Relato erótico
Sorpresas te da la vida
Siempre le había entusiasmado montarse un trío con su mujer. Ella prefería estar con dos hombres, pero a él le ponía cachondo ver a su mujer con otra mujer. Sin programarlo, la cosa salió redonda.
Manuel – Estepona
Siempre había fantaseado con mi mujer la posibilidad de hacer un trío. Ella tenía preferencia por hacerlo con dos hombres y a mí me volvía loco pensar en verla con otra mujer. Todo era fruto de momentos apasionados que quedaba en agua de borrajas y que de forma premeditada ambos sabíamos que nunca ocurriría. Pero la vida a veces es justa y sabia pues da a cada uno lo que ansía.
Era primavera cuando llamó por teléfono una amiga de Amanda, acababa de cortar con su pareja y necesitaba salir de su ambiente. Noelia tiene 35 años, es un tanto bajita pero muy bien formada. Rubia y con unos pechos grandes y bien formados. En general es muy atractiva.
Amanda siempre ha hablado maravillas de su amiga, solía ser la primera para todo, muy decidida e impetuosa y se alegró muchísimo de poder contar con su compañía por unos días a pesar del motivo.
Era el día esperado y apareció Noelia, siempre tan elegante, siempre tan provocativa. Lucia un minivestido que dejaba ver su descomunal figura con un tremendo escotazo que impedía mirarla a otro sitio.
Durante la primera noche estuvimos hablando hasta las dos o la tres de la madrugada, hasta que el cuerpo dijo basta dado que al día siguiente debía madrugar para acudir al trabajo.
Me levanté sobre las siete y media de la mañana. Ambas dormían, di un beso a Amanda y cuando me dispuse a pasar por delante de la habitación de invitados me percaté que la puerta estaba prácticamente abierta de par en par. No pude evitar mirar y allí estaba, menuda visión… Noelia con su cara angelical estaba de lado, un tanto acurrucada, con un camisón transparente y unas minúsculas braguitas blancas que te paralizaba la respiración. Así estuve durante varios minutos y muy a mi pesar tuve que largarme.
Durante toda la mañana no pude dejar de pensar en Noelia y en su ropa interior, en su culo, en sus piernas, en sus pechos, no pasaban las horas, se me hizo interminable, me volvía una y otra vez esa imagen a la cabeza y más aún cuando intuía que las dos estaban en la piscina de casa posiblemente en topless, hasta que llegó el tan deseado momento de volver a casa.
Entré en silencio con el deseo de poder encontrarlas en la piscina y efectivamente mi intuición no falló. Con sigilo me acerqué a la ventana del comedor y allí estaban las dos, completamente desnudas. Era una pasada. Si Noelia es atractiva no menos es Amanda, más alta, con un cabello negro y con un cuerpo impresionante. Aquello no podía escaparse, me apresuré a coger la filmadora y a escondidas dejar constancia del momento.
Para más inri, su conversación versaba sobre el lesbianismo, intercambios, tríos, etc. Noelia le contaba a mi mujer como había tenido alguna relación con mujeres y que la sensualidad y ternura y sensaciones que había sentido jamás se las había proporcionado un hombre. Amanda no estaba muy por la labor de probar puesto que nunca había sentido atracción por otra mujer. De pronto Noelia le propuso: “cierra los ojos un momento, y déjame sólo un minuto… luego tu decidirás”.
Amanda, un tanto indecisa y con cara de asombro consintió, cerró los ojos y se quedo acostada boca arriba en la tumbona. Ya bronceada, con la piel aceitosa y brillante por la crema solar, estaba perfecta, radiante. Noelia se acercó suavemente y le dio un beso en los labios.
Los pelos se me erizaron, aquello sobrepasaba mis límites. Noelia recorría muy despacio todo su cuerpo con la lengua, mientras que con las manos le acariciaba el interior de los muslos. Llegó hasta los pezones y los chupó durante un rato. Amanda empezó a gemir, se sentía cómoda, no necesitó el minuto para contestar a la propuesta:
-Sigue por favor, sigue…
Noelia bajo hasta su chocho y la lamía y relamía, se escuchaba a la perfección el ruido al entrar y salir con su lengua. Amanda gritaba mientras ya le había echado mano a Noelia. Las dos se besaban, chupaban, comían… era indescriptible. Se rogaban la una a la otra que parara para no alcanzar el orgasmo y seguir con la temperatura a 100 grados, cuando de repente Noelia le comentó la posibilidad de que yo llegara y las pillara. Amanda le dijo que no habría problema, que era un sueño para mí. La amiga le confesó que no le importaría estar conmigo, que siempre me había deseado y que le daba mucho morbo la situación.
Al momento aparecí desnudo y con la polla a punto de estallar.
Las dos se sonrieron. Noelia se acercó me dio un beso suave en la mejilla y se acuclillo para comérmela enterita. Su lengua recorría todo mi prepucio. Sus manos me masajeaban los huevos y el ano. Amanda se quedó como estupefacta al ver otra mujer hacerme aquello, aunque no se quedó pasiva y comenzó a pasar su lengua por el chocho de Noelia alternándolo con mi polla. Menudo panorama, no podía ser más perfecto. Una comía mientras la otra me masturbaba, sus lenguas se encontraban continuamente con besos apasionados y muy muy viciosos.
Ambas se pusieron a cuatro patas, tenía frente a mi dos culos perfectos que pedían a gritos que los follara y comencé a penetrarlas alternativamente, sacaba en una y metía en la otra.
Ellas no paraban de besarse en los labios, había saliva y flujos por todas partes; Noelia no aguantaba más, su respiración y jadeos se fundían con gritos, llegó un momento que se convirtieron en auténticos alaridos, se movía frenéticamente, su culo se pegaba a mí para sentirme más adentro, se estaba corriendo. Así durante un par de minutos, enlazaba un orgasmo tras otro, llegó a tener como cuatro o cinco seguidos, cuando no pudo más se retiró y me pidió que follara a Amanda.
Mientras yo la penetraba Noelia le comía el clítoris e introducía un dedo en su culo, Amanda es monorgásmica pero tuvo contracciones y espasmos durante mucho rato, su orgasmo fue increíble, la quería más dentro, quería más dedos en su culo, quería más lenguas en sus pezones, en su boca. Se quedó extasiada.
Sólo quedaba yo y para mi había sorpresa, Noelia me propuso que acabara dentro de su culo. Aquello se salía de todo lo previsible. Era mi primera vez, puesto que Amanda ni ninguna de las relaciones que había tenido lo permitían.
Por lo visto Noelia era conocedora de la situación pues lo habían hablado antes de mi llegada. Con el culo en lo alto comencé a dilatarle su ano, poco a poco la cosa se abría y allí estaba su invitación, un perfecto agujero rosado que prometía ser la puerta del cielo. Después de lubricarla con saliva la penetré hasta el fondo. Entraba y salía y su culo se dilataba más y más. Estaba caliente y muy prieto, como me gustaba, como estaba disfrutando, Amanda le abría las nalgas para facilitar el acceso, no pude más… estallé dentro. Eché cantidades abundantes de semen, la empuje hasta no poder más, me quedé extasiado, deshecho, tirado en el suelo.
Con una sonrisa Amanda dijo que no podía permitir que se escapara tan preciado tesoro y le succionó el ano a su amiga para tragar toda la leche que le rezumaba.
Nos abrazamos los tres y allí estuvimos desnudos durante una hora. Aquello abrió un nuevo mundo para nosotros, más liberal, con nuevas sensaciones y deseos.
El resto de los días fue una continuación a esto, salvo con alguna variante. El juego fue más allá, prometo contarlo.
Saludos para todos.