Relato erótico

Sexo dolor y pasta

Charo
25 de marzo del 2019

Tiene varios anuncios en internet donde se ofrece a matrimonios y hombres para que puedan hacer realidad sus fantasías. Según nos cuenta su “especialidad” es la sumisión.

Raquel – Zaragoza
Mi nombre es Raquel, hace ya algún tiempo que me dedico a contactar con hombres y mujeres a cambio de dinero, para satisfacer los placeres que, o son fantasías, o sus parejas no son capaces de realizarlas. No puedo hablar de un precio fijo, porque cada cliente quiere una cosa diferente, y por ello la cuantía del trabajo es diferente. Mi especialidad es la sumisión, hago todo lo que me piden, no tengo límites, ya que pienso ellos pagan, ellos mandan. Me considero muy obediente, y por ello creo que es por lo que mis clientes repiten.
Eran las 10 de la mañana, encendí el ordenador para mirar el correo y mirar a ver si tenía mensaje de algún cliente para ese día. En el correo tenía un cliente para el sábado, pensé que tendría un fin de semana movidito, como casi todos…. Me conecté en un chat de internet en busca de algún posible cliente y poco a poco empecé a hablar con ellos, hablé de precios, intercambiamos fotos, y por fin hay uno que se interesa en probar.
Es un hombre de un pueblo cercano al mío, por lo que, tras hablar por teléfono y quedar con él para que realice la mitad del pago por trasferencia bancaria a mi cuenta, como tengo por costumbre, espero atenta a su llamada para poder acudir a su cita. A las 12 de la mañana enciendo el calentador para bañarme y a prepararme para ir a su pueblo y hacerle disfrutar, como ha de ser. Suena el teléfono:
– Hola princesa, ya te he ingresado el dinero, llámame cuando cojas el autobús para poder venir a buscarte.
Quedamos en eso. Me desnudé y empecé a depilarme las axilas, recorté mis pelitos de la vagina, me lavé a conciencia, me puse gel por todo el cuerpo y al llegar a mis tetas, empecé a masajearlas. Mmmm me encanta, las tengo grandes y es una de las cosas que más gusta a los hombres. Seguí bajando mis manos jabonosas por todo mi cuerpo, abrí el cajón que tengo en el cuarto de baño y saqué mi juguete favorito para poder calmar la sed de mi cuerpo.

Me acomodé en el agua de la bañera, abrí bien mis piernas y empecé a introducir mi juguete en mi interior. Dí al botón y noté como empezaba a vibrar dentro de mí. Lo saque y metí seguidamente para poder lubricarme bien. Acto seguido cogí el bote del gel y en la palma de mi mano eché un poco que fui extendiendo por mi ano, para facilitar la penetración del consolador, me lo metí entero de una sola acometida, ya no me dolía, es más me encanta, me gusta dilatarlo siempre antes de un trabajo para que luego duela menos. Después de unas cuantas embestidas con mi gran consolador, mi cuerpo empezó a convulsionarse… Me está llegando el orgasmo.
Tras lavarme de nuevo, me envolví en la toalla y empecé a secarme para poder vestirme bien a conciencia tal como me había pedido mi cliente que fuera. Llegó la hora de salida de mi casa, eran las 13’30h, me dirigí a la estación de autobuses, miré el horario, salía en 20 minutos, cogí mi móvil y le llamé:
– Hola, cogeré el bus en 15 minutos, en una hora estoy allí, ¿estarás? – pregunté.
– Si, princesa allí estaré -contestó.
Al cabo de una hora llegué a la de la ciudad de mi cliente, ya le vi, me estaba esperando. Al bajar del autobús, me saluda y me da dos besos. Nos dirigimos hacia el coche y mientras me va explicando:
– Bueno nena, ahora nos vamos a mi casa, pero antes vamos a pasar por un mercado a buscar unas cosas necesarias para empezar a jugar.
Yo asiento, no se que es lo que deseará comprar, pero como él manda, yo solo le acompaño, ahora soy su esclava durante 6 horas. Llegamos a la puerta del mercado y me dice que me espere en el coche y me quite la ropa para cuando él vuelva. Empiezo a quitarme los pantalones y el tanga, le veo venir con unas bolsas, las deja en el asiento de atrás y al sentarse delante me obliga a agacharme y mientras conduce, comerle el rabo. Así lo hago hasta que llegamos a un paraje desierto, pero sigo comiéndole la polla hasta conseguir que se corra en mi boca, me la trago toda y le limpio toda la polla con mi lengua. Mete el coche en un garaje y tras levantarse y subirse los pantalones me pide que coja las bolsas, mi ropa y le acompañe.
Me incliné para poder ponerme los pantalones y él me dijo que no hacía falta, que nadie me iba a ver. Salí del coche desnuda y al pasar por su lado me cogió por los pelos diciendo:

– ¡Venga zorra, más deprisa, tengo ganas de usarte ya!
– Si mi amo- respondo yo y empiezo a caminar más deprisa.
Antes de entrar en casa, cogió una cuerda del garaje y mientras me iba dirigiendo hasta una habitación me iba dando con la cuerda en mis nalgas, yo ya estaba muy mojada, y él notó que los malos tratos me excitaban. Abrió la puerta del cuarto y me dijo:
– Nena, no sabes aun con quien has quedado, me encanta hacer sufrir a las putas como tú y vas a saber lo que es bueno.- se reía.
En las esquinas del cuarto había cuatro cuerdas, que se dirigían al centro y en cada extremo había unas pulseras de cuero. Me pidió que me tumbara en el suelo, con dos de las cuerdas me ató las piernas hasta quedar abiertas a tope, después ató mis manos, y así quedé a su completa disponibilidad. Sentía como mi rajita se iba humedeciendo, y él empezó a desnudar. De nuevo me metió el rabo en la boca y me pidió que se la pusiera dura de nuevo. Yo volví a comérsela y fui notando como se le ponía bien dura.
De repente se separó de mí, cogió las bolsas y encima de la cama arrojó los utensilios que compró en el mercado, pepinos, calabacines, zanahorias, nabos, un palo de escoba, botes de desodorantes de diferentes grosores… Salió de la habitación y al cabo de unos segundos volvió con unos cubitos de hielo que me puso en los pezones. Quería gritar pero mis tangas metidas en mi boca, atadas con cinta aislante impedían que los gritos salieran de mi boca.
Volvió a salir, entro con un pasamontañas que me colocó en la cabeza y una cámara de video, que colocó en el ángulo para que se viera lo que me iba a hacer. Se colocó sentado encima de mí, empezó a apretar fuertemente mis pezones helados por el hielo y comenzó a colocar unas pinzas en ellos, que a pesar de tenerlos casi dormidos por el hielo, dolían. Él al notar mi dolor en mi cara se reía, podía ver su cara de loco.
Se levantó y empezó a introducirme en mi coño un pepino, era muy grande y él seguía en su labor.
– No entra, que pena, tendré que hacer algo para que se empiece a lubricar más.
Y de buenas a primeras empezó mordisquearme el clítoris. Yo sentía como me iba lubricando, ya que el pepino iba metiéndose poco a poco, sin casi hacer fuerza. Que gustazo me daba…
– ¿Qué pasa nena, te gusta o que? Aun te queda mucho para gritar.

Él miraba mi cara, en la que se podía reflejar el placer del que yo era dueña en esos momentos. Mi cliente cogió una zanahoria sin contemplaciones y comenzó a metérmela por mi ano. Al notar como entraba me dijo:
– Joder, no veas si te han follado por detrás, te entra fácilmente, seguiré probando cosas…
Volvió a probar a introducirme un calabacín, le costo más de entrar pero entró. Él se rió y me dijo que probaría con algo más grande, ya que a él lo que le gustaba era hacer sufrir y con eso solo me daba placer. Me soltó y me ató de nuevo dejándome esta vez boca abajo. Me sacó el pepino de mi vagina y me insertó un calabacín bastante grueso. Cuando lo metió completamente cerró mi coño con cinta aislante, no dejando probabilidad a que saliera de allí.
De una embestida metió su polla en mi culo, eso si que me causo dolor y no fue por el grosor, sino por la fuerza de sus entradas. Siguió follándome analmente, mientras se reía y me estiraba de mis cabellos fuertemente como si yo fuera un caballo.
– Mmmm puta como te gusta, noto como te mueres del gusto que te doy… – murmuraba
Sacó su polla y metió a lo bestia un bote de desodorante. Yo notaba como rozaba con mis paredes y él percibía el dolor que me estaba causando. Lo metió entero y lo sacaba fuertemente, girándolo para admirar la cara de dolor que yo ponía. Le miré a la cara y vi asombrada como se estaba masturbando mientras me follaba con el bote. Acabó corriéndose y llenándome toda la cara con semen caliente.
Me sacó todo lo que tenía metido en mis agujeros y empezó el calvario que nunca pensé que podría tener. Metió en mi ano, primero una vela, después otra y así hasta meterme 4 velas que dilataron al máximo mi culo, y cuando las tuvo todas dentro, las encendió provocando que cada gota de cera al caer me causara un dolor incomprensible, me gustaba el dolor pero este era excesivo.
Otras veces no me importaban las horas, pero esta vez deseaba que acabara mi castigo de esta tarde, miré mi reloj y comprobé que aun me quedaba 1 hora por sufrir. Una hora, ya no aguantaba más.
Mi cliente comenzó a mover las velas dentro y fuera de mi ano, el cual estaba ya muy escocido de tanto ardor de la cera de las velas.

Salió de la habitación y volvió con más cubitos de hielo partidos en trozos, los cuales empezó a introducir en mi vagina. Mi cuerpo se contraía del frío causado y al moverme me provocaba otro dolor mayor al sentir la tirantez de las cuerdas en mi cuerpo. Cuando hubo metido todos los pedazos de hielo en mi coño, sacó las velas de mi ano y de una embestida me ensartó el palo de la escoba en el ano, lo hizo sin piedad y me causó un gran dolor.
Cogió un cepillo y empezó a azotarme la barriga y las nalgas. No paraba de reírse mientras lo hacia, no lo comprendía, todo el dolor que yo sentía, le causaba placer. Me desató los pies y me dijo que me levantara y abriera la boca. Así lo hice y empezó a orinarse encima de mí. Me llenó de su orina y me obligó a masajearme el cuerpo con ello. Me desató, me hizo levantarme y me dirigió hasta el cuarto de baño, me dijo que me duchara como lo solía hacer en mi casa, pero con agua fría. Obedecí y cumplí sus órdenes. El agua estaba helada, ya que la bañera estaba cubierta de cubitos. Me tumbé en ella, me puse el gel, me enjaboné entera y di al agua para poder ducharme. El me dijo:
– Ahora vístete zorrita, has sido muy obediente y te he de recompensar.
Me puse mi ropa y salí tras él, me dio un sobre con mucho más dinero del acordado y ya concertamos la próxima cita.
Un saludo para todos.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies.

Aceptar

ACEPTAR
Aviso de cookies


"relatos p""maduras relatos"revistaclima.com"nadia daferro""revists clima""relatos travestis españa""maduras relatos""relatos de sexo gratis""relatos erticos""liz raimbow""relatos pono""historias heroticas""relatos eroticos lib""relatos de la revista clima""porno star española""leer relatos eroticos""porno erotico español""cuernos amateur"revistaclima.com"relatos eroticos revista clima"www.revistaclima.com"aqui te pillo aqui te follo""relato erotico playa""cuentos porno""relatos lib""relatos erotocos""relatos eroticos revista clima""super tetas""follada por negros"tetazas"ver revista clima""relatos eroticod""super tetona""tori lane""relatos de sumision""relatos de charo medina""revista clima.com""relatos eroticos porno""muchas pollas""contactos sex"folladoras"relatos mamadas""todo relato.com""eroticos profesionales""relatos lib""briana blair""polvo salvaje""dame tu leche""revista clima.com""la revista clima""gif guarras""rubia bien follada""maduras contactos""revista clima x""revista clima relatos""relatos sexo lesbico""relatos tetonas españa""relatos lib""revistaclima com""relatos madura"revistaclima.com"sara may anal""relatos porno españa""climas revista""relatos pono""cuentos eroticos gratis""swinger amater""revista clim""vaya tetas"relatosclima"sexo contactos""relatos eroticos.""relatos de la revista clima""relatos eroticos pollon""relatos revista clima""relatos heroticos""sexo anal brutal""mamada a dos bocas""revista clima relatos""relato ertico""todorelatos pornos infidelidades"