Relato erótico
Viaje de fin de curso
Aquel viaje no lo olvidará nunca, no solo porque era el de final de curso, sino porque pasó una de las mejores noches de su vida. Conoció a dos chicas que le sorprendieron gratamente.
Sergio – Barcelona
Esta historia me sucedió cuando fui de viaje de fin de curso a Ibiza. Todas las noches salíamos de juerga y aunque no nos dejaban llegar muy tarde aprovechábamos la noche al máximo.
Un día bailando en la discoteca conocí a dos chicas. Una de ellas, Marta, se acercó para pedirme tabaco y aprovecho para presentarse y entablar conversación. No tardó en presentarme a su amiga Nuria. Me contaron que ellas también estaban de viaje de estudios y estuvimos charlando y bailando toda la noche. Marta era pelirroja de pelo largo y rizado con la cara salteada de pecas. Nuria tenía el pelo corto negro y unos inmensos ojos verdes.
A última hora las acompañe al hotel y quedamos para el día siguiente. Al día siguiente por la noche fui a recogerlas. Las dos llevaban unos vestidos muy cortitos y con unos escotes de miedo. Nos fuimos a la discoteca y estuvimos bailando hasta que a las dos ellas me dijeron que las acompañara al hotel para seguir la fiesta allí.
A escondidas subimos as su habitación. Marta sacó una botella de champán y unos vasos de plástico. Marta y yo nos sentamos en unas sillas y Nuria se tumbó en la cama. Su vestido era tan cortito que pude entrever sus braguitas rojas. Empezamos a beber y nos fuimos animando. La conversación poco a poco empezó a ir por derroteros cada vez más íntimos:
– Sabes, a mi me gustan los hombres altos y con el pelo moreno como tu – -dijo Nuria mirándome.
– Pues a mí lo que me gustan es que tengan una buena polla y que sepan echarme un buen polvo – añadió Marta riéndose-.
– ¿Tu crees que él daría la talla? – le pregunto Nuria señalándome con la mirada-
– No sé, no estoy segura – le contesto Marta – Eso abría que verlo.
– Te aseguro que si -le conteste yo medio en broma – Si quieres puedes comprobarlo.
Mi sorpresa fue que ella se lo tomó en serio, se levantó, se acercó a mí, me pidió que me levantara, desabrocho mi pantalón, bajó mi bragueta e introdujo su mano dentro de mi slip. Al contacto con su mano mi polla se endureció.
– No está mal –dijo Nuria- ven aquí ¿a ver qué opinas tu?
Nuria se acerco y también metió su mano en mi slip.
– Creo que está bastante bien, Marta, pero estas cosas es mejor probarlas para estar seguras – le contestó.
– Seguro que es más que suficiente para saciaros a las dos – conteste yo dominado por mi excitación.
Se miraron y se sonrieron e inmediatamente se decidieron a comprobarlo. Nuria se colocó a mis espaldas y Marta de frente. Entre las dos me quitaron la camiseta mientras yo bajaba los tirantes del vestido de Marta para poder sobar sus tetas. Pronto las dos empezaron a meter mano a mi paquete y no tardaron en acabar de desnudarme.
Me llevaron hasta una de las sillas y me sentaron en ella. Entonces Marta comenzó a mordisquear mis testículos y a mamar mi polla. Nuria se colocó ante mí y levantó su vestido poniendo mi cara entre sus piernas. Yo bajé sus braguitas rojas y comencé a lamer su precioso coñito. Mientras su amiga no paraba de chupar mi polla metiéndosela hasta el fondo de su boca. El coño de Nuria chorreaba cada vez más aquel líquido que tanto me gustaba. Llevé a Nuria al orgasmo con mi infatigable lengua y casi a la vez me corrí en la boca de Marta.
Marta y Nuria intercambiaron posiciones. Comencé a lamer el coñito depilado de Marta, mientras Nuria metió mi polla en su boca y consiguió que volviera a endurecerse. Lamí el clítoris de Marta con saña hasta hacerla estremecer de gusto mientras Nuria hacia gozar a mi polla que henchida de placer acabo por vaciarse en su boca.
Ellas dos se levantaron y se tumbaron en la cama mientras yo me quedé sentado en la silla mirando. Empezaron a besarse y a meterse mano. Acariciaban sus tetas mientras jugueteaban con sus dedos en sus coñitos. Marta se levantó y colocó su cabeza entre las piernas de Nuria y lamió su coñito hasta hacerla correr. Después fue Nuria la que de la misma forma llevo al orgasmo a Marta.
De vez en cuando, me miraban, las excitaba que yo las estuviese mirando. Verlas allí comiéndose los coñitos me ponía a cien y mi polla se había empalmado otra vez. Ellas lo vieron y con un gesto me invitaron a unirme a ellas.
Marta abrió sus piernas para mí y yo hundí mi polla hasta lo más hondo de su coño y empecé a follármela con fuerza. Nuria mientras tanto nos miraba y se masturbaba. Hice que Marta se corriese y después le tocó el turno a Nuria. Mientras me follaba a Nuria, Marta no paró tampoco de masturbarse. Nuria también se corrió y entonces yo les pedí que se pusieran juntas, me coloqué sobre ellas y empecé a meter mi polla alternativamente en sus coñitos.
Penetraba tres o cuatro veces a cada una y luego pasaba a la otra y viceversa. Fue agotador, gozamos los tres hasta la extenuación y cuando no pude contener mas mi eyaculación acerque mi polla a sus bocas y me corrí sobre ellas dejando que mamaran los restos de mi corrida.
Como aquel era el último día del viaje no tuvimos ocasión de repetir la experiencia. Nos carteamos durante un tiempo y luego poco a poco perdimos el contacto pero yo nunca olvidare a aquellas chicas con las que tanto goce.
Un saludito para todos.