Relato erótico
Y le fue infiel
Estaba celebrando una cena para notificar a sus amigos la fecha de la boda. No lo pudo evitar y le fue infiel a su futuro marido, fue una sesión de sexo inolvidable.
Carmen – Málaga
Me llamo Carmen, tengo 24 años y la historia que voy a contar es verídica y me sucedió hace ahora unos tres años. La verdad es que he tenido muchos novios, pero de ahí no he pasado, es decir que no tuve sexo con todos mis ex novios, solo con algunos de ellos, y siempre he tenido admiradores pues la verdad me gusta estar siempre a la moda y voy al gimnasio para estar siempre en forma, a parte de que siempre me gustó practicar muchos deportes y que, en fin, me considero una mujer sexy. Mido 1,65 de estatura, soy morena, tengo el cabello rojizo, los ojos color café claro y mis medidas son 93 – 61- 91. Todo eso para que tengáis una idea de como soy.
Siempre fuimos muy buenos amigos Oscar, el que ahora es mi novio y yo, desde que nos conocimos pero no pasó de eso, de una amistad pues en esos tiempos también conocí a una persona por medio del trabajo. Se llamaba Carlos y era un hombre alto, pelo negro muy cortito, ojos café muy claros, quizá demasiado hermosos para un hombre y su mirada parecía ocultar algo. Era delgado y tenía un buen cuerpo a pesar de que me dijo que no le gustaba ir al gimnasio ya que varias veces lo invité a que me acompañara. Con él salí algunas veces para conocernos un poco más a fondo en el buen sentido de la palabra, pero la verdad nunca ocurrió eso ya que él era muy tímido, pero sí nos hablábamos frecuentemente pero al cabo de un tiempo él cambió de trabajo, se fue para otro país y no supe de él casi un año. Se fue sin despedirse y lógicamente eso me enfadó mucho y fue en ese tiempo cuando mi amigo Oscar se me declaró. Yo me quedé perpleja cuando me lo dijo y no le di la respuesta en ese momento, quise pensarlo pero al día siguiente y acepté y o después de casi ocho meses de relación tuve sexo con él en mi apartamento pero fue tan común y simple que la verdad no lo disfruté ya que llegamos calientes al apartamento y el solo me quitó la ropa y me penetró sin más preámbulos.
A mi novio su polla le mide unos 20 cm y me imagino que por tenerla así, seguramente cree satisfacer a una mujer solo con eso, cuando nosotras sabemos que eso no es así. Él, era muy buena persona y un excelente amigo con quien podía conversar de varios temas, pero en la cama yo no disfrutaba el sexo. Cuando decidimos casarnos, Oscar decidió hacer una fiesta entre los amigos más íntimos, tanto suyos como mios y por esas fechas tuve la sorpresa de encontrarme, en un restaurante, a Carlos. El estaba cenando con unos señores mayores. El caso es que lo vi tan diferente, muy formalito pero estaba muy guapo, se le veía muy bien y un poco más robusto y después de unos minutos, cuando se quedó solo, se me ocurrió invitarle a la cena donde comunicaríamos la fecha de la boda. Dijo que vendría con mucho gusto, y aunque se iba en tres semanas, le daría tiempo a asistir.
Al fin llegó ese gran día, habían ido unas veinte personas amigas de Oscar y mías y algunos vinieron acompañados. Esta celebración se realizó en casa de mi novio, que era bastante amplia y además tenía varios dormitorios en la segunda planta. Me puse muy atractiva para Oscar, ya que a él le gustaba que fuera el centro de atención de los hombres. Me puse un vestido negro muy sexy, con una abertura en la pierna izquierda y un escote que dejaba ver algo de mis senos.
Cuando vi llegar a Carlos me percaté que venía con uno de sus mejores amigos, un tal Joel. Les di la bienvenida y le presenté a mi novio, oyendo como Carlos le decía a mi novio que tenía a una gran mujer y que la cuidase mucho. En el transcurso de la fiesta mi novio hizo un paréntesis para dar la fecha de la boda, todos brindamos y nos felicitaron. Carlos se acercó, me felicitó y dijo textualmente:
– Que seas muy feliz, te lo mereces.
Bailamos mucho rato, pero no hablamos casi nada. El no había cambiado, era un hombre de muy pocas palabras y algunas veces me entró la curiosidad de saber más de él, pero no me atreví a decirle nada. Durante la fiesta hubo mucha bebida y como os imaginaréis, muchos ya estaban con unas copas de más, al igual que yo. Muchos empezaron a marcharse a sus casas, pues ya era como las 4 de la mañana. Se quedo Joaquín y Paco, que eran los mejores amigos de mi novio, estaban demasiado ebrios para que se pudieran ir y mi novio prefirió que se quedasen aunque él, mi novio, estaba también tan ebrio que mi primo me ayudó a subirlo al dormitorio y ahí quedó rendido. Mi primo no es de los que beben mucho ya que su novia lo controla en ese aspecto.
Abajo estaban Carlos durmiendo en el sofá, también a los amigos de mi novio y también mi mejor amiga, Marisa y como ya era mucho pedir a mi primo a que me ayudara a subirlos a los dormitorios de huéspedes los despedí a él y a su novia. A mi mejor amiga se le habían pasado las copas y estaba durmiendo pero yo no quise dejarla allí y la desperté para que pudiera descansar más tranquila en uno de los dormitorios. Se levantó y me dijo que la ayudase a subir al baño, ya que en la planta baja no había. Después la llevé al dormitorio, que estaba frente al mío, y la dejé en la cama, dormida.
Cuando entré en mi dormitorio, estaba tan cansada que me quité la ropa quedando solo en ropa interior y me dormí junto a mi novio hasta que, de repente, oí un ruido fuerte, como un golpe. Miré a mi novio para ver si él iba a averiguar que fue ese ruido, pero nada, estaba más dormido que un muerto, así que decidí ir a ver que pasaba. Miré el reloj y solo eran las 5:30 de la mañana, me puse mi bata y al llegar abajo solo vi a Joaquín y a Paco, pensando que Carlos se había ido.
Entonces decidí ir al baño y de repente vi a Carlos sentado, apoyado en la puerta del baño durmiendo. Traté de hacerlo levantar para llevarlo a una habitación para que descansase pero me dijo que lo dejase allí, pero cuando le ayudé a levantarse, puso sus brazos sobre mi hombro y lo llevé a una habitación.
Al dejarlo caer en la cama mi bata se enganchó con el pantalón de Carlos y me la rasgó dejando ver una parte de mis braguitas. Al tratar de liberar mi bata vi que la hebilla de la cremallera del pantalón de Carlos estaba abierta y noté que su polla estaba fuera de su calzoncillo. Seguro que después de orinar se cayó al suelo y se quedó sentado junto a la puerta del baño. Estaba echado en la cama y me quedé mirando por un momento su polla. No era tan grande como la de mi novio, pero era gruesa y como no quise dejarlo así traté de guardar su polla dentro de su calzoncillo, pero no sé porque que cuando lo tomé con mis dos manos, se lo acaricié y la verdad es que me excité muchísimo con solo ver y tocar ese pedazo de carne. Y de repente Carlos me dijo:
– ¿Te gusta? – me asusté y solo respondí que si, luego añadió – ¿Quieres besarlo?
No dudé en decirle nuevamente que sí pues algo me corría por el cuerpo, Se quitó el pantalón a medias y se bajó el calzoncillo y cuando vi su pene empecé a pasar mi lengua a lo largo de su pene mientras empezaba a crecer. Lo fui besando todo hasta ponerlo duro. Tenía la punta, que llaman glande, bien gordo y tenía un sabor que me volvía loca. Nunca antes yo le había hecho sexo oral a nadie, pero en ese momento lo estaba disfrutando. Cuando recorrí la piel que cubre la polla me gustó más. Estaba tan duro que me moría por tenerlo dentro de mí. Su verga llegaría a medir máximo unos 15 cm pero, como he dicho, la tenía muy gruesa. Creo que a muchas mujeres nos gusta o preferimos que sea grueso el pene en vez de todo lo largo que pueda ser.
A continuación me quité la bata y me quedé en tanga, me libré del sujetador y luego le ayude a quitarse la ropa, quedándonos desnudos. Entonces me senté sobre él y empecé a moverme de atrás hacia delante hasta tener un orgasmo como nunca antes había tenido. Empezó a masajear mis senos con una de sus manos y con la otra me tocaba las nalgas, cuando me llegó otro profundo orgasmo. En este momento me echó sobre su pecho, se dio la vuelta y me puso de espaldas a la cama, es decir ahora él estaba sobre mí, y empezó a besar mis senos y morderme los pezones. Me besó todo el cuerpo y mientras me besaba el cuello me dijo que siempre había imaginado y soñado con hacerme el amor y que algunas veces se había masturbado imaginándolo. Eso me puso más caliente que nunca.
Cuando me besaba el cuerpo lo hacía tan bien, tan suavecito y algunas veces con suaves mordisquitos que yo ya estaba muy caliente y ya quería tener otra vez su polla dentro de mí.
Aun recuerdo su olor y las agradables mordidas que me dio en las nalgas, pero cuando llegó a mi chocho creí que me la iba a comer, pero solo besó alrededor haciéndome sentir mucho placer al notar su lengua en las puertas de mi chocho, hasta que, de pronto, me dijo que quería hacerme el amor en la postura del perro.
Me puse a cuatro patas y sentí su polla frotarse alrededor de mis labios vaginales. Eso me excitaba muchísimo y deseaba tener su miembro duro dentro de mí cuando, de pronto, me lo metió empezando a moverse, cogiéndome con sus dos manos por la cintura y haciéndome gemir de puro placer. Sentía como me metía toda su polla dentro de mi vagina y empezaba, muy lentamente y poco a poco, a moverse más rápido. Sentía rozar su verga dentro de mí y entraba y salía con fuerza teniendo, al fin, múltiples orgasmos soltando gritos de placer. Él, también se corrió dejándome sentir su semen caliente dentro de mí. Fue realmente el mejor polvo que tuve en tiempos.
Nos quedamos tendidos en la cama y solo le dije que muchas gracias por ese maravilloso momento y cuando él me besó, oímos cerrarse la puerta y me asusté, pero era mi amiga a quien había dejado durmiendo en el dormitorio frente al mío, y solo dijo:
– No os preocupéis, todos están durmiendo.
Supe que había visto todo lo que pasó, cuando ella empezó a quitarse la ropa y le dijo a Carlos:
– Ahora es mi turno.
Pero esa historia ya la contaré muy pronto.
Besos.