Relato erótico

Trío con amor y vicio

Charo
14 de septiembre del 2019

Fantaseaban con montar un trío, buscaron en los contactos y se decidieron por un maduro. La noche fue de maravilla y según cuentan, lo han repetido en más ocasiones.

 

Marcos – MADRID

Hola, amigos soy Marcos, casado con una mujer muy caliente a la que inicié en sexo cuando le compré un enorme consolador de un material casi real para satisfacer sus fantasías de sentir una polla más gorda que la mía en el coño y me ponía cachondo ver su hermosa raja penetrada por una enorme verga.

Después de esta fantástica experiencia empezamos a tener contactos por Internet con personas de varios lugares del país y esto dio motivo a otras excitantes experiencias, como cuando contactamos con un hombre y tuvimos una deliciosa y satisfactoria sesión sexual montándonos trío.

Aquello nos gustó, y decidimos contactar con otro tío para hacer un trío, ya que mi mujer estaba loca por meterse una polla en el culo, mientras otra le atravesaba el culo.

Ya preparado su cuerpo para recibir dos vergas en sus calientes agujeros, nos dimos pusimos a buscar a la persona ideal con quien compartir nuestras apetencias en materia sexual, pusimos un anuncio en una página de contactos y empezamos a seleccionar cuidadosamente los posibles candidatos con quien realizar la gran fantasía de mi mujer de experimentar una doble penetración y mi deseo de verla follando con otro hombre delante de mis ojos y de sentir su rico chocho invadido por otro pene mientras yo la penetraba por su apretado y maravilloso culo. Precisamente la razón de este escrito es relatar la forma en que se desarrollaron los acontecimientos que nos llevaron a vivir la mayor experiencia sexual que jamás hubiéramos imaginado, cuando realizamos, ¡por fin! un delicioso y gratificante trío.

Después de recibir una gran cantidad de correos en nuestro mail de hombres interesados en compartir esta excitante experiencia con nosotros, empezamos a conocerlos mejor y a estudiar el perfil de cada uno de ellos, para no llevar un chasco en nuestra primera vez y para que el momento fuera perfecto y no diera al traste con nuestros planes.

Después de revisar los contactos, nos decidimos por un hombre que, aunque no vivía en nuestra ciudad, estaba dispuesto a viajar. Decía que una de sus fantasías, era follarse a una mujer con el consentimiento de su marido, mientras éste miraba y después participaba, cosa que precisamente coincidía perfectamente con nuestras lujuriosas fantasías.

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Así que como nos entendíamos muy bien en nuestros gustos y el tío, aparte de ser una persona muy culta, respetuosa y madura, también era muy ardiente y morboso y nos hacía calentar bastante con las descripciones que hacía de lo que haríamos llegado el momento, ya fuera a través de los ardientes correos que nos escribía, como a través del teléfono. Cuando ya le tuvimos la suficiente confianza como para darle nuestro número personal, nos llamó diciéndonos que aprovecharía que tenía algunos asuntos pendientes que resolver en nuestra ciudad, para encontrarse con nosotros y planear un encuentro de pasión y sexo desbordado entre los tres y así satisfacer mutuamente nuestras más alocadas fantasía sexuales. Quedamos para el siguiente lunes a las ocho de la tarde y en un céntrico café de la ciudad.

Llegó el día y estuvimos haciendo los preparativos para esta noche tan especial y yo decidí comprarle a mi mujer una lencería muy sexy que había visto en una tienda de ropa íntima. Grande era mi expectativa y me satisfacía mucho el pensar en todo el placer que iba a sentir aquella noche mi linda mujercita al sentir dos pollas horadando sus húmedas intimidades y a su vez todo el placer que me iba ella a brindar, cuando la viera bien excitada follando con un desconocido mientras yo los miraba.

El día se nos hizo eterno esperando el momento de la cita. Llegamos al sitio del encuentro, aunque debido a imprevistos de última hora, más de 20 minutos de atraso, pero él no estaba allí. Cuál no sería nuestro desencanto cuando no lo vimos, la desilusión se reflejaba en el rostro de mi mujer y yo pensaba que era una lástima haber desperdiciado aquella ocasión tan propicia. De todas maneras, buscamos una mesa, pedimos dos refrescos.

Al cabo de una media hora, me levanté y me acerque a la puerta. Me estaba poniendo nervioso ya que a mi mujer le hacía mucha ilusión ese encuentro. En eso estaba pensando, cuando vi un coche que se acercaba y paraba delante del café. Parecía el hombre con el que habíamos quedado.

– ¿Eres tú, Gerardo?

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A lo que él respondió, también de forma amable aunque algo desconfiado:

– ¿Marcos?

– Sí, – dije yo – mucho gusto.

Entonces él comenzó a decirme que lo disculpara, que lo había detenido el tránsito. Yo le dije que no se preocupara, que también nosotros habíamos llegado tarde y que debido a esa feliz coincidencia era que nos habíamos logrado encontrar. Así él empezó a contarme los pormenores del asunto, mientras entrábamos al café en donde mi mujer nos esperaba, y cual no sería su alegría cuando nos vio llegar juntos. Hicimos las presentaciones de rigor y Gerardo quedó encantado con mi mujer, diciéndole que así se la había imaginado, bella y sensual

Estuvimos hablando un buen rato, contándonos anécdotas y haciendo uno que otro caliente comentario que hacían sonrojar a Bárbara, estuvimos un rato más hablando y decidimos irnos a cenar. Entonces se me ocurrió algo, les dije que podríamos ir al hotel y pedir que nos subieran la cena en la habitación. Les pareció genial.

Llegamos a la habitación, pedimos la cena y un buen vino para regarla. Estábamos nerviosos, pero el aperitivo que tomamos nos quitó la “vergüenza”, a la hora de los postres, ya estábamos totalmente relajadados.

No sabría decir en qué momento empezó todo, pero en cuanto salió en camarero por la puerta y coloqué el letrero de no molestar, al darme la vuelta, Gerardo y mi mujer se estaban morreando.

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El tío no perdía el tiempo, mientras la besaba, le estaba quitando la ropa y ya tenía la polla fuera del pantalón, y menudo ejemplar de rabo gastaba. Era larga y gorda. Había cogido la mano de Bárbara y la había acercado a su polla, y la muy cerda, en cuanto “notó” el calibre, empezó a pajearla como una loca.

Gerardo la paró y se separaron, me acerqué a ellos, me senté al lado de Gerardo, saque mi polla del pantalón y le dije a mi mujer que se arrodillara y nos la mamara a los dos.

Era una gozada verla saboreando las dos pollas. Me gusta cómo me la chupa, pero ver como se lo hacía a otro, provocó me corriera al poco rato.

Le dije que se la chupara a Gerardo mientras yo, le comía el chocho. Estaba tan caliente que a los pocos minutos tuvo su primer orgasmo, pero no paré, sé que le gusta llegar al máximo y acaba rogándome que pare. Estaba tan caliente que la mamada que le estaba haciendo a aquel tío era rápida y tan buena, que cuando Bárbara llegó al tercer orgasmo, Gerardo, le llenó la boca de leche.

Nos calmamos un poco, nos dimos una ducha rápida y nos sentamos a tomar una copa. Quedaba claro que nos teníamos tantas ganas, que habíamos actuado desenfrenadamente, pero a partir de aquel momento, íbamos a disfrutar de un sexo, intenso, pero de calidad.

Gerardo dijo que a él le gustaba comerse un coño, pero muy despacito y le propuso a mi mujer que se tumbara en la mesa donde habíamos comido, con el chocho en el borde. Él, cogió una silla y se sentó. El coño le quedaba a altura de la cara, le abrió el chocho y empezó a lamerlo despacito y a chuparlo. Me imagino que debía hacerlo muy bien, porque mi mujer empezó a retorcerse como una culebra. La veía tan caliente y corriéndose como una cerda que no pude resistirlo, le metí la polla en la boca y le dije a mi mujer que me la mamara.

No me di ni cuenta de que Gerardo se la estaba follando, por fin mi fantasía se cumplía y podía ver a mi mujer taladrada por otra polla. En cuanto los, vi me corrí y le llene la boca de lefa a mi mujer.

La cosa duro hasta bien entrada la madrugada, pero ya os lo contaré otro día. Lo que os contaré es que desde aquella noche, hemos tenido varios encuentros con hombres y alguno con parejas.

Un beso para todos los lectores de la revista.

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