Relato erótico
Vacaciones “exitosas”
Quería aprovechar aquel fin de semana que fueron al pueblo de sus padres para programar sus vacaciones, pero el resultado de aquella visita fue que se quedó todo el mes de Agosto en el pueblo y lo paso en grande.
Toni – Zaragoza
Esto que voy a contaros ocurrió hace un mes en una agencia de viajes. Aunque vivo en la ciudad, mis padres son de un pueblo al que solemos ir de vez en cuando. Un viernes por la tarde fuimos a pasar el fin de semana. Como ya estaba mirando lo de las vacaciones me fui a la agencia que acababan de poner en el pueblo, la llevaba una chica a la que conozco desde siempre. La primera impresión fue buenísima. Sara que así se llama tiene 32 años pero muy bien conservados, rubia, pelo corto 1,60 y unas tetitas ni muy grandes ni muy pequeñas. Llevaba una camiseta con cuello de pico que cuando se agachaba un poco se le veía el sujetador blanco que llevaba y una minifalda. Ya os digo buenísima.
– Hombre Toni, buenas tardes, tu por aquí, que tal – dijo-
– Bien, gracias. He venido a ver que ofertas tienes aunque igual llego un poco tarde.
– No te preocupes, ahora cierro la puerta y ya está.
Le dije que quería ir algunos días a Italia durante el mes de Agosto. Me pregunto si iba solo o acompañado, le dije que me acompañaban mi prima y una amiga suya. Si es posible en la misma habitación.
Empezó a mirar en el ordenador y de repente se quedó colgado.
– Joer, ya se ha quedado colgado otra vez, estoy de el hasta el moño – comento un poco cabreada-
Déjame un poco a ver que le pasa que trabajo en esto. Investigue un poco y vi que era un virus. Conseguí arreglárselo. Estaba muy agradecida y dijo:
– Gracias, eres un genio. Si quieres como es muy tarde te invito a cenar en mi casa y mañana miramos lo del viaje.
Le comenté que había quedado con mi prima, pero dijo que también podía venir a cenar con nosotros.
Fui a casa a buscar a mi prima, estaba guapísima. Llevaba un vestido blanco de tirantes y tan ajustado que se le notaban todas las curvas.
Llegamos a casa de Pili, que así se llama, vi que también se había puesto muy atractiva. Llevaba un vestidito corto y se le podía ver perfectamente el minúsculo tanga.
Cenamos y como hacia buena noche salimos al jardín a tomar una copa y hablar de todo. Pili se quejó de que llevaba unos días con dolor en la nuca, seguramente por estar todo el día delante del ordenador.
Mayte, mi prima, se ofreció para darle un masaje. Dijo que le habían enseñado, pero que tenia que sacarse el vestido y tumbarse en la toalla.
Pili se quedó un poco cortada, dijo que solo llevaba el tanga y que le daba vergüenza, pero, Mayte dijo que para que no se sintiera extraña, nos quedaríamos todos en ropa interior.
Se tumbó en la toalla y Mayte empezó a darle masajes empezando por el cuello y fue bajando poco a poco por la espalda hasta llegar al culito. Pili al principio estaba relajada pero conforme avanzaban los masajes los gemidos que al principio eran casi inaudibles empezaron a ser más notorios.
– Te gusta -dijo Mayte- pues esto no ha hecho nada más que empezar.
Le dio masajes por el culo bajando las manos hasta las piernas lentamente pero muy sensualmente. Yo ya me había quitado el slip y empezaba a frotármela viendo semejante escena. Mi prima ya se había quitado el sujetador.
Ahora date la vuelta que tengo que hacerlo por delante.
Empezó a darle masaje por el cuello, bajo a las tetas y las masajeo como otra mujer sabe. Se acercó tanto a ella, que sus pezones se tocaban. Parecían dos gatitas en celo, gemían suavemente y poco a poco se iban animando. Pili, lanzó un suspiro y Mayte fue directamente a su boca, iniciando un sensual morreo.
La cosa se fue animando, Mayte se deshizo de los labios de Pili y fue bajando lentamente, lamiendo el excitado cuerpo de Pili.
Estaba descubriendo una faceta de mi prima que desconocía. ¡Le gustaban las tías! y por lo visto sabia como hacer disfrutar.
Cuando llegó al chochito de Pili, vi como pasaba la lengua delicadamente por todos los rincones. Pili estaba excitadísima y no paraba de moverse y de decirle que no parara. El momento más caliente fue cuando mi prima se dedico exclusiva a “trabajarle” la pepitilla, ya que Pili empezó a gritar diciendo que se corría. Tuvo unos espasmos e inundo la cara de Mayte de una larga corrida.
Yo estaba a tope, mi polla babeaba y necesita que le hicieran caso. Pero Mayte no desistía, seguí comiéndose el chocho, por lo tanto, me acerque a Pili y se la metí en la boca. La tía agarró mi polla y empezó a mamarla como una loca. Aunque estaba disfrutando como una cerda, le debían gustar las pollas porque no la soltaba. Me estaba follando su boca y ya no pude más, le dije que me corría, pero no hizo ni caso, siguió con la polla en la boca mientras yo le soltaba una buena carga de leche.
Me levanté y vi que Mayte, también dejaba el chocho de Pili tranquilo. Nos sentamos los tres en una hamaca y fui el primero en hablar:
– Bueno, bueno, parece ser que la cena ha derivado en una noche de sexo loca. Pero, primita, nunca me habías dicho que te gustaba comer chochitos, además, por lo visto lo haces muy bien.
– Mira Toni, hay muchas cosas que no sabes de mi. Me gustan los tíos y las tías, sino ya verás cuando te recupero y te coja la polla por mi cuenta.
Nos reímos todos, pero de momento, la única que no había dicho nada era Pilar, por lo tanto, le pregunté que le había parecido la sesión de masaje con final feliz, a lo que contestó:
– Pues me ha parecido muy bien, pero siento no haberte conocido antes Mayte, a mi también me van las dos cosas y desde luego tu, eres una comedora experta, pero no te preocupes, a mi también se me da muy bien, y si quieres, ahora mismo te lo demuestro.
Dicho y hecho, se levantó, cogió las fundas acolchadas de las hamacas y las colocó en la mesa donde habíamos comido, que era de madera y parecía muy fuerte. Le dijo a Mayte que se tumbara, pero con el coño en el borde. Se sentó en una silla delante de ella y empezó el espectáculo.
Al segundo lametón, mi prima ya estaba cachonda. La lengua de Pili no paraba de moverse, lamía y lamía, hasta que de pronto, separó los labios del coño y me sorprendió ver el pedazo de clítoris que tenía mi primita. Estaba hinchado y sobresalía un montón. Empezó a chuparlo y a lamerlo, hasta que de empezó una mamada de pepitilla que hizo que Mayte se corriera abundantemente, pero la muy viciosa, mientras se estaba corriendo, agarró la cabeza de Pili y la amorró a su coño diciéndole:
– No pares guarra, quiero correrme muchas veces, chupa, chupa y no pares.
Ya no podía más, me acerqué a la mesa y le metí la polla en la boca de mi prima, que me demostró que sabía chuparla con una maestría increíble.
Cuando la tenía a tope, Mayte se levantó y me dijo que se la metiera en el chocho y que la follase sin parar.
Se tumbó en una hamaca, se la metí y Pili, ni corta ni perezosa, se sentó en la cara de Mayte para que le comiese el coño. Estábamos como locos de gusto, pero Pili también quería ración de rabo y cambiamos las posiciones.
Estaba a punto de correrme y lo dije, entonces se levantaron como si tuviesen un resorte en el culo y se arrodillaron delante de mi polla y se la turnaban en la mamada. Cuando notaron que ya me venía, Mayte me la pajeaba y Pili tenía la boca a punto. Se tragaron hasta la última gota y entre las dos me la dejaron limpia y reluciente.
Por aquella noche, ya teníamos bastante. Lo que si puedo deciros es que aquel año pasé las vacaciones en el pueblo y Pili, mi prima y yo follamos como locos. Y para que os hagáis una idea de cómo fueron solo puedo añadir, que tanto Pili como Mayte ahora viven y trabajan en mi ciudad.
Besos para todos los lectores de esta estupenda revista.