Sol, playa e intercambio

Se fue de vacaciones con su primo y las novias de ambos a la playa. Allí vive casi toda su familia pero decidieron instalarse en un hotel para no agobiar. Charlaron, se divirtieron e intercambiaron muchas cosas.

Gonzalo – ZARAGOZA
Querida Charo y amigos de Clima, el año pasado pasé las vacaciones en una ciudad costera donde vive buena parte de mi familia. Había ido con mi novia y nos quedamos en un hotel para no incomodar en la casa de ninguno de mis tíos, mis padres no le vieron ningún problema a esto y los padres de ella no lo sabían y pensaban que ella se quedaría en un hotel y yo donde mis tíos.
Las primeras noches fueron de mucho baile, licor y sexo, follábamos a toda hora, pues es cosa de comprender al tener ambos 20 años y ser las primeras veces que dormíamos juntos. Ibamos a discotecas con mis primos, sobre todo con uno de ellos que tenía 24 años y su novia Maika que estaba muy buena, medía 1,70, morena, ojos café, cabellos negros, unas tetas grandes y firmes y un culito redondito muy atractivo.
Después de varias salidas decidimos irnos a pasar el día a un club deportivo, almorzamos, tomamos un rato el sol por la tarde y por la noche, aprovechando las copas y que no quedaba gente en el área de la piscina, irnos a dar un baño.
Mi primo y yo nos quitamos los jeans y las camisas y nos metimos a la piscina en calzoncillos y nuestras novias solo reían pero no se querían meter porque no habían traído el bañador.
– No importa, poneros en ropa interior, estamos solo los cuatro y nadie nos va a ver – les dijo mi primo desde la piscina.
La novia de mi primo no se hizo esperar y se despojó de su ropa, quedando con un sostén y un tanga, ambos blancos. Apenas la vi así mi polla se puso duro, pues en realidad Maika estaba muy buena. Mi novia solo miraba y no parecía convencida con lo que ocurría, mientras que Maika se metía en la piscina.
– Amor, métete, en serio, no pasa nada, ¿me vas a dejar solito aquí? – le dije esperando que ella también se metiera.
Patricia, mi novia, sonrió y me dijo:
– Cariño, nunca cambiarás.
Se fue quitando la ropa también, quedando en una ropa interior de color rosado. Patricia también está muy buena, mide 1,65, tiene el cabello castaño claro y los ojos miel, unas tetas también grandes y firmes, una piel blanca, suave y delicada pero lo que me llamaba la atención de Maika era su porte de mujer, mientras Patricia tenía más aspecto de niña tierna.
Una vez todos en la piscina, pude ver como a través del sujetador blanco podían notarse los pezones de Maika y sus enormes tetas parecía que fueran a reventarlo. Mi primo la cogía desde atrás, le besaba el cuello y disimuladamente le cogía las tetas.

Cuando hacía esto yo me daba cuenta que él estaba tan excitado por Patricia como yo lo estaba por Maika. Después de un rato de juegos en la piscina decidimos salir e irnos al hotel donde nos estábamos, quedando a tomarnos algo.
Mi novia y yo nos fuimos al hotel a cambiarnos y a esperar la llegada de mi primo y de Maika. En el bar estuvimos unos 10 minutos hasta que llegaron. Empezamos a tomar copas, a hablar y en un momento que Maika y Patricia fueron al baño mi primo me dijo:
– ¿Qué tal te parece Maika?.
– Muy hermosa – yo le respondí.
– Venga ya, ya vi como le mirabas las tetas -dijo-
También reí y reconocí todo lo que se me pasaba por la mente hacerle y, lo mismo, me reconoció él que pensaba de Patricia. Concluimos que cuando tomáramos algunas copas a lo mejor había “suerte”.
Patricia y Maika volvieron sonrientes, se sentaron y siguieron bebiendo. Estuvimos horas hablando, riendo, bebiendo y haciendo chistes y comentarios cada vez mas subidos de tono hasta que dije:
– Vayamos a la habitación, pedimos otra botella y nos la tomamos allí con más confianza.
Todos estuvieron de acuerdo y una vez en la habitación vi como mi primo cogía a Patricia por detrás y le besaba el cuello. Ella se apartó y pareció sorprendida, me miró y simplemente le hice cara de “no importa”, así que mi primo volvió a cogerla por detrás y esta vez ella se dejó, le besó el cuello y la giró empezando a besarla en la boca mientras con ambas manos recorría su espalda.
Mi primo mide 1,82, dos centímetros más alto que yo, es moreno y fuerte. Me excitó mucho ver a la delicada Patricia en brazos de un hombre tan grande y con un aspecto algo burdo. Estando así Maika se acercó a mí y nos empezamos a besar hasta que la recosté sobre la cama y seguí besándola, mientras con mis manos recorría su cuerpo hacia arriba hasta llegar a sus enormes tetas.
Cuando empecé a tocar sus tetas ella dejó escapar un pequeño gemido al tiempo que mi primo se quitaba la camisa dejando ver sus enormes brazos llenos de tatuajes. Cogió nuevamente a Patricia entre ellos y empezó a quitarle la ropa. Yo le quité a Maika un top verde que dejaba ver sus tetas, y quedó nuevamente con un sostén blanco que ella misma se quitó quedando completamente al descubierto sus enormes tetas las cuales empecé a chupar enseguida.

Maika tenía ya los pezones duros y gemía cada vez que yo los mordisqueaba. Para estas alturas Patricia estaba sentada a un lado de la cama y mi primo le chupaba las tetas, esas tetas grandes y a la vez delicadas, y pude ver que en partes de ellas ya tenía pequeñas marcas de los chupetones de mi primo, que, luego le fue quitando a Patricia su tanga y fue besando su cuerpo bajando hasta llegar al coño de mi novia que empezaba a abrir las piernas para dejar que él actuara con toda comodidad y mi primo empezó a lamerle el chocho saboreando esa rajita pequeña y delicada.
Después de chupar las tetas de Maika, ella misma me quitó la ropa y bajó hasta mi polla, que estaba ya como un roble, y se lo metió todo en la boca, empezando a mamarla de una forma espectacular, muchísimo mejor de lo que lo hace Patricia. Yo la cogí del pelo y moví su cabeza para que aumentara el ritmo de la mamada. Mi primo finalmente se despojó de toda la ropa dejando al descubierto un enorme pene que también estaba duro y deseoso de entrar en el coño de Patricia. La recostó al otro lado de la cama, abrió sus piernas y colocó su polla en la entrada de la maravillosa cueva de Patricia.
Yo sentí el empujón en la cama y oí un fuerte gemido de Patricia cuando él la penetró con todas sus fuerzas. Siguió embistiéndola y ella gemía cada vez más fuerte al ritmo de la entrada y salida de aquella polla en su chocho. Esta escena cada vez me excitaba más así que despojé a Maika de lo que le quedaba de ropa y la puse a cuatro patas sobre la cama. Al fin tendría ese culo para mí. Empecé a penetrarla suavemente por el coño pero luego empecé a aumentar el ritmo. Ella gemía y decía:
– ¡Gonzalo, métemela fuerte, métemela duro, así… aaah… que gustoso!
Yo miraba a mi primo follarse a mi novia de una forma casi violenta y me excitaba pero verla a ella gozando, me excitaba más así que yo me follaba a Maika cada vez con más fuerza y le daba palmadas en las nalgas.
Se oían los gemidos de las dos mujeres, se oía el golpe de las nalgas de Maika con mi cuerpo, y yo miraba a Patricia gozando y ella me miraba y sonreía de verme a mí disfrutando.
Al rato miré el culo de Maika y quise penetrarlo por lo que saqué mi verga y sin previo aviso se la clavé de una sola estocada en su culo. Maika pegó un fuerte grito que asustó a mi primo, pero al ver de lo que se trataba se excitó más y puso a mi novia a cuatro patas.
Yo seguí enculando a la preciosa Maika, estrujando sus enormes tetas con mis manos y sintiendo mi polla y mis huevos mojados por los jugos que salían del coño de Maika, que había tenido dos orgasmos y su culo estaba totalmente dilatado.
Mi primo se follaba a mi novia a cuatro patas, dándole fuerte en el chocho, ella gemía y ponía una cara de puta impresionante, hasta que la verga de mi primo no soportó más, él la sacó de su coño y la puso sobre su espalda, derramando toda su leche sobre la espalda y culo de mi novia.

Cuando termino, ella se giró y empezó a limpiarle la polla a mi primo con su boca.
Yo seguía clavándosela a Maika por el culo, pero el ver a mi novia llena de leche y limpiando la verga de mi primo con su lengua hizo que no aguantara más. Cogí a Maika, le di la vuelta y metí mi polla en su boca soltando una gran descarga de semen en su garganta que ella se tragó enterita con todo el placer del mundo. Después de esto, Maika y mi primo se vistieron, se despidieron y agradecieron lo estupendamente bien que lo habíamos pasado.
Patricia y yo follamos el resto de la noche pensando en lo que habíamos hecho y con la promesa de volver a hacerlo en el futuro.
Gracias por publicarme y hasta otra.