Mi ex me cae bien

Esta divorciado desde hace algo más de un año y a veces se arrepiente. Tiene un buen rollo con su ex y suelen verse para comer y tomar algo. Aquel día se la encontró y le contó que había ido a una entrevista de trabajo y que creía que la llamarían. Lo que le explicó no le dejó indiferente.

Enrique – CACERES
Soy un hombre de 36 años que, lamentablemente, decidí divorciarme hace más de un año, y digo lamentablemente porque desconocía las fantasías de mi esposa, que ahora paso a contarte.
Como suele ocurrir en estos casos, la relación con mi ex mejoró muchísimo después de decidir separarnos y es obvio que no lo hicimos porque tuviéramos problemas en la cama, todo lo contrario, ese era el lugar donde mejor nos llevábamos. A raíz de esta mejor relación, logré de ella mucha confianza y me hizo, hace no mucho tiempo atrás, un par de confesiones que me excitaron mucho y decidí compartirlas con los demás usuarios de esta revista.
Para empezar diré que mi ex nunca trabajó, ni cuando vivíamos juntos, ni cuando nos separamos, lo que le provocaba cierta frustración, así que ya separados, decidió salir un día a buscar trabajo. Tras varias visitas me comentó que había logrado una entrevista con alguien que tenía una empresa de distribución de bebidas y que creía que iba a conseguir el trabajo porque lo necesitaba para dejar de pensar y mantener su mente ocupada. Así que ese lunes, se dispuso a la entrevista programada con el gerente del lugar.
Cuando llegó a la oficina del señor en cuestión se sentó frente a él, escritorio de por medio, y se sometió a una serie de preguntas normales pero después de la charla formal, se dispersó la tensión y le comenzó a preguntar sobre su vida personal. ¿Cuál es su estado actual? ¿Hace cuanto se separó? Si tenía pareja estable u ocasional, etc. Tras las respuestas pertinentes, este señor le ofreció un café, pero cuando se levantó y pasó por delante de ella, notó cierta erección en su pantalón, y debido a no tener relaciones en los últimos meses, no pudo evitar desviar su vista hacia el miembro erecto de esta persona de unos 45 años. Les aclaro que mi ex tiene 36.
Cuando regresó con los cafés y después de continuar la charla, de forma más informal aún, notó que Esteban, que así se llamaba este gerente, comenzaba a masajearse la entrepierna de forma muy suave. Lo notó por el movimiento de su brazo, pero decidió no darle demasiada importancia, es más pensó que quizá se le había dormido la pierna o algo así. Cuando Esteban notó la mirada de mi ex, le explicó que podría ser la persona que estaban buscando, pues debido a los tiempos en los que vivimos había recibido muchos “curriculums” y había hecho muchas entrevistas, por lo que quizás le llevaría mucho tiempo decidir a quien incorporaba, pero que hay cosas que definen una entrevista de forma mas rápida y que todo dependía de ella.
Ella, haciéndose cargo de la propuesta, contestó que estaría dispuesta a hacer cualquier cosa por el trabajo, porque a pesar que no lo había buscado por una cuestión económica, lo necesitaba para poder tener una ocupación. Entonces Esteban, dijo:
– ¿Estamos los dos de acuerdo en que podemos ayudarnos mutuamente?
Le sugirió que acercase su silla a la de él, que le comenzaría a explicar algunas pautas del sistema de pedidos. Cuando mi ex, acercó la silla comprobó que no se estaba masajeando la pierna, sino que estaba con su pene fuera del pantalón y se estaba masturbando lentamente.

No pudo dejar de notar el miembro erecto de su futuro jefe antes de que él tomase una de sus manos y le pidió que comenzara ella a hacerle un favor a él. Ella no lo dudó y comenzó a masturbarlo lentamente hasta que, tras de menos de un minuto, decidió llevarse el pene a su boca y poniéndose de rodillas frente a él, comenzó a chupárselo lentamente, cosa que yo sé que siempre le encantó hacer.
Cuando Esteban considero suficiente la chupada, la apoyó contra el escritorio, le pidió que se quitara los pantalones que tenia puestos y comenzó a follarla primero lentamente y luego con más fuerza, Marta sentía como entraba esa polla en su coño una y otra vez y no pudo evitar tener un par de orgasmos antes que Esteban se corriera entre sus muslos. Cuando sacó su polla de entre las piernas de mi ex, ella se dispuso a limpiarse la leche que aun corría por sus piernas. Al ponerse el pantalón nuevamente y tras un breve beso en la cabeza de la polla de Esteban, le dijo que esperaba su llamada, a lo que este respondió:
– Quédate tranquila, estás casi dentro, yo te llamo y arreglamos.
Pasaron tres días y recibió la llamada de Esteban para citarla nuevamente en su oficina. Marta, casi convencida de que el trabajo era para ella, decidió presentarse a dicha cita. Cuando llegó a la oficina sabía que debería volver a tener sexo con Esteban y no le preocupaba, así que mientras se esperaba se imaginaba chupándole la polla nuevamente.
Cuando por fin, tras unos treinta minutos de espera, le anunciaron que podía pasar, que la estaban esperando en la oficina. Y así lo hizo, cruzó la puerta y saludó cortésmente a su futuro jefe. Después del saludo pertinente Esteban le comentó que había hablado de ella y que solo faltaban detalles para su incorporación en la empresa, pero que entendiera que la decisión no era solo de él y que este tipo de decisiones se consensuaban entre él y sus dos socios. Marta no entendía y pensó que solo se trataba, una vez más, de un trabajo que no iba a obtener. Sin embargo Esteban le propuso que si ella estaba dispuesta a mantener una entrevista con las otras dos personas, él creía que podría llegar a convencerlos. Marta aceptó sin dudar, pensando que solo se trataría de una entrevista más y que solo cambiaria la cantidad de entrevistadores. Concluida la reunión acordaron encontrarse al día siguiente en la misma oficina.
Al día siguiente, para su sorpresa, se encontró no con dos si no que con tres hombre de mediana edad, el promedio de unos 40 años y al contrario de lo que había pensado, la reunión comenzó siendo totalmente informal, con preguntas y chistes en común y cuando el ambiente se distendió por completo, uno de ellos, el de más edad le comentó que Esteban había quedado muy conforme con la primera entrevista y que ellos pretendían opinar lo mismo que él. Ahora mi ex sí había entendido de que se trataba la reunión y cuando uno de ellos se levantó y cerró la puerta con llave, no dudó en que lo que le proponían era tener sexo con los tres hombres.
Casi no tuvo tiempo de pensar cuando uno de ellos, un tal Abel, la tomó de la cintura y comenzó a besarla mientras intentaba quitarle la blusa, a lo que ella no se resistió, mientras los otros dos solo miraban. Después el hombre le pidió que se quitara el pantalón y que le practicara sexo oral. Ella, casi por instinto, se arrodilló y le desabrocho el pantalón a Abel hasta lograr sacarle la polla fuera y colocársela en la boca.

Mientras le chupaba la verga suavemente, los otros dos se colocaron detrás de ella y comenzaron a desvestirse y una vez desnudos, rozaban sus pollas en las piernas de Marta, hasta que sintió que uno de ellos la penetraba por detrás lo que le provoco un espasmo de placer que reflejó en hundir más la polla de Abel en su boca.
Mientras pensaba en lo que había ido a buscar, se encontraba chupándole la verga a un tal Abel y penetrada por otro hombre. La verdad es que era algo que siempre había soñado.
Tras varios minutos de tener la polla de uno en la boca, le pidieron cambiar de posición y así otra verga, la que le había estado penetrando el coño, entraba ahora en su boca, mientras Abel decidió follarla de espaldas. Cuando el tercer hombre entró en acción notó que era el más viejo de los tres, pero era el que más grande tenia la polla, así que instantáneamente se metió su verga en la boca y comenzó a chupársela mientras recibía la leche de uno de ellos en toda la cara.
Tras cambiar varias veces de posición, sintió como cada uno de los tres se corrían en su cuerpo y le metían las pollas en la boca para las dejara bien limpias. Después de casi dos horas de follar con los tres en diferentes posiciones, sonó el teléfono de la oficina y nadie atendió la llamada, pero como insistían, el mayor de ellos decidió coger el teléfono, pero también decidió que Marta le continuara chupando la polla mientras hablaba con un posible cliente.
Cuando todos estaban satisfechos de follarse a una mujer de 36 años, decidieron terminar la reunión comentándole que el trabajo era para ella, pero que ellos se la iban a follar cuando lo necesitaran y que si aceptaba participar con ellos en estos encuentros mañana mismo comenzaría.
Para sorpresa de todos, Marta rechazó el trabajo y les dijo que lo había pasado muy bien pero que esas no eran las condiciones en las que quería trabajar y que no estaba segura de poder satisfacer a los tres en cualquier momento, así que sin comenzar la tarea les presentó su renuncia al cargo de recepcionista.

Esto es más o menos lo que me contó Marta y a decir verdad a mí me excitó mucho. Espero la próxima entrevista, que confié en mi y me vuelva a contar su experiencia.
Hasta otra. Saludos.