Relato erótico
Mi primer trío
Verónica era una amiga con derecho a roce. Se veían de vez en cuando y follaban. Un día, su amiga le propuso hacer un trío y decidieron hacerlo con un chico que habían conocido en un Chat. La velada fue bien, fue un trío “completo”.
Daniel – Castellón
Me presento, soy de Castellón (España), tengo 35 años, mido 1,70, delgado y moreno. Voy a contaros una historia real que me sucedió a finales de agosto de 2009.
Un trío, es simplemente un trío. Tengo una buena amiga con la que he estado varias veces, pero insisto en que sobre todas las cosas somos amigos.
Se llama Verónica, tiene 35 años, también de Castellón. Es morena, muy delgada, poco pecho, y poco trasero, pero bastante interesante de tratar.
Ella y yo nos conocimos a través de una amiga común, y las cosas de la vida, nos hicimos muy amigos… nos contamos confidencias, hablamos de sexo… lo típico con quien no tienes una relación, que le cuentas todo porque no está dentro de tu círculo de amistades.
Muchas veces habíamos comentado de hacer un trío, ella, otro chico, y yo. Es algo que a los dos nos ponía mucho, ella no lo había probado nunca, pero le apetecía mucho, según me confesó, desde muy joven. Simplemente había que buscar un tercero, y ese tercero lo encontró Verónica. Era un amigo suyo del chat que ya había quedado varias veces con él, y le daba confianza.
Se llama Gonzalo, tiene 19 años, también es de Castellón. Es moreno, delgado, 1,75, y para ser chico, aunque no me gustan, es guapete.
A mí me costaba quedar, pero conseguimos un sábado por la tarde, quedar en casa de Verónica.
La verdad es que al principio lo pasé mal. Cuando simplemente surge es fácil, pero cuando vas ya con todo planeado. A Gonzalo solo le conocía del MSN, tenía miedo que no hubiera buen rollo entre los tres, aparte de querer estar a la altura, etc.
La cuestión es que cuando llegué a casa de Verónica, ya estaban tomando una cerveza en el salón. Después de presentármelo y hablar un rato de cosas sin demasiado interés, ella, propuso ver una película porno y ver cómo salía. Evidentemente dijimos que sí, y puso la película, Verónica se sentó entre los dos.
Recuerdo que al cabo de poco rato Verónica empezó a acariciar a Gonzalo, hasta llegar a su paquete. Después me lo tocó a mí, hasta que dijo que nos quitáramos los pantalones. Eso hicimos. Gonzalo ya la tenía empalmada y yo simplemente la tenía morcillona.
Nos desnudamos y Verónica nos empezó a masturbar a los dos a la vez. La verdad es que fue una pasada, el morbo de la situación fue genial.
Consiguió ponerme la polla a tope. Os cuento que por suerte no me quejo, es bastante grande, mide 21cm, aunque apunta hacia abajo, y no descapulla del todo, pero bueno. No os he contado que la de Gonzalo no era grande, mediría unos 14 cm, y era gordita, aunque si descapulla totalmente.
Bueno, continúo. Al rato de pajearnos Verónica nos dijo que nos sentáramos juntos, y nos hizo una mamada de las de recordar, mientras que a uno se la comía al otro lo masturbaba, fue impresionante. Reconozco que en ese momento tuve que pararla porque casi me corro. Verónica nos dijo si seguíamos allí o si nos íbamos a la cama. Dijimos que nos daba igual, y ella dijo de ir a la cama. Cuando fuimos, se quitó la ropa y se tumbó en la cama, esperándonos. Gonzalo se puso frente a ella y empezó a comerle el coño. Yo decidí tumbarme junto a ella y jugar con sus pechos.
Al poco rato, nos pidió que la penetráramos, y sacó del cajón un par de condones. Gonzalo empezó a penetrarla mientras yo le daba mi polla a Verónica para que me la mamara. No tardó en correrse el chavalín dentro del condón dentro de ella. Gonzalo me dijo:
-Te toca tío.
Me tumbé en la cama boca arriba y Verónica se puso sobre mí, metiéndose la polla y empezó a botar. Gonzalo, mientras, fue al aseo a limpiarse. Cuando se fue, Verónica me dijo en el oído que a Gonzalo le había encantado mi polla, yo me reí sin parar de penetrarla.
Cuando volvió se sentó en la cama mirando como follábamos. Cuando estaba a punto de correrme le dije que parara para descansar, no quería irme aún, y me puse a comerle el coño, mientras Gonzalo se tocaba para ponérsela dura de nuevo.
Yo ya estaba que me moría. Hasta que Verónica me dijo:
-¿Te atreves a que Gonzalo te pajee?
Me puse muy nervioso, pero como no era algo que no hubiera hecho ya de más joven, con alguna copa de más y cuando estaba muy salido, nos habíamos pajeado mutuamente. Pero insisto, a mi no me gustan los tíos.
Y eso hicieron. Empezaron a masturbarme entre los dos. Eso hizo que me calentara tanto que empezara a gemir (no soy de mucho gritos, jeje). En ese momento Verónica se la metió en la boca y empezó a restregar la lengua por mi polla.
No me di cuenta, cuando Verónica le hizo mamar mi rabo a Gonzalo, la verdad sea dicha, la chupaba de maravilla. Se iban alternando mi polla hasta que no pude más y me corrí en las tetas de mi amiga.
Lo recuerdo como un trío maravilloso y con mucho morbo. Por supuesto lo repetimos con otros tíos y otro día os lo contaré.