Relato erótico
Noche de golferío total
Durante quince días su prima Olga estaría en su casa, ya que los padres de ambos se habían ido de vacaciones. Olga le dijo a nuestro amigo que le dijese a su novia si quería quedarse con ellos por las noches. Así, si se iban de marcha, ya estarían todos juntos. La novia acepto.
David – GUADALAJARA
Mis padres y mis tíos tienen la costumbre desde hace años de irse de vacaciones juntos y para no dejar a mi prima sola, venía a mi casa. Como tenemos una señora que viene a limpiar y a cocinar cada día, al menos sabían que estábamos bien cuidados y algo controlados. Con lo que no contaban es que las noches las pasábamos solos.
Mi prima Olga de 20 años, mide 1,80m, delgada, ojos castaños, pelo largo y siempre suelto, tiene unas tetas que yo diría de la talla 90 y un culo respingón. Mi novia Mónica tiene 21 años al igual que yo. Es más baja, delgada, ojos saltones, rubia, utiliza una 95 y un culito redondito.
Después de marchar mis padres y mis tíos, ella se instaló en mi casa. Al día siguiente me comentó que podría decirle a mi novia que se quedara con nosotros a dormir y que ella no pensaba decirles nada a mis padres.
La noche siguiente mi prima salió a tomar un café con unas amigas y mi novia se vino a mi casa para ver una película y quedarse a dormir. Después de la película nos fuimos a la habitación. Yo estaba bastante caliente al igual que mi novia ya que en la película había bastantes escenas de sexo, los besos y los pequeños roces que nos hacíamos además la casa sola, se nos disparó el pulso y comenzamos a besarnos cada vez más efusivamente. De pie delante de la cama le empecé besándole el cuello lentamente correspondiéndome ella con unos pequeños gemidos de gusto.
Ella empezó a quitarme el polo que llevaba y seguido empezó a acariciarme el pecho. Le quité el top y sus tetas salieron disparadas contra mí. Nos apretamos y nos dimos un gran beso. Fui bajando con mis labios hasta sus enormes pechos. Ella me cogía la cabeza y después empezó a apretarse las tetas. Yo seguía entusiasmado besando aquellos impresionantes pezones. Tenía unas aureolas grandes y los pezones salían descomunalmente disparados. Comencé a pellizcarlos, besarlos, los lamía como desesperado y se los mordisqueaba mientras gemía cada vez más y más alto. La apretaba con tanta fuerza que notaba mi gran bulto que llevaba ya rato queriendo meterse en su chocho.
Al rato me metió la mano debajo de los pantalones y empezó a pajearme la polla. Yo le levanté la falda y vi que llevaba un tanga. Empecé a masajearla por encima, lo tenía totalmente empapado. Le quité el tanga y
Busqué su botoncito. En el momento que se lo presioné, gimió muy alto.
– ¡Siiií… aaaaah… siiiií… sigue así, sigue… aaaaah!.
Después le metí un dedo, que entró con una facilidad de asombro.
– ¡Quiero follarte cabrón, como me pones! – dijo.
– Quiero que me la chupes primero.
La masturbé hasta que me apretó la polla muy fuerte y tensó las piernas. Se corría.
– Échate – me dijo.
Me tumbé y se tragó todo mi rabo Lo metía y sacaba muy rápido, sentía tanto gusto que me si seguía así, me correría pronto. Me la chupaba muy bien. Con una mano me la pajeaba y la comía, me daba besitos y de vez en cuando me la mordía. Cambié de posición y me dediqué a chuparle el clítoris, cada vez más rápido. Le lamía todo el chocho. De pronto dijo:
– ¡Me … me corro!
– Eso quiero – repliqué.
Seguía comiéndole el coño y me corría mientras. Seguía chupándola mientras me corría, la sacaba de la boca y escupía un poco de semen. Se untaba el semen las tetas y volvía a comérmela. Y en esto se corrió ella.
– ¡Que bueno…! – me dijo.
– Te voy a follar – sentencié.
– Ten calma – me rogó.
Yo quería follarla ya. No podía parar. Se masajeaba las tetas con las manos. Me cogió las mías y se las pasó por sus pechos llenos de semen. Acercó su mano a mi boca, estiró un dedo que me invitaba a probar mi propio semen y me dijo:
– Toma. Quiero limpiarte la polla – me pidió – ¡Casi me voy a correr otra vez, aaaah…!.
– Calla, que nos pueden oír.
Me la chupó de nuevo. Quería que no se me bajase la polla. Una vez limpiada la polla se puso de pie. Era hermosa ver aquella figura desnuda. Aquellos pechos firmes y un perfecto coño depilado.
– Llegó el momento – dijo.
– Te voy dejar exhausta – aseguré.
Nos estábamos cambiando de posición cuando de repente levantando la vista observé en la puerta de mi habitación, una figura femenina con los pantalones bajados y una mano que se movía en su entrepierna. Era mi prima Olga. Se estaba masturbando mientras nos miraba. No me lo podía creer, además iba totalmente depilada y esto me pone un montón. Mi prima estaba buenísima y nunca me había dado cuenta.
– ¿Te gusta lo que te hace tu primita? ¿Lo hace bien? – insistió.
– Me encanta – aseguré.
– ¿Te gusto?- repitió mi prima.
– ¡Siií…! – exclamé – ¡Estás buenísima!
Mi novia le hizo un gesto a mi prima para que se acercara, se tumbo y empezó a comerle el coño a Olga. Estaban calientes a tope y mi me gustaba verlas. Eran los minutos más eróticos de mi vida. Mi novia comiéndole el chocho a mi prima, yo a mi novia y mi prima comiéndome el rabo. Me corrí dentro de la boca de mi prima, le gustó ya que no se apartó. Mi novia acercó su boca, se besaron, se toqueteaban todo mientras se daban un beso apasionado. Mi novia me dijo que se la metiera a Olga, y dicho y hecho, se sentó encima de mi polla. ¡Como me follaba! Subía y bajaba como montando un caballo que están apunto de domar. Le agarraba las tetas que no paraban de botar. A mi novia le gustaba la escena que estaba viendo, besaba a mi prima y bajó una mano y empezó a masturbarse. Se alejó, se sentó en el sofá al lado de la cama y se quedó mirándonos mientras se la pelaba. Cuando acabamos, cambiaron de posiciones. Ahora era mi prima quien se masturbaba en el sofá mientras yo follaba a mi novia. Ya no daba más. Tenia la polla a carne viva, sin embargo me volví a correr.
– Siéntate en el sofá – me dijo mi novia.
– ¿Qué? – pregunté asombrado.
– Que te sientes – repitió mi prima.
Obedecí. Se fueron a la cama y empezaron a morrease. Me senté y miré. Hicieron un 69. Se lamían y besaban el clítoris, se metían las lenguas en el chocho, jugaban con los dedos… Seguía sentado en el sofá, me cogí la polla y como no podía parar comencé hacerme una paja. Fue la mejor paja que me hice, aunque siempre me las hago delante de mi novia. Volví a correrme y ellas también. Me dolía la polla y tenia los huevos secos. Nos tumbamos en cama y dormimos los tres en la misma cama. Al despertarme noté que algo me acariciaba la polla. Era mi novia.
– Estabas durmiendo con la polla dura – me dijo – Vaya noche la de ayer y vi que te gustaba tu prima. Te la follaste con gusto. Te gustaría follártela otra vez ¿verdad?, pero no te la vuelvas a follar sin estar yo delante.
– Tranquila. Y tú también gozaste al vernos y al comerle el coño. ¿A que sí?
– Sí, me gustó como nos mirabas además de cómo me lo hacía tu prima.
Entonces, Olga se despertó, ni se inmutó y eso que mi novia me estaba masturbando y se fue al baño. Cuando volvió dijo:
– No está bien que hagamos estas cosas ya que somos primos – me dijo
– No – asentí yo.
Durante la mañana no sabíamos como reaccionar. Hablábamos lo menos posible. Todos estábamos pensando en la noche que habíamos pasado y que a todos nos gustaría repetir. Pero todo cambió. Mi prima andaba en bragas o en tanga con una camiseta por casa como si estuviese en la suya. Mi novia se extrañó también y comentamos.
– ¿Has visto tu prima como va? ¿Siempre viste así? – preguntó mi novia.
– Nunca la vi así.
– Yo también estaría más cómoda así, como ella, y ¿qué tal si cogemos una película para verla hoy por la noche?
– Por mí, sí. Yo aún estoy cansado de ayer y no me apetece salir por la noche.
Fuimos a buscar una peli, y una vez allí buscamos una que nos gustara a todos, pero no encontrábamos ninguna.
– ¿Qué tal si cogemos una X para ver? – dijo mi novia.
No era la primera vez que veíamos alguna. A veces con nuestros amigos vemos algunas que otras, pero sin hacer nada.
– Si Olga quiere, a mi me da igual – dije.
– Por mi como queráis – añadió la prima.
Una vez en casa cenamos y pusimos la peli. Estábamos todos en ropa interior. Mi prima llevaba un sujetador azul claro con una braga muy pequeña y ajustada también azul. Mi novia llevaba un sujetador rojo y blanco y la braga totalmente roja. Yo llevaba un calzoncillo naranja que me había regalado mi novia.
Empezó la película cerramos las luces y nos sentamos mi novia y yo en el sofá y mi prima en un sofá pequeño casi al lado. Todo iba normal, una chica que se liaba con todo tío que pasaba por al lado, luego el vecino… Yo me estaba calentando pero en otra carta relataré como acabó la historia.
Besos de los tres.