Mi novia “SI” tiene precio

Dice que su novia lo vuelve loco. Esta metidita en carnes y aunque sabe a muchos tíos les gustan las mujeres delgadas, para él, es la mujer de su vida. Es guarra, viciosa y no se niega a nada, incluso aceptó follar con otros hombres.

Martín – Madrid
Hola, amigos de Clima, voy a contar como se hizo realidad mi fantasía de ver follar mi novia, Vero, con otro tío. Mi chica es especial porque se sale de los cánones actuales, está metidita en carnes, tiene donde agarrarse, y folla de muerte. Sus medidas son 120-130-120. Seguro que a más de uno no os gusta este tipo de mujer, pero a mí, me vuelve loco.
Mi aparato está entre 19 y 20 cm, dependiendo de la excitación. Ella es muy guarra en la cama, le gusta que la llame puta, la humille y la domine, lo cual no es difícil para mí, por lo que he conseguido que haga cosas que ni ella imaginaba. A mí siempre me ha llamado la atención el sexo en grupo, y ya había tenido algún encuentro de tríos y orgías, pero ella nunca. Un día en la cama me soltó si me gustaría verla montárselo con otra. Mi reacción fue rápida.
– Claro que me gustaría, pero mucho más verte follada por otro tío.
Ella se asustó, pero si a mi me iba a gustar no le importaba, solo temía por si me daban celos. La dije que imposible, que eso es solo sexo y nuestro amor era muy profundo como para romperse por un jueguecito.
Miré anuncios en Clima y publique un anuncio. Mientras escogía al tío ideal, estaba tan caliente que se me ocurrió probar a pedir dinero por follarla. Entonces contactó conmigo un tal Jorge. Tenía una polla importante, muy buena para mis fines, y le vi bastante cachondo y dispuesto.
Estuvimos negociando durante un rato y al final nos pusimos de acuerdo. Cuando se lo comenté a mi novia, primero se sorprendió, pero al poco rato ya estaba cachonda.
Saqué el móvil, llamé a Jorge y le dije que estaba con ella, que mañana mismo sería suya por la mañana y que preparase los doscientos euros. Mi novia miraba sorprendida, asustada e impaciente a la vez y entonces le pasé el teléfono.
– Jorge, dale tu dirección directamente – dije antes de entregárselo.
Vero cogió el móvil temblorosa y acertó tímidamente a decir “hola” mientras yo sacaba de su bolso un papel y un boli y se los ponía delante. Por lo que aprecié se saludaron mutuamente y él la animó un poco para que se le pasase el miedo. Por según reaccionaba ella y se iba animando supuse que le estaba contando cosas sobre su polla y el sexo, pues no paraba de asentir y decir que eso sí lo hacía. La verdad es que hace de todo. Al rato empezó a escribir su dirección y cuando terminó me la guardé en mi bolsillo. Me devolvió el móvil y me despedí de él acordando que a las diez de la mañana estaríamos en su casa. Cerca de las dos de la mañana dejé a mi novia en su casa diciéndole que la recogería a las nueve y media pues nos pillaba la casa de Jorge lejos.
– Mañana quiero verte bien vestida para este tío, como se prepara una buena zorra de lujo como tú – le dije.

– Como ordenes, amo – susurró.
La noté irse con la cabeza baja. Pensé que quizás me había pasado, pero esto ya lo hablamos y sabíamos que iba a ser un juego, solo eso: sexo, pero con mayúsculas. Yo casi no pude dormir esa noche y ella creo que tampoco. A las nueve y media ya estaba esperándola y cuando la vi me quedé anonadado. Vaya conjuntito se me puso. Llevaba una falda de tela hasta los tobillos, con una raja lateral que llegaba unos cinco centímetros por debajo de la cadera, sin medias y zapatos de tacón. Arriba un top de tirantes, color canela, abultando, realzando sus pechos enormes.
La pasé la dirección de Jorge y nos pusimos en marcha. A eso de las diez menos diez ya habíamos aparcado frente a la puerta del chalet donde vivía Jorge. Llamé a la puerta. Estábamos muy nerviosos. Era nuestra primera experiencia y solo sabía que estaba a punto de dar a mi novia a un extraño para que se la follase delante de mí y estaba muy excitado. A mi lado Vero, a punto de serme infiel. Bajamos del coche, llamamos a la puerta y nos abrió Jorge. Nos saludó mirando de arriba abajo a Vero, pero yo le dije:
– Ya sé que estás deseando follarte a mi chica. Pero antes el dinero.
Me lo dio y le dije:
– Muy bien. A partir de ahora tienes dos horas para follártela y hacerle lo que quieras. Después me uniré a ti para matarla a polvos.
– De acuerdo – replicó él.
Jorge le sacó el top a Vero y descubrimos que no llevaba sujetador. Sus enormes mamas cayeron sobre su no menos enorme vientre y mi cliente las agarró con sus manos. Eran tan grandes que una mano no las abarcaba completamente así que magreó una y empezó a comerse la otra. Vero quien, lejos de huir de él, ya estaba sobándole el paquete del pantalón.
Según subía la excitación los dos se dedicaron a morrearse fuerte y se metieron ambos las manos en el sexo del otro, masturbándose lentamente. Solo se oían gemidos. Yo estaba a cien también viendo como mi chica se estaba enrollando con otro tío. Se miraron a los ojos, y como si ya hubiesen hecho esto juntos antes, empezaron a desnudarse mutuamente. En seguida mi chica tuvo sus abundantes carnes al aire y él su polla. Creo que no la defraudó pues completamente descubierta y recta en ángulo hacia el cielo, más larga que la mía, como de 20 ó 22 cm, y mucho más gorda. Lo primero que pensé es que sería incómoda para el oral y dolorosa para el anal, pues si la mía no puedo metérsela por el culo por lo ancha que es, aquella aún costaría más.

Ahora cada uno tenía en su mano el sexo del otro y se lo acariciaban despacio, pudiendo ver que la mano de Jorge chorreaba de los líquidos del coño de Vero y que la polla bien dura brillaba bastante, supongo que del pre seminal. Con todo eso mi polla me iba a reventar dentro del pantalón pero, ciñéndome al trato, yo solo miraba.
– Ha llegado el momento de que el cabrón de tu novio vea como se folla a una belleza como tú – le dijo él de pronto.
– Lo que tú mandes, amo – replicó ella sumisa.
La llevó al salón y yo entré detrás de ellos. Allí él la besó apasionadamente y yo estaba viendo a mi novia más guarra que nunca, lo que me produjo una gran erección que creí que saltaría la cremallera.
Mi chica le besó el cuello y bajó lamiendo todo su torso limpio de pelos, mordisqueándole los pezones. ¡Como me gusta a mí cuando me hace eso! De pensarlo casi me corrí. Terminó de bajar y se quedó de rodillas. Tenía la polla sujeta con una mano y los huevos en la otra. Todo depilado, no como los míos. Entonces vi como, mientras le masturbaba, lamía el escroto y los huevos de Jorge. Nunca me había hecho esto a mí y él debió darse cuenta, porque me preguntó que si ella no me lo hacía y yo le dije que no.
– Pues eso es solo el comienzo – añadió sonriendo.
Vero no hizo ni caso pues estaba muy concentrada. Los dos estaban de perfil, así que podía ver perfectamente las maniobras de mi novia. Le lamió la larga y gorda polla desde la base hasta el capullo, jugando con el frenillo, lo que como todos sabemos, y Jorge experimentó, da un gran placer. La lamía y la besaba sin parar mientras masajeaba los huevos hasta que, en una de las lamidas, intentó metérsela entera en la boca. La muy puta siempre se quejaba de mi polla y nunca había comido más del capullo y ahora se metía casi entera la de aquel desconocido. Jorge se reía mientras ella seguía a lo suyo hasta que él, en un gesto de triunfo, le cogió la cabeza y le impuso su ritmo.
– Vaya, parece que tú nunca se la metiste entera – me dijo él – Pues mira como me la come, le estoy llegando a la garganta.

No me lo tenía que jurar pues la cara de Vero era de dolor, como de arcadas, pero ella tampoco hizo nada por apartarse de él.
– Así es como folla una boca tan buena como esta – seguía diciéndome él – Espero que luego lo lleves a la práctica – y me guiñó un ojo.
Estuvo así casi cinco minutos, luego se la sacó y ella, sin descansar, la agarró y siguió chupando todo el tronco de la verga de Jorge.
– Vaya tío, sí que es verdad que tu zorrita la sabe chupar – exclamó él.
– Ya te lo dije.
A todo esto, mi nena seguía chupando y mamando sin parar. Cada vez iba más deprisa metiendo y sacando la polla entre los gemidos de placer de Jorge. De esta manera se cumpliría el primer cuarto de hora que pagaron por golfa mi novia.
Saludos míos y besos de ella.