Nuestro primer trío

Son una pareja muy cachonda y el sexo les vuelve locos. Fantaseaban con tríos y al final se lanzaron. Han vivido varias experiencias, pero en esta ocasión nos cuentan el primer trío que se montaron.

Patricia D. – TARRAGONA
Hola Charo, me llamo Patricia y vivo en Tarragona, tengo 26 años, y creo tener un bonito cuerpo, pues durante algunos años hice gimnasia, aunque lo que más gusta de mi cuerpo son mis nalgas. Mi novio, que se llama Joan, dice que tengo un buen trasero. Juntos tenemos varias historias muy cachondas, pero hoy voy a contar una en particular.
Mi primera experiencia en trío fue con él y con un amigo nuestro. Nosotros habíamos hablado de la posibilidad de tener una experiencia de ese tipo, era una fantasía que ambos teníamos, pero de hacerlo teníamos que elegir muy bien al candidato. Pues bien, el elegido fue nuestro amigo Carlos, quien es un chico muy cachondo. Él era la víctima ideal para esta travesura por varios motivos, aunque había un problema para poder hacerlo. El problema era su novia ya que siempre estaban juntos, así que teníamos que planear cómo convencerlo.
Un día de tantos, hablamos por teléfono con Carlos para invitarlo a un bar, a lo cual accedió, pero con su novia y otros amigos. Ese día traté de vestirme lo más provocativa que pude. Me puse un tanga azul marino y unos pantalones color lila, con toda la intención de que lo poco que quedaba a la vista del tanga pudiera trasparentarse. Me puse una blusa blanca, un poco transparente también y sin sujetador, así que mis pezones también se podían ver con poco esfuerzo.
Los recogimos a las 5 de la tarde y nos dirigimos al lugar, bebimos cerveza hasta las 10 y como yo no dejaba de pensar como podríamos convencerlo, hacía todo lo posible para acercarme a él y coquetearle un poco. Después del bar nos dirigimos a una discoteca, seguimos bebiendo y procuraba bailar con él y con mi novio para no levantar sospechas con su novia. Yo ya estaba muy excitada con la idea de hacerlo con él y con Joan, pero pensaba que con su novia allí, no tendría la oportunidad.
En un momento dado, mientras bailaba con Carlos y mi novio hablaba con su novia, pegué mi cuerpo al suyo para incitarlo con malos pensamientos y en cierto modo funcionó porque también pegaba su cuerpo al mío mientras hablábamos muy cerca. Entonces le dije que me gustaba mucho y besé su mejilla. Él me devolvió el beso.

Cerca de la 1 de la madrugada, salimos de la fiesta los 4, pues los otros con quienes veníamos se quedaron. Lo primero que hicimos fue acompañarlo a dejar a su novia, así ya había posibilidad de que se hiciera algo, si es que él quería. Después de la despedida le preguntamos si quería que siguiéramos y él estuvo de acuerdo. Compramos más cerveza y nos dirigimos a un hotel, allí sacamos una baraja y mientras bebíamos comenzamos a jugar a prenda y castigos. En una pausa del juego mi novio encendió la TV y buscó el canal porno. Tenía la intención de poner el ambiente lo más caliente que se pudiera. Cuando sintonizó aquel canal los tres observamos una escena en la que una mujer era penetrada por dos al mismo tiempo en una bañera. La imagen cambió acercándose por lo que se veían los penes de ambos hombres entrar y salir del coño y del ano de la mujer. Mi novio dejando la TV encendida en ese canal dijo que eso excitaba mucho. Los tres reímos algo nerviosos.
Seguimos jugando y bebiendo, hacíamos preguntas indiscretas unos a otros, él nos contaba sus experiencias sexuales más cachondas y nosotros a él. Nos excitábamos cada vez más conformé íbamos desnudándonos, haciendo confesiones y contando nuestras intimidades.
Mi intención era excitarlos mucho así que me movía lo más erótico que podía y ellos miraban atentamente mis piernas, mis nalgas y mi coño, que ya estaba también muy excitado. Después de unos segundos me agaché a chupársela y ellos comenzaron a acariciarme, besarme y pasarme sus lenguas por mis pechos, piernas, por todo el cuerpo. Apretaban mis nalgas y me metían los dedos mientras sus cuerpos rozaban el mío e incluso Joan separó mis piernas y hundió su lengua en mi coño, acariciando y apretando mi clítoris.
Yo seguía chupándosela a Carlos cuando mi novio se levantó para besarme, entonces busqué y acaricié su miembro en tanto mi amigo me besaba los senos y abría mis piernas. Sus labios seguían bajando por mi vientre hasta llegar a mi chochito. Joan y yo seguíamos besándonos cuando sentí los labios y la lengua de Carlos chupar mi almeja y comencé a gemir apretando la verga de mi novio para acercarla a mi boca. Con todo lo que estaba pasando yo ya estaba muy húmeda y quería que me metieran sus ricos miembros, así que me puse de espaldas a Carlos y me coloqué en posición de perrito, ofreciéndole mis nalgas. Después de un rato sentí cómo Carlos se corría dentro de mí y le pedí a mi novio que ocupara su lugar.
Estuvimos así varios minutos hasta que mi novio terminó echando chorros de semen en mi boca, mi cara y mi cabello. Entonces se fue a sentar en el sillón frente a la cama fumándose un cigarrillo mientras contemplaba como su mejor amigo me follaba.
No pasó mucho tiempo para que la tuviera tiesa de nuevo, pero seguía observándonos gozar a Carlos y a mí. Mientras entraba y salía de mi coño me decía que era una traviesa, que era una caliente y que tenía un culo muy bonito. Siguió así hasta que me dijo que necesitaba descansar un momento. Yo no decía nada, simplemente dejaba que me gozaran y aceptaba todo lo que me hacían los dos. Entonces Joan se acostó encima de mí penetrándome muy fuerte durante un buen rato. Cuando terminó escurrió hasta la última gota de su leche sobre mi cuerpo.
De pronto sentí que mi novio se colocaba a mis espaldas y buscaba con su pene mi culo y cuando detuvimos el movimiento, nos preguntó si nos parecía bien hacer lo que habíamos visto hacía un rato en la TV, es decir, el bocadillo del canal porno. Carlos no dijo nada y yo solo le contesté que ya había empezado. Así que me abrí más y podía sentir cómo su verga resbalaba por mi ano mientras tenía la de Carlos muy adentro en mi coño.

Al principio me hizo sentir un poco de dolor, pero se me olvidó con lo excitada que estaba, porque los dos se empezaron a mover y yo sentía dos penes bien duros dentro de mí. Mi cuerpo temblaba y al ritmo de ellos comencé a moverme también hasta estar completamente mojada de mis dos orificios. El ritmo era cada vez más rápido y muchas descargas eléctricas vinieron a mí, empezando a gritar muy fuerte, tanto que mi novio me tapó la boca. Pronto ellos cambiaron de lugar, ahora Carlos disfrutaba de mi culo. Yo ya no aguantaba más el placer tan inmenso que estaba sintiendo y me corrí casi al mismo tiempo que Carlos, que llenó de leche mi ano mientras Joan se reservaba un poco más.
A ver que él no había terminado, me saqué su miembro y fui bajando poco a poco para hacerle una sabrosa chupada a su aún erecto falo. El se recostó, puso las manos en su nuca y se quedo quietecito para sentir cómo le daba más placer. Yo trataba de meterme toda su verga en la boca y absorberle, me ayudaba también con la mano, tratando de jugar con su puntita y le chupaba todo el glande. Entonces Carlos se recostó al lado de mi novio y pude ver cómo se le estaba levantando al ver la sesión de sexo oral que le estaba haciendo a Joan. Inmediatamente lo acerqué hacia nosotros, tomé su dura verga con mis manos y entonces mi boca cambió de verga. Mi novio seguía quieto y lo masturbaba mientras tenía la de Carlos en mi boca, pudiendo sentir sus venas salir de su pene. Luego le tocó a mi novio que se la chupara, me cambié y chupaba la de mi novio mientras masturbaba a Carlos, cosa que cada vez hacía más rápido intentando meterme los dos penes en mi boca.
Con movimientos más rápidos tomé ambos pájaros en mis manos y chupaba uno y después el otro, hasta que ya no resistieron y se corrieron uno detrás de otro. Observé como salía su leche y atrapé lo que me estaban dando con la boca, sintiendo escurrir el líquido por mis labios y mi barbilla. Al final limpie sus flácidas vergas con la lengua.
El cansancio de los tres por esa agitada noche de sexo era evidente, era tiempo de descansar así que me puse en medio de ellos para dormir, ya entre sábanas seguimos sólo con los manoseos y los besos hasta que quedamos dormidos. Por la mañana cuando despertamos ya era algo tarde y era hora de irnos pero antes nos teníamos que bañar, siendo mi novio quien se metió primero.

Ninguno de los dos se corrió y tampoco hubo más contactos. Cuando salió Carlos de bañarse me metí yo mientras ellos recogían y ordenaban las cosas que llevábamos. Salimos del hotel y ambos me llevaron hasta mi casa. De esto ya ha pasado un año, he visto a Carlos un par de veces y hablamos normalmente, como si aquello nunca hubiera pasado.
Recibe todos mis besos, amiga Charo.