Sola por el parque

Le gusta hacer ejercicio para conservarse en forma. Se sentó un momento en un banco para descansar y de pronto se sentó a su lado una chica que resultó ser holandesa. Un amigo tenía que ir a buscarla y no se presentó. Hablaron y…

Raúl – Castellón
Vivo en un apartamento de soltero y me gusta hacer ejercicio para conservarme en forma. Fue un sábado como cualquiera que me levanté y me puse ropa de deporte para salir a correr un rato. Casi no había gente a pesar que eran las once de la mañana y de pronto pude ver a lo lejos que había una chica sentada en una de los bancos que ahí se encontraban.
Ella estaba sola y a su lado tenia una maleta de viaje. Me acerqué un poco para poder verla mejor. Tendría alrededor de 19 años y poseía un rostro atractivo. Me miró con sus grandes ojos, y me daba la impresión de que quería preguntarme algo. Iba vestida con unos vaqueros y con una blusa que no podían esconder sus agraciadas formas. Parecía una chica del norte de Europa.
Me aproximé hasta donde estaba y la saludé. Ella se me quedó mirando y me, respondió al saludo sonriendo. Le pregunté si podía ayudarla en algo. Me contó que hacía dos días que había llegado de su país, por cierto era holandesa, pero hablaba el castellano bastante bien.
Un amigo suyo se había instalado en Castellón y la animó para que viniera a trabajar aquí, pero cuando llego, el tío aquel no fue ni tan siquiera a recibirla a la estación de autobuses, y había estado caminando desde entonces sin rumbo y además, ya no le quedaba dinero.
A mis 32 años yo solo conocía chicas de mi zona, las cuales ya tenían bastante experiencia con hombres y el ver esta chica cándida, hizo que se me despertara un deseo morboso de tenerla en mi cama. Le dije que si quería podría llevarla a mi apartamento, para que descansara un poco y pensábamos que solución le dábamos a su situación.
Me agradeció y tomé su maleta y fuimos caminando hasta donde yo vivía. Cuando subíamos las escaleras hice que ella fuera delante de mí, pudiendo así apreciar su caminar y el perfecto culo que tenía. Su cabello rubio caía libremente sobre su espalda.
Abrí la puerta y la invité a pasar, preguntándole si deseaba tomar un baño. Me dijo que sí y le indiqué el camino.
Me excité de pensar que la tenía en mi casa y deseé ver su cuerpo desnudo mientras se duchaba. Como yo estaba soltero y a veces recibía visitas femeninas en mi apartamento, había comprado un espejo que era de doble visión, de tal modo que podía ver a través del espejo la habitación el baño, sin que la persona que se encontraba en él se diera cuenta que la espiaban.
Lo primero que hizo ella es dejar su maleta en el suelo y se miró al espejo, sin saber que yo me encontraba detrás de él mirándola, y dijo:
-Que voy a hacer ahora, no conozco a nadie aquí, esta situación va ser desesperada.
Despues se bajó el pantalón dejándome ver sus piernas. Poco a poco sentí que se me levantaba la polla, de saber que en un momento quedaría toda desnuda ante mis ojos.

Se desabotonó la blusa y se quedó en sujetador y braguitas, mostrando su espléndido cuerpo ante el espejo. Puso sus manos en su espalda para desabrocharse el sujetador y en ese momento sentí un vuelco en mi corazón, que empezó a latir con fuerza por la proximidad del momento en que vería sus tetas. Lentamente se lo quitó y me mostró un par de tetas grandes y tiesas. Sus pezones eran de color sonrosado y la aureola que los también.
Sentí que un poco de líquido asomaba por la punta de mi pene, debido a la visión que estaba teniendo en ese momento. Se bajó las braguitas mostrándome su chochito delicioso y yo me bajé los calzoncillos me la empecé a menear viendo cada detalle de su cuerpo. Se dio la vuela y pude ver su par de nalgas mientras se dirigía a la ducha. La vi a través de la puerta de cristal mientras se enjabonaba el cuerpo, lavándolo detenidamente y eso me hizo desear que mis manos fuesen el
agua que la acariciaba.
Se pasaba sus manos enjabonadas por sus pechos y se notaban que eran unas mamas suaves y no como otras tetas que había tocado, todas duras debido a los implantes de silicona. Esta chica era al cien por cien natural.
Cuando vi que termino de bañarse, salí de la habitación donde me encontraba y esperé a que ella saliese del baño. Fui a la cocina y ella apareció donde al cabo de un rato. Le dije que fuera a mi cuarto para que descansara ya que la veía agotada. Me dijo que desde que llegó aun no había dormido, y que era muy amable de haberla ayudado y que esperaba poder hacer algo para retribuir tanta gentileza. Le alcancé una taza, de tila y le dije que eso la relajaría, pero previamente, le había añadido unas hierbas que relajaban por completo.
Mientras se dirigía a mi habitación, observé que se había puesto un vestido de material delgado, que era holgado y que lo estaba usando para sentirse más cómoda. Pasó una hora en la cual solo con pensar que había una hembra en mi cama, me estaba calentando.
Tocaron el timbre de mi departamento y fui a recibir una pizza que había ordenado para comer. La dejé en la cocina y fui a mi habitación para avisarla. Llamé pero no respondía, así que abrí sin hacer ruido y al entrar por la puerta, la vi echada de costado y con las dos piernas recogidas. La posición en que ella se encontraba, me permitía ver que el vestido se le había subido un poco y podía apreciar sus muslos. Me acerqué y la moví un poco, pero se encontraba profundamente dormida.
Me armé de valor y levanté su vestido por detrás, pudiendo ver que no se había puesto braguitas y se encontraba desnuda debajo de su vestido.

Le abrí un poco las piernas con cuidado y volví a lamerle el chocho. Ella movió su cabeza un poco y pensé que se iba a despertar, así que salí de la habitación y cerré la puerta. Ganas no me faltaron de ir a masturbarme al baño, pero decidí aguantarme para ver si podía seducirla cuando despertase.
Pasaron dos horas más y ella salió de la habitación. Me dijo que había dormido como un bebé. Puse la pizza en el horno y la calenté para que comiéramos. Me dijo que estaba muy agradecida por la ayuda que le había dado.
Llegó la noche y vino el problema de donde podría dormir ella y le dije que si no le molestaba podríamos echarnos los dos en mi cama ya que ésta era muy grande, prometiéndole que no intentaría nada.
Me di un baño antes de irme a dormir y solo me puse un bóxer y ella seguía con el vestido que había utilizado para salir del baño. No podía conciliar el sueño teniéndola a mi lado y cuando pensé que ya se había dormido me acerqué por detrás y me pegué a su culo con mi polla totalmente dura. Me equivoca cuando pensé que dormía, de hecho me dijo que estaba esperando que ocurriera aquello.
Ella miró mi verga y se inclinó para mamarla. Podía sentir sus labios gruesos mamándome por mi hinchado capullo. Yo pasaba mis manos por su espalda y luego le agarré ambas tetas, masajeándoselas.
La tendí boca arriba y le separé las piernas. Prendí la luz para poder verla a mi antojo y empecé a lamerle el coño. Se lo chupaba con fruición su clítoris y sus labios, podía escucharla gemir, así que me puse sobre ella y empecé a follarmela.
En un momento la puse boca abajo y enfilé mi verga hacia su ano. Ella no quería porque le iba a doler, pero yo estaba hecho un burro y la sujeté y se la empecé a meter igual. Debido a lo apretado que estaba, solté un torrente de leche por su recto y la escuche llorar, no se si de dolor o de placer.

Cuando le vi la cara, pude ver que era de placer. Decidimos que pasaría unos cuantos días en mi casa hasta que localizara a su amigo. Queda claro que nuestras sesiones de sexo se repitieron.
Un abrazo.