Sesión porno en directo

Con su novio habían alquilado una película pero cuando empezaban a verla, llamó a la puerta un amigo. Pasó y los tres empezaron a ver la película, porno naturalmente, pero la película se acabó y ni siguiera se dieron cuenta. ¿A qué os imagináis porqué?

Aurora – Zaragoza
Mi nombre es Aurora y soy una mujer que hasta hace más o menos dos años era una muchacha, creo yo que bastante conservadora. Mi primera relación fue con un novio con quien duré dos años. Desde el inicio de esa relación con Paco, a él le gustaba mucho tocarme todo el cuerpo y yo lo dejaba hacer ya que lo hacía con suavidad y cariño.
Poco a poco empecé también a tocarlo pero no me atrevía a tocar su polla aunque llegaba a ver, por encima del pantalón, como se le ponía dura y la notaba cuando restregaba su cuerpo contra el mío.
La primera vez que le toqué, ya abiertamente la polla, fue porque él se la sacó y me pidió que se la meneara de arriba abajo porque estaba tan excitado que si se quedaba así más tarde le iban a doler los huevos. Después supe que cuando dejas a un tío muy caliente luego le duelen los huevos. Después me pidió que se la besara y por supuesto no quise y continué moviéndosela hasta que la polla empezó a brincar y se corrió soltando una gran cantidad de leche.
Pero algo me pasó en ese momento. Me fascinó ver como salía esa espesa cremita del palo de Paco y a partir de ahí empezamos a buscar cualquier lugar o momento para que yo pudiera masturbarlo. De hecho cuando perdí mi virginidad fue en su coche pero no fue del modo como me habían dicho mis amigas, ya que me decían que era una experiencia deliciosa. Para mi lo delicioso era poder meneársela hasta ver como expulsaba el semen y hasta yo iniciaba la seducción para poder ver como se corría. El nunca logró que yo me pusiera caliente, me gustaba cuando me tocaba pero nunca logró que se me humedeciera un poco el coño.
Mi segunda relación pasó sin pena ni gloria y yo aún no sabía lo que era un orgasmo hasta que llegó el siguiente novio que despertó mi verdadera naturaleza.
No voy a decir que soy una golfa porque no me siento así, sino como una mujer completamente desinhibida que le gusta disfrutar del sexo en cualquier forma, siempre y cuando sea con hombres que me gusten.

Desde que empecé a salir con Raúl me di cuenta que él iba a ser diferente. Con él empecé a tener orgasmos. Nunca me hubiera imaginado que iba a llegar a esos límites pero con él me inicié en el sexo oral y mis primeras relaciones con dos y hasta con tres hombres fueron con él. Cualquiera pensaría que, al ser mi novio, iba a ponerse celoso si yo me dejaba manosear por otro.
La primera vez que tuve sexo con dos hombres fue en casa de Raúl y después de esa ocasión siempre invitaba amigos a su casa para que gozaran conmigo. Esta primera vez, como era sábado, Raúl llevaba unos shorts y una camiseta. Habíamos alquilado una película y cuando empezamos a verla, llamó a la puerta Carlitos, un amigo de Raúl. Pasó y los tres empezamos a ver la película. Raúl y yo nos tapamos con un cobertor y él me agarró la mano para que le tocara la polla y así empecé a hacerlo. Me excitaba mucho el estar meneándole la polla al lado de otra persona y con el riesgo de que me pillen.
Para que Carlos no se diera cuenta de lo que estábamos haciendo se me ocurrió que no debía quedar evidencia en el short de mi novio y me metí bajo el cobertor para que se corriera en mi boca y empecé mamársela lentamente.
El estaba acariciándome por encima del cobertor pero de repente noté una mano de más tocándome las nalgas y mi primera reacción fue apartarla pensando que Raúl se iba a enfadar pero cual no sería mi sorpresa al enterarme que él había invitado a Carlos a que me empezara a meter mano. Me puse muy nerviosa pero la idea de ser poseída por dos hombres me excitó mucho. Al principio solamente dejé que Carlos me tocara las piernas pero poco a poco empezó a tocarme más arriba y yo, ya para ese momento, tenía las piernas completamente abiertas y notando como despacito iba acercando la boca a mi coño hambriento de polla.
Llevaba la falda levantada, exhibiendo ante Carlos la ropa interior y dejando que viera como se la mamaba a mi novio.
Carlos empezó a quitarme la falda al tiempo que Raúl me quitaba la blusa y el sujetador dejándome completamente desnuda y temblando, no de frío ni de miedo, sino de excitación. Cuando Carlos se quitó el short quedó a la vista una polla erecta de tamaño regular.
Empezaron entre los dos a tocarme y es increíble la sensación de varias manos sobre el cuerpo, mientras se la mamaba a uno el otro me la metía en el coño, me corrí al menos tres veces.
La sensación tener dos pollas para mí me superaba. Entonces Raúl le dijo a mi novio que él se sentaría en el sofá, yo encima, dándole la espalda a mi novio para que me la metiera por el culo. En definitiva iba a experimentar una doble penetración.

Raúl se sentó, y me lance sobre él como una loca, mi novio cogió un poco de crema de manos y me lubricó el ojete. A los pocos minutos estaba siendo penetrada por dos hombres a la vez. Tardamos un poco en “sincronizar” las embestidas, pero cuando lo conseguimos, era una gozada.
Los tíos no paraban de gemir y de decirme que era una tía cojonuda y muy viciosa. Cuando notaron que estaban a punto de correrse, nos levantamos todos, me hicieron sentar en el sofá y dirigieron sus gordas pollas hacia mi boca.
Mamaba un ratito cada una hasta que Raúl dijo que iba a correrse. Me dedique exclusivamente a él y no pare de mamar y de pajear hasta que me llenó la boca de leche.
Aún no había tenido tiempo ni de tragarme la leche de Raúl, cuando mi novio dijo que iba a correrse. Hice lo mismo, se la chupé hasta que soltó su lecherazo en mi boca.
Estábamos hechos polvo y yo tenía una pinta de guarra satisfecha que asustaba. Me fui al baño a darme una ducha y cuando estaba saliendo de la bañera, me encontré con los dos que estaban mirándome.
Me dijeron que no saliera, y nos bañamos los tres juntos. No hace falta que os diga lo que ocurrió. Nos enjabonamos unos a otros, hasta que volvimos a coger un calentón.
Les mame los rabos de rodillas, dentro de la bañera, y como hacía poco rato que se habían corrido, nos fuimos a la cama y me follaron por turnos.

Lo que no os he contado es que Raúl tiene una polla enorme, pero sobre todo tiene un capullo con una cabezota gorda, por eso, cuando le tocó a él follarme el culo, noté que pasaba la lengua una y otra vez por mi agujerito. Después empezó a meterme un dedo y después otro, hasta que acercó el capullo a mi culo.
En cuanto intentó penetrarme grité diciéndole que me dolía mucho, pero el tío sabía mucho de esto. Le dijo a mi novio que se metiera debajo de mi y que me comiera el coño. Por supuesto, en cuanto empecé a calentarme, la polla de Raúl dejó de hacerme daño.
Aquello era una maravilla, jamás hubiese pensado que el que te dieran por el culo con un rabo tan gordo diese tanto placer.
Raúl me dijo que iba a correrse y como una zorra le dije que no la sacara y que me diera toda la leche. Cuando termino y la sacó, sonó como si hubiéramos descorchado una botella de cava.
Mientras tanto mi novio se la estaba pelando con una cara de guarro que daba gusto de ver. Se aceró a mí y me dijo que se la chupara hasta que le dejara los huevos vacios.
No hace falta que os diga que fue una tarde “completita”. De hecho, hemos quedado y este fin de semana no saldremos de casa de mi novio. Según ellos, pediremos unas pizzas y “veremos películas”.
Un beso para todos los lectores.