Relato erótico
Mi mujer se lo montó de vicio
La casualidad hizo que un amigo los llamara para ir a verlos. Su mujer, que llevaba días contándole alguna de sus fantasías sexuales, se lo montó de maravilla para poder hacer realidad una de ellas.
José – Burgos
¡Hola estimada amiga Charo! No sé si esta experiencia será lo suficientemente buena para ser publicada pero yo te la voy a contar. Somos un matrimonio en los 40 y llevamos 14 años felizmente casados. Como la gran mayoría de matrimonios llevamos una vida sexual bastante monótona. Un día no hace mucho tiempo estábamos acostados en la cama y la buena de mi mujer me contó dos fantasías, las cuales me dijo quería realizarlas yo no le di mayor importancia y así seguimos con nuestra monótona vida.
Disculpa mi mala educación por no habernos presentado yo, soy José y mi mujer se llama Carla ella es rubia teñida mide 1,60 y pesa 69 kilos está algo rellenita por lo que no deja de tener su encanto, yo pelo castaño mido 1,65 y peso 66 kilos. Estábamos en nuestra casa un domingo de este caluroso mes de julio charlando tranquilamente, cuando de repente sonó el teléfono. Era nuestro amigo al que llamaremos Luis estaba de paso y nos preguntó haber si se podía pasar para hacernos una visita, a lo que le contesté que si que podía pasar cuando el quisiera, de acuerdo me contesto y colgó el teléfono.
Al cabo de una hora más o menos sonó el timbre, me levanté de el sofá y me dirigí para abrir la puerta, era Luis nuestro amigo le invite a que pasara al salón. Allí estaba mi mujer al verle se levanto para saludarle, le dio dos besos y le invito a sentarse en el sofá.
Estuvimos charlando un buen rato hasta que le pregunté si quería tomar alguna cosa a lo que me respondió:
-Creía que no me lo ibas a preguntar, me tomaría un poco de vino -me contestó seguidamente-
Así que me dirigí a la cocina y abrí una botella de vino puse dos vasos y continuamos con nuestra conversación. Al poco rato mi mujer dijo:
-¿Qué pasa, es que yo no bebo?
Lo cual me sorprendió porque ella no toma bebidas alcohólicas, le dije disculpa me levante y cogí un vaso para ella y allí estuvimos hasta que se acabo la botella. Mi mujer estaba un poco alegre y empezó a contar unos chistes hasta que les pregunte si no querían comer, entonces mi mujer se levantó y se dirigió hacia la cocina meneando su culazo de una manera muy provocativa.
Luis se quedo mirándola como movía su extraordinario culazo ella se dio cuenta y se puso más provocativa, de pronto dijo que se iba a cambiar de ropa pues hacía mucho calor y se quería poner algo más fresco y cómodo.
De repente observé que Luis se quedó con la mirada fija hacia la puerta y ahí apareció mi mujer con una falda tan corta que apenas le tapaba el culo y con la parte de arriba de un bikini tapando sus buenas tetas.
Empezó a moverse despacio y con movimientos bastante sensuales. Luis no podía apartar la mirada de mi mujer y yo tampoco. Lógicamente, ella se fue a la cocina para terminar de colocar la mesa. Dejó caer una servilleta al suelo y al agacharse para recogerla pudimos observar que la muy guarra no llevaba bragas, dejándonos ver su rico culazo y su apetitoso y rico chochito.
-Cuando queráis podemos comer –dijo-
Nos levantamos y fuimos a la cocina para sentarnos a la mesa no podía dejar de mirar a Luis y ver como este se comía a mi mujer con la mirada me estaba poniendo muy celoso. Mi mujer se dio cuenta y dejó de calentarnos.
Comimos y nos fuimos para el salón a ver una película y tomarnos unos cubatas parece que la cosa se tranquilizó y cuando terminó la película me levante y me fui a duchar. Cuando volví al salón cual fue mi sorpresa al ver a la golfa de mi mujer con la polla de Luis dentro de la boca. Le estaba haciendo una señora mamada delante de mis ojos, al verme, Luis hizo un movimiento para salirse, pero ella no se lo permitió y se la metió entera en la boca hasta los huevos. Pero mi mayor sorpresa fue que lejos de cabrearme, aquella escena me excito muchísimo y sin más me quité el pantalón y empecé a masturbarme viendo como mi mujer se comía aquella polla.
Después, Luis la cogió y tumbándola en el suelo empezó a chuparle el chochito. Mi mujer no paraba de gemir, levantó la cabeza y cuando vio que me masturbaba me dijo:
-Eh cornudo ¿te excita ver cómo nos comemos? ¡Pues espera a ver cuando me lo folle!
Al poco tiempo le dijo a Luis que se tumbara en el suelo. Él obedeció sin rechistar. Carla se volvió a meter la polla de Luis en la boca y comenzó a mamársela, Luis gemía como un primerizo. Cuando tuvo la polla bien dura se la sacó de la boca para ponerse mirando hacia mí e introduciendo la polla de Luis en su chochito comenzó a cabalgarlo
Yo estaba excitadísimo y sin poder apartar la vista de aquella escena que me estaban brindando. Seguí con mi masturbación, Carla estaba cabalgándole mientras acariciaba sus hermosas tetas. Así estuvieron un rato hasta cambiaron de posición ella se tumbó en el suelo y Luis abriendo sus piernas, hasta que no pudo mas, empezó a follársela. Carla me volvió a mirar y me dijo:
-Que ¿te gusta ver como se follan a tu mujer? Eres un cornudo cabrón y es lo que te mereces, ver como se follan a tu mujer. Si, así Luis no pares… -gritaba ella-
Gemía como una perra, Luis empezó a embestirla más fuerte y rápido como si fuera a correrse entonces ella salió de él y poniéndose a cuatro patas le ofreció su chochito para que continuara la faena.
Luis le metió la polla en el chocho y empezó a embestirla como un animal. Ella gritaba de placer y ya no pude aguantar más. Me acerqué a ella mientras no paraba de masturbarme mirándola a los ojos le dije:
-¿Te gusta que te traten como a una golfa? pues toma.
La cogí del pelo y le metí la polla en la boca y empecé a follármela. Le daban arcadas de lo profundas y rápidas que eran mis embestidas.
A los pocos segundos Luis dijo que se iba acorrer y yo le dije que le echara la leche en su culazo y así lo hizo.
La golfa de mi mujer también se corrió y yo le llené su bocaza con mi leche.
Cuando nos relajamos, Luis me dijo:
-¡Joder tío! No pensaba que tu mujer era tan golfa
Le contesté que yo tampoco, al poco rato Luis se vistió y se marchó.
Mi mujer, me miró sonriendo me dijo:
-Bueno, pues una fantasía ya está realizada, ya solo falta una.
Después de aquel día, cada vez que follamos, nos acordamos de lo que disfrutamos y nos gustaría repetir.
Por cierto, os damos nuestro email, para que nos enviéis comentarios de nuestro testimonio. jose-segismundo-39@hotmail.com
Un beso de nuestra parte.