Relato erótico
Parecia un sueño
Nos cuenta que, a veces, uno nunca se imagina hasta dónde puede llegar una persona a la que creemos conocer muy bien. Fueron a la fiesta mayor de su pueblo y alucinó con lo que pasó aquella noche con su novia.
Ángel – ZARAGOZA
Amiga Charo voy a contarte lo que ocurrió una noche de verano, estando con mi novia en mi pueblo para celebrar las fiestas del lugar.
Julia, mi novia, tiene 21 años y las muchas veces que hemos tenido relaciones, es una autentica hembra que sabe lo que hace.
Esa noche le dije que se vistió muy sexy. Mide 1,62, y lo mejor que tiene son sus increíbles tetas y su culo, cosas que resaltan ya que está delgada, pues sus medidas son 98-63-95.
Cuando la vi vestida para salir no lo podía creer, pensé que no iba a aguantar mis ganas de follármela. Llevaba una faldita negra que de atrás, apenas le tapaba el culo y delante tenía un corte sobre la pierna derecha, que con un solo movimiento dejaba ver su tanga. Por suerte Julia es de usar braguitas chiquitas, tipo hilo dental, y esa noche eligió una blanca que aparte de metérsele en la raja del culo, por delante era suelta y dejaba ver la sombra de su chochito depilado. Arriba se puso una blusa blanca, de esas escotadas y ajustadas que juntan las tetas y las dejan a un centímetro de la libertad. Se la puso sin sujetador y como era semi transparente, la imaginación quedaba de lado. Prácticamente se le veía toda la teta y algo que atrae la mirada de todos son sus pezones, que se le marcaban y daban ganas de chuparlos. Y además se había maquillado muy bien y para completar el conjunto llevaba unos zapatos de tacón alto.
En la fiesta, bailaba de una manera muy sensual y me hablaba como una golfa, se daba la vuelta, con su culo se movía sobre mi polla y me decía:
– ¿Te gusta mi culito? Pues es tuyo y… ¿me la vas meter después?
Yo me excité y mientras ella jugaba con mi polla, le aparté la blusa y le deje una teta al aire, que no dejé de tocársela por un segundo y entonces Julia me dijo:
– Me calienta que todos me estén mirando las tetas.
Había una zona con mesas y sillones y nos fuimos allí para descansar. Yo me senté al lado de la pista de baile y mi novia a mi lado. Los sillones estaban colocados en forma de U, por lo que quedaba lugar para dos o tres personas más. Nos empezamos a besar excitadísimos, hasta que bajé mi mano y empecé a acariciarle las piernas, para llegar a su coño. Aparté el tanga, le metí un dedo en la raja y ella gimiendo, me dijo:
– ¡Aaaah… méteme otro dedo, dale, fóllame con tu mano, sí…oooh…!
Se tocaba los pechos, hasta que después de meterle el tercer dedo, ella toda mojada, me dijo:
– Ahora me toca a mí, tengo hambre – y al preguntarle yo qué quería, me respondió – Tu polla.
Se recostó en el sillón y me bajó la bragueta. Ya la tenía tiesa, pero ella primero me hizo una paja y después empezó a chupármela. Me besaba la puntita, le pasaba la lengua, y se la metía toda en la boca hasta que, de repente se sentaron tres chicos en el mismo sillón, aunque Julia seguía chupándomela como si nada. Me besaba los huevos, los chupaba, no le importaba nada. Los tres chicos no paraban de mirarle el culo, y mientras ella se tragaba mi polla con la otra mano se subió un poco la falda dejando la mitad de su culo al descubierto y parando un segundo de chupármela y me dijo:
– Mi amor, el chico que esta detrás me está tocando las piernas.
– ¿Te gusta?, le pregunté.
Ella me respondió que si no me ponía celoso y le dije que no, que me calentaba ver como la tocaban, pero que si a ella le molestaba nos íbamos y listo. Yo sabía que ella se había levantado la minifalda para que le vieran el culo, así que seguramente también la excitaba que la tocasen.
Entonces siguió comiéndose mi polla, hasta que paró de nuevo y me dijo al oído:
– ¡Está intentando meterme el dedo en el ano… aaah… amor, perdóname pero voy a dejar que me abra el culo con su dedo… oooh…!
Yo no podía más. Me calentaba ver a mi novia portándose como una golfa. Ella seguía pajeándome y yo me hacía el tonto pero miraba lo que el chico le hacía. Vi que le bajaba el tanga y se la dejaba a la altura de los tobillos, luego se bajo el pantalón y mi novia sintió que el chaval se la quería meter por el culo.
– ¡Me está apoyando la cabeza de su polla en el culo… no aguanto las ganas de tenerla dentro, por favor, dime que quieres que me deje follar!
– Haz lo que quieras, aquí la guarrilla eres tú – le contesté.
– Sí, tienes razón, soy un putón y me gusta tener siempre una polla dentro – me dijo y como mientras me la chupaba el chico se la follaba por el culo, añadía – ¡Aaah… mi amor la tiene más gruesa que tú, me duele pero me gusta, me folla muy bien! -entonces levantó un poco la cabeza y me dijo, excitada – Tengo sed, ¿me das algo para beber?
– ¿Qué quieres? – le pregunté.
– Quiero tragarme tu leche.
Ahora no aguanté más y eyaculé en su boca, cosa que nunca me dejaba hacer. La primera descarga se la tragó, pero como yo tenía mucho semen le llene la cara y el pelo de leche y mientras seguía lamiendo mi verga empieza a gritar un poco y me decía:
– ¡Me está llenando el culo de leche… aaah…! ¿Te gusta que otro tío me rompa el culo?
– Sí – le contesté.
Después se sentó y vio que los otros dos chicos se estaban masturbando. Dejó caer la braga, que tenía en los tobillos, y se sentó en medio de los dos. Yo no entendía nada, cada vez era más puta, y empezó a pajearles a los dos, preguntándoles:
– ¿Tenéis ganas de metérmela?
– ¡Sí! – respondieron los dos.
Entonces ella se sentó en la pija de uno y empezó a moverse y le puso un condón. El otro le acariciaba el culo y le metía un dedo, dos y tres en el ano y ella, le dijo
– A qué esperas, mi culo te está esperando…
El que se la estaba follando se acostó en el sillón con ella arriba, dejando el culo a disposición de su amigo que no dudó y se la metió de un golpe.
Ni siquiera yo, hasta ese momento había estado así con Julia. Y ahora se la estaban follando dos a la vez. El primero en acabar fue el que se la estaba metiendo en el culo, se corrió un poco dentro de ella y también en la espalda, manchando toda la falda, pero el otro tardaba en acabar, hasta que mi novia le dijo que esperase, se separaron un segundo, ella le sacó el preservativo y otra vez siguieron follando hasta que ella sintió una descarga de semen que llenaba todo su coño. Yo no paraba de masturbarme y el primero que la había sodomizado tampoco.
Entonces le pedimos a Julia que nos ayudase a terminar y ella dijo:
– Una zorrita nunca deja insatisfechos a sus folladores – y nos empezó a chupar las vergas a los dos.
Antes de acabar se puso las dos pollas dentro de la blusa y nos corrimos los dos en las tetas. Y pensar que nunca me había dejado ni correrme en su boca ni en su cara. Y ahora estaba llena de semen por todos los lados.
Ya más tranquilos, nos levantamos y nos fuimos, aunque de regalo les dejó a los chicos, su tanguita.
Cuando la vi fuera del baile estaba con la falda negra llena de leche, la espalda también y el pelo todo pegajoso. Parecía salida de una peli porno. Estando en el coche me agarró la mano y me la puso dentro de la falda, y allí también tenía una cascada de leche, entonces se levantó la mini y me mostró el culo, cuyo agujero lo tenía más abierto que nunca.
Arrancamos para llevarla a su casa y me dijo:
– Me encantó, pero si a ti te molestó, no lo hacemos más.
– No – contesté – me encanta que seas mi putón.
Ahora espero convencerla de estar con otra chica y si cumplo esa fantasía, me muero tranquilo.
Besos de los dos.