Relato erótico
Reencuentro bestial
Tuvieron un encuentro sexual que aún recodaba. Elena le atraía, pero su amiga lo ponía cachondo. La llamó y le dijo que tenía ganas de verla. Ella dijo que podrían verse, pero que también invitaría a su amiga. Era lo que él quería.
Andrés – Barcelona
Después de aquel encuentro con mi ex vecina Elena y su especial amiga Sara decidimos quedar para otra ocasión, pero en un sitio más cómodo.
Pasaron unos días y yo no me quitaba de la cabeza aquel encuentro , la imagen Elena encima del capó del coche con sus piernas abiertas y su sexo brillando desafiante se entremezclaban con la imagen del cuerpo perfecto de Sara.
Telefoneé a Elena y le dije, para no ofenderla, que estaba deseando volver a verla, aunque mi mente estaba pensando más en Sara que en ella, Elena me respondió que ella también pensaba mucho en nuestro encuentro pero que le gustaría estar los tres de nuevo, Sara que trabajaba en una productora de cine viajaba con frecuencia y justo estaba pasando unos días en Barcelona, yo le respondí enseguida,
-¿Que te parece si nos lo montamos y nos vemos?
Elena se quedo pensativa y me dijo:
– Yo puedo dar una excusa, ¿tu como lo tienes?
-Bien, respondí yo, me monto una reunión de negocios rápidamente.
-¿Mañana? me preguntó,
– Vale hecho respondí.
Al día siguiente, a eso de las cuatro de la tarde, nos encontramos en una cafetería. Elena estaba espléndida una gabardina marrón sobre los hombros cubría un vestido de color crudo que acababa sobre las rodillas y una abertura lateral dejaba ver las bonitas piernas cubiertas por unas finas medias de seda, su pelo negro recogido en un moño informal, unos zapatos de un largo y fino tacón daban el colofón a una imagen seria y sensual como pocas, a pesar de no ser ninguna vedette no había hombre con él se cruzase que no se girase a mirarla mejor.
-Hola vecina –dije- estas absolutamente espléndida, creo que soy el hombre más afortunado de todo el bar.
-Gracias respondió, eres muy amable.
Cogimos un taxi y nos dirigimos hacia un apartamento que tengo en la Diagonal, al llegar la cogí de la mano haciendo dar una vuelta sobre si misma le dije:
-Estas para… –pero ella me paró y dijo:
-¿Que tal si esperamos a encontrarnos todos?
-Me parece bien, pero Elena, una mujer como tú se merece toda mi atención.
Ella estaba de espaldas a mi mirando por la ventana, me acerqué y puse mis manos sobre sus hombros y suavemente besé su cuello, le di la vuelta y, ya de cara, nos besamos con una lujuria inusual, mientras ella me desabrochaba la camisa, el cinturón y mis pantalones, yo introduje mis manos a través de la abertura de su vestido para notar en tacto fino de sus medias e ir subiendo hasta su precioso y potente culo.
Elena muy excitada se quito de golpe el vestido y dejó ante mí la visión de una mujer espléndida, zapatos corte salón, medias cortas, liguero, tanga y sujetador de color crema, sin más la puse espaldas contra la parte trasera del sofá abrí sus piernas y apartando la fina tela del empapado tanga sorbí y lamí el sexo de Elena al tiempo que introducía mis dedos en su chocho, provocándole unos espasmos de placer y una secreción de líquidos que solo una hembra de su categoría es capaz de producir, entre verdaderos alaridos de placer y meneando su culo como una zorra en celo me ordeno:
– Clávamela de una vez o mátame.
Obediente donde los haya apunte con mi polla y empujando de un golpe la sumergí en aquel agujero mojado hasta sus entrañas y empecé a cabalgar con fuerza sacando por completo mi polla y volviéndola a meter con fuerza y cada vez rápido.
Elena gritaba de placer, su pelo sin orden, sus pechos saliéndose por encima de la copa del sostén a cada embestida, cada vez que golpeaba contra su culo sus pies perdían contacto con el suelo, no puedo más gritaba me estas matando, yo estaba como loco pero en ese momento paré y la saqué , Elena quedó sobre el sofá, su vientre en el respaldo sus piernas completamente abiertas y su culo con el tanga medio arrancado era una invitación a seguir, me agaché y empecé a lamer todo aquello llegando esta vez hasta el ano, cuando estuvo bien mojado me levante y pregunte:
– ¿Como estas Elena?
– Destrozada -me respondió-.
Al notar que la punta de mi polla apuntaba hacia su ano dijo:
-Ni se te ocurra
-¿Qué? -respondí,
-Que no, cabrón -grito mientras le metía mi polla irremediablemente hasta el fondo de su culo-
– Calla y siente toda mi carne dentro de tu culo -le dije-
-Eres un cabrón -me respondió-
Yo empecé a meter y sacar mi polla de aquel precioso culo con fuerza mientras mi vecina me maldecía pero impotente y sin remedio se rendía a mi enculada, sus improperios hacia mí se fueron tornando poco a poco en gritos y estos en gemidos y pasamos de “cabrón” a:
-Fóllame más fuerte hijo de puta, rómpeme el culo so cabrón, con más fuerza…
La embestía con fuerza y golpeaba su culo desaforadamente, estaba a punto de reventar y solté un grito de placer, Elena se movió hábilmente, se la sacó del culo, girándose al tiempo que se agachaba, metérsela en la boca, me la apretó con mucha fuerza levanto la vista y me dijo:
– Ahora dámela toda.
Al soltar, mi polla explotó con una fuerza que jamás había visto y unos chorros de leche inundaron la boca de Elena para seguir escupiendo toda su cara, mientras ella lamía y relamía tan preciado liquido.
Destrozados no tendimos en el sofá y Elena me dijo:
– Lo que has hecho con mi culo virgen ha sido una violación en toda regla y si no quieres que te denuncie esta noche tendrás que volver a hacerlo, ha sido el placer más bestia que he sentido jamás.
Fue una tarde noche bestial y eso que Sara, no se presentó.
Un saludo para todos.