Relato erótico
Mi ex, mi novia y yo
Su ex mujer fue a verlo para hablar de unos temas y como estaba a punto de irse a cenar con su novia, a esta, se le ocurrió invitarla a cenar y así podían seguir hablando. Hablaron, cenaron, bebieron, bailaron y…
David – Barcelona
Bueno, la historia que os voy a contar es real. Estoy divorciado desde hace un par de años. Como todos los que nos divorciamos tanto hombres como mujeres mi aspecto físico ha mejorado bastante estos dos años, gimnasio, jogging y el quererse un poco más cada día ha ayudado bastante a eso.
Mi ex mujer también ha mejorado mucho gimnasio, una operación de pechos, un culito más duro e imponente, una mujer de bandera, 1’75, 58kg, ojos oscuros, tez blanca, pelo lacio moreno… es un autentico bombón. Ahora vivo con una chica desde hace aproximadamente unos cuatro meses, tengo 38 años y ella 26. Me sorprendo a veces de mi suerte porque también es una autentica belleza, es del este de Europa rubia, ojos claros azules como el cielo, una mirada atractiva como la de una tigresa, un pecho pequeño pero firme como una piedra adora hacer gimnasia , 1’65 unos 55 kg. Es una persona muy abierta y extrovertida.
Mi ex mujer y yo nos llevamos muy bien porque tenemos un hijo en común y eso es lo principal, con mi novia Anna, bueno no han hablado casi nunca solo lo imprescindible, un día que Anna y yo íbamos a cenar fuera. Era viernes y, justo antes de irnos, llego a casa Isabel. Quería hablar conmigo de un asunto sobre el peque, que en esos momentos estaba en casa de los abuelos, vino exuberante exhibiendo un escote generoso de esos que no puedes apartar la mirada de él, unas mallas negras que se ajustaban a la perfección a sus piernas y el culito. Hablamos y viendo que se nos hacia tarde Anna le pregunto si se venía a cenar y así mientras hablábamos.
Anna iba también preciosa con vestido de esos veraniegos de amplio escote y corta falda unos zapatos de tacón alto, cenamos en una cervecería en la cual si no pides mesa no tienes sitio, las tapas son de vicio y entre tapas y vino pasaron dos horas y unas tres botellas de vino, acabamos con unos chupitos de licor y salimos de allí, nos animamos y nos fuimos a un pub al cual casi siempre vamos Anna y yo, estuvimos allí bebiendo y jugando al billar, los dardos y mientras cayeron un par de cubatas por cabeza y empezó a surgir el tema de la operación de pechos de Isabel, Anna le dijo que parecían estar muy bien, Isabel le dijo que si quería ver como habían quedado se los podía enseñar en el servicio y si se decidía le daría el número del doctor que la operó, Anna acepto y fueron al servicio, nada más imaginarme que estaban allí e Isabel estaba enseñándole los pechos a mi novia me provocó una erección tremenda mi polla aunque no es muy grande se me salía del pantalón.
Cuando salieron del servicio, riéndose procure esconder mi erección y solté, así como el que no quiere la cosa:
-Y, ¿a mi cuando me las enseñas?
Eso les provocó unas carcajadas las dos, aun así Anna me dirigió una mirada desafiante e Isabel me contestó que nunca. Me dejaron planchado pero el alcohol iba haciendo su efecto.
Llegaba la hora de volver a casa, Anna me dijo que Isabel no estaba en condiciones de coger el coche y me dijo:
-Dile que se quede a dormir en casa.
Isabel aceptó. Cuando llegamos a casa Anna puso un poco de música con el volumen bajo, sacamos algo de comer para que el alcohol bajara de nivel antes de dormir, entonces Isabel se levanto para ir al baño y cuando nos cruzamos en el pasillo de casa un poco estrecho sus pechos se rozaron con mí cuerpo, duros como piedras y los pezones muy erectos noté que no llevaba sujetador y ella noto que mi erección era tremenda si no fuera por el pantalón se la hubiese clavada allí mismo, estábamos los dos muy calientes, sin mediar palabra le di un beso en los labios y note como soltaba un leve gemido. Sus labios estaban mojados y su lengua caliente. Después, yo seguí hasta el comedor y ella al baño.
Anna estaba en el comedor sentada en un sillón de estos de relax. Estaba con las piernas abiertas y pude ver como su tanga estaba metido en su coño. Eso ya era demasiado para mi, pensé que iba hasta correrme. Mi polla ya no aguantaba más y ella se dio cuenta subió una pierna por el apoya brazos y empezó a masturbarse por encima del tanga, le pedí que se lo quitara y eso hizo, acto seguido me paso un vaso con hielo y vodka para que diera un trago se levantó y cogiéndome la polla por encima del pantalón me dio un beso que me recorrió por todos lados de mi cuerpo, me estremeció tanto que le suspire y le pedí que no parará nunca, lleve mi mano helada por el frío del vaso a sus pechos y gimió como si le hubiese clavado mi polla en su sexo. En esto llego Isabel y carraspeo para que nos diéramos cuenta que estaba allí, con su media blusa casi desabrochada, y entonces dijo:
– Creo que es el momento de que las veas- acariciándose un pezón por dentro de la blusa-.
Anna suspiró y se retiró hacia atrás soltándome el pantalón y la polla. Isabel acabó por abrirse del todo la blusa dejándome ver esos pechos duros como piedras mientras se acariciaba los pezones.
Te gustan me dijo, le conteste si podía probarlos y ella miro a Anna antes de contestarme que si, así que, me acerqué a ella y comencé a chuparle los pezones mientras intentaba pegar mi sexo al suyo para que notara mi polla, ella se dio la vuelta y pego su culo a mi polla mientras acariciaba sus senos, saque con una mano la polla por la bragueta del pantalón y se la restregué por el culo, mientras Anna miraba abierta de piernas sentada acariciándose los pechos. No llevaba el tanga y se notaba que tenia el coño húmedo, mas mojado que nunca, Isabel la miraba mientras se relamía y con una mano cogía mi polla para menearla despacio.
Anna soltó un gemido, parecía que pedía o imploraba una lengua en el coño, me quede perplejo al ver como Isabel se la ofrecía y sin poner reparos, Anna le dejaba hacer. Acerqué mi polla a la boca de Anna la cual me dedicó la mejor de sus mamadas.
Creía que mi polla estallaría en cualquier momento, entonces Isabel se puso de pie y se quito el resto de la ropa que llevaba, volviéndose a poner de rodillas y volviendo a comer el coño de Anna , pero esta vez me estaba ofreciendo todo el esplendor de su culo, por lo cual retire mi polla de la boca de Anna y me fui desnudando para ponerme justo detrás de Isabel y comenzar a lamer su culo y su coño las dos lanzaban suspiros de placer y se movían, contorneaban su cuerpos al ritmo de la música que se oía de fondo.
Saqué mi cara de aquel maravilloso coño y me puse justo detrás de Isabel y con la verga más dura que nunca, la apunte a la entrada de su coño, la penetré despacio para que notara como mi polla le entraba. Soltó dos gemidos, abrió un poco más las piernas, mientras Anna ya se estaba corriendo en su boca y ella no dejaba de lamer su coño recogiendo los flujos de mi novia, como si recogiera el semen de un tío, relamiéndose, pero moviendo su trasero de tal forma que estaba a punto de correrme.
Isabel que ya jadeaba como una perra en celo, Anna se levanto y se situó justo detrás de mí, agarrando mis nalgas y empujándome a moverme más deprisa cada vez, mientras Isabel comenzaba a mover su trasero frenéticamente, ya no podía aguantar más.
Tuve una de mis mejores corridas inundando su coño con mi leche, al sacar la polla Anna se apresuro a recoger las gotas de semen que caían del coño de Isabel y después a limpiar mi polla con la lengua, su boca llena de semen me supuso una imagen de lujuria que jamás olvidare , los tres nos besamos pasando el esperma de boca en boca cayendo por la comisura de los labios, así esa noche dormimos los tres juntos en la cama, por la mañana al despertar repetimos sexo a tres , pero eso ya os lo contare otro día.
Saludos.