Relato erótico
Mejor no apostar
Tiene un amigo que es un ligón y muy golfo. No sabe ni cómo llegaron a esto, pero hizo una apuesta a que no se follaba, ni a su novia, ni a sus amigas.
José Luís – Málaga
Quiero contaros una experiencia que he vivido. La verdad es que yo siempre he sido muy morboso. Me encanta saber los detalles y sobre todo ver esos detalles. Tengo una novia increíble, delgada, 1,70, con un par de tetas redonditas y tiesas, además de una cintura súper delgada, un trasero realmente brutal, y tiene 23 años, igual que yo. Antes de salir conmigo, ya había tenido experiencias sexuales.
Mis amigos me envidian mucho, ya que es rarísimo que una belleza como ella esté con un tipo como yo. No me voy a describir pero si diré que mi novia es como una modelo que anda con un “cualquiera”. No me importa admitirlo pues ella está conmigo y no os imagináis lo que le hago en la cama. O sea que no me importa lo que digan. Es una chica muy caliente y si mientras follamos, la insulto o le digo groserías, se pone como una moto.
Tengo un amigo que es un ligón nato, siempre que va una fiesta o a una discoteca se lleva a la tía que quiere a la cama. Según él no hay quien se le resista.
Un día aposté con él a que no se podría ligar a ninguna de las amigas de mi novia, ni pos supuesto a mi novia. Llegó el día de la fiesta y de inmediato le apunté hacía mi nena. Yo sabía que perdería seguro, pues ella no es tan golfa. Solo lo es conmigo. Además no quería perderme detalle de cómo la iba a seducir, cosa que me excitaba y tenía la polla a tope de imaginar que ella cedía y terminaba de rodillas tragándose la polla de mi amigo.
Pero también le di dos opciones más de chicas que sabía eran imposibles. Una estaba casada y la otra era muy tímida. Las tres, incluida mi chica, eran esculturales, de tetas grandes, cabellos largos, piernas y culos de ensueño.
Desde lejos empecé a observar cómo las estaba atacando al mismo tiempo. Les hablaba, las rozaba y parecían no notarlo. De pronto el tío salió del lugar con la casada. Por un instante se me perdieron, pero logré verlos que caminaban hacía fuera de la fiesta, al fondo de un jardín.
Los seguí y pude ver como Manuel la estaba besando a fondo además de tocarla por todas partes. Ella se dejaba hacer como si estuviera con su esposo. Pronto él le cogió la mano, se la llevó hasta su polla sobre el pantalón y ella, ni corta ni perezosa, se lo empezó a sobar, aunque no tardó en sacárselo y comenzó a masturbarlo. Ella miraba hacia la fiesta para saber si alguien la estaba viendo cuando Manuel la empujó un poco hacía el lado más oscuro del jardín y la hizo agacharse. Entonces ella, comenzó a tragarse la polla de Manuel, que le acariciaba el cabello mientras movía la cintura como si le follara la boca. La verdad es que Manuel era un experto porque no había pasado ni una hora y ya la tenía a tiro para regarle la cara de leche. De pronto, alguien entró en el jardín. Se quedaron petrificados, pero ya no había nada que hacer. Era mi novia, que los pilló “in fraganti”.
Ella no dijo nada, volvió a la fiesta y los dos amantes del momento se arreglaron y volvieron a la fiesta.
Por supuesto Manuel volvió a las andadas, y fue por la otra amiga. Mi novia y la casada se dieron cuenta y los siguieron, yo fui detrás de todos ellos, pero la única forma de ver el interior de la habitación donde se habían metido era desde el balcón de al lado. Salté como pude y miré el panorama.
Me quedé de piedra al ver a Isabel y mi chica sentadas en la cama mientras Carmina, de rodillas, se la chupaba a Manuel.
No podía creerlo pero Carmina se la chupaba como una posesa y entonces Manuel les hizo señas a las dos para que se quitaran la ropa, cosa que hicieron mientras miraban, luego las hizo arrodillarse frente a él y que se la mamaran por turnos.
Mi chica era la última y yo rezaba para que no lo aceptara cuando le tocara su turno. Primero Carmina, que ya tenía la garganta acomodada para la enorme verga de Manuel, luego Isabel que ya la había probado, y llegó el turno de mi novia que se quedó mirando la dimensión de la polla de Manuel. Cuando éste la cogió de la cabeza para hacérselo tragar, llamaron a la puerta. Las tres chicas se asustaron pero Manuel las calmó. Él mismo fue y abrió la puerta. Se trataba de sus dos amigotes. Uno era un bastante fuerte, bajito. El otro rubio altísimo. Ambos entraron y sonrieron al ver a las tres arrodilladas frente a la polla erecta de Manuel. Las tres chicas se miraron y ya no había nada que hacer. Los dos tipos comenzaron a quitarse la ropa y acercarse hacía la chica que más les gustara y sin ningún problema ahí estaban los tres con sus pollas metidas en cada una de las boquitas de estas tres bellezas.
Mi novia se la estaba mamando al chico bajito con una polla bastante gruesa, Isabel a Manuel y Carmina al rubio. Todo parecía como en una película porno. Ellos iban cambiando de boca para probar a cada una de las tres putitas que tenían en frente y cada chica probó las tres vergas. Después de un rato comenzaron a follarlas de una forma brutal.
Cada uno buscaba las mejores posiciones para perforarlas. Mi chica estaba siendo partida por la mitad por la tranca del bajito que la tenía a gatas y se metía a fondo. El rubio estaba sobre Carmina abriéndole las piernas y dándole manguera como una maquina. Isabel estaba sobre Manuel cabalgándolo. Yo estaba atontado mirando aquello, ya que habían sucumbido a los encantos de Manuel y de “propina” a los de sus amigos.
Nuevamente cambiaron de pareja. Ahora mi chica estaba sobre la verga del rubio alto cabalgándolo como lo hacía conmigo dándome la espalda, el tipo la tiraba del cabello para que bajara y subiera a su ritmo. Carmina ahora estaba a cuatro patas y creo que el bajito la estaba follando por el culo.
Isabel estaba en el borde de la cama con las piernas abiertas mientras Manuel la perforaba.
Lo hicieron durante una hora. Fue una orgía tremenda, pues siguieron cambiando de parejas hasta que cada uno descargó sobre las tres chicas.
El bajito se corrió sobre los pechos de Isabel, que se los apretaba para bañarlos con semen, Carmina era chorreada por los líquidos del rubio que acababa de follarla por el culo. Y mi chica estaba mordiendo las almohadas mientras Manuel le soltaba un buen lecherazo en el culo.
Después de descansar un rato y arreglarse un poco, el bajito salió junto con Isabel, el rubio con Carmina y Manuel se quedó con mi chica.
Desnudos en la cama él la invito a ducharse. Ella aceptó y yo la odiaba porque eso era lo que hacíamos juntos. Desde el balcón no podía ver lo que hacía pero oía los gemidos de ella. Seguro se la estaba follando de nuevo bajo el agua.
Salieron y comenzó a follarla sobre la cama. Ella estaba en otro mundo, estaba guapísima mientras le pedía más polla a Manuel, su sudor manchaba la cama y apretaba los dientes al ser penetrada una y otra vez. La amé en ese momento. Ella lo cabalgó, luego dejó que se la metiera nuevamente por el culo.
Un rato más Manuel se detuvo y sacó su verga de ella, la hizo arrodillarse y él se puso de pie. Ella comenzó a chuparle la polla y él la follaba por la boca. Mi chica no dejaba de mirarlo mientras Manuel disfrutaba con la súper mamada de mi hermosa novia. Cuando estuvo listo para eyacular le sacó la polla, comenzó a meneársela y de un momento a otro explotó sobre la carita de ángel de mi chica. La bañó totalmente y luego se la restregó por todo el rostro. Ella lo lamió hasta dejarlo limpio, luego él le tocó la cabeza como si se tratara de un animalito que hizo bien se trabajo y ella le sonrió.
Luego ella fue al baño mientras Manuel se vestía y al salir, mi chica le dio un papel. Me imagino que el número de teléfono o algo así. Y salieron juntos.
Yo me quedé un rato más en el balcón. Luego bajé, lo busqué, lo felicité y le di su billete.
– Yo nunca pierdo esto – me dijo el cabrón.
– Qué suerte tienes – le dije yo.
Mi chica me encontró al rato y se hizo la tonta. Seguí como si nada, pero luego en su casa le conté todo lo que había visto. Ella se alarmó pero yo la tranquilicé diciéndole que todo estaba bien, pero que de ahora en adelante esperaba que no se dedicara a follar con otros.
Es fácil imaginar lo que vino después. Ya habrá tiempo para contarlo en otras historias, porque cuando la vi convertida en una verdadera zorra, no iba a dejar pasar esto por unos celos estúpidos. No, nada de eso. Esto es para aprovecharlo, pero ya lo contaré en otra ocasión.
Saludos.