Relato erótico
Ni me lo imaginaba
A veces no tenemos las cosas claras y un incidente, sin importancia en nuestra vida, hace que nos conozcamos mucho mejor.
David – PALMA DE MALLORCA
Hola Charo, soy un chico Palma que en la actualidad tengo 28 años y lo que les voy a contar me ocurrió cuando tenia 25. Esta historia es cien por cien real.
Hace tres años, es decir cuando tenía, como digo, 25 años, practicaba mucho deporte, todo tipo de deporte. Así que tenia todo el cuerpo bien marcado, ya que estaba delgado. Soy moreno, mido 1,75, peso unos 69 kilos y tengo los ojos marrones. En aquella época no tenia novia y la verdad es que siempre estaba caliente y con ganas de sexo. Nunca me había fijado en ningún hombre y siempre había creído que era un chico heterosexual, pero nunca se sabe hasta que no se prueba. Bueno entremos en materia.
Un fin de semana, practicando un poco de Mountain Bike me caí y me hice bastante daño en la espalda, en la zona lumbar. Estuve dos meses de baja y después de los tratamientos que tuve, me recomendaron que fuese a un quiro masajista o terapeuta y así lo hice. Toqué al timbre y me abrió un hombre de unos 35 años de edad, alto, se le veía bastante fuerte, pero no me fijé mucho. Me hizo pasar y le expliqué mi problema y lo que me habían recomendado. Después de estudiar mi caso me dijo que seria un tratamiento largo, es decir de bastantes sesiones y que algunas eran dolorosas a lo que le respondí que no serían tan dolorosas como lo que había pasado meses antes. Había un olor muy fuerte a cremas y aceites que utilizaba para dar los masajes. Me dio cita para el día siguiente, nos despedimos y me marché.
Al día siguiente toqué de nuevo al timbre y me abrió otra vez él y la verdad es que era un tipo muy grande. Me dijo que pasara a la cabina y que me sentara. Empezó a preguntarme cosas para rellenar mi historial y me dijo que me fuera quitando la ropa que enseguida empezaríamos. Me desnudé de cintura para arriba y me tumbe en la camilla boca abajo, pero cuando me vio me dijo que no, que me tenia que desnudar entero, que el masaje no era solo en la espalda pues todas las zonas guardan relación. Me pareció extraño, pero me desnudé por completo y me volví a tumbar boca abajo. Cuando él terminó de rellenar el historial se acercó a la camilla y me dijo que pusiera los brazos colgando y que separara las piernas.
De repente sentí una sensación muy fría por la espalda y era que me estaba empezando a poner unos aceites por todo el cuerpo y también empezaba a calentarme los músculos de la espalda. Me dijo que empezaría por ahí, por la espalda y que dolor, nunca imaginé que un masaje pudiera doler tanto.
Después de unos diez minutos en mi espalda, me dijo que me relajara que pasábamos a la fase dos, que era el resto del cuerpo. Me dijo que daba el masaje en el resto del cuerpo para que la gente saliera relajada y que no tuviera la sensación de que les habían dado una paliza.
Empezó por mis pies a masajeármelos, pero de repente sentí una sensación extraña, aquel tipo había apoyado mi pie para masajeármelo en su polla. No creí que lo hiciera a mal así que no dije nada. Cuando acabó con mis pies fue subiendo por mis piernas y la cara interna de mis muslos, con lo que empezaba a sentir una sensación de excitación, pero no podía ser, yo no era gay. Me estaba masajeando la cara interna de los muslos y cada vez subía más y más hasta que tocó con su mano muy ligeramente mis huevos. Entonces di un pequeño sobresalto a lo que me respondió:
– Tranquilo, que es normal y relájese.
Pero aquel tío empezó a subir con sus manos hasta que acabó sobándome el culo. Me puso más aceite y entonces me embadurnó todo el culo y especialmente la raja, pero no protesté pues empezaba a excitarme y ponerme como una moto. Me ponía aceite por la raja del culo y los huevos y me los tocaba y acariciaba, hasta que me empezó a tocar el agujero del culo, diciéndome que había muchos nervios y que era bueno. Yo estaba súper excitado y entonces él empezó con un dedo a meterme la puntita, la sacaba y la metía, entonces se me escapó un suspiro que él oyó y empezó a meterme el dedo hasta el fondo y luego me metió un segundo. Con la otra mano me tocaba los huevos mientras yo me había puesto súper cachondo, entonces para un momento y me sacó los dedos del culo.
Trajo una especie de banquito y me lo puso debajo del vientre de manera que me quedaba el culo en pompa y los huevos y la polla colgando. Seguía con los brazos colgando y me dijo ya tuteándome:
– Ahora abre bien las piernas y déjalas también colgando.
Así lo hice y el culo me quedaba a su libre disposición. Pero esta vez empezó por la polla, ya que la tenía colgando. Me la cogió con sus manos y me la empezó a mover haciéndome una paja que enseguida se me puso tiesa, al mismo tiempo con la otra mano empezó otra vez a meterme los dedos en el culo y yo ya no podía disimular más mi placer y suspiraba de gusto. Pero de repente se abrió la puerta de la cabina y me quede extrañado ya que creía que estábamos solos, pero no era así, su mujer también trabajaba con él, y que había estado con una clienta. Su mujer entró y cerró la puerta tras de sí y me dijo:
– Tranquilo, que ya veo que lo estáis pasando muy bien.
No daba crédito a lo que estaba escuchando y mucho menos de una rubia tan espectacular como esa que entonces le dijo al marido:
– Vaya como te has puesto tu también, déjame que siga yo.
Su marido dejó mi culo y mi polla para que ocupara el lugar su mujer, mientras él se empezaba a despelotar y al verle desnudo, caramba, que pedazo de polla que tenía.
Su mujer se quitó la bata y se quedó en tanga, pero al quedarme mirándola fijo, se lo quitó también. Tenía todo el coño rasurado y una raja súper jugosa, parecía como si también hubiera hecho lo mismo con la clienta que había dejado. Entonces empezó por mi polla, pero no con sus manos, si no con su lengua al mismo tiempo que también me la pasaba por el culo. Su marido se puso delante de mí y me puso la polla delante de la cara y ella me dijo que se la chupara. Entonces, como si de un acto reflejo se tratara, abrí la boca y empecé a chupársela. Era la primera vez que chupaba una polla y la verdad me estaba gustando. Estuvimos así un rato hasta que la mujer le dijo a su marido
– Bueno ya lo tienes listo.
Se refería a mi culo, quería follarme el culo. Cambiaron de posición y su mujer me puso el coño en la boca y que maravilla, sabía a gloria y no me había equivocado, todavía tenía restos de jugos del polvo anterior. Entonces sentí como algo gordo entraba en mi culo y me penetraba hasta las entrañas. Creí que me dolería, pero no, estaba sintiendo un placer que nunca antes había sentido. Era una maravilla. Yo chupaba y chupaba el coño de su mujer mientras él me follaba el culo hasta que me la sacó del ano y sentí como se corría en mi espalda. Sentí su leche caliente corriendo por encima de mí pero como todavía tenía el agujero del culo súper abierto, la leche se me metía dentro, pero la mujer se apresuró a limpiármelo con la lengua.
Mientras ella me chupaba el culo, su marido metió la cabeza debajo de mí y me chupó la polla hasta que por fin me corrí. Fue una corrida súper larga y creo que casi lo ahogo, pero el muy cabrón se bebió toda la leche dejando algo en su boca para morrearse con su mujer y acto seguido conmigo. Nunca había probado el sabor de mi leche y mucho menos de la boca de una pareja. Fue un morreo a tres lenguas.
La verdad es que para ser la primera sesión, había sido fantástica y ¿Cómo serían las demás? Pero, bueno eso ya os lo iré contando.
Besos y hasta otra.