Solo una vez

Los compañeros del club de tenis montaron una comida para celebrar el inicio del verano y el final de cursillo. Fue una “comida” en todos los sentidos.

Felisa – BARCELONA
Hola, me llamo Felisa y esta historia me sucedió el verano pasado. Juego al tenis en un club y me han colocado en una clase en la que solo hay chicos. Después del ultimo día de entrenamiento, había prevista una comida del profesor y los alumnos en plan despedida.
Como yo había faltado el día anterior, no me había enterado, me pilló de sorpresa y no llevaba ropa para cambiarme ni dinero, ni nada, pero me convencieron entre todos de que me quedara ya que habían preparado unas tapas en la cafetería del club, no habría nadie más comiendo en el lugar y mí aspecto no sería inconveniente. Del dinero ya hablaríamos.
Mientras los chicos se duchaban, al no tener ropa limpia, pedí una toalla y también me di una ducha, volví a ponerme el vestidito típico de tenis, blanco, de tirantes y corto de falda. Como la ropa interior estaba empapada, no me puse nada.
Durante la comida noté que todos me miraban, pensé que sería porque el aire acondicionado endurecía mis pezones y mi vestidito blanco no dejaba nada a la imaginación. “Que más da, que lo disfruten”, pensé para mi. En la comida el vino corrió y todos íbamos al final bastante contentos, lo malo es que yo con nada que beba ya estoy fuera de control.
Empezaron los comentarios picantes acerca de mi vestido, de la falta de mi ropa interior, de mi estado de embriaguez…Al final alguien soltó la palabra “orgía”, y no sabía a qué se referían y pregunté. Las miradas que se hicieron unos a otros y las sonrisas en sus caras me intrigaron sobremanera, y cuando me lo explicaron, me dio la sensación que la situación era típica de película porno y, sonriendo y en broma, dije que tendría que probarlo algún día.
Pensaba que ellos se echarían atrás, que pero, casi a una, me insinuaron que era un buen momento para probar. Me encontraba en una situación incómoda, ya que estaba medio de broma, medio calentando al personal y tenía delante 5 pollas demasiado calientes como para frenar. Prácticamente sin tiempo de reacción, me encontré en brazos de mi profesor, que me situó en un extremo de la mesa, tumbada boca arriba, mientras los demás se apresuraban a quitar los platos y hacer sitio.
Me sacaron, entre todos, el vestido de un tirón, realmente ese vestido salía solo, pero traté de resistirme un poco, porque allí realmente nadie me había pedido permiso, pero en el fondo también quería probar montando una orgía y fui cediendo poco a poco.

Sin darme cuenta, ya tenía 5 pollas rodeando mi cara y ansiosas por entrar en mi boca. Les pedí que al menos me respetaran y no me penetraran, empecé a chupar y no puedo contar cuanto tiempo estuve así. Me metían una polla en la boca, chupaba y chupaba y de repente la sacaban y entraba otra, y así sucesivamente.
Ellos cada vez se iban poniendo más calientes, empezaron a meterme la polla cada vez con más fuerza. Me sobaban el culo, las tetas y el chocho. Yo estaba súper excitada y lo notaron ya que mi chocho chorreaba.
Era una mezcla de placer e incertidumbre por saber hasta donde llegarían. Pero en mi interior estaba cada vez más caliente.
Uno ya no aguantó más y me penetró, en un principio le grité que no, pero en cuanto noté aquel pedazo de carne le grité que no parara. Esa especie de “violación” masiva me estaba poniendo a mil.
Ya no decía que no, ya pedía más y más. Me entraban y salían pollas del coño y la boca como si fuera el metro, y la sensación de excitación máxima estaba por llegar.
Repentinamente, el profesor se corrió en mi boca. Casi no podía tragarla y cuando los demás vieron como chorreaba por la comisura de mis labios, hacían cola para hacer lo mismo.
El segundo tardaba un poco en correrse, pero le ayudé con la mano y me echó toda la leche encima, no acertó en la boca, pero me dejó la cara empapada.
El tercero me la metió rápidamente en la boca porque ya se había estado masturbando mientras se corría el otro y venía a punto. Fue meterla y explotar. Soltó una cantidad de leche increíble.
Pasados unos minutos, estaban todos con los huevos secos. Me levanté y fui a darme una ducha. Cuando me miré en el espejo y vi mi aspecto, me impresionó la cara de guarra que tenía.
Lo que no se esperaban fue mi reacción. Volví al salón donde habíamos comido y les dije:
-¿Qué pasa, es que ya estais agotados? Me gustaría correrme varias veces y espero que deis la talla. ¿Quién es el primero en comerme el chocho? Si me haceis correr, os dejare que me folleis a “tres bandas”.
El que tomó la iniciativa fue el profesor. Me tumbó en la mesa otra vez y me hizo una comida de chocho que me proporcionó un orgasmo bestial. Mientras tanto, le dije a uno de ellos que me la metiera en la boca.

Despues del profesor, me lo comió otro de los chicos y cuando me corrí, le dije a otro que se tumbara. Tenía la polla tiesa y me la meti en el coño, dejando el culo libre para otro.
Hay algo que no os habia contado. Hacia un par de meses que habia roto con mi novio y con él tenia unas relaciones sexuales bestiales. Era un amante perfecto y le encantaba darme por el culo, por tanto, lo tenia preparado para alojar buenos rabos. Dicho esto, sigo con el relato.
A la rapidez del rayo, ya me habian enculado, tenía dos pollas en la boca y estaba masturbando al quinto chico.
Estaba disfrutando como una zorra y de vez en cuando les decia:
-Venga, no os pareis. Folladme con fuerza. Asi, asi, no pareis.
Estaban como locos, gritaban, jadeaban, gemian.
Les dije que queria que se corrieran todos en mi cara, o sea que me arrodille y les hice pajear hasta que acabaron.
Uno a uno fueron “cumpliendo”. Cuando acabaron, volví a la ducha y al salir les dije:
-Esto no volverá a repetirse. Hacia tiempo que no follaba y estaba muy cachonda. Me lo he pasado muy bien, pero se acabó.
Se quedaron un poco cortados, pero nunca más volvieron a insinuarme nada. Reconozco que a veces, cuando los miraba, me entraban ganas de follármelos a todos, pero no caí en la tentación.
Besos para todos.