Relato erótico
Sorpresa total
Hacía poco tiempo que salía con ella. Era joven, atractiva y una fiera en la cama. Un día, y sin querer, vio unas fotografías que tenía en el móvil. Eran de ella y su ex novio.
Jordi – Girona
Hola amigos la verdad es que tenía ganas de contar lo que me ha pasado hace apenas dos semanas con mi pareja.
Ella se llama Meritxell, es secretaria de un centro de negocios y tiene mucho trato con todos los clientes. Hace apenas dos años que estamos juntos, y desde el primer momento me he vuelto loco con ella. Tiene 25 años y yo 7 más, y ya estaba cansado de estar con mujeres más mayores que yo, por lo que su cuerpo, desde el primer día, me enamoró.
Ambos terminamos una relación antes de estar juntos y pronto compartimos techo. La convivencia fue genial y el sexo maravilloso. No es muy alta, pechos grandes y bien puestos, un culo perfecto, con caderitas anchas y un coñito rosadito que me vuelve loco.
Las mamadas no las hacían bien y a la hora de follar, no tomaba demasiada iniciativa, más por vergüenza que por pasividad, pero a los pocos meses, la cosa cambio radicalmente, ya se soltó y en la cama era una verdadera diosa del sexo. Le encanta follar encima y ponerse en cuclillas, a cuatro patas y mover sus caderas y a recibir el semen en la boca, cosa que antes no quería ni verlo…
La cosa empezó, cuando jugando en su ordenador, vi fotos en las que salía ella en una casa rural con su ex, los dos desnudos y tocándose en una cama. Eso al principio me chocó muchísimo y me sentó mal, pero no se lo dije, aunque días después volví a ver las fotos y realmente me excitaron bastante. Fue entonces fue cuando pensé que no seria descabellado sentirme realmente excitado viéndola con otro.
Nuestra vida sexual ha sido siempre muy sana, y nos lo hemos contado todo. De hecho, ella me ha contado siempre sus deseos sexuales y yo los míos. Pero en una cena en la que corrió el vino, nos sinceramos demasiado y le dije que no vería con malos ojos que ella estuviera con otro, pero siempre delante de mí. La bofetada fue monumental, pero al poco tiempo, la cosa se relajó, le conté toda la verdad, le dije que había visto sus fotos y me contestó:
– Son fotos de móvil que no recordaba tenerlas, pero que automáticamente las borraré pues no deseo guardarlas. Igualmente te pido perdón por ello.
Pero seguimos hablando del tema. Ella no se explicaba como podía sentirme excitado si la veía con otro, y yo tampoco me lo explicaba, pero era así. Al final de la noche follamos como locos y todo quedo ahí.
A las pocas semanas salimos de marcha, ella y yo solos, y nos los estábamos pasando genial, hasta que fui al cuarto de baño y ella se quedó en la barra. A la vuelta, ella estaba hablando con un chico de su edad, atractivo y que se notaba que quería tema con ella. Yo les dejé hablar, pero notaba que ella me buscaba, entonces me acerqué, el chico automáticamente se apartó y nos dejó a los dos.
Ella estaba un poco borrachita y le pregunté si aquel tío le parecía guapo, y me dijo:
– Sí, no está nada mal.
– ¿Te gustaría estar con él?
– Estoy enamorada de ti y no quiero nada con nadie que no seas tú, pero… si no estuviera contigo, sí lo haría con él.
Entonces yo le dije que se fuera a bailar con él, pero no quiso y nos fuimos a otro bar.
En el segundo bar, nos encontramos con el hermano de un ex que se alegró mucho de verla. Ella iba con un vestido negro a la altura de las rodillas y con escote por la espalda, con el pelo suelto y bien maquillada, muy atractiva, y se quedó hablando con él mientras yo hablaba con una chica que me encontré después de muchos años y que me alegré mucho de verla.
Observando desde la lejanía, vi como bailaban los dos y se hablaban al oído desde muy cerquita, y eso me volvió a calentar muchísimo. Ella me miraba y me sonreía, se estaba dando cuenta. El chico era alto, y bastante fuerte, con vaqueros anchos y camisa blanca. Me acerque, le di las llaves del coche con disimulo y le dije al oído:
– Vete con él al coche, yo estaré por aquí
Sin rechistar, cogió las llaves, me sonrió y me dijo:
– Vale.
A los pocos minutos vi como ella y él se iban de la mano a la calle, y aunque yo intenté escaparme de la chica con la que hablaba, me resultó molesto, pero al fin le dije que volvería y al fin pude marchar. Al salir e ir camino del coche, me los encontré en un callejón, dándose muerdos. Él la cogía del culo, mientras ella abrazaba su cuello. El chico se empezaba a calentar y le subía el vestido por la parte de atrás para agarrar su culo desde dentro, y ella le apretaba el suyo hacia si misma, pero como a ella no le gustan las escenas en la calle, le cortó y se dirigió al coche donde nadie les viera.
Allí se montaron en la parte de atrás y pude ponerme detrás de un árbol que había justo al lado, y a escasos 2 metros vi toda la escena. Mientras se liaban, el chico le acariciaba su sexo por encima de las bragas y ella le agarraba su polla por encima del pantalón, Al rato, él le bajó la ropa interior y ella se abrió por completo, dejando que él le metiera los dedos sin ningún tipo de impedimento en todo el coño mientras ella le bajaba los pantalones dejando salir una enorme polla que mi chica no dudó en chupar como yo le había enseñado.
Tendríais que ver al chico, estaba flipando. Una chica preciosa, le estaba haciendo una mamada maravillosa y se disponía a cabalgar encima de él y así fue. Ella se puso encima, su culo perfecto se movía de arriba a abajo mientras el chico también se movía a su ritmo, pero de pronto noté como ella me buscaba con la mirada, pero no quise que me viera.
Mientras follaban se liaban de tal manera, que podía ver hasta como sus lenguas se rozaban y lamían. Era todo un espectáculo. Pero el chico se corrió demasiado pronto y lo hizo dentro de ella, pero no nos preocupaba porque tomaba pastillas.
Al terminar ellos, me fui rápidamente al bar con la chica esa y esperé a que llegaran. A los pocos minutos entraron, se dieron dos besos, se despidieron y ella vino a por mí. Así que ya nos fuimos a casa.
Al montarnos en el coche le pregunté que donde había estado, y me dijo que el hermano de su ex, le había enseñado el coche nuevo que se había comprado y que charlaron en la calle tranquilos mientras se fumaban un cigarro. Yo no le dije nada, y no creo que se lo diga nunca.
Ella es una mujer preciosa, pero temo que nuestra relación se vaya al garete por terceras personas, así que desde aquel día, no le volví a comentar nada de mis deseos sexuales ni ella a mí, pero no puedo evitar excitarme demasiado, cada vez que pienso en la escena que presencié.
Un abrazo.