¡No me arrepenti!

Suele viajar a Santander por motivos de trabajo y en aquella ocasión su mujer fue con él. Visitaron una playa nudista y el insistió en que se desnudara y bañarse en pelotas. Ella se resistió pero, cuando le dijo que si, le advirtió que si quería hacer realidad una de sus fantasías, después se arrepentiría.

Miguel – Navarra
Yo por mi trabajo me desplazo a menudo a Santander y el tiempo que queda libre acostumbro a acudir una horas a ella, sobre todo me encanta pasear desnudo por su playa y observar las miradas de parejas y de hombres que se pasean por mi lado cuando me tumbo en la toalla y admiran mi erección casi automática cuando me desnudo, he disfrutado allí observando a parejas de distintas edades follando entre los pinares o viendo a hombres lamiéndose en actos homosexuales algunas veces me he llegado a masturbar aliviándome con alguna revista, mientras a pocos metros era observado por una pareja de avanzada edad o por algún hombre con miradas lascivas, lo que me encantaba era el aire de libertad de la zona.
Ahora me acompañaba mi mujer Noelia y nos apetecían unos baños en la tranquilidad de esta playita cántabra. Noelia tiene 39 años y yo 41. Mi mujer tiene un cuerpo estupendo, algo entradita en carnes pero aun conserva una figura tremendamente sexy. De pechos medianos 95 cm. de contorno, grandes aureolas y unos pezones enorme y largos que me gusta disfrutar durante largo tiempo, cuando hacemos el amor, su cadera es amplia y sobre todo su culo, redondo y salido y su coñito arreglado como a mí me gusta y de un sabor entre dulce y salado que me enloquece. Sus labios gorditos guardan un considerable clítoris que impresiona cuando está en erección llegando a medir 4 cm. y que es cuna gozada lamer, la realidad es que desde que la vi con las piernas totalmente abiertas me enloqueció.
La convencí para andar por la playa casi desierta y larga y a la mitad de ella nos adentramos en una zona de dunas, me anime y me quite el bañador y jugando la quité su sujetador quedando solo con su tanga rojo, ella protestaba entre risas corriendo para que la devolviese su prenda pero finalmente viendo que había pocas personas se tranquilizó, sonriendo me dijo:
– Ya veo lo que pretendes, quieres hacer realidad las fantasías que tienes cuando me follas, ¿es para eso para lo que hemos venido? – Me dijo algo molesta, yo bajé la cabeza y asentí, sorprendentemente se quitó el tanga y lo dejo en la arena.
Yo la miré sorprendido, Noelia me dijo:
– Pues si es eso lo que quieres te complaceré pero te aseguro que intentare que lo pases fenomenal cabrón.
Yo me empalmé en el acto, tengo una polla de poco más de 20 cm. y muy gordo sobre todo el glande que a Noelia la gusta mucho lamer hasta que me corro. Mi mujer es una mujer estupenda caliente en la cama.
Nos acomodamos en una zona de pinares con su sombra y enfrente la línea de una playa tranquila, Noelia se fue hasta el agua totalmente desnuda sonriente y yo la admiraba completamente empalmado.

De repente por la línea de playa aparecieron dos jóvenes de unos 19 o 20 años desnudos, Noelia al verlos salió del agua y se tumbó sobre la arena mojada, yo me incorporé un poco sorprendido. Pero me hizo una señal para que me quedara quieto, cuando los dos jóvenes llegaron a su altura se pararon para ver su desnudez, la erección de uno de ellos se hizo evidente. Hablaban con ella y sonreían, Noelia abrió sus piernas y a ellos casi les da un infarto a juzgar por sus caras y sus gestos. Noelia se comenzó a masturbar su clítoris abultado y con la otra mano tomó una de las pollas del joven y tirando de ella lo puso de rodillas y comenzó a lamerle la polla.
El otro joven también se arrodilló y comenzó a lamer los pechos de Noelia pero esta lo tomó del cabello y le metió entre sus piernas. Los jadeos del joven al que Noelia follaba con sus labios metiendo y sacando el miembro de sus labios eran tremendos, es toda una maestra en eso, coloca firmemente sus labios y te mueve la polla de arriba abajo acariciándote los huevos y metiendo un dedo en el ano que mueve suavemente, como yo imaginaba no le duró con ese ritmo mucho y saco su polla de la boca corriéndose sobre la arena, el chico cayó como desplomado, el otro seguía chupándole el conejo rabiosamente. Noelia tomó al joven y le giró quedando con la polla a su alcance que devoró con fruición hasta que a los pocos segundos también se corrió, dejándolos sobre la arena. Se levantó y se dirigió hacia mí. Mirando mi erección me dijo:
– ¿Esto te gustó no?
– Si – le contesté embobado y con una calentura terrible – pero yo quería verte correr y no lo hiciste.
– Son muy jóvenes pero déjame unos preservativos y verás cómo lo pasas.
Noelia tomo dos preservativos y volvió corriendo a su lado moviendo sus tetazas pomposamente, les tomó de la mano y los metió hacia dentro de la playa a unos 10-15 metros de mí, ellos me miraban temerosos pero ella les tranquilizó. Noelia movió un poco sus penes con las dos manos y rápidamente recuperaron su erección. Les colocó el preservativo, con dificultad al más moreno que calzaba una polla de buen tamaño y animándole se colocó de lado con una pierna levantada para que yo observase como la penetraba, gimió un poco pero empezó a mover las cadera de forma rabiosa, mordiéndose el labio inferior y mirándome sin quitarme la vista ni por un momento, el otro joven se arrodilló y ella sujetándole los huevos comenzó una lamida suave para evitar que se corriera, a los 3 minutos el joven que la follaba agarrado a sus tetas y se corrió. Noelia quería más y tomo al otro joven que sustituyó a su amigo, esta vez fue Noelia la que se corrió entre grandes gritos de placer.

Yo me estaba masturbando como un mono tremendamente empalmado y de repente oí una voz tras de mí que me decía:
– ¿Es esa tu pareja? – me hablaba una mujer de unos 60 años de grandísimas mamas muy caídas y un coño con pocos pelos que casi no apreciaba porque estaba gordita, a su lado un hombre de unos 65 años, con una polla que casi me da un infarto por su tamaño y grosor medianamente empalmado o más bien empalmado pero hacia abajo por el peso que calzaba o por la edad y con una barriga considerable.
– Si – dije yo.
– Pues folla de maravilla – dijo la mujer.
Se sentaron a mi lado y por el gesto que hice de desaprobación se presentaron, ella se llamaba Araceli y el Tomás eran de Lierganes un pueblo cercano.
– No te preocupes a nosotros nos va el folleteo, tranquilo –
Yo volví a mirar de nuevo a Noelia porque Tomás había comenzado a masturbarse con las dos manos mirando a mi mujer que colocada sobre uno de los jóvenes se lo estaba follando, mirando hacia nosotros con la piernas abiertas y las manos de él en sus tetas, el otro chico no podía más y estaba sobre la arena. Araceli se coloco a mi lado y metiéndose una mano en el sexo se acariciaba mientras miraba con la boca entreabierta y con la respiración entrecortada, me dijo:
– ¿Tiene el coño muy dulce tu perrita? – yo sorprendido por el cariz de los acontecimientos dije que sí.
El joven seguía bombeando a Noelia que lo cabalgaba como una loca, finalmente se corrió quedando tumbada en el suelo con las piernas muy abiertas. Los dos jóvenes nos miraron y se fueron rápidamente. Noelia seguía tumbada sin moverse, Araceli se levantó y metiéndose entre sus piernas comenzó a lamer su coño despacio. Mi mujer ni se movía, seguramente creía que era yo.
De repente elevó un poco la cabeza y vio a Araceli con la cabeza en su coño y de rodillas con el culo en pompa, yo estaba tremendamente empalmado, Mi mujer intentó moverse pero sin fuerzas y totalmente salida no pudo soltarse de las garras de Araceli que la sujetaba firmemente. Noelia me llamó para que la ayudase pero el hombretón Tomás soltó su rabo y agarro firmemente el mío y me dijo:
– Déjala, tranquilo la gustará, la está lavando.
Sin soltarme el rabo comenzó a meneármela y yo, totalmente salido no protesté ella me miró y sonriendo comenzó a disfrutar del cunnilingus, corriéndose de nuevo con unos gemidos casi inaudibles yo me corrí en las manos de Tomás. Yo caí en la toalla y vi como Araceli hablaba con Noelia tranquilamente y la besaba amorosamente en la cara, luego la llevó agua y la refresco y la acompañó al agua con ayuda de Tomas, casi no podía andar.

Más tarde comimos juntos unos bocadillos y unos refrescos y comprobamos como eran de confianza y buena gente. Mi mujer les contaba que le había dado la paliza con mis fantasías en la playa y que había decidido complacerme para que la dejara en paz, que nunca había follado con otro a excepción de un novio que había tenido, que no pensaran que era una guarra que follaba con cualquiera.
Araceli la tranquilizó y le dijo que a ellos les gustaba follar y que eran bisexuales que lo habían practicado a menudo en Liendres y que lo habían descubierto muy tarde pero estaban dispuestos a disfrutar los años que les quedaban.
Noelia no hacía más que mirar y admirar el rabo de Tomás, de unos 24 cm. y gordísimo con un capullo descubierto por la circuncisión y gordísimo. Araceli se dio cuenta, tomó el rabo de Tomás en las manos y se lo llevó hasta Noelia de un tirón, le dijo:
– Acarícialo mujer.
– Es enorme – dijo ella – no tenía ni idea de que algo así existiera.
– Quieres que te folle – dijo él.
Ella con admiración y miedo lo miró y luego a mí, Araceli me miró y me dijo:
– Déjala que disfrute para eso la has traído.
Tomás fue embadurnado con una crema transparente y luego se colocó un preservativo que le llegaba a media polla solamente y comenzó a penetrar a Noelia, ella de lado con las piernas abiertas nos ofrecía un maravilloso espectáculo. Me empalmé rápidamente, su clítoris abultado y los labios y todo su coño estaban tremendamente rojos.
Araceli me dijo:
– Menudo clítoris tiene.

– Si balbucee yo.
Lo que resultó increíble fue la cabalgada que le dio Tomás, con sumo cuidado la fue penetrando casi hasta los huevos, veíamos como ella se corría una y otra vez, casi desmayada y con algo que nunca había visto, salía de su coño un líquido espeso y blanco, como si eyaculara, era fascinante verla con los ojos vueltos siendo penetrada ya sin resistencia por el incansable Tomas.
Mientras yo totalmente salido, follaba a esta mujer que en otro momento hubiese ni mirado, la penetré casi sin enterarse su coño libre de pelos y gordos labios mientras ella me acompañaba con movimientos de cadera, me corrí y luego me lavó cuidadosamente con su boca.
Tomás seguía follando a mi Noelia que había perdido el conocimiento y estaba medio inconsciente con los ojos vueltos y solo salía un gemido cuando Tomás la penetraba.
Araceli y yo la sacamos de la polla de Tomás que seguía empalmado, Araceli se puso a cuatro patas y su marido la penetró rudamente fallándola durante un largo rato hasta que ambos se corrieron, pero Tomás no soltó en toda la follada mi polla que apretaba haciéndome daño y que movía arriba y abajo masturbándome, saliendo de mi glande solo algo de líquido lechoso, no me quedaba nada de semen pero me dejaba hacer.
Araceli tardó en recuperarse y con los ojos abiertos miraba la follada de nuestros nuevos amigos y con la boca entreabierta la saliva se la caía por la comisura. Andando con gran dificultad por las dunas y acompañados por Araceli y Tomás que nos ayudaron fuimos a nuestro Hotel.
Otro día os escribiré para contaros lo que sucedió al día siguiente en el hotel las brisas de Santander y la experiencia que tuvimos con esta pareja entrada en años que nos está enseñando tantas cosas.
Un beso para todos.