Relato erótico
Se descontroló todo
Aquel fin de semana hicieron lo de siempre, se reunieron con otros matrimonios amigos, fueron a cenar y después a su casa a tomar unas copar. Como suele pasar el tema más “normal” de conversación era el sexo. Aún no saben porque las cosas se les fueron de las manos.
Toni – Marbella
Me llamo Toni, tengo 40 años, casado ya hace dieciocho, sin hijos, mi mujer Julia tiene 42 años mide 1,68, un buen culo y de pecho exuberante. Nuestra vida sexual es bastante buena y tenemos relaciones tres o cuatro veces a la semana. Julia, en casa, generalmente anda con camisetas cortas que le dejan completamente descubierto su gordo culo y lleva siempre tangas de hilo dental, lo cual la hace verse siempre muy apetecible.
Le gusta que la fotografíe, por lo cual tenemos una buena colección de fotos y algunos videos íntimos de casi todo lo que hemos hecho y siempre hemos fantaseado con la idea de hacerlo en compañía de otras parejas, o sea ver y ser visto, pero nunca habíamos hablado del intercambio en sí.
Los fines de semana generalmente nos reunimos con otras parejas afines a nosotros y salimos a cenar o nos reunimos en las casas. En muchas de esas reuniones se habla de sexo y en muchas ocasiones hemos terminado viendo algún programa en el canal sexy mientras tomamos algo.
Pero lo más atrevido ocurrió un sábado en el que todos estábamos un poco pasaditos de copas y viendo un programa de strippers, a las chicas les dio por hacerlo ellas también y terminaron en bragas y con los pechos al aire. Fue muy excitante, pero no pasó de ahí.
Días más tarde, un viernes, que nos reunimos en casa con dos parejas más, salió el tema de videos porno caseros y resultó que todos los habíamos hecho, empezando a hablar de intercambiarlos. Lola, la mujer de José, sugirió:
– ¿Por qué mejor no nos reunimos mañana y los vemos todos juntos? Así será más divertido.
A todos nos pareció bien así que quedamos para el día siguiente. Esa noche no pasó nada interesante y al día siguiente, sobre las ocho, nos reunimos en casa de José. En total teníamos siete películas, nos pusimos a tomar algo para disipar un poco la posible vergüenza y nos acomodamos a ver las películas. La primera que vimos fue la de Lola. Tiene 39 años, un culito respingón y unos pechos bastante grandes aunque un poquito caídos, más por la gravedad que por la edad. La película empezó con ella chupándosela a su marido y luego follándosela a estilo perro. La cámara estaba puesta a un lado, así que lo más llamaba la atención era ver esos pechos bailando en el aire. Luego él se la sacó, fue hacia su cara y ella comenzó otra mamada hasta que él se la sacó y terminó eyaculando en su cara.
Yo, a estas alturas, la miraba más a ella que a la película y todos teníamos unas erecciones bastante apreciables. Luego pusimos una nuestra en que básicamente era Julia cabalgándome de espalda a la cámara, por lo que se apreciaba muy bien la penetración y sobre todo el soberbio culo de mi mujer. Ya el ambiente estaba bastante caliente y Jorge comentó que si estuviera en su casa ya tendría a Alicia mamándosela.
La tercera que pusimos fue una de Alicia, que es la que mejor está. Es morena, mide 1,70 con cuerpo muy bien proporcionado, un culito bastante respingón y unos bellos pechos. El video era de ella duchándose y viéndose su chocho completamente rasurado, luego Jorge entró en la ducha y ella se agachó a chupársela hasta que él se corrió.
Julia comentó que descansáramos un poco y comenzamos hablar, ellas sobre nuestras pollas y nosotros de sus respectivos culos hasta que Jorge, todo lanzado, les sugirió que por qué no se quedaban en ropa interior para dar más morbo.
Ellas, tras unos instantes de dudas y de miradas, accedieron y se desvistieron mientras nosotros procedíamos de igual forma, con excepción de José que se quedó desnudo totalmente. Ellas, al verlo, empezaron a dedicarle broma hasta que su mujer se acercó a él, le agarró la polla y empezó a sobársela cariñosamente primero para luego empezar a masturbarlo.
José, muy complacido, se sentó en el sofá a mi lado, Lola se sentó en el piso y siguió masturbándolo suavemente. A continuación Jorge se sentó a mi otro lado y le preguntó a Alicia:
– ¿Es que para mí no hay nada?
Ella se acercó, le bajó los calzoncillos y empezó a masturbarlo. Entonces Julia puso otra de nuestras películas y fue a servir más bebidas. Viendo la película, estaba yo sentado en medio mientras los dos amigos disfrutaban de la masturbación que les hacían sus respectivas mujeres, cuando regresó Julia y Alicia empezó a comentar que yo estaba solo y sin nadie que me complaciera.
Mi mujer se acercó, se puso entre mis piernas, me sacó el palo por un lado del calzoncillo y comenzó a chupármelo. Yo me encontraba en el cielo y más viendo como Alicia se levantaba y se acomodaba encima de Jorge metiéndose de un golpe su polla en el coño. El olor a sexo ya impregnaba todo el salón y entonces José se corrió en la boca de Lucia.
En ese momento mi mujer me soltó la polla y me pidió que me levantara, ella se puso de rodillas apoyada en el sofá y yo empecé a comerle su rica almeja hasta que, sin poder aguantarme más, me levanté y se la metí en pleno chocho.
José y su mujer seguían sentados viéndonos a nosotros y como yo me corría dentro de mi mujer quedándome luego recostado en el suelo, pero Julia, insaciable, me cogió la verga y comenzó a chupármela de nuevo.
Por la postura que ella adoptaba estaba como quien dice a cuatro patas con su culo hacia José, el cual empezó a decirle que tenía un culo precioso y ella, por toda respuesta, separó un poco más las piernas y proyectó un poco más su culo.
Entonces José se puso de rodillas detrás de ella y me miró como pidiendo permiso yo asentí sin pensarlo y él se la empezó a meter. Julia lanzó un respingo pero siguió chupándomela. Lola, animada, vino hacia mí, se puso encima de mi cara y yo comencé a comerle su coño en el momento en que Alicia exclamaba riéndose:
– ¡Venga, comenzó la orgía romana!
Noté que Jorge se colocaba a mi lado y como Lola comenzaba a chupársela. En aquel momento la única que estaba suelta era Alicia y como que era a la que yo le tenía más ganas, me salí como pude del nudo en que me encontraba, Jorge se llevó a Lola al sofá para que se la siguiera chupando y yo fui hacia Alicia, la recosté en el sofá y empecé a pasarle la polla por su raja, toda abierta, subiendo hacia su ano donde traté de empezársela a meter, lográndolo cuando ella misma se abrió las nalgas. Cuando la tenía más de la mitad dentro de su ano, la saqué y se la metí en su raja y en eso estuve hasta que terminé corriéndome dentro de su culo, al mismo tiempo que José se corría dentro de mi mujer y se acostaba a su lado.
Cuando Jorge vio a Julia echada en el suelo boca abajo, separó a Lola y fue donde Julia acomodándose en su culo, que era lo que quería hacía rato. Ella ya no se movió, abrió un poco las piernas y él la ensartó en su coño para lubricarse un poco, se la sacó, luego se lo colocó en su ano y comenzó a metérsela hasta que sintió que entraba y en ese momento apretó y se la ensartó totalmente. Julia soltó un gritito y él comenzó el metisaca sin contemplaciones.
Lola se sentó a mi lado quejándose de que ella no le tocaba nada, que solo estaba chupa que chupa, y se reía pero se notaba que estaba un poco disgustada. Yo me situé para chuparle el chocho un rato, mordisqueándole los labios mientras ella se iba a mi tranca flácida y se la metía toda en la boca. Para ser honesto yo dudaba que se me enderezara ya que estaba extenuado, pero ella chupaba como una posesa. Nunca me habían chupado de esa forma.
Se introducía todo hasta el fondo y luego lo soltaba y empezaba a mordisquearme la verga hasta llegar a mis testículos que comenzaba a chuparlos, y tanto le dio que consiguió que se me endureciera y entonces se lo volvió a meter en la boca y fue bajando poco a poco hasta que se lo metió toda. Era espectacular sentir como chupaba. En ese momento se la sacó de la boca y colocándose se lo metió en la entrada de su coño, dejándose caer hasta que la tuvo toda dentro y empezó una cabalgada de aúpa, mientras yo le estrujaba las nalgas.
Entonces Jorge se lo sacó a Julia y eyaculó en sus nalgas, luego se echó en el sofá comentando lo rica que estaba Julia. Yo comencé a empujar un poco a Lola para ponerla a cuatro patas y cuando la tuve así, se lo volví a meter al tiempo que José se le ponía enfrente para que se lo chupara un poco. Yo ya no podía más, me corrí y me eché a un lado, aunque ella podría haber seguido ilimitadamente.
Julia y Alicia fueron al baño a limpiarse un poco, Jorge fue a por el culo de Lola donde se la metió de un golpe y aunque ella se quejó un poco, enseguida empezó a menearse como una posesa. José, antes de correrse, se la sacó y eyaculó en su cara, restregándole por ella toda su leche. Jorge seguía con su metisaca hasta que también eyaculó. Ella también se fue al baño y nos quedamos los tres hombres sentados cansados pero satisfechos.
Cuando regresaron las chicas, a José le dio la prisa por marcharse, aunque la mujer se veía que no quería, se vistió y se despidió. Nosotros nos quedamos un rato más hablando y como Julia tenía ganas de acostarse, le preguntó a Jorge por qué no se quedaban a dormir.
Ellos accedieron y se fueron al otro cuarto. Ya solos en la habitación Julia estaba entre arrepentida y eufórica. Lo había pasado bastante bien pero tenía reparos. Hablamos un rato hasta que nos dormimos.
Al día siguiente me levanté como a las nueve y al ver que ella ya se había levantado, salí y me las encontré a las dos en la cocina tomando café y hablando.
Julia solo llevaba las pantis mientras que Alicia sólo tenía puesto el sujetador, lo cual me hizo gracia, comentándome ella que le era más cómodo. Me senté a su lado y empezamos hablar de la noche anterior y de la extraña actitud de José hasta que Julia vino hacia mí y me empezó acariciar el miembro. Alicia también se me acercó y comenzó a besarme hasta que los tres nos fuimos al salón y las coloqué a las dos de rodillas en el sofá y comencé a comerles los chochos, alternando de una a la otra y mientras chupaba a una, a la otra le introducía un dedo.
En un momento dado y mientras se lo chupaba a Julia, Alicia se recostó y subió sus piernas hasta apoyarlas en sus hombros dejándome su raja pelona servida.
Me acerqué y empecé a metérselo mientras Julia comenzaba a besarme en la boca. Al rato se la saqué y coloqué a Julia a cuatro patas y se la metí, metiéndose Alicia entre nuestras piernas para comenzar a chuparme los testículos y cuando me iba a correr, ella me agarró la polla y metiéndosela en la boca comenzó a chuparla hasta que reventé. Creo que fue un agradable despertar. Después de esa oportunidad ya hemos seguido con regularidad los intercambios y hasta el momento estamos todos muy bien.
Saludos y ya os contaré algunos de esos intercambios.