Relato erótico
Un hobby completo
Se apuntó a un gimnasio para poder llenar su tiempo libre. Se había separado y no sabía qué hacer, se sentía fuera de lugar con sus antiguos amigos y no estaba de humor para salir de marcha. Lo que no se imaginaba es que el gimnasio la “llenaría” tanto.
Raquel – Castellón
Soy una mujer recién separada, como es lógico después de una separación me encontré muy desubicada, sin saber qué camino tomar. Decidí entrar a un gimnasio para distraerme un poco y para mantenerme en forma, pues en verdad mi cuerpo está bien formado, soy delgada, algo musculosa, mis glúteos son grandes y duros, mis pechos son grandes, redondos y bien puestos, mi cintura es pequeña y mis piernas son gruesas.
Los días trascurrían sin ningún contratiempo, iba al gimnasio todos los días, el monitor de las mujeres era un hombre de cabello canoso, de unos 35 años, era bastante musculoso, su culo era fuerte y redondo, siempre iba vestido con mallas ajustadas lo cual dejaba notar lo grande y grueso que tiene la verga. Siempre se mostraba muy amable conmigo y muy atento a mis ejercicios, lo cual hizo que entabláramos una buena amistad. El monitor de los hombres, el cual siempre trabajaba en la segunda planta del gimnasio, es un chico negro y de menos edad.
Cierto día decidí continuar con la rutina después de que todas mis compañeras se habían marchado, el monitor de mujeres me dijo que si necesitaba algo lo llamara que iba a estar en la parte de arriba con el monitor de hombres, yo seguí montando bicicleta y me podía ver a través de un gran espejo y veía como la malla se metía en el culo. Esto me fue poniendo algo caliente, pues desde que me separé de mi marido no había vuelto a tener relaciones sexuales.
Como estaba sola en aquel gran salón decidí masturbarme mirándome en el espejo, me acariciaba imitando que era un hombre el que lo hacía, empecé acariciándome los senos los cuales los saqué entre la malla, con la punta de mi lengua trataba de mojar mi pezón, después me tocaba el chocho y me metía el dedo, cuando de pronto oí la voz de mi monitor. Me sorprendí un poco y traté de acomodar mis tetas pero él me dijo que no lo hiciera que quería verlas, como estaba tan caliente no me hice de rogar, se acercó a mí y tomando la tira de mi malla, la bajó y poco a poco fue quitándomela hasta quedar al descubierto mis grandes pechos. Empezó a besarme en la boca mientras me acariciaba los pezones erectos, al igual que su polla, que acariciaba a través de su pantalón.
Mientras me besaba me decía que hacía mucho tiempo que quería hacerlo y yo le pedí que me follara, que hacía mucho tiempo no lo hacía con un hombre y sin dejar de besarnos nos fuimos quitando la ropa. Cuando estuvimos totalmente desnudos lo besé por todas partes hasta llegar a su polla, la besé muy suavemente mientras acariciaba sus testículos. Después empecé a chupársela hasta metérmela toda en la boca, fui chupando con más fuerza, me pedía que siguiera, que la chupaba muy bien, le dije que se diera la vuelta y empecé a besar y morder sus nalgas, las abrí y con mi lengua recorrí su ano. Esto lo puso a tope, yo seguía haciéndolo con más fuerza. Después le dije que me hiciera lo mismo, me hizo sentar en la bicicleta estática, levanté una de mis piernas mientras él se inclinó y empezó a chupar mi coño, después empezó a introducir sus dedos en mi chochito mientras lamía mi clítoris, empezó a hacer movimientos como si fuera su polla.
Me propuso subir con el monitor lo cual acepté encantada. Mientras subía las escaleras él iba detrás y yo iba mostrándole el culo, a mitad del camino me pidió que parara y me abriera las nalgas, así lo hice mostrándole mi agujero rosadito, acercó su cara y con su lengua empezó a abrir mi culo, yo hacía movimientos sensuales, miré hacia el segundo piso y estaba el otro monitor y dos hombres más mirando extasiados, acariciando sus vergas, yo saqué mi lengua y la pasé por mis labios insinuándoles que quería comérmelos, el monitor cogió su verga y empezó poco a poco a sobarla en mi ano hasta que fue introduciéndola, mientras los otros seguían sobando sus vergas.
– ¿Por qué no la haces subir a cuatro patas con la polla dentro del culo?- dijo uno de los chicos.
Y así lo hicimos, dándome cachetazos en el culo me hizo subir las escaleras, mientras sus amigos seguían meneando sus vergas. Cuando llegué arriba me llevé a la boca la verga del negro mientras los otros seguían pajeándose y el monitor seguía dándome por el culo. El monitor no aguantaba más y salió. El negro se acostó en el suelo, sacó su inmensa verga y monté encima, dejando mi culo en pompa, el otro chico se acercó y sin pensarlo dos veces clavó su verga en mi culo, los otros dos se pusieron delante de mí e iba turnando las mamadas. Subí y bajé sintiendo sus miembros en mi apretado culo, chocho y boca, lamí sus vergas y sentí mi coño y culo perforados hasta que un inmenso mar de semen me llenó todos mis orificios, estremeciéndome, moviéndome y disfrutando como nunca.
Descansamos un poco y como no podía desaprovechar esa oportunidad de tener tantas vergas a mi disposición. Los invité a todos a tomar una ducha y cuando llegamos me arrodillé y les pregunté que si no tenían ganas de orinar porque yo tenía ganas de que me orinaran esas grandes vergas, se rieron y entre asombrados y excitados me rodearon y empezaron a dirigir sus chorros de orín en mi cara, tetas, espalda y mi culo, sintiendo sus grandes chorros tibios en todo mi cuerpo. Disfruté al máximo tocando sus testículos mientras me orinaban. Cuando terminaron me dirigí a la ducha de mujeres y me duché para quitarme todo el semen y orín que habían dejado aquellos cuatro hombres y me fui a casa sin que ellos me vieran salir.
Al día siguiente uno de los chicos me llamó y me preguntó que si podía invitarme a una comida con unos amigos suyos distintos a los del gimnasio, yo acepté encantada pensando que tal vez quería continuar con lo ocurrido el día anterior. Me vestí con pantalones ajustados los cuales dejaban ver claramente mi culo redondo y mis enormes piernas, una blusa anudada a la cintura permitiendo mostrar mi ombligo y unas sandalias de plataforma con tacón, lo cual me hacía ver un poco más delgada. Llegó en su coche a eso de las ocho de la noche, llegamos a la casa que se encontraba a las afueras de la ciudad, era una casa de campo. Me presentó varios de sus amigos los cuales se mostraron muy amables y atentos todo el tiempo, yo siempre les respondía con una sonrisa un poco coqueta, de pronto a eso de la media noche uno de los amigos se dirigió a mí ofreciéndome un trago y me preguntó si me gustaría salir con él una noche, yo asentí encantada. Mi amigo estaba observando y me preguntó si me gustaba, le respondí que sí, me parecía muy interesante y él me contestó que quería comerme esa noche.
– Yo quiero que vayas tú también y si puedes llevar otro amigo, mucho mejor. Tú sabes que me gusta al por mayor.
Se dirigió hacia un chico, habló con él un par de minutos y con un gesto me hizo señas de que ya nos íbamos. Nos subimos al coche de mi amigo, me subí en la parte delantera y los otros dos chicos atrás, uno de ellos preguntó dónde íbamos y le respondí inmediatamente que a un hotel. Como la situación ya estaba candente y no aguantaba las ganas de poder chupar esas tres hermosas pollas y solo de imaginar se me alboroto el calor y sin pensarlo más empecé acariciar la polla de mi amigo por encima del pantalón, a medida que la acariciaba, esta iba creciendo, después bajé el cierre y la saqué de su pantalón. Al verla tan tiesa y dura, no aguanté las ganas, me incliné y le di una gran mamada. Los chicos que iban atrás al ver como se la mamaba, me pidieron que me pasara para atrás y sin detener el coche, me pasé para atrás donde los dos ya estaban con sus enormes vergas en la mano pajeándose.
Me senté en medio de ellos y mamaba simultáneamente ambas vergas hasta que llegamos al hotel. Ya los cuatro estábamos listos para la gran fiesta. Cuando entramos a la habitación empezaron a besarme diciendo que querían clavarme las tres vergas, se quitaron la ropa y seguí chupando esos tres pedazos de carne.
Me hicieron subir a la cama y pusieron música para ambientar la situación. Me pidieron que les hiciera un strep tease y con movimientos sensuales me fui quitando poco a poco la ropa, empezando por la blusa, después el sujetador, dejando al descubierto mis pechos redondos, quedaron al aire. Empecé a acariciarme las tetas y ellos también las acariciaban al tiempo que iban masturbándose, después bajé el cierre de mi pantalón y poco a poco y con movimientos sensuales me lo bajé quedando solo mi diminuta tanga que salía de entre mi culo, mostrándolo frente a la cara de los tres chicos.
Así me quedé un buen rato para deleitarlos con mi culo, esto pareció ponerlos más calientes, los tres chicos lo acariciaban al igual que mi coño, me sobaban sus dedos en mi ano. Me quité el tanga y solo me dejé puestas las sandalias. Mirando las tres vergas le dije a uno de los chicos, que empezara primero, pues tenía la polla más grande y más gruesa, como me gusta a mí. Se acercó a la cama y le pedí que primero me lamiera el culo, pues me encanta me den lengua en el culo y la coño. Poniéndome de espalda y colocando mi culo en su cara, lo abrí para que me lo chupara bien. Él me mordía las nalgas a la vez que me acariciaba la vagina. Al rato me pidió que me acostara boca arriba, que me iba a follar por el coño y abriendo mis piernas como un compás, clavó su verga en mi coño. Los otros dos chicos se colocaron a la cabecera y con sus vergas apuntando en mi boca, las cuales mamaba alternando y a veces me llevaba las dos al tiempo a la boca.
Mi amigo le dijo al otro chico que me diera por el culo, que es lo que más me gustaba. Uno se acostó en la cama y yo encima de él, metí su verga en mi coño mientras su amigo acercaba la verga a mi culo y poco a poco fue metiendo su gorda verga en mi culo. Sus movimientos cada vez eran más salvajes, tanto que mi amigo no tenía necesidad de moverse. Mis tetas se movían tanto que golpeaban la boca de mi amigo y éste aprovechaba para chupármelas, mientras esto ocurría yo seguía mamando la verga del otro chico. Cuando fueron a llegar al tiempo me hicieron tender en la cama boca arriba y todos apuntaron sus vergas a mi cara, yo les mojaba la punta de sus vergas con mi lengua.
El primero en llegar fue mi amigo, me echó todo el semen en la boca, era tanta leche que se me escurría por entre los labios, yo la recogía con mis dedos y después me los chupaba como si se tratara del más rico helado. Así hice con los otros dos chicos, después con mi boca escurría las tres vergas para sacarles hasta la última gota de semen.
Quedamos los cuatro exhaustos en la cama. Cuando nos despertamos, nos duchamos y nos fuimos. Al despedirme de mi amigo, quedamos en repetir e intentar mejorar la experiencia en otra ocasión.
Besos para todos.