, sigue follándote a nuestra putita, ¿no la vas a dejar así, verdad?
Cuando volvieron a follar, fui al baño y cogí un frasco de gel lubricante que le compré una vez que le regalé un consolador, que por cierto nunca lo ha querido usar, pero sospechaba que eso iba a cambiar a partir de este día, y me puse un poco en los dedos, me acerqué a ellos y empecé a frotar el ano de mi mujer con el gel mientras le metía un dedo. Ella gimió, pero no dijo nada, así seguí hasta que logré tener tres dedos dentro de su culo y al ver que su ano estaba muy dilatado, me puse gel en la punta de mi pene para lubricarlo más todavía y le dije:
– Ahora sí putita, ¿querías verga? pues vas a estar llena de verga.
– Hazme lo que quieras pero fóllame ya – me dijo ella girándose
Puse mi polla en la entrada de su ano y empecé a empujar poco a poco, mientras ella y Jorge pararon de moverse. Seguí empujándosela y sacando un poco, hasta que logró entrar toda y entonces ella dijo:
– ¡Así me gusta mis machos, follaros a vuestra puta, que para eso está!
Se empezó a mover y yo también empecé a clavársela, aunque confieso que no es nada fácil follar de esta forma, y era un poco incómodo el roce de los huevos del ex novio con los míos, pero estaba tan excitado que fue en lo último que pensé. Después de un rato de estar follando así, no pude más y le dije:
– ¡Me corro, mi amor!
– ¡Eso es, cariño, córrete en mi culo!
Al orgasmar noté como ella también se estaba corriendo, ya que se retorcía y gritaba como una loca, y unos segundos después también Jorge se corrió en su cachondo coño, por lo que quedó llena de semen. Se la saqué primero yo y después Jorge, ella se levantó, nos besó a los dos y nos dijo que la esperásemos que se iba a asear. Se dirigió al baño, yo me quedé con Jorge en la habitación y él me dijo:
– No sé qué decir.
– No tienes que decir nada – yo le dije – Pero seguro que te ha gustado follarte a Alicia.
– La verdad que está buenísima, pero nunca pensé que fuera tan caliente como la vi hoy – me contestó él.
Cada uno nos limpiamos la verga del semen que nos escurría y mientras aparecía Alicia recién bañada, Jorge se termino de vestir y nos dijo que él ya se iba, aunque quedamos en hablarnos después, sin quedar con que se repetiría ni nada y hasta el día de hoy, casi una semana después, no hemos vuelto a hablar con Jorge.
Esta semana no hemos vuelto a hacer el amor, y no sé realmente como vaya a ser de hoy en adelante nuestra vida sexual, pero lo que sí sé es que este es un punto que marca un antes y un después de nuestro matrimonio, ojalá que todo siga así, y digo la verdad pues ya no sé si quiero volver a compartir a mi mujer, pero ahora por lo visto a ella le gustó, y será una decisión que tendremos que tomar en pareja.
Saludos y si ocurre algo ya os lo contaré.