Relato erótico
Un buen final de noche
Salió de marcha con su buen amigo. Irían a alguna discoteca y pensaban echar el “anzuelo” a ver si alguna chica guapa picaba. La noche les resulto muy “agradable”.
Ignacio – Madrid
Voy bajando por la Castellana al ritmo de la música que suena en mi coche. Estoy con mi colega Julián, y nos acercamos a una discoteca famosa de la macro-zona de copas en Madrid.
Compramos tabaco en una tienda de frutos secos, también compramos algo de bebida, compramos una botella de whisky y nos ponemos a tomar unas copas en el parque, mirando la cantidad de pibas que ahí por allí en minifalda, botas altas. Charlamos un rato y dejamos la mitad de la botella en el coche, nos dirigimos a la discoteca y entramos, pagamos la entrada, es horario de tarde, y bueno aquí está mucho mejor, tenemos 21 y 22 años, pero venimos aquí por las tardes, porque salen las chicas 18 y 19 años, nuestra edad perfecta, aunque también nos gustan las de nuestra edad y más mayores.
Nos dirigimos a la pista, estaba abarrotada como de costumbre, Julián se acerca a la barra y trae dos copas. Nos ponemos donde podemos a tomar la copa tranquilamente y a seleccionar a los grupitos de tías que nos parezcan atractivos. Normalmente no hace falta porque Julián y yo siempre salimos solos, normalmente solemos ligar los dos, aunque a veces es una putada porque liga uno y otro no, pero bueno, eso también se tiene en cuenta, ” hoy por mí, mañana por ti”
Se nos acercan un grupo de chicas, normalmente suele pasar en cuanto me desmadro un poco y abro la boca, disimuladamente a algún grupo de niñas y saco mi lengua mostrando mi piercing en la lengua con mis gafas de sol y moviendo la lengua como si le estuviese comiendo el coño a la tía que miro, todo muy disimulado pero me encanta porque esto es como el mejor anzuelo del mundo, si a eso le sumamos que mido 1,86 , voy al gimnasio, estoy más o menos cachitas, depilado y tengo unos tatuajes estratégicamente situados que me hacen ser un plato bastante apetecible.
-Hola, ¿cómo os llamáis? –nos pregunta una chica que se acerca a nosotros-
-Hola, yo me llamo Ignacio y él se llama Julián.
-Yo soy Marta, ven que te presento a mis amigas.
Marta tenía 19 años, la más espabilada de todas, y también por qué no decirlo la que estaba más buena del grupo que me presentó.
Me presentó a sus otras tres amigas, en total eran cuatro. Elena, Sonia, Lola y ella, Marta. Mi coleguita se puso a charlar con Lola sobre no sé qué, sólo deseaba que no se hubiese puesto a charlar sobre fútbol porque si no la habíamos cagado ya.
Julián es futbolista de un equipo de las afueras de Madrid que juega en Segunda División B, así que ya tiene su curro, su contrato, su sueldo. Yo soy estudiante de Informática, estoy en el último año de mi licenciatura, y trabajo como masajista, también trabajo un par de días a la semana en una Línea Erótica 906 y por las tardes de 16 a 23 en una empresa de telecomunicaciones, como analista de sistemas.
La charla con Marta iba siendo más amena, empezamos a hablar sobre qué iban a hacer ellas, la verdad es que se quedaban sin plan, Sonia y Elena eran novias así que se irían a follar a casa de Sonia o de Elena. Y ellas se quedaban solas. Les propusimos salir por la noche a una conocida discoteca. Mi casa estaba al lado y vivo solo así que si todo salía bien, pero nunca hay que hacer planes antes de que pasen las cosas.
Terminamos nuestras copas, y nos fuimos, allí les dijimos que se animasen a venir con nosotros, que lo íbamos a pasar de puta madre, estuvieron hablando entre ellas, un poco, y al final se decidieron.
Nos fuimos en dirección al coche y de allí nos íbamos a la disco cuando decidimos que era mejor idea ir a la gasolinera, comprar algo de bebida, e irnos a hacer un botellón. Era una zona más o menos neutra y alejada de nuestras casas,
Estamos hablando, bebiendo, Julián seguía tomando copas de la botella de whisky que llevábamos en el coche, el muy cabrón al final no iba a cumplir, porque estaba en camino de pillarse un pedo monumental, pero tuve una pequeña charlita para que solo se cogiese el puntillo y que al menos pudiese cumplir porque como se pillase una moña brutal no se le iba a poner dura ni a hostias, además que ya es la tercera o cuarta o vez que termino llevándole a casa hecho trizas y no estaba dispuesto a que el cabronazo este me jodiese el plan de follar con estas dos chicas fiesteras (aunque por otra parte, si le llevaba a casa me liaría yo a las dos, pero soy buena gente y hay que compartir con los buenos colegas ).
Estaba ahí apoyado en el maletero
Eran casi las dos de la madrugada y me di cuenta que en el asiento de atrás Lola y Marta se estaban echando unas buenas risas con Julián, después de hacer algunas bromillas, al poco rato salió Marta porque tenía que mear, así que la dejé que se perdiese por ahí detrás de un árbol para que hiciese sus cosas y tal. De repente y a mis espaldas Julián y Lola se empezaron a enrollar, Julián estaba encima de ella, besándole los morros y metiéndole mano por debajo de la falda y el top, así que yo también me fui a fumarme el cigarro un poco alejado y a buscar a Marta que no sé dónde se había metido.
Cerré el maletero con mucha”suavidad”, sobresaltándose Julián y Lola, lo hice aposta para decirles de paso que cerraba el coche con los seguros y me iba a charlar con Marta.
-Venga vale, cabroncete
-Cuidadín a ver qué hacemos ¿eh? -Dije riéndome
-Piérdete un rato tío y vete con Marta
-Venga… a pasarlo bien, tenéis condones en la guantera.
Les dejé, sí estaba mi mejor colega follándose a un pavón en mi coche, pero somos colegas, y además antes de vivir solo recuerdo que un par de veces me dejó las llaves de su casa para que me follase a aquella chica de Guadalajara que se llamaba Lucia que por entonces era mi novia. Así que no me importaba que un buen coleguita mío follase con una piba en mi coche.
Caminé un poco entre los árboles y me encontré a Marta.
-¿Qué haces aquí estabas espiándome?
-No, es que tu amiguita se ha puesto a comerle la polla en mi coche a mi amigo así que no me apetecía estar de voyeur y me he venido a charlar contigo un rato.
– Ah ¿si? pues venga, ¿a qué esperas? Vamos a “hablar”
Sin más Marta comenzó a besarme, joder, la verdad es que tenía una lengua muy viva, sabía moverla bien dentro de mi boca, jugamos un rato con nuestras lenguas y fuimos a parar a un banco que allí. No había nadie en muchos metros a la redonda así que podríamos follar allí tranquilamente. Empecé a tocar su coño y a remangarle el top para poder comerle las tetas, se las chupé un poco pero eso lo dejaría para mi casa.
Me puse de rodillas y empecé a saborear el coño de Marta, estaba delicioso. Mi lengua devoraba cada rincón de su coño y ella me pedía desesperadamente que se la metiese ya pero antes de eso ella me obsequió con una mamada de campeonato, sus labios rojos empezaron a engullir mi pene, centímetro a centímetro, su lengua juguetona recorría mi glande y jugaba con él.
La comencé a penetrar poniéndola a cuatro patas mientras ella se apoyaba con las manos en un árbol, notaba chocar mi abdomen contra su culo, y mis manos la sujetaban de su cintura, después de penetrarle el coño y dejarla bien satisfecha en el banco se sentó encima de mi pene introduciéndoselo en el culo, me miraba con una cara que no podía contener el vicio que esta chica tenía encima.
Cabalgó con mi polla en su culo durante un largo rato para después suplicarme al oído que echase la leche que mis huevos acumulaban en su boca, ella sumisamente se puso de rodillas y siguió comiéndome el rabo hasta que no pude evitar que mi leche caliente, como un surtidos inundase su lengua, mi semen cubría toda su lengua, ella tragó algo pero no le gustaba mucho tragarse el semen según me dijo, lo saboreó en la boca y comenzó a deslizarlo por la comisura de sus labios cayendo éste por su barbilla y llegó a parar a sus tetas.
Se extendió el semen de sus tetas por toda la cara y la barriga, me encanta que tengan el semen en la boca y luego lo escupan en sus tetas y se lo extiendan.
Se acerco a mí y comenzó a decirme no sé qué, puesto que después de mi corrida yo andaba en la quinta dimensión, solo acerté a comerle sus pezoncitos rosados mientras notaba su lengua en mi oreja.
Nos fumamos un cigarro y nos fuimos de nuevo al coche donde nos encontramos a Julián y Lola en un estado de semi inconsciencia y éxtasis semejante al que nosotros habíamos vivido hace un poco, estoy seguro de que ellos dos habían echado un polvo de impresión.
Nos pusimos de camino a casa, las dejamos en su casa y al día siguiente volvimos a quedar con ellas, pasamos mucho tiempo haciendo de todo juntos, y nos fue muy bien.
Hoy en día, Julián es el novio de Lola y Marta se ha convertido en mi pareja, disfrutamos del sexo y de nuestra relación, tanto juntos como en compañía de Julián y Lola, hemos hecho de todo en estos tiempos, intercambios, tríos… siempre entre nosotros. Nunca una noche de juerga termino tan bien.
Besos.