Relato erótico
Vacaciones “familiares”
Aquel año compartieron un apartamento en la playa con sus tíos y sus primos. Se lo montaron por turnos y la verdad es que lo habían organizado muy bien. Aquella semana, estaba con su primo y su mujer, era joven y muy atractiva.
Alberto – Gerona
Hace ya algunos años, en los meses de Julio y Agosto mi familia alquiló un apartamento en la costa, que íbamos a disfrutar tanto la familia de mis tíos como la mía. Pero debido a cuando empezaban unos las vacaciones y cuando la empezaban otros, durante los dos meses iban a estar llegando y saliendo gente.
Gloria era la mujer de mi primo y es una chica muy atractiva, llena de curvas, con un buen par de tetas y un culo para comérselo. Está casada con Jaime y tenía en aquel entonces 31 años. Pues como decía, resulta que en la playa, Gloria llevaba un biquini muy pequeño y la parte trasera se le metía por el culo dejando parte de los cachetes a la vista.
Empecé a desearla y a los pocos días. Esa misma noche pude oír como follaban como locos; los jadeos fueron muy reveladores, y yo me masturbé a gusto ya que mi dormitorio daba pared con pared con el de ellos y pude sentir durante varias horas los continuos jadeos e incluso pequeños grititos de ella.
A la mañana siguiente, estaba desayunando en la cocina, llegó Gloria e imaginando que yo estaría todavía en la cama, llevaba puesto solo un pequeño y muy corto camisón de dormir y que por ser de gasa negra y totalmente transparente me di cuenta de que no llevaba nada debajo. Me quede quieto y sorprendido al verla y ella me dio los buenos días y como si nada se preparó un café, le veía a través de la transparencia del camisón las tetas que tanto deseaba en la playa, pero al momento se fue, dándose la vuelta y volviendo a su cuarto. Fue en ese momento cuando le vi su hermoso trasero, tapado únicamente por un trocito de tela negra transparente. A los cinco minutos volvió a la cocina, pero traía unos pantalones cortos y una camiseta y detrás llegaba su marido. Al terminar de desayunar, nos fuimos los tres a la playa.
Gloria se tendió boca abajo y se desabrochó el sujetador para tomar el sol, pero cuando hablaba, bien con Jaime, bien conmigo se incorporaba un poco apoyándose con los codos, mostrando gran parte de sus tetas y en un momento llegué incluso a verle los pezones, pues se incorporó un poco más de la cuenta. Esto fue el colmo, pues hasta ella notó el bulto en mi bañador y como parecía gustarle me empezó a provocar sin disimulo.
Ya no solo se incorporaba un poco, sino que aprovechando que Jaime había ido al restaurante, me pidió que le extendiera crema por la espalda, se dio la vuelta y pude admirar las tetas.
Esa noche estaba yo que no podía más y cuando empecé a escuchar los gemidos, automáticamente mis manos se fueron a mi polla meneándola arriba y abajo. De pronto, me acordé de que la ventana de su dormitorio daba enfrente justo de la ventana de la cocina. Si estuviera abierta los podría ver.
Me levanté y me puse un pantalón corto mientras pensaba que si me descubrían, siempre podría decir que había ido a la cocina a beber. Cuando llegué, me asomé por la ventana y puede comprobar como ella estaba sentada encima de él cabalgándolo, él le cogía las tetas mientras ella con sus brazos levantados se cogía el pelo. Afortunadamente para mí, la ventana estaba abierta, ya que no se les podía ver desde ningún otro sitio por la disposición del edificio, y mantenían encendida una luz en la mesita de noche, por lo que realmente tenía muy buena visión de su cuarto. Estaba haciéndome una paja cuando sentí como ella se encogía y gimiendo bastante fuerte se corría, cayendo encima de él. En este momento descargué toda la leche retenida de mis cojones en mi mano.
A la mañana siguiente cuando me levanté, vi que Jaime se marchaba con una maleta y al preguntarle por su ida, me dijo que tenía que estar fuera tres días por un negocio que si le salía tendría una buena comisión. También me dijo que cuidara de Gloria en su ausencia y dándole un beso con intercambio de lengua ella a él, se marchó.
Cuando estaba terminando de desayunar, me dijo Gloria de ir a la playa, pero que iríamos a otra que ella conoce. Al llegar a la playa, me fijé en que casi todo el mundo estaba en pelotas y ella mirando mi extrañeza, me dijo que era una playa donde se practicaba el nudismo. Nos sentamos en las toallas y ella se quito el sujetador; al verle las tetas me tumbé boca abajo para que no se me notara el bulto que se me estaba poniendo y mirándola vi como se quitaba la parte de abajo del biquini, quedándose en pelotas.
Tenía un coño precioso, lo tenía afeitado todo excepto un pequeño mechón en la parte superior, de labios abultados y sonrosados. Se dirigió hacia el agua y se zambulló. Al regresar, yo seguía tendido boca abajo, se situó encima de mí, poniendo un pie a cada lado de mi cuerpo y estrujó su larga melena echándome agua en la espalda. Yo, que no lo esperaba, me giré de un brinco y me quedé de piedra, ya que por la posición pude contemplar el coño desde abajo y ella abierta de piernas. Seguí en la misma posición y ella agachándose tiró de mi bañador hacia abajo diciendo que si no me lo quitaba iba a desentonar. Se tumbó a mi lado y empezó a contarme que a ella le encanta ir a playas nudistas e ir desnuda por casa, pero que Jaime es muy raro en eso y no quiere oír hablar del tema. Y aprovechando que no estaba él, y si a mí no me importaba, que estos días iríamos así. Yo miraba con cara de asombro, y ella me dijo con mucha picardía mientras me acariciaba la espalda que esperaba contar con mi total discreción y que no me arrepentiría.
Cuando cogí más confianza, me giré, y ella pudo ver mi polla que aunque no estaba tiesa, mostraba una semi erección. Se fue de nuevo al agua y mientras nadaba un poco, vi como se le acercaba un hombre de unos 35 años, los veía hablar y reír. Salieron del agua y se situaron los dos a mi lado. Ella me lo presentó, y desde ese momento parecía que yo no existiera. Él le ponía crema por todo el cuerpo, pero era una excusa para magrearla y ella sin disimulo alguno le cogía los huevos con una mano y con la otra acariciaba la polla. Al rato ambos se levantaron y se fueron tras unas rocas que había a unos 150 metros. Yo picado por la curiosidad, me fui al agua y nadé hasta situarme en una posición que los pudiera ver. Y allí estaban, ella de espaldas apoyada con las manos en las rocas y él, metiéndosela por detrás y bombeando sin parar. Hasta que en un momento dado él salió de ella y ésta girándose se agachó y se metió la tranca en la boca. Yo que me había dejado arrastrar por las olas, llegué muy cerca de la orilla y pude ver perfectamente como ella se tragaba toda la corrida mientras él la cogía de los pezones y ella se tocaba el coño haciéndose una paja. Como vi que estaban terminando, nadé de nuevo hasta donde estaban las toallas y llegué justo antes de ellos llegaran. Este hombre al llegar a las toallas, le dijo que otro día se verían y le dio un morreo a modo de despedida cogiéndole con una mano el culo y con la otra una teta.
Gloria se tumbo en la toalla, no dijo nada, pero cuando volvíamos a casa, me dijo de nuevo que contaba con mi discreción y mientras conducía, acarició con una mano el interior de mis piernas hasta casi llegar a mi verga.
En casa, al salir de la ducha desnuda, me volví a sorprender, pues salió como si nada y estuvo el resto de la tarde viendo la tele en pelotas. Preparó unos sándwich para cenar y cenamos. Me dijo que estaba cansada y se acostó. Al día siguiente fue la misma historia, playa, tío en la playa y de vuelta a casa. Pero al siguiente día cuando estábamos en la playa, no vino este tío, por lo que durante la tarde me dijo que iba a salir a comprar y que no tardaría.
Efectivamente no tardó mucho. Se despelotó y me dijo de ver una película. Era una película porno. Mientras la veíamos, yo estaba empalmado y ella me dijo que como Jaime volvería al día siguiente, me iba a recompensar por mi silencio, y diciendo esto, se puso de rodillas delante de mí y se tragó toda la polla. Como chupaba la tía, parecía que se la iba a tragar. Hasta que no pude aguantar más y corriéndome se tragó toda la corrida. Como la seguía teniendo tiesa, me tumbó en el sofá y se sentó encima de mí metiéndosela hasta el fondo.
Me cabalgaba y se corrió chillando. Entonces la puse a cuatro patas y se la metí en el coño por detrás y mientras le cogía las tetas me corrí. Luego nos fuimos a la cama, hicimos un 69 y se la metí por el culo. Estuvimos follando toda la noche, no sé la de veces que me corrí. A las once de la mañana, me desperté al notar que me chupaban la polla. Sonrió y dijo que como su marido estaba a punto de llegar, me dedicaba la última mamada.
El último día de mis vacaciones, me dijo que la acompañara a comprar unas cosas, la casa volvía a estar llena de gente y mientras su marido dormía la siesta la acompañé. Me llevó a un descampado, y en el coche follamos de nuevo y me la volvió a chupar. Luego nos hemos vuelto a ver, pero ya es otra historia.