Quería bailar y …

Su novia es una chica muy caliente y tienen una relación abierta. Aquella noche le dijo que le gustaría ir a bailar y ligarse a un negro. Todo salió como ella quería, aunque no se dio cuenta que ella lo había programado todo.

Sergio – BARCELONA

A mediados de octubre, mi novia me propuso ir a una discoteca de salsa porque, según me dijo, tenía ganas de probar una polla negra y comprobar en sus carnes si era cierto lo que los tópicos aseguraban.
Se llama Maribel, tiene 29 años, mide 1,62 y es delgadita pero con las tetas muy grandes, (99-62-88), tiene los ojos y el cabello castaño claro y una preciosa carita de niña con labios carnosos.
Fuimos a una disco en las afueras y nada más entrar en la sala ya varios chicos intentaron separarla de mí con piropos, caricias y bailes. Aquello estaba abarrotado pero la minifalda con aberturas hasta la cadera, los botines con plataforma y el escotadísimo top, tensado por sus grandes tetas, con lo que mi novia se había vestido hicieron que la gente, casi todo tíos, nos abriesen un pasillo hasta la barra.
Pedí las bebidas pero cuando me giré para darle a Maribel su vaso, vi que el negro que estaba a su lado la sujetaba por la cintura y le hablaba al oído hasta que ella me miró y me dijo:
– Espérame aquí, que voy a bailar.
Yo me reí, asombrado por lo poco que había tardado en elegir y ella, antes de irse, nos presentó y así supe que él se llamaba Alexis. Durante casi una hora bailaron hablándose al oído y frotándose con tanto ardor que cuando regresaron a mi lado completamente sudados, Maribel tenía los pezones a punto de atravesarle el top y Alexis lucía una enorme erección. Mi novia me abrazó y me dijo:
– Le he contado que esta noche quiero probar una buena polla negra y que tú quieres verlo. Y alucina, cariño, no solo no se ha sorprendido sino que dice que se lo han propuesto muchas veces.
Alexis, frotándole rítmicamente el paquete por el culo, añadió:
– Pero solo he aceptado cuando la chica era muy guapa, y Maribel es preciosa de verdad.
Ella cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás mientras él le besaba el cuello y le pellizcaba suavemente los pezones. Poco después salíamos de allí entre miradas envidiosas para él, piropos para ella y sonrisas burlonas para mí. Montamos en el coche, Maribel atrás y Alexis a mi lado para indicarme el camino a su casa, situada en un pueblo a pocos kilómetros de allí. Él me guiaba mirando a la carretera de vez en cuando ya que estaba pendiente de mi novia que, desde que se sentó en el coche, se pajeaba totalmente abierta de piernas y con sus grades tetas fuera del top diciendo cosas como:
– Mira que coñito tengo para ti, Alexis… ¿Te gustaría llenármelo de polla ahora mismo?
Él, alargando el brazo, le amasaba las tetas unas veces o le metía un par de dedos en el coño otras hasta que vimos una gasolinera abierta y Maribel me dijo que parase a comprarle tabaco.
Yo, sabiendo que ella solo quería exhibirse, paré el coche justo delante de la cabina del dependiente, desde donde este podía ver a mi novia con el coño y las tetas al aire y salí a por el tabaco. El tipo me despachó sin dejar de mirar hacia mi coche con la boca y los ojos muy abiertos, pero al darme el cambio sonrió y me dijo:
– Menuda tranca que tiene el amigo, ¿no?
Entonces me giré y vi que Alexis estaba en el asiento trasero, con los pantalones bajados y que mi novia le chupaba la polla, no demasiado larga pero sí de un exagerado grosor. Me metí en el coche y arranqué pero antes de salir de la gasolinera me paré para ver como Maribel se esforzaba por tragar el enorme cipote negro mientras Alexis le metía tres dedos en el coño, al mismo ritmo con el que ella le pajeaba a dos manos.

Así estuvieron hasta que mi novia me miró y sacándosela de la boca pero sin dejar de tocar la zambomba, me dio sonriendo:
– ¿Has visto que polla tiene, cariño? ¡No me cabe en la mano! ¿Tú crees que me va a caber en el coño…?. ¡Pero, venga, espabila y vámonos ya, que tengo ganas de comprobarlo!
Durante el resto del camino, ella no dejó de chupar la gordísima polla, ni Alexis de pajearle y dilatarle el coño con los dedos. Yo conducía cada vez más excitado oyendo sus jadeos, los chasquidos de la lengua y el coño de mi novia y sobre todo, los comentarios que de vez en cuando ella me hacía.
– Si enciendes la luz podrás ver cómo me trago una polla el doble de gorda que la tuya… ¿No la quieres ver, cariño? Anda, enciende la luz y verás que grandes son los cojones que voy a vaciar esta noche….
– Tu novia me la chupa muy bien – añadía él – Es muy caliente y me la voy a follar con tantas ganas que cuando acabe con ella estará una semana sin poder sentarse pero deseando volver a verme para que le dé más.
Aparqué cuando Maribel se corría por segunda vez y alucinado vi que Alexis tenía casi toda la mano dentro del coño de mi novia, girándola al meterla y sacarla mientras ella le lamía los huevos, dos enormes bolas negras.
Cruzamos la desierta calle sin que ellos se molestaran en vestirse así que Maribel entró en el portal y subió las escaleras con sus tetorras balanceándose al descubierto y la polla de Alexis en la mano, mientras él no dejaba de follarle el coño con los dedos.
Entramos en el piso, que era un diminuto estudio de un solo ambiente y Alexis nos preguntó si queríamos beber algo pero por respuesta Maribel se quitó el top y la minifalda y se arrodilló diciéndole:
– A mi me apetece mucho beberme el medio litro de leche que debes tener en estos huevos tan grandes.
Mientras ella le chupaba la polla, él se desnudó y yo me senté en la cama, comenzando a pajearme, pero Maribel me miró y dejando de chupar se tumbó a mi lado diciéndome:
– No te la menees, que tengo planes para ti.
Abriéndose de piernas empezó a frotarse el clítoris mientras Alexis le restregaba su enorme polla a lo largo de la raja antes de metérsela lentamente, hasta hundirla por completo. Mi novia, con los ojos cerrados y respirando hondo, se pajeaba cada vez más deprisa a medida que él aceleraba el ritmo de la follada hasta que el bombeo fue tan fuerte que los chasquidos de sus huevos al hacer de tope, resonaban por encima de los gemidos de ella.
Yo botaba en la cama, que crujía como si se fuese a partir, hasta que me levanté para mirar como el gordísimo pollón entraba y salía del coño de mi novia, y cuando ya iba a pajearme, olvidando lo que Maribel me había dicho, ella lanzó un aullido y se corrió entre brutales espasmos mientras yo veía como su coñito se contraía apretando la enorme polla negra, que empezó a martillear aún con más fuerza. Entonces Alexis, sonriendo, se giró para mirarme y decirme jadeando:
– No aguanto más, acércate y mira como me corro sobre esta hermosa carita.
Mientras yo me tumbaba en la cama, él se sentó en las tetas de mi novia que, aún con estertores, abrió la boca para chuparle la polla de la que brotaron interminables chorros de semen que se le pegaron por toda la cara y el pelo, y que la hicieron toser al intentar tragarla mientras Alexis le decía riendo:
– ¿Querías mi leche…?. ¡Pues aquí la tienes!
Golpeándole las mejillas con el pollón, se pajeó soltando aún unos últimos goterones de semen, luego se tumbó al lado de ella, con la polla sobre sus labios, y me dijo muy contento:
– ¿Qué te parece como le he dejado la cara a tu novia…?. ¡Pues mírale el coño y verás que grande está y si ahora se la metes seguro que ni se entera!

Ella, abriendo a tope las piernas, añadió:
– Sí, cariño, ¡fóllame que quiero notar la diferencia!
Con la polla a punto de reventar, me coloqué entre sus muslos y tras mirar el dilatadísimo agujero, se la metí de un solo golpe empezando a follarla con fuerza, pero Maribel tenía el coño tan ensanchado que mi rabo se deslizaba sin apenas ningún roce y yo solo notaba que estaba empapado y ardiendo. Alexis se reía burlón, y mi novia dejó de mamarle la polla para decirme entre carcajadas:
– ¿A qué esperas para metérmela, Sergio…?. ¡Ah, pero si ya me estás follando… y yo sin enterarme!
La miré muy serio a la cara, pringosa de esperma, sintiéndome tan humillado como excitado y entonces ella se puso a cuatro patas y me dijo:
– No te enfades y métete en mi culito, venga, dame bien fuerte y llénamelo de leche.
Obedecí y la enculé con fuerza hasta que en menos de un par de minutos me corrí dentro del culo de mi novia viendo como el otro, resoplando, le follaba la boca sujetándola por la cabeza. Yo aún tenía convulsiones cuando ella, separándose de mí, me dijo:
– ¿Te lo has pasado bien cariño, te ha gustado lo que has visto…?. ¡Pues prepárate porque ahora viene lo mejor!
Sentándose sobre Alexis, de espaldas a él, se fue metiendo poco a poco la enorme polla en el culo diciéndome:
– Gracias a tu follada y a tu leche ahora verás como éste no se queda sin darme por el culo.
Cuando la tuvo toda dentro, respiró hondo y comenzó un lento vaivén hasta que, de repente, Alexis la sujetó por la cintura y volvió a follársela con todas sus fuerzas haciendo que Maribel chillase con los ojos apretados y agachando la cabeza mientras él la sacudía clavándole toda la polla con fuertes golpes. Y cuando ella más chillaba por el dolor, Alexis la cogió con fuerza por los hombros y con el pollón totalmente hundido en su culo, se corrió dando alaridos mientras ella, con los ojos llorosos pero sonriendo, me decía con un hilo de voz:
– ¡Me ha destrozado el culo, Sergio, me duele muchísimo de tanto que me lo ha abierto, pero espera que te lo enseño y te la podrás menear viendo como tiene tu novia el culo!
Separándose de él, que jadeaba casi ahogándose, empezó a limpiarle la polla con la lengua poniéndose con el culo en pompa frente a mí, mientras Alexis le separaba las nalgas para que yo viera lo dilatadísimo que le había dejado el agujero.
Yo me pajeé hasta correrme viendo como él me miraba y reía metiéndole hasta seis dedos en el culo mientras Maribel le lamía la polla y los cojones tragándose todos los grumos de semen que encontraba. Luego descansamos unos minutos en los que Alexis intentó convencer a Maribel de que se quedara a dormir para continuar follando al día siguiente, pero ella se negó diciéndole que solo dormía conmigo, que le dolían muchísimo los agujeros y que el sábado había terminado nuestro juego.
En el coche ella me sorprendió de nuevo cuando me confesó que lo de ir a bailar salsa y comprobar el mito de los negros, no era sino una comedia que se había inventado para dar más morbo al asunto ya que Alexis es un empleado del almacén de la empresa donde ella trabaja y que, tras verlo en pelotas en el vestuario, otros compañeros que ya habían comprobado lo bien que folla mi novia, se lo habían recomendado.

En fin, para acabar solo he de añadir que Alexis acertó en lo que me dijo, porque Maribel se pasó toda la semana poniéndose cremas en la entrepierna, irritada y dolorida, pero deseando tener de nuevo su polla dentro del culo, que cada día está más dilatado y en el que Alexis, en más de una ocasión, ha vuelto a vaciar sus enormes cojones, mientras yo disfruto de lo apretado que tiene mi novia el coño cuando el gordísimo pollón negro le abarrota el culo.
Un saludo para todos y la promesa de volveros a escribir porque en tres semanas es el cumpleaños de Maribel y yo ya “trempo” pensando en cómo querrá celebrarlo.