Relato erótico
Visita Peep Show
Quería visitar un sex shop en el que se hacían espectáculos de Peep Show. Entró en una de las cabinas en la que se podía ver la actuación de un auténtico bellezón. Era una chica mulata, con un cuerpo escultural y que, cuando acabo el espectáculo, le invitó a tomar una copa.
José Luis – Barcelona
Supongo que todos sabréis lo que es un peep show, fue allí donde conocí a Bárbara, es una chica mulata de veintitantos, con una cabellera larga y rizada, piel sedosa, unos pechos más bien normalitos pero bien puestos, nalgas apetecibles, y un coñito…para que contar.
Lo que sí quiero comentar es, que lo que me ocurrió, no me lo esperaba y que a veces, creo que ha sido un sueño.
Ese día decidí darme una vuelta por la ciudad hasta que “casualmente”, me encontré con un sex-shop en el cual se realizan sesiones de peps show. Entré en una antesala de una de las cabinas, puse unas monedas y al abrirse la ventanilla la vi, moviéndose insinuante pasándose las manos el cuerpo, acariciándose suavemente con sus largas uñas, pasándolas por sus pezones los cuales estaban duros, ella no dejaba de mirar una a una las ventanillas, pero en un momento me fije que me miraba haciendo sus movimientos más exagerados, tenía un consolador y lo lamía de arriba a abajo, a la punta le daba mordiscos dulces como si fuese una polla, y todo eso lo hacía sin dejar de mirarme, me pareció raro , pero luego me di cuenta que me podía ver, cuando un hombre que se estaba en una cabina de enfrente encendió un cigarrillo, ahí fue el principio, cada vez que me miraba yo me insinuaba, guiñándole el ojo, dándole besos, etc.
Así pasamos un buen rato, y yo mientras poniendo monedas para que no se cerrase la ventanilla, la verdad es que estaba muy cachondo, y no me importaba, hasta que me decidí y en un momento que me miraba haciéndole señas le invite a una copa, por probar no pasa nada, pensé, así que salí de la cabina y espere en una pequeña barra que había. Llevaba una media hora esperando y ya habían cambiado el espectáculo, esa media hora se me hizo eterna como comprenderéis, y de repente se abrió una puerta y apareció caminando sensualmente y decidida hacia mí, bueno y esa copa donde esta, me dijo.
Nos presentamos y estuvimos un buen rato hablando, etc., los detalles no creo que interesen, al rato me dijo que vivía cerca y que me invitaba a una copa si la acompañaba, ya que por allí y a esas horas era peligroso, así que fuimos a su casa. Una vez allí con la copa en la mano y sin darme cuenta me besó. Nos besábamos y, mientras, nos íbamos quitando la ropa, como era de esperar, mi polla salió disparada. Bárbara la miro, y me dijo:
-Si no la hago disfrutar ahora no me hará disfrutar a mí después…
Así que empezó a besar la punta con sus cálidos labios, recreándose en ella, sacó la lengua y la empezó a lamer suave despacito primero la punta y luego de arriba abajo como si fuese un polo, yo estaba a tope así que le dije:
-No respondo del tiempo que dure porque estoy a punto de reventar
Bárbara sonrió y se metió la polla en la boca chupando y saboreando, moviendo su cabeza, jugando con sus dientes me daba mordisquitos en el capullo, y se la volvía a tragar una vez y otra sin parar hasta que las piernas y todo mi cuerpo empezaron a temblar, convulsionándose en medio de una tremenda corrida en su boca, los borbotones dé semen salieron con fuerza, note como su boca se hinchaba pero lo retuvo, y cuando termine de correrme y aun con la polla palpitando, Bárbara se la saco de la boca mirándome mientras dejaba caer lentamente el semen por la comisura de sus labios y deslizándose por su piel untándoselo por los pechos y saboreando hasta la última gota.
-No te pienses que ya he terminado ahora me toca a mí -me dijo-
Me llevó a su cuarto, me hizo tumbar en la cama y colocó su coño en la boca, no tuve más remedio de empezar a saborear aquel coñito que había visto en la cabina y que tanto me había apetecido, mi lengua parecía un explorador rebuscando encada pliegue de sus labios, su clítoris estaba que se salía, al notarlo así, con mi lengua, empecé a escribir todas y cada una de las letras del abecedario, ¿no lo habéis probado?, mientras ella gemía y gemía de placer, la verdad es que me gusta hacer disfrutar de esta manera a una mujer, empezó a temblar y a hacer movimientos continuos, frotando su coño en mi boca.
Acelero los movimientos cada vez más deprisa hasta que se corrió quejándose de placer mientras yo seguía con mi lengua lamiendo juguetón. Convulsionándose aun se tendió a mi lado y me dijo que eso no se lo habían hecho nunca.
Mientras me hablaba, mojó su mano con un poco de saliva y volvió a coger mi polla, acariciándola suavemente hasta que volvió a ponerse dura, aunque después de la comida de coño ya casi lo estaba.
Me volvió a besar, nuestras bocas conservaban los aromas de nuestros respectivos sexos así que eso nos empezó a calentar nuevamente, le abrí las piernas haciendo sentir su piel en mis manos y disfrutando de su tersura me acerque a su coño y la penetre a fondo, ella lanzo un suspiro de placer y empezó a jadear a la vez que yo entraba y salía, de vez en cuando paraba y me quedaba dentro de ella haciendo movimientos de un lado a otro frotando nuestros sexos, y otra vez entraba y salía mientras yo sentía su coño palpitar de placer.
De repente me hizo dar la vuelta y empezó a cabalgarme apoyándose en mi pecho y haciendo los movimientos cada vez más rápidos, miró hacia arriba gimiendo mientras se movía, yo hacia lo que podía porque me tenia atrapado entre sus manos y sus piernas, lo cual me daba una sensación maravillosa, estar poseído por esa hembra cabalgando sin parar, hasta que nuestros cuerpos como si fuesen uno solo y como si se tratase de un terremoto, empezaron a temblar corriéndonos salvajemente.
Estuvimos descansando un rato y me comentó que eso había sido un polvo de amigos, pero si quería seguir viéndola tendría que hacer realidad ciertas fantasías sexuales que ya había visto alguna vez en videos porno y que le gustaría realizar, pero bueno estas ya os las contare en otros relatos, ¿os parece bien?.
Un saludo para todos.