Relato erótico
No debía pasar, pero…
Era el cumpleaños de una amiga de su novia y quedaron que irían a cenar y de marcha. Una de ellas se llamaba Lola. Por lo visto estaba un poco triste porque no tenía novio pero, aquella noche, nuestro amigo le hizo pasar la depresión de golpe o mejor dicho, a golpe de polla
Carlos- Barcelona
Buenas, llevo ya un tiempo leyendo los relatos de Clima y hoy me animo a relatar mi experiencia. Digamos que me llamo Carlos vivo Barcelona, tengo 26 años y me considero un chico normal, mido 1,85 y de cuerpo más bien delgado. Una noche de verano Conchita, mi novia, llegó a casa diciéndome que ese fin de semana era el cumpleaños de su amiga Marta, que le habían dicho de ir a cenar y luego por ahí de fiesta, aunque mi novia les dijo que solo iríamos a cenar ya que ella tenía que trabajar al día siguiente.
Llegó el viernes y fui a buscar a mi novia a su casa, se había puesto un vestido de licra ceñido que resaltaba sus tetas y su culo respingón. Conchita es muy atractiva y he de reconocer que en el sexo no me puedo quejar ya que cumple mis deseos.
Llegamos al restaurante y allí estaban sus amigas esperando. Forman un buen grupito, pero me comentó mi novia cuando íbamos en el coche que Lola estaba un poco depre porque ligaba poco. Lola no es que sea guapa, pero tiene un cuerpo que a mí me pone. No muy alta, tetas normales, pero un culito que me gusta, incluso alguna vez masturbándome he imaginado que me la follaba y en cómo sería su cara de placer.
Cuando acabamos de cenar, fuimos a una discoteca. Yo había ido en el coche de Lola porque ella no conocía el camino. En cuanto llegamos buscamos a las demás y como no las encontramos, nos pusimos a bailar. Bailamos salsa y en momento dado que apoyó su culo contra mi polla, noto que estaba empalmado. Así estuvimos ella apretando su culo hacia atrás y yo mi polla hacia delante, hasta que noté vibrar mi móvil, era un mensaje de Nuria, decía que estaban en la puerta y nos esperaban para irnos, se lo enseñé a Lola, ella me miró y sin decirme nada me besó, y me dijo que me esperaba en su casa. Fue un beso suave y profundo, la verdad que me encantó, tomó mi mano y nos fuimos fuera.
Dejé a mi novia en su casa y sin pensármelo me dirigí a casa de Lola. En cuanto entré por la puerta Lola se abalanzó sobre mi y empezó a besarme, esta vez su beso no era dulce sino apasionado, su lengua parecía loca dentro de mi boca buscando encontrase con la mía, noté su piercing, fue una sensación muy agradable. Empezamos a besarnos y sobarnos como locos, ella me quitaba la camiseta y yo subía su vestido para poder tocar ese culo que tan cachondo me había puesto.
Cuando estaba con su cremallera me dejó de besar y me dijo que quería follar conmigo, que en la discoteca me hubiese follado en medio de la pista, que se había puesto muy cachonda con el baile y el roce de mi polla, pero que esto tenía que ser nuestro secreto y nadie lo podía saber, que se sentía mal por Conchita, pero que hacía tiempo que se había dado cuenta que le miraba el culo y las tetas y que le gustaba que lo hiciese, ya que hacía que se sintiera deseada y que yo le gustaba.
Volvió a repetirme que tenía que ser un secreto, yo no le dije nada, solo asentí con la cabeza, ella entendió que era un sí, me cogió de la mano y nos fuimos hasta su cuarto. Seguimos besándonos, sobándonos, le quité el vestido y mis manos empezaron a buscar el cierre del sujetador, ella despegó su boca de la mía y empezó a besarme el cuello tal y como lo había hecho en la discoteca, me sacó la camiseta y comenzó a bajar por mi pecho, jugaba con mis pezones, los lamía y pasaba su piercing por ellos, siguió bajando por mi barriga, la que no dejó de besar, siguió bajando hasta que llegó a la altura de mi paquete, desabrochó el cinturón y los botones del tejano, bajó mis pantalones y bóxer a la vez, mi polla saltó como si tuviera un muelle.
Lola se la quedó mirando unos instantes entonces levantó la cabeza me miró, clavó sus ojos en los míos y empezó a metérsela en la boca, poco a poco fue tragando hasta tenerla entera dentro de la boca, que me mirase mientras se la tragaba me puso aun más caliente, era mil veces mejor que en mi imaginación. Se la sacó la tomó con una mano, me sonrió y empezó a pajearme.
Mientras me pajeaba su lengua recorría mi glande, nunca me la había chupado nadie que tuviera piercing y joder lo que me había perdido. Iba turnando su lengua por mi glande con mis huevos, los cuales pasaba su lengua y se los metía en la boca. Se la volvió a meter en la boca y empezó a mamar despacio, fue aumentando el ritmo, la saliva le caía por la comisura de los labios, no hacía por tragársela y cada vez que subía veía mi polla totalmente llena de su saliva lo cual me encantaba, así estuvo un rato hasta que yo no aguanté más, la tomé por la cabeza, ella entendió que ya no duraría mucho y empezó a chupar a toda velocidad, descargué toda mi leche en su boca la cual ella se tragó sin dejar ni gota, la sacó de su boca y la limpió con su lengua.
La levanté y le dije que ahora le tocaba disfrutar a ella, la besé y le hice sentarse en el borde de la cama, me arrodillé y empecé a besarle, desabroché el sujetador y empecé a besarle el cuello, me detuve en sus tetas para darles el trato que se merecían, eran iguales de grandes que las de mi novia, la diferencia que Lola las tenía más redondas y lleva un piercing en el pezón izquierdo, estuve mi tiempo sobándolas con mis manos, pasándoles la lengua, pellizcando sus pezones mordiéndolos y chupándolos, mordiéndole las tetas mientras Lola gemía de placer y sus pezones estaban duros, parecía que le gustaba lo que hacía.
Bajé por su barriga, su piel era muy suave y olía de maravilla, llegué a su tanga y pasé mi pulgar izquierdo por su raja a lo que ella respondió con un pequeño salto, lo repetí un par de veces y le quité el tanga, su coño estaba completamente mojado, mis dedos buscaron su clítoris hasta dar con él y empecé a jugar con él, no duré mucho así ya que estaba deseando comerme ese coño, acerqué mi lengua a su clítoris y empecé a lamerlo de arriba abajo, hacia los lados, en círculos, lo sorbía con la boca y acompañaba con mis dedos entrando y saliendo de su coño, Lola gemía más fuerte, sus manos se agarraron a mi cabeza con fuerza y empezó a moverse al ritmo de mi lengua. La miré, necesitaba ver su cara, ver si era como me la imaginaba cuando me pajeaba, ella estaba con la cabeza agachada, los ojos cerrados y la boca abierta, se notaba que hacía tiempo que nadie le comía el coño.
Así estuve, iba subiendo y bajando el ritmo hasta que su cuerpo se empezó a mover rápido y sus gemidos eran más fuertes, entonces su cuerpo se tensó, soltó un gran gemido y mi boca se llenó de sus jugos. Levantó mi cara y me plantó un beso mientras cogía mi polla que volvía a estar lista, entonces abrió el cajón de la mesita, rebuscó un poco y sacó un condón, me lo puso y me dijo que fuera despacito, que hacía tiempo que no follaba.
Se echó hacia atrás y se quedó tumbada en la cama, yo me puse encima y apunté mi polla en la entrada de su coño, empecé a meterla despacio, la cara de Lola era de placer, su coño estaba bastante prieto, seguí un poco así hasta que mi polla entraba sin dificultad y aumenté el ritmo, Lola me había rodeado con sus brazos y piernas y gemía en mi oído, cosa que me calentaba mucho, y también nos besábamos, al cabo del rato le di la vuelta, la puse a cuatro patas, la imagen era espectacular, se notaba que se esforzaba en el gym por tener un buen culo.
Se la metí de un golpe en el culo y empecé a enterrársela lo más profundo que podía, con la mano derecha busqué su clítoris y lo empecé a masajear. Lola no paraba de gemir, me decía no parase. Me estaba follando a una amiga de mi novia la cual me pedía que no parase, estaba flipando, la imagen de tenerla en pompa con la cabeza en la almohada y pidiendo más era demasiado, seguí metiéndosela, intercambié golpes secos con movimientos suaves y otros lo más rápido que podía mientras mi mano seguía jugando con su clítoris, sus gemidos eran cada vez más fuertes hasta que su cuerpo se volvió a tensar, la cogí de los brazos y empecé el metisaca lo más rápido que pude, mi cadera chocaba con su culo con fuerza, Lola soltó un gemido muy fuerte lo que indicaba que se estaba corriendo, yo no tardé mucho más en correrme, estuvimos unos instantes en la misma posición recuperando la respiración.
La saqué, Lola se volvió, nos besamos de manera dulce, me quitó el condón y limpió los restos que quedaban por mi polla con su lengua, me llevó al lavabo, nos dimos una ducha juntos, nos metimos en la cama y dormimos abrazados, hasta la mañana siguiente no hablamos del tema en el que volvimos a jurar no contárselo a nadie, a día de hoy yo sigo con mi novia y de vez en cuando Lola y yo tenemos nuestros más y menos pero ya será otro día.
Un saludo.