Relato erótico

Y el ritmo cambió

Charo
21 de mayo del 2019

Cuando fue a vivir con su novia fue una locura. No paraban de follar y se podían pasar un fin de semana en la cama. Poco a poco el ritmo fue bajando y aunque disfrutan reconoce que le falta algo.

Pablo – Alicante

Llevamos casi dos años juntos, el primer año fue un noviazgo arrebatador, con muchísima pasión, la verdad es que aprovechábamos cualquier momento y excusa para follar. Nos íbamos de fin de semana y no salíamos del hotel, cuando salíamos de marcha follábamos en el coche, y ya no solo era una cuestión de meterla, realmente hacíamos el amor, nos dedicábamos todo el tiempo del mundo. El segundo año decidimos irnos a vivir juntos, poder emanciparnos de los padres y vivir una vida en común, nos hacía muchísima ilusión. Al principio fue genial, era como estar de colonias todos los días, y por supuesto nuestra actividad sexual era muy buena, disfrutábamos los dos como nunca. Incluso había descubierto que tenía sensibilidad en lugares que ni hubiera sospechado. Pero creo que el hecho de pasar tanto tiempo juntos y de poder follar a nuestras anchas, se convirtió en un arma de doble filo. Yo, pese a estar totalmente satisfecho, me masturbaba, y no comprendía por qué. Evidentemente no le comentaba nada a Lola, por temor a que se enfadara o quizá temor a crear un conflicto conyugal que ni yo mismo entendía.
La cuestión es que dejé pasar el tiempo, no le di mucha más importancia hasta que un día navegando por Internet descubrí una vuestra pagina web donde se publican relatos eróticos. Al principio no hice caso, pero conforme iba leyendo me di cuenta de que me gustaban muchísimo y que no era algo sucio o pornográfico, eran historias que tenían un contenido erótico que me hacían ponerme cachondo, cosa que es curiosa. No era una cuestión de imágenes o videos, era texto que contenía un relato que era capaz de activar la imaginación y fantasía en una persona. Me quedaba horas y horas leyendo relatos, y cada vez me gustaban más, algunos los copiaba en mi ordenador y luego me masturbaba mientras los leía. Era increíble. Lo que más me gustaba eran los de intercambio de pareja, ya solo el hecho de pensarlo hacía que mi mente lo rechazara, pero creo que ese rechazo de mi educación frente al morbo, era lo que me hacía disfrutar. Cuando leía los relatos disfrutaba, pero cuando pensaba en la posibilidad de llevarlos a cabo, lo pasaba mal, primero porque no sabía si estaría dispuesto a compartir a mi pareja y porque estaba convencido de que Lola jamás accedería a compartirme a mí. Y además creía que el hecho de pedírselo ya sería motivo suficiente para que me dejara, o algo así.
Quién diga que en la pareja lo más importante es la sinceridad, se equivoca, estoy convencido de que si una pareja realmente sin tapujos contara todo lo que le pasa por la cabeza en todo momento, tardaría dos o tres días en pelearse. Pero aun así me dispuse a organizar un encuentro, y como mi egoísmo me posee, la idea era invitar a cenar a una amiga de la infancia de Lola. En un principio mi intención no era ni más ni menos que cenar amigablemente los tres juntos, pero poco a poco fui tanteando la situación… Era sábado, habíamos quedado a eso de las nueve y media de la noche, la idea era hacer un picoteo para empezar y luego algo de carne a la brasa. Mi novia y yo habíamos preparado la mesa, nos habíamos duchado, en fin, era una cena informal pero siempre te gusta dar buena impresión cuando hay visita. Asun (así de llama la amiga de mi novia), se encargaría de traer el vino y el postre. La verdad que Asun es una chica guapa, más que guapa, atractiva, tiene una constitución normal pero se hace muy atractiva al hablar y caminar. Además, sin ser explosiva, tiene un cuerpecito muy bien hecho. Mi novia también es muy guapa, pequeñita, un culo precioso, extremadamente extrovertida y divertida.
Por fin llegó Asun a casa, nos dimos los besos de rigor y yo como un caballero recogí su abrigo mientras le ayudaba con las bolsas. Lola y Asun se sentaron en el sofá y empezaron a hablar de todo lo que había pasado desde la última vez que se vieron, mientras yo iba sirviendo los platos y las bebidas. La cena fue muy distendida y divertida. Al principio empezamos hablando del trabajo, de lo cabrones que eran los jefes, de lo mal que pagan las empresas.

Luego ellas hablaban de las típicas historietas de cuando estudiaban juntas, los romances de adolescencia. Mientras, yo escuchaba y me aseguraba que las copas siempre estuvieran llenas de vino. Son increíbles los efectos del alcohol en las personas, crean un estado de felicidad artificial, que es maravilloso y te hacen dejarte llevar sin dar demasiada importancia a las cosas.
La conversación, como es obvio, se fue calentando, comenzaron a hablar de los chicos con los que habían estado y lo ingenuas que eran. Yo aprovechaba cualquier comentario para indagar más y crear un estado de buen rollo y confianza.
Después de los postres, me levanté y pregunté a las chicas que es lo que querían de copas y me puse a servirlas. Causa directa de esto, las risas y los comentarios salidos de tono iban aumentando. Aproveché el buen ambiente que se respiraba para poner un poco de música de fondo y las animaba a que bailaran, aparté la mesa, me senté con un cubata en el sofá y mientras ellas bailaban y reían en el centro del salón, yo saboreaba mi bebida. No hacía más que mirarlas, veía sus cuerpos moverse y me ponía cachondo. De vez en cuando mi novia me sonreía y me enviaba un beso. Yo no paraba de decirles ¡guapas! Ellas sonreían y seguían bailando. Entre canción y canción mi novia aprovechaba para acercarse a mí y darme un beso y Asun aprovechaba para beber un poco.
Conforme pasaban las canciones notaba que los besos de mi novia cada vez eran más intensos y profundos. Al principio no le di importancia, pero luego noté que estaba cachondísima porque aparte de besarme aprovechaba para pasarme la mano por el paquete. Yo estaba con la polla durísima y claro ella lo notaba, pero aunque mi intención era invitar a Asun a que participara, cada vez lo veía más complicado y no hacía más que pensar que estaría mal, que mi novia me tomaría por un vicioso, etc.
Mi novia se sentó a mi lado y me empezó a besar profundamente, intercambiando nuestras lenguas y acariciándome el paquete, me susurraba al oído comentarios picantes del tipo:
-¡Qué polla más dura que tienes cabrón! ¡Te la comía aquí mismo!
Estaba súper caliente pero un poco retraído por la situación, yo lo que realmente quería era follarme a las dos.
Entonces pasó algo que fue el detonante. Mientras me besaba Lola, yo miraba de reojo a Asun y en una de las veces mi novia me pilló, yo me di cuenta e inmediatamente cerré los ojos, pero claro ella lo notó. Y ante mi sorpresa, Lola me preguntó al oído:
-¿Te gusta mi amiga?
Esa pregunta fue como si un cubito de hielo me recorriera rápidamente la espalda, no sabía que contestar, bueno, si sabía lo que quería, pero no sabía lo que quería oír mi novia.

Pero como dicen que se pilla antes a un cojo que a un mentiroso, conteste con voz temblorosa, si. Fueron décimas de segundo en las cuales me pasaron multitud de ideas y posibles reacciones. Lo primero que pensé fue en que me mandaría a la mierda, lo segundo, si aceptara ella, no significaba que Asun se quisiera unir. Pero sorprendentemente ella me contestó:
-Espera aquí cariño que voy a hablar con ella.
Y no sé lo que le dijo, ni me importa, pero la cuestión es que al poco se acercaron las dos hacia a mí con una sonrisa de complicidad y se sentaron en el sofá, yo en medio de ellas. Yo alucinaba. Mi novia empezó a besarme el cuello, a acariciarme la espalda, y de repente note que Asun hacía lo mismo. No me lo podía creer, tenía a dos mujeres besándome y magreándome, yo no sabía qué hacer porque aun teniendo esa prueba evidente de participación, siempre tienes dudas. Pero opté por relajarme y dejarme llevar, no iba a perder el tiempo intentando comprender la situación. Ellas me tocaban el paquete, Asun me besaba en el cuello y Lola en la boca, yo estaba que me salía de gusto. Mi novia me desabrochó el pantalón, saco mi polla dura y me dijo que si quería que Asun me la chupara, yo tardé décimas en decir que sí. Entonces Asun se arrodilló frente a mí y mientras me quitaba el pantalón y los calzoncillos, movía de arriba a abajo mi polla muy despacio.
Mi novia seguía besándome en la boca y yo notaba como su respiración iba aumentando. Parece que a ella también le excitaba esta situación nueva. Asun tardó poco en comenzar a chuparme la polla y la verdad es que lo hacía muy bien, despacio, con suavidad, recorriendo toda la superficie que podía, y masajeándome los huevos, yo estaba cachondo y con las pulsaciones a mil. Asun incrementaba el ritmo de sus chupadas y acompañaba con la mano el ritmo. Mientras, mi novia se fue quitando la ropa; primero el pantalón, luego la camiseta, luego el sujetador y por fin las braguitas. Comencé a acariciarle las nalgas, los pechos y ella empezada a gemir de placer. Asun al verlo me acercó su cara y nos dimos un beso tremendo, metiéndonos la lengua, y yo le correspondí acariciándole por encima de la ropa los pechos, que eran algo más grandes que los de mi novia. Que sensación poder tocar unos pechos mientras te están chupando la polla y besando.
Estaba excitadísimo y con la polla que parecía un mástil impregnado de saliva. Lola estaba también excitadísima, no pudo aguantar más y le dijo a Asun que era su turno, que mientras me follaba se fuera desnudando. Era increíble ver a mi novia dirigiendo una orgía. Entonces Asun se levantó y apartándose de mí se empezó a desnudar suavemente, yo seguía sentado en el sofá y mi novia se puso encima de mí, me quitó la camiseta y mientras me besaba, se introdujo toda mi polla dentro de un solo movimiento, no hay que decir que la excitación que tenía mi novia era más que suficiente para justificar lo lubricada que estaba. Yo no podía más y tuve que gritar de gusto, le cogí con las dos manos el culo y empecé a acompañar el movimiento de penetración, ella sentada encima, cabalgaba gritando:
-¡Cabrón, fóllame, fóllame, así, así!
Yo le chupaba los pezones y nos besábamos, después de unos instantes se corrió. Yo estaba a punto de correrme, pero quería correrme con Asun. Lola se apartó y se puso a descansar en el sofá, mientras Asun, que había visto toda la escena, se estaba masturbando de pie.

Me levanté y me acerqué a ella, nos abrazamos y empezamos a besarnos de forma lasciva, tocándonos el culo, yo aprovechaba para sobarle las tetas, le cogí de la mano y le dije que se tumbara encima de la alfombra, cosa que hizo sin titubear, le separé las piernas y empecé a comerle el coño, ella se retorcía de placer y me calentaba más, me suplicaba que la follara, que quería notar mi polla dentro de ella. Me puse a su altura y con mucho cuidado, le metí la punta y al ver que ella me abrazaba, decidí metérsela de un golpe.
¡Qué placer notar un coñito tan caliente, con matices diferentes! Era más estrecho que el de mi novia y yo recibía más presión, lo cual hacía que disfrutara como un loco. Empecé a penetrarla, al principio lentamente y haciendo movimientos circulares, pero después era un mete saca continuo, los dos gritábamos de placer. A los pocos minutos, tuvo su primer orgasmo, fue tan fuerte que apretó sus uñas sobre mi espalda.
Mi novia estaba sentada en el sofá viendo el espectáculo y se masturbaba, yo le pedí a Asun que se pusiera a cuatro patas delante de mi novia y que le comiera el coño, de esta forma yo podía penetrarla al estilo perrito. La estampa era preciosa, mi novia disfrutaba por la comida que le estaba haciendo su amiga y yo penetraba como un perro en celo a Asun, miraba a mi novia que justo la tenía enfrente, nos sonreíamos y le decía que la quería muchísimo. Lola tuvo un orgasmo y a los pocos segundo Asun tuvo otro, ahora solo faltaba yo. Mi novia mirándome me gritaba:
-¡Córrete, córrete dentro de mi amiga, córrete ahora, solo faltas tú!
Entre el estado de excitación y las palabras de mi novia, tuve uno de los mejores orgasmos de mi vida, inundé todo el coño de Asun. Cuando saqué la polla, aun tenía restos de semen y flujo y Asun no dudó en limpiármelos con su boca.

Seguidamente los tres nos fundimos en un abrazo y nos quedamos dormidos en el sofá. Fue fantástico.
Besos calientes de parte de los tres.

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