“Renovarse” o morir

Tenían ganas de probar cosas nuevas y pusieron un contacto en la Revista Clima. Su mujer le dejo claro que no follaria con ningún tío, y que tenía ganas de “hacerlo” con una chica.

Manuel – Valencia
Esta es una de las muchas experiencias que vamos a enviarte pues he animado a unas amigas para que te cuenten también sus aventuras.
Me llamo Manuel y mi mujer Pilar, llevamos bastante de casados y rondamos los cuarenta.
Con ganas de probar cosas nuevas animé a mi mujer a que entrase en un chat de esos del móvil para buscar amigos y amigas pero al poco tiempo solo le entraban tíos para hacer sexo por teléfono, así que muchos solo llamaban cuando nosotros estábamos follando y no veas que excitante era para mí estar gozando con mi mujercita mientras alguien se masturbaba a nuestra salud.
Yo, cada vez más cachondo y sabiendo que Pilar, de soltera, había tenido alguna experiencia bisex, le propuse que probásemos el trío y ella, tras mucho dudarlo, al fin me dijo que estaba de acuerdo pero con la condición de que ningún tío se la follaría, solo le mamaría la polla o se la menearía.
Buscamos a los candidatos y candidatas hasta que encontramos a una chica que, al parecer se había encaprichado de Pilar. Hablamos y al final decidimos conocerla, citándonos ella en su misma casa. La chica se llamaba Marta y tras las presentaciones, pasamos a la habitación, donde no tardamos nada en estar desnudos los tres, ellas dos en la cama y yo de pie, menándome la polla.
Al rato las dos se besaban
con pasión sobándose las
tetas hasta que Pilar me invitó a participar y Marta no
hizo ascos en chuparme la
polla mientras mi esposa le
comía el coño, corriéndose
nuestra amiga una y otra
vez, empalmando los orgasmos. Entonces, mi inminente
corrida me hizo sacar mi polla de su boca corriéndome
en sus tetas pero, a pesar de la cantidad de leche que lanzaron mis huevos y debido a la enorme excitación que me llenaba el cuerpo, mi verga seguía empalmada a pesar de mi corrida por lo que me puse detrás de mi mujercita, que seguía degustando los abundantes líquidos que soltaba el coño de Marta, y se la metí por el culo, follándomela con ganas. Así nos corrimos los tres entre gemidos y suspiros.
Ya más tranquilos, nos metimos los tres en la ducha, sobándonos hasta que Marta, que parecía querer más, me la empezó a menear y luego, arrodillándose, me pegó una mamada de puro vicio tragándose esta vez toda mi leche.
Estuvimos tres días con ella y lo pasamos de maravilla tanto que la despedida fue muy emotiva.
Siguiendo con nuestros contactos por teléfono había un chico que se llamaba Rafa. No había día que no llamase a Pilar y esta, una noche, empezó a insinuarle que se lo montaban juntos, terminando el chico eyaculando en sus calzoncillos. Otro llamaba solo para oír a mi mujer decirle lo caliente y lo necesitada de polla que estaba. Todos se corrían y se hacían ilusiones con Pilar pero ella, como siempre, les decía que era solo una relación por teléfono ya que para polla tenía bastante con la mía.

Un día recibimos un mensaje de un chico hétero al cual, según nos dijo, le gustaría probarlo con un chico. Las condiciones que puso Pilar fueron las de siempre, es decir que nada de follársela pero mamársela y meneársela a él sí. Todos de acuerdo, quedamos en un centro comercial en el cual hay lugares de ocio.
El chico era majo y se le notaba que llevaba tiempo sin mojar en caliente por la cara de vicio que ponía. Tomamos unos cafés, hablamos para conocernos un poco y quedamos para el siguiente fin de semana pero, calientes como estábamos, al final aceptamos ir al picadero de este nuevo amigo.
Nos sirvió unas copas y hablando empecé a tocar a Pilar, que no llevaba sujetador, y al momento estábamos los tres desnudos en el sofá, chupándole a mi mujer los pezones mientras ella nos tocaba las pollas. Pilar estaba súper cachonda y le propuso al amigo que me mamase la polla, cosa que el tío hizo en el acto. Casi no puedo expresar el placer que sentí mientras me la chupaba un hombre. Lo hacía con ganas y con mucho vicio. Mientras, Pilar nos miraba, abierta de piernas, tocándose el coño y gimiendo de placer como una putita.
Al final, este amigo y yo, nos montamos un 69 de impresión. Yo le chupaba también la polla y humedeciendo su ano, llegué a meterle hasta dos dedos en el culo haciendo que se corriese abundantemente en mi boca. Entonces yo, con su permiso, le di por el culo. Oír como él se quejaba de dolor pero también como gemía de placer notando aquel culo tan prieto, me corrí con un placer tremendo llenando sus entrañas con mi leche caliente.
Pilar nos confesó haber tenido dos orgasmos de solo oírnos gemir.
Nos vestimos, bajamos al bar a tomar el aperitivo pero, hablando y hablando, nos pusimos de nuevo a tono y como Pilar quería ver cómo me daban por el culo, decidimos complacerla. Subimos de nuevo al piso, pasamos al dormitorio y mientras los dos nos desnudábamos, ella no paraba de decirme:
– ¡Cabrón, arrodíllate y chúpale la polla a este que cuando la tenga dura te va a desvirgarte el culo, so mamón!
Así lo hice, se la mamé y humedeciéndole la polla, Pilar me hizo poner el culo en pompa y este amigo me lo penetró despacio mientras yo le comía el coño a Pilar, que no hacía más que gemir y destilar jugos. Cuando el amigo estuvo a punto de correrse, me la sacó del ano y eyaculó en los pechos de mi mujer.
Volveré a contar más experiencias. Un saludo.