Relato erótico
“Trabajando” duro
Estaban trabajando en un proyecto para la universidad, se reunieron con unos compañeros, pero al final, quedaron solos los dos. Se habían propuesto terminarlo y “trabajaron” duro.
Gustavo – Cantabria
A media tarde nos quedamos solos Patricia y yo. Estábamos cansados y decidíamos que trabajaríamos con el ordenador por turnos. Ella tecleaba un cuarto de hora, después yo y así se nos hacia menos pesado.
Mientras ella tecleaba me dijo:
– ¿Tienes novia?
Le contesté que no, pero como no entendía a que venía aquella pregunta, le dije que me lo explicara, y me dijo:
– No, nada, mi novio…
– ¿Qué pasa con tu novio?
– Que creo que se aburre conmigo, creo que sexualmente no le gusto, por eso quería saber que te hacia tu novia, pero si no tienes, déjalo.
Le dije que podía contarle lo que hacían las novias de mis amigos, ya que los tíos nos lo contamos todo. Primero dijo que no, pero rápidamente cambió de opinión. Entonces empecé a contarle cosas.
Por ejemplo, a la novia de un amigo mío le encanta meterse su polla en la boca, y beberse todo el semen de un trago. Patricia, me miro y dijo:
– ¡¡Que asco!!
Pero yo seguí, otro amigo mío folla cuando la novia quiere. Porque él siempre está dispuesto, vaya, como todos. Se le nota por que primero le calienta mientras baila. Le refriega el culo por la polla y las tetas por su cuerpo hasta que lo pone como una moto.
Entonces le dice en voz baja; “Vámonos al coche”. Y mientras van con el coche al lugar indicado, ella ya le ha desabrochado la bragueta y tiene su polla en su boca o entre sus dedos, machacándosela.
– Joderr, que manía con mamarla. A mí me da asco – dijo Patricia-
Yo me esforcé en contarle que a los tíos nos vuelve locos que nos la chupen, y si la tía es una buena mamona, no para hasta que le metes la leche en la boca y por supuesto se la traga. También le explique que si hay un poco de “variación”, si follas siempre en una cama, en la misma postura, y con la misma entrega, él se aburre y a ti te parece pura rutina. Le dije que pusiera imaginación y morbo en sus encuentros.
Entonces se levanto, y dijo que era mi turno de “tecleo”. Me senté y le dije:
– Sabes, había pensado que podrías practicar ahora, conmigo, y así podría decirte que tal lo haces.
– Tú lo flipas, ¡pero si mis padres están durmiendo en el cuarto de al lado!
– Ves, eres una puta miedosa.
– Tú estás loco.
– Se puede follar sin hacer ruido…
– A sí. ¿Cómo?
Me levanté, tiré el colchón al suelo junto con las almohadas.
– Así no harás ruido. Cuando venga tú novio lo probáis y verás que entre el placer de follar y el miedo a que os descubran, os pondréis más calientes.
Mientras hablábamos me di cuenta de que se estaba poniendo cachonda y decidí aprovecharlo. Aparté un poco la silla del ordenador y le dije que se sentará encima. Se resistió, pero lo hizo. Mientras se sentaba saqué mi polla de las bermudas. En cuanto se apoyó, pegó un brinco, pero no la solté.
Como llevaba una faldita corta, se la levanté y por encima de las bragas le fui acariciando el chocho lentamente, y cuando oí su primer suspiro, le aparté las bragas y le roce el clítoris. Lo tenía hinchado. Decidí, no “soltarlo”, pasaba mi dedo dando círculos por su botoncito y Patricia, empezó a mover las caderas. Le bajé las bragas y, mientras con un dedo “torturaba” su pipa, le metí dos dedos en el chocho. Ya no pudo más y se corrió dejándome la mano totalmente mojada.
Aproveché su calentura, la levanté y le clavé la polla hasta el fondo del coño y, en lugar de resistirse, empezó a cabalgarme como una loca, hasta que volvió a correrse.
El polvo duró un par de minutos. Le tuve que tapar la boca, ya que no paraba de gemir. Me corrí gustosamente y paré. Ella se incorporó violentamente y nos besamos bruscamente en los labios. Me comió los labios como nunca en mi vida me los habían comido.
Seguimos trabajando y al cabo de una hora aproximadamente, me dijo:
– Ahora te toca a ti teclear.
Antes de sentarme, fui a lavarme, tenía la polla completamente llena de su corrida y de la mía.
Tarde unos 15 minutos en salir y Patricia estaba sentada en su cama. Me miró, y señalando el ordenador me dijo que era mi turno, y dijo que iba al baño.
Al pasar 5 minutos volvió, se puso de rodillas y entró debajo de la mesa. Noté que me desabrochaba las bermudas y que sacaba la polla, se la metía en la boca y empezó a mamármela.
De pronto llamaron suavemente a la puerta, era su madre, entró y dijo:
– Ya es muy tarde y ¿Patricia donde está?
Bajé mi mano suavemente debajo de la mesa. Cogí la cabeza de Patricia y la moví hacia delante indicándole que me la siguiera mamando, y le dije a su madre que había ido a comprar algo al súper.
Patricia empezó a mamármela con brusquedad, poniendo especial énfasis en la punta de mi polla. Si su madre no se iba pronto, me correría en su presencia.
-¿Cómo va eso?- preguntó la buena señora.
– Terminandooooooooo. -le dije como pude, pues toda mi atención estaba centrada en mi polla.
– ¿Quieres que te traiga algo de beber?
– Síiiii por favor.
– ¿Patricia querrá algo?
– No creo, ya habrá bebido algo.
Patricia se paró por unos instantes, para reanudar bruscamente, quería que me corriera con su madre presente.
– ¿Cómo has dicho?
– Nooooo, que ella ya ha bebido hace un rato.
Empecé a notar que me corría. Y su madre no se iba. Bajé las manos, cogí la cabeza de Patricia e intenté parársela. Ella paró. Pero cuando subí las manos otra vez. Empezó a mamármela con tal rapidez que me corrí.
– ¿Que te ocurre?
Yo no contestaba, estaba corriéndome ante la mejor mamada de mi vida. Me dio una palmada en el hombro mientras decía:
– ¿Que te ocurre?- su madre se ponía pesada.
– Nada, nada -reaccioné – estoy un poco cansado.
Mientras tanto, la muy guarra, me estaba limpiando la polla con la lengua, y a mí me flojearon las piernas.
– Chaval, haces mala cara. Ahora mismo te traigo un poco de agua y un bocadillo, y a ver si descansas un poco, tanto trabajar tanto trabajar no es bueno. ¿De qué quieres el bocadillo?.
No me acuerdo ni lo que le contesté y por fin salió de la habitación. Patricia salió de su escondite y mirándome fijamente a los ojos me dijo:
– Cariño, a mi novio no sé si se la mamare, pero a ti, ya puedes prepararte, me ha encantado y tu leche tiene un sabor que me ha gustado.
Creo que lo tendréis claro, Patricia dejó a su novio y ahora salimos juntos. Se ha convertido en la putona más golfa que he conocido y yo, me he encabronado con ella.
Muchos besos para todos y uno muy húmedo en tu chochito, querida Charo.