Relato erótico
No me lo podia creer
Había roto con su novia y se fue a Benidorm a descasar y a desmadrarse un poco para olvidarla. Estaba en el bar del chiringuito y se le acercó un monumento de chica que le hizo una proposición que, por lo “maravillosa” que era no se la podía creer. Pero era verdad y la disfruto a tope.
Ricardo – MADRID
Estaba en la playa, después de haber terminado definitivamente con mi novia, me tomaba unas copas para pasar el mal rato, cuando en eso se sentó a mi lado una morena en bikini, una chica despampanante, de esas que con solo verlas se te pone dura. Me dijo que se llamaba Nuria, y después de conversar un largo rato me preguntó que si quería hacer algo raro. No entendí bien lo que quería decir con ello y le pregunté que era lo raro. Entonces me contó que era lesbiana y que si les podía ayudar en una relación de grupo. Entendiendo que sería para ella y su compañera le pregunté si es que iba a estar yo solo para las dos, pero Nuria replicó:
– No, para las tres.
– ¿Para les tres? – Exclamé asustado y añadí – ¿Tantas?
– Sí, somos tres – repitió ella.
Como yo no me decidía, ella comenzó a pasarme la mano por la entrepierna, cogiéndome primero los huevos y luego la verga hasta que, metiendo la mano por mi bragueta, que previamente había abierto, me comenzó a masturbar delante de todos en el bar, cosa que me puso un poco nervioso pero después, con el intenso placer que me estaba dando, me relajé y disfruté.
Tras hacerme correr en su mano, me llevó a los lavabos de las mujeres donde se lavó la mano pringada de mi leche, me lavó la polla y me la besó. Estábamos en ello cuando entró la amiga de Nuria, una chica rubia con las tetas más grandes que he visto y un culo más grande que las tetas. Me saludó con un beso con lengua y la mano en mi verga, que yo aún tenía fuera del pantalón, y que me la apretó tanto que creo que se me puso morada.
Nuria me presentó y me dijo que el nombre de su amiga era Marta. Salimos a la barra, nos sentamos, yo en la mitad de las dos, y les comencé a tocar las tetas a lo que ellas me correspondieron mandándome las dos la mano a la verga y cuando se me puso dura se levantaron y Marta me dijo:
– ¿Nos acompañas?
Me pegué otro trago para darme valor y me fui con ellas. Una vez en el hotel no perdieron el tiempo y tras desnudarse por completo, se pusieron a follar las dos sin preocuparse de mi presencia, pero después de ver cono se comían el coño la una a la otra y se metían los dedos por el coño y por el culo, me acerque a las dos pero Nuria me empujó con el pie, apartándome y enseguida comprendí que todavía no era mi turno. Me senté a ver como seguían dándose placer mutuamente pero como me excitaba tanto verlas en acción, me desnudé también completamente y comencé a despacharme solo, masturbándome lentamente al ritmo de ellas.
Cuando se cansaron de lamerse las tetas, el coño, el culo y besarse, Marta le metió la mano entera en el coño a Nuria que gritaba y se retorcía de dolor, pero cuando se acostumbró a tener la mano dentro de ella, Nuria entonces sacó una verga doble de plástico larga casi un metro, una punta se la metió en el culo a su amiga y la otra en el coño, y ella, sin que le sacaran la mano, comenzó a mover el pene doble como si estuviera serruchando algo, con tal violencia que Marta comenzó a correrse.
Después de tanta violencia entre las dos casi estaban por llegar al segundo clímax y después de unos segundos Nuria gritó indicando que había terminado, poco después Marta gritó igualmente pidiendo que le sacara la verga porque también ya no podía más de tantos orgasmos. Viendo como le sacaba aquel falso pene de su coño comprobé que había tenido metidos cerca de 50 cm dentro del coño.
Una vez que terminaron, todas sudorosas, se acercaron a mí que todavía no me había corrido y las dos, cogiéndome la una los huevos y la otra la polla, me masturbaron con violencia y cuando terminé las dos me lamieron la verga haciéndome gemir de placer.
Pensé que ya todo había acabado pero, de repente, Marta comenzó a excitarme. Me lamía la verga quitándome los residuos de semen y a la vez trataba de que se me pusiera dura. Al final me tumbaron en la alfombra y Nuria se sentó en mi cara y al respirar olía su sexo cosa que, al rato, hizo que se me pusiera dura de nuevo. Entonces Marta se sentó encima de mi verga, se la metió de un solo golpe entera en el coño y se puso a cabalgarme, apartando Nuria un poco su coño de mi boca para que se lo mamase.
Mientras Marta me follaba y a Nuria se lo comía, las dos se deban una ración de lengua, se besaban y lamían. Mas o menos en la mitad de la jodienda, las dos Intercambiaron de sitio. Nuria me pegó una soberbia mamada y luego se la metió por el culo, apretándose contra mí que me dolían los huevos. Marta, en cambio me besaba, me lamía la oreja y me susurraba al oído que ella era bisexual.
Poco después se colocó de manera que le comiera el coño y el culo pero como este lo tiene enorme, toda mi cara entraba en la descomunal raja. Después me puso las tetas en mi cara y como las tiene tan grandes mi cabeza quedaba chiquita a su lado. Se las lamí, se las besé y mamé sus pezones que estaba duros. Cuando estaba por acabar dentro de Nuria, ella se dio cuenta, se la sacó del culo y me la apretó para que no eyaculase pues, según me dijo, tenía que hacerlo en las tetas de Marta, para lo cual ella se untó aceite en sus mamas.
Yo, entonces, puse manos a la obra. Mi verga es pequeña, 13 cm, por lo que quedaba entre sus pechos y no salía al otro lado y cuando terminé de correrme las dos se lanzaron a mi verga para lamer el semen. Marta se la metió en la boca y me succionó el semen como una aspiradora. Después de tanto trabajo descansamos, picamos un poco y conversamos esperando a Laura, la tercera amiga.
Una hora después Laura apareció. Mi sorpresa fue enorme pues era un travestí. Conversamos un rato aunque yo estaba muy nervioso porque no me gustan los tíos por muchas tetas que tengas, y en eso que Laura me preguntó si le gustaba. Yo le dije que tenía bonito cuerpo, cosa que era verdad, pero no era mi tipo, que me gustaban las mujeres. Laura, sonriendo, dijo que no había problema. Poco después Nuria se puso en labores conmigo y Marta con Laura, ya desnuda como nosotros. Nuria y Marta nos mamaban la verga y lo hicieron hasta que no pudimos más y los dos nos corrimos. Nuria se tragó mi semen y Laura se corrió encima de Marta.
Inmediatamente Marta me dijo que le comiera las tetas y así lo hice. Se las mordí y luego le comí el coño, pero Laura y Nuria solo se acariciaban como dos mujeres. Cuando se comenzó a ponerse dura mi verga, Nuria se acercó a mí, me la mamó un poco y cuando estaba bien dura las dos se sentaron encima de mí, Marta en mi cara y Nuria en mi abdomen.
Una vez que yo estaba inmóvil, Laura entró en escena, me mamó la verga y se la metió en el culo, cabalgándome. Un travestí me estaba violando cosa que, al principio no me gustó pero después comenzó a agradarme pues la piel se siente igual al de una mujer. Después de correrme dentro del culo de Laura, ella me besó y me puso las tetas en la cara, unas tetas casi tan grandes como las de Marta.
Como ya me había gustado Laura, no protesté cuando me la mamó de nuevo hasta que se me puso dura, mientras Nuria hacía lo propio con la de Laura. Una vez que estaban duras las dos vergas jugamos a las espadas un rato y después Laura le dio por el culo a Nuria y me dijo que lo penetrara a él por el culo. Me lo pensé un rato hasta que Marta se me acercó me besó y guió mi verga hasta el culo de Laura. Marta se colocó debajo de Nuria para que le comiera el coño pero después de tanto movimiento, no se corrió nadie, así que Marta me cogió y se metió mi verga en su coño, Nuria hizo lo mismo con la de Laura. Fue una follada con tal rapidez que todos sudábamos como caballos.
Laura ya me gustaba un poco más tanto que, cuando me di cuenta, la estaba acariciándola toda, menos la verga, y fue ella la que comenzó a acariciar mi verga y antes de que se me pusiera dura me preguntó que si quería probar un aparato que las tres habían inventado. Yo le dije que bueno pero que si tenían que penetrarme por el culo, nada de nada.
Marta salió de la habitación y regreso con el aparato, que no era otra cosa que un interior de cuero con un hueco, dos antenas que en su final tenían dos vergas. Lo observé y pregunte qué era. Marta contestó:
– Un follador triple.
– ¿Triple? – dije
– Sí – añadió Nuria, comenzando a colocármelo.
Era un poco incomodo por lo apretado y entonces las tres trataron de ponerme tiesa la verga. Cuando lograron ponérmela dura, cada una se puso de culo en cada una de las vergas, las dos de plástico y la mía. A mi polla le tocó con Marta, por lo que mi verga le partía el culo. Las otras dos, las de plástico, hacían lo mismo con Nuria y Laura. Al final se fueron turnando mi verga como si fuese un trofeo, pues la verdad es que no es lo mismo que las de plástico.
Lo hicimos de frente y por el culo hasta que, para la mitad de la sesión, me sentía como si tuviera tres vergas, un súper hombre, pero llegó lo inevitable y me corrí dentro del culo de Marta. Después me la lamieron, me la secaron y me pusieron una funda o estuche en forma de pene duro, follándose las tres con ella, pero si se me ponía dura mi verga, me sacaban la funda, me follaban a pelo y tras correrme y arrugarse la polla, me ponían la funda de nuevo y así pasamos ocho horas.
Ahora lo hacemos todos los fines de semana y creo que ya soy bisexual aunque no me dejo penetrar por Laura, o sea que debo ser solo medio bisexual. Me gusta Laura, pero no su verga.
Saludos y hasta otra.