Una pareja para conocer

Había estado liado con una mujer casada y pensaba que algún día podrían follar delante del marido, pero no fue así. Se compró una revista de contactos y encontró una pareja que le pareció ideal.

Ricardo – Ávila
Siempre experimenté una gran excitación por la idea y la fantasía de compartir una cama con un matrimonio. Fantasías como esta se me presentaban por la noche y aumentaban mi temperatura, aun en mis horas de vigilia. Hacía un tiempo que andaba enredado con una mujer casada y siempre me venía por la cabeza con la idea de follarla junto a su marido. Luego de unos meses de aventuras cortamos y me quedé con las ganas de hacer un trío, ya era imposible porque no conocía a nadie para concretar mi fantasía. Pero ese día llego.
Me compré una revista de contactos en un quiosco, como me recomendó un amigo, en ella encontré la posibilidad de publicar un aviso: “Busco chicas o parejas con quienes concretar una buena amistad y compartir gratos momentos” decía mi aviso. Recibí, algunos mensajes. Tuve que aguantar algunos plantones y algunas desilusiones, ya me estaba dando por vencido cuando de pronto recibí un mensaje:
“Somos una pareja joven, buscamos concretar una linda amistad y nos interesa conocerte”. Casi ni revisé el resto de mis mensajes, en su mayoría de hombres que no iban con mi búsqueda. Primero nos hablamos por teléfono, luego intercambiamos correspondencia contándonos nuestros gustos, y así pasaron más de tres meses sin poder concretar nada.
Me llamaron un día a casa y estuve hablando con ellos, me preguntaron si lo que decía en mis cartas era cierto, si era verdad que no tenía mucha experiencia, si tenía 20 años y si no tenía inconveniente en verlos esa semana. Finalizaron la conversación con un cumplido sobre mi persona y una proposición tan directa como generosa. Acepté el cumplido pero rechacé la proposición lo mejor que pude, porque las ventajas eran buenas, pero no podía ir directamente a su casa, en parte era que yo si les había enviado una foto mía y ellos no, si veía que no eran lo que buscaba, era tomar algo y listo.
Arreglando este punto, ellos procedieron a invitarme entonces a una cafetería al día siguiente, alrededor de las 10 de la noche. No se oyó ni se dijo una palabra de cómo tenia que ir cada uno vestido.

No sabía que ponerme y entonces busqué el traje que tenía guardado y que casi nunca lo usaba, pero resultó ser demasiado formal. Finalmente me puse unos tejanos y fui para allá. Estuve unos minutos sin atreverme a entrar y pensando qué hacer si no los conocía.
Nunca olvidaré la sensación de miedo, inseguridad y excitación al verlos a los dos esperándome. Solo entrar me reconocieron y me hicieron una seña con la mano. A medida que me iba acercando a su mesa me parecía que esas sensaciones iban aumentando. Hice un esfuerzo para aparentar cierta seguridad. Yo no dejaba de observar a Susana, que era muy atractiva y me interesó al momento. Era alta, cabello castaño, largo y suelto, tez blanca, delgada, con una muy buena figura, vestía con una camisa, una minifalda y medias negras. Marcelo era más alto que yo, cabello oscuro, de rostro pálido y completamente afeitado. Era elegante, de porte firme y mirada amistosa. Era una pareja joven, de 23 y 29 años, pero no los aparentaban.
Hablamos lo suficiente y llegué a la conclusión de que eran buenas personas y con ellos llevaría a cabo mi aventura.
-Sinceramente, nos moríamos de ganas de conocerte y nos gustaste desde el primer momento y más al verte entrar en la cafetería.- dijo Susana.
Me gustó oír esto, ya que no me considero atractivo, pese a tener buen cuerpo y bien trabajado. Entre otras cosas debo señalar que habíamos estado tomando cerveza los tres, como no soy de beber y no había comido nada durante el día, me sentía mareado y empezó a dolerme la cabeza. Pero más dolía desaprovechar la invitación.
– ¿Vamos a casa? -dijo Marcelo, con una sonrisa y demostrando confianza. Debí haberlos mirado con dudas, porque me pregunto:
– ¿No quieres o no te animas? Mira que no mordemos y además vamos a poder charlar más cómodos que aquí. – disparó Susana.
Era cierto porque teníamos ganas de charlar cómodos y sentíamos que todo el mundo que estaba alrededor paraban las orejas.

La atención estaba puesta en mi respuesta. ¡Por dios! Sin pensarlo recobré algo de calma y les dije que si. Todo era fascinación y calentura. El problema era que como yo había ido con mi coche, ellos no me permitirían conducir, así que Marcelo llevaría mi coche y yo viajaría con Susana.
Al cabo de unos minutos de viaje me repuse totalmente. Susana entabló una buena conversación, le confesé que estaba nervioso, que esta iba a ser mi primera vez con una pareja. Ella se encargó de relajarme y hacerme sentir cómodo.
– Nos caíste muy bien, por lo general no llevamos a nadie a casa y si hacemos esto es porque nos interesas.
Cuando llegamos a su casa me sentí muy cómodo. Nos sentamos en el salón, Susana fue a preparar café y Marcelo y yo nos quedamos solos un momento.
-¿Qué te parece, te gusta mi chica?- me preguntó en tono de complicidad.
– Si, es muy atractiva- le respondí.
-Al principio es tímida, pero cuando se suelta es una fiera. – explicó.
Susana se sentó en medio de los dos en el sofá, tomamos café y charlamos un buen rato, me contaron más detallados sus gustos y yo los míos, intercambiamos algunas experiencias y estábamos igual, nuestros anteriores contactos no fueron lo esperado, ellos tampoco tenían experiencias, habían intentado el intercambio pero les fue mal.
-¿Te gustaría que probemos algo ahora? – preguntó Marcelo.
El corazón se me puso a cien y les conteste con un si.
Marcelo fue a poner música, ella se sentó en mis piernas y comenzó a besarme. Yo comencé a acariciarla y a quitarle la blusa. Nos pusimos de pie, le quité el sujetador y me apoderé de sus pechos. Marcelo se colocó detrás de ella, le quito la faldita y le susurró al oído:
– Cariño, hoy si que lo vas a pasar bomba.
Le quitó el tanga y la cubrimos de caricias. Me agradó descubrir su sexo totalmente bien depilado. Nos encargamos de besar y chupar sus pechos a la vez, mientras ella nos acariciaba las pollas sobre los pantalones y pudo sentir que estábamos empalmadísimos. Ella empezó a desvestirme, mientras Marcelo también se quitaba la ropa, descendió y comenzó a chupármela, se dio la vuelta y comenzó a chupársela a Marcelo, que estaba sentado en el sofá, aproveche que estaba a cuatro patas, me recosté por debajo de ella en la alfombra y comencé a chuparle el coño. Ella se sorprendió se dio la vuelta y comenzó a chupármela de nuevo, mientras Marcelo se la follaba. La situación me encantó me sentía muy caliente. Marcelo se salió y se dirigió al dormitorio a preparar las cosas. Ella me la seguía chupando. Se subió sobre mí y comenzó a frotar su chocho con mi verga.
– ¿Te gusta?- preguntó.
– Me encanta -respondí
Me colocó un preservativo, se montó de nuevo encima de mi y comenzó a cabalgarme. Saboreé sus pechos mientras mi polla se perdía en su interior. Gozaba una tremenda excitación cuando fui interrumpido por la voz de Susana.
– ¿Piensas estar parado toda la noche, Marcelo?

Había oído bien, no iba a estar mirando pasivamente.
-¿Qué te parece? ¿Quieres sexo a tres? – pregunto Marcelo con una voz serena.
Me quedé parado tenía algo de miedo, yo sabia que el problema no era eso sino que no tenía experiencia, pero ofrecí un “si” de respuesta, la onda era disfrutar todos.
Aprovechando la posición, Marcelo le comenzó a chuparle el culo a Susana, ella se puso como loca, podía sentir como se estremecía su interior, señal de que estaba a punto de acabar. Se abrazo a mí y me regaló su primer orgasmo, a la vez que me besaba toda la cara y me decía cosas dulces. La recostamos en el sofá, Marcelo le levantó las piernas sobre sus hombros y se la metió de un saque, comenzó a bombear mientras yo me comía a besos sus hermosos pechos. Marcelo se la sacó y se la acerco a la boca para que se la chupara.
Estábamos todos muy calientes. Observé como ella se masturbaba con las manos, así que aproveché la posición y la penetré de nuevo, comencé a bombear sintiendo cada centímetro de placer a la vez que le acariciaba el clítoris, yo ya estaba a punto de acabar y la saqué. Ella me hizo recostar boca arriba y se coloco sobre mí, en posición del 69, quería que se lo chupara mientras ella me la chupaba. Aprovechando que estaba a cuatro patas, Marcelo se la metió desde atrás.
– Te voy a romper el culo – le susurró.
– Quiero que me folléis por todos mis agujeros – pedía a gritos.
Empezó a metérsela por el culo. Yo en mi posición tenía un buen primer plano de como la polla de Marcelo entraba lentamente en el interior de Susana. Ella tomó aire y se quedó quieta hasta que la tuvo toda dentro. Cuando Marcelo empezó a bombear, ella empezó a chupármela con fuerza, parecía que se la iba a tragar toda, jadeaba y trataba de formar palabras que apenas se le entendían. Me costó un poco pero logré llegar a chuparle el coño. Marcelo estaba a punto de acabar, ella también y yo ni hablar, Marcelo acabó dentro de su culo y fue una reacción en cadena, a la que le siguió Susana y luego yo. La salpiqué toda con mi leche, la cual ella saboreó hasta la última gota. Nos quedamos quietos un rato, disfrutando del momento.
Susana fue al baño a lavarse. Marcelo y yo nos sentamos en el sofá, me dio las gracias, me dijo que eso era lo que ellos deseaban y que por fin lo habían encontrado. Le confesé que yo también había cumplido mi fantasía.

Ella volvió y nos comió a besos. Me fui a duchar y cuando volví me senté junto a ella y seguimos un rato más con los mimos.
Brindamos por el encuentro y nos planteamos como seguiría todo entre nosotros, ellos confesaron que no tenían problemas en continuar, todo dependía de mi decisión. Yo no tenía problemas, estaba tan maravillado como ellos y deseaba seguir experimentando. Plantearon que mientras siguiera con esa relación, yo debía guardar estricta reserva y nada de otras relaciones por ahí, como para prevenir cualquier contagio y que ella se encargaría de mi placer. Lo que me proponían era algo estable. Me pareció bien y estuve de acuerdo.
Me invitaron a pasar la noche con ellos, me sentí muy bien con su propuesta, ya nos tratábamos como si fuéramos amigos de toda la vida. Nos acomodamos en el dormitorio, era bastante amplio y cómodo, ella me guió a la cama mientras Marcelo ponía una película y luego se acomodó con nosotros. Susana quedó en medio de los dos y nos dispusimos a ver el vídeo porno. Susana se dedicó a besarnos y chuparnos a los dos y logró ponernos a tope de nuevo. En ese momento pude apreciar y elogiar el tamaño de la verga de Marcelo, un poco más larga y casi del mismo ancho que la mía, ella también me elogió.
Nos cabalgó alternadamente a los dos. Estaba cabalgando sobre Marcelo cuando pidió que quería las dos pollas a la vez, una en el coño y la otra en el culo. Ella con sus manos abrió bien su agujero ofreciéndomelo, se lo besé un poco, le puse una vaselina que me dieron, me acomodé sobre ella y apoye mi polla en su agujerito divino que me esperaba. La penetré lentamente y fui bombeando hasta que se la metí toda. Ella le plantó un beso a Marcelo que lo dejó sin aire. Al principio nos costó un poco tomar el ritmo, pero cuando lo logramos, éramos una verdadera máquina de sexo.
Me volvieron loco las sensaciones que sentía. Marcelo acabó primero, ella explotó un momento después. Yo me puse loco al sentir como acababan, y más loco porque quería acabar con ellos y me faltaba poco, creo que bombeé con bastante locura, lo que ella volvió a correrse. Cuando me corrí, fue glorioso. Ese fin de semana fue espléndido. Probamos y tuvimos sexo de todas las formas que se nos ocurrían. Así fue mi debut. Al poco tiempo me mudé con ellos y compartí casi un año.

Experimentamos muchas cosas, probamos el sexo grupal, incorporamos a una chica a nuestros juegos y muchas más experiencias.
Tuvimos nuestros altibajos y algunos desencuentros, pero la relación no se acabó por eso, sino por cuestiones laborales. Ellos tuvieron que mudarse lejos, pero aun mantenemos contacto, nos carteamos, intercambiamos fotos y videos y cuando tengo unos días de fiesta voy a verlos y a compartir nuestra lujuria. La amistad aun vive a pesar de la distancia y eso es lo importante.
Saludos