Una para todos, todos para una

Somos jóvenes, estamos felizmente casados y nos gusta follar con otras parejas u hombres. Aquella noche salimos dispuestos a disfrutar y lo conseguimos.

Arturo – CASTELLÓN
Mi esposa Carmen y yo siempre que salimos, lo hacemos dispuestos a tener sexo con terceros o terceras, por eso Carmen siempre sale vestida en forma muy sugestiva y yo llevo varios paquetes de preservativos.
La noche era realmente hermosa. Salimos a recorrer los pubs que hay en nuestra ciudad. Hemos tenido y tenemos sexo con algunos amigos de nuestra ciudad, pero preferimos hacerlo con gente que luego no veamos, para evitar compromisos.
Primero visitamos los pubs, para ver la cantidad de gente que hay en cada uno y al tercero que fuimos, vimos que había dos coches. Entramos.
Estaban los parroquianos habituales y además un grupo de hombres entre 25 y 50 años, sentados en una mesa.
– Están buenos – dijo Carmen después de mirárselos.
Como habíamos salido en nuestra moto, íbamos vestidos de acuerdo al vehículo en que viajábamos. Carmen se había vestido con un pantalón de cuero negro que le quedaba tipo guante, una blusa negra totalmente transparente y muy ajustada, que como no lleva ropa interior, permitía ver sus hermosos pechos como si estuviese desnuda. Completaba su vestimenta una chaqueta negra de cuero y botas negras de tacón muy alto y fino.
Carmen es una mujer de 29 años, muy bonita, delgada y con buen culo y tetas, su cintura es estrecha, lo que resalta sus atributos naturales. Tiene una estatura media y lleva el cabello largo, lacio y bien rubio, que resaltaba con el negro de su vestimenta.
Cuando entramos, ella iba aún con la chaqueta, aunque desabrochada y todos se giraron a mirarla. Cuando nos sentamos en la barra y Carmen se quitó la chaqueta, todos se quedaron como idiotas, mirándola. El camarero rompió una copa, uno de los parroquianos se llevó una mesa por delante y se hizo un silencio que se escuchaba.
Nosotros, “ajenos” a todo, pedimos un Martini para Carmen y un cubata para mí. Cuando Carmen sacó un cigarrillo y me pidió un encendedor, sabiendo que yo no fumo, uno de los señores se levantó y muy galante, le ofreció fuego. Carmen lo miró, le sonrió y encendió el cigarrillo. Entonces el señor le dijo al camarero que lo que consumamos esa noche lo pagaba él y nos pregunta si le haríamos el honor de sentarnos a la mesa con ellos. Aceptamos y tomamos varias copas, por lo que Carmen estaba bastante alegre y desinhibida.
El tema de la conversación llegó al plano sexual y uno de los mayores le preguntó a Carmen como le gustan las pollas de los hombres.
Carmen los miró, sonrió, miró a los ojos al que le había preguntado y le contestó:
– Me gustan duras y limpias, lo del tamaño depende de cómo la uses y de lo que yo tenga ganas esta noche – y resaltó las palabras esta noche.

Mi esposa estaba sentada frente a mí por lo que tenía un desconocido a cada lado y vi bien claro como las manos de estos se apoyaban en las piernas de Carmen y como ella se reía divertida. Entonces el más joven preguntó que íbamos a hacer después que nos fuésemos del pub y
yo les dije que todo dependía de Carmen y ella les preguntó que idea tenían ellos.
No esperaban esa respuesta, por lo que se miraron y decidieron invitarnos a seguir la velada en algún Motel. Carmen los miró con picardía y preguntó:
– ¿Cuales son vuestros planes, caballeros?
Ellos contestaron que íbamos a hacer todo lo que Carmen indicase y lo que ella no quisiera no lo hacíamos. Un par de copas más y Carmen nos dijo:
– ¿Vamos?
Subimos los seis en uno de los coches y llegamos a un Motel.
Carmen fue la primera en entrar y fue al baño a ducharse, pronto salió totalmente desnuda y fue rodeada inmediatamente por los hombres que comenzaron a besarla y tocarla por todos lados. Carmen ya estaba bien caliente por lo que nos pidió a todos que la imitásemos y nos desnudásemos.
Luego nos hizo sentar en la cama y comenzó a chuparnos las pollas a todos y diciendo:
– La primera corrida es mía, luego me podéis hacer lo que os guste y por donde os guste.
Carmen no te chupa la polla, te la exprime, te masturba, te mordisquea, te chupa, te lame, te toca el culo y te hace correr en pocos minutos.
El primero, uno de los chicos, eyaculó casi enseguida y llenándole la boca y la cara de leche. Carmen no se limpió y fue por el segundo, que era uno de los señores mayores y se encontró con una polla realmente enorme y muy gruesa. Le costaba metérsela en la boca por lo que lo más que hizo fue masturbarlo y lamerle el culo. En pocos minutos el tipo se corrió en medio de gritos y bufidos y gritaba:
– ¡Esto es maravilloso!
Le llenó la boca, el pelo, la cara y las tetas con leche muy espesa. Una a una nuestras vergas fueron soltando leche sobre Carmen que disfrutaba mucho de saberse tan deseada. A continuación Carmen se dio otra ducha y regresó diciendo que ahora la tienen que hacer correrse a ella.

La acostamos en el medio de la cama y comenzamos a lamerle todo el cuerpo, turnándonos para chuparle el coño y el culo. Le chupábamos las tetas, los pies, las manos, el cuello. De repente se puso de rodillas y se dirigió al hombre que tenía la polla más grande, lo comenzó a masturbar y logró meterse parte de ella en la boca. En pocos minutos el tipo tenía la polla totalmente tiesa otra vez y Carmen le colocó un condón y lo montó, cabalgándolo durante unos minutos y luego se acostó en su pecho y nos dijo, metiéndose un dedo en el culo:
– Quiero a alguien aquí.
El otro veterano, que era bastante flaco, se subió encima y arrodillado tocó con su polla el culo de Carmen, que estaba bastante dilatado. Se puso un condón lubricado y lentamente pero sin detenerse nunca, le metió toda la verga en el culo. Se quejó que le dolía el ano pero pidió que no se la sacasen, que le gustaba la mezcla de placer y dolor.
Los tipos comenzaron a moverse dentro de Carmen, primero lento y luego más rápido. Ella gritaba, gemía, se quejaba pero comenzaba también a moverse, haciendo que las pollas entrasen y saliesen prácticamente de su coño y culo. Pronto noté que iba a llegar su orgasmo, lo sabía porque apretaba las sábanas con las manos y doblaba los dedos de los pies. Así se corrió en medio de convulsiones y gritos de placer. En ese momento los veteranos comenzaron a moverse de forma violenta, arrancando gritos a Carmen hasta que primero se corrió el que estaba en su culo y casi enseguida el que estaba en el coño.
Los otros chicos, sin dejarla reponerse, la follaron igualmente por sus dos agujeros, logrando que Carmen se corriera dos veces más, mientras que ellos se corrieron uno en su culo y otro en el coño. Entonces Carmen se colocó boca para abajo y me pidió que se la metiera en el coño ya que el culo le dolía horrores. Así me monté sobre ella y la follé hasta que lancé toda mi leche en su coño.
Quedamos todos aletargados y poco a poco nos fuimos durmiendo, hasta
que me despertaron unos quejidos y vi a Carmen que era penetrada por el culo por el veterano de la polla inmensa mientras que el otro veterano le chupaba el coño. Cuando reaccioné, Carmen estaba en medio de una serie de orgasmos que la tenían casi desmayada. El veterano se corrió cogiendo a Carmen de la cadera y golpeando su polla con toda su fuerza, haciendo que el culo de ella quedara realmente dilatado y cuando se la sacó vi que no llevaba condón ya que la leche manchaba la cama. Entonces la pusieron de espaldas a la cama y uno a uno la fueron follando por el coño, que también le dolía bastante, hasta que los tres se corrieron.

Carmen se dio la última ducha y se vistió cuando nosotros estábamos todos vestidos. Subimos al coche y nos retiramos. Carmen estaba “dolorida”. Cuando llegamos a nuestra casa se acostó y se durmió al instante. La desnudé, le di un beso y la arropé y pasó todo el día acostada.
Saludos.