Relato erótico
Mejor de lo previsto
Iba a pasar el fin de semana con su “follamiga”. Había programado un fin de semana de sexo a tope y pensaba incorporar algún juego erótico o, mejor dicho, de sexo salvaje.
Ignacio – Madrid
Antes de salir la llamé por teléfono y le dije que llevara algo cómodo. Cuando llegó lo cierto es que me sorprendió, había entendido a la perfección lo que quería decirla (tráete algo con lo que te pueda meter mano fácilmente…). Como la cosa pareció ir tomando color, nada más llegar le pregunte si tenía ganas de que jugásemos en el viaje, a lo que me contestó que para eso salíamos, para divertirnos, así que inicie el viaje bastante convencido de que sería el típico viaje que nunca olvidaría. Una vez en la carretera posé mi mano en su entrepierna y la acariciaba despacio, nos quedaban muchos kilómetros por delante y quería que fueran todos ellos divertidos.
Al salir de Madrid la cosa empezó a animarse, le fui subiendo la camiseta que llevaba y quedaron al aire esos preciosos pechos que tiene y a medida que la tocaba parecía disfrutar más y más de aquello. Los camioneros se intentaban poner a nuestro lado ya que no creían lo que veían, una preciosa chica con las tetas al aire que les miraba con descaro a medida que les adelantaba. Con todo eso ya habíamos avanzado unas horas por lo que nos dispusimos a parar. En la gasolinera estaban los típicos trabajadores de pueblo, de los que cuando ven una chica de ciudad, más llamativa de lo normal, no hacen más que mirarla de arriba abajo babeando.
El caso es que ahí fue cuando la propuse el segundo juego: Comprar una revista porno mientras yo estaba en el baño, pero debía hacerlo calentándoles lo máximo posible. No sé como lo haría pero el caso es que cuando salí ella estaba con una sonrisa de oreja a oreja y ellos no dejaban de mirarla y babear más si cabe. Luego me contó en el coche que cuando la fue a pagar les preguntó si en ella aparecían buenas pollas y que los chicos le dijeron que creían que sí; pobrecillos, se quedaron tan cortados que no supieron que decirle. Al salir de la gasolinera el destino nos jugó una pasada, pues estaban aparcados dos de los camiones que adelantamos con anterioridad, se quedarían con la matrícula del coche y al verlo aparcado nos decidieron esperar fuera para volver a tener otra ración de lo mismo o algún postre similar.
El caso es que se nos acercaron y directamente nos dijeron que en el camino habían visto algo que les interesaba volver a ver. Así fue como empezó mi tercera prueba. Le dije que quería se metiera en la cabina del camión más grande, que quería grabarla en video mientras les enseñaba otra vez las tetas a los camioneros. Ellos reían creo sin creer del todo lo que estaba pasando y ella después de dudar, accedió a mi tercera prueba. Una vez en la cabina, con la cámara preparada, empezó el espectáculo con las miradas clavadas de nuestros dos invitados, poco a poco se fue quitando la camiseta y quedó de nuevo con sus preciosas tetas al aire, duras y desafiantes a las miradas de los dos atónitos camioneros.
A esas alturas yo ya tenía claro que así no saldríamos del camión a no ser que mi chica les recompensara con algo más, de todas formas yo estaba encantado con la grabación y ellos tres cada momento más calientes, así que cuando el más mayor se tiró a chupar las tetas de Ester, casi no hubo replica de ella y por mi parte lo único que hacía era moverme para enfocar mejor. El joven me miraba y preguntó si no iba a hacer nada a lo que le contesté que lo estaba haciendo y que no quería cansarme aun que el viaje era muy largo. Eso fue el detonante, los tres se liaron en un sinfín de gemidos y magreos que se interrumpieron cuando el mayor se sacó un aparato gordísimo, en ese momento hubo unos segundos de tensión y silencio, pero Ester no dejó que durara mucho pues se lo metió en la boca de sopetón dándole una mamada de impresión.
Por lo prieto del lugar, el joven tuvo que esperar su turno que no tardó en llegar, pues le viejo se corrió en menos de tres minutos quejándose a gritos por no poder aguantar más tiempo. Lo que nos sorprendió a todos fue la cantidad de leche que tenia pues no podía dar abasto con lo que salió y la dejo totalmente empapada la cara, cuello y tetas. El joven estaba aún más caliente que el viejo y cuando empezó a chupársela, ya estaba casi a punto porque tampoco duró mucho más que el anterior, llenándola también de leche bien espesa y calentita. Ahora era otra cosa lo de salir del camión, pues las fieras habían saciado su apetito así que tras unos minutos de descanso nos despedimos y bajamos de la cabina, nos metimos en la gasolinera para que se lavara.
Al salir los camioneros nos gritaban que a 200km había una gasolinera que estaba muy bien, a lo que Ester les contestó si ya estarían otra vez preparados entre risas y ellos devolvieron las risas recomendándonos que fuésemos despacio y con cuidado. En los siguientes kilómetros Ester no hacía más que mirar la cinta de la cámara y decirme que había sentido y como lo había pasado, que lo que la tenía mosca es que no hubiera querido participar y no hacía más que preguntarme si estaba bien y porqué no participé, a lo que yo le contestaba que el viaje era muy largo y que habría tiempo de hacerlo.
Un rato más tarde llegamos a nuestro destino, un hotel en medio del monte. La idea era pasar unos días tranquilos y descansar del trabajo de Madrid, así que fuimos a dejar las maletas en la habitación, el botones era muy simpático ya que se ofreció para ayudarnos en lo que quisiéramos a lo que le contesté que seguro le avisaríamos. Mi idea real era calentarla durante todo el fin de semana, lo que pasa es que fui débil con los camioneros y ya no podía hacerme el fuerte (cosas de los calentones).
La primera noche quise seguir con el calentón y pedí al servicio que nos subieran fruta y un bote de nata, así que después de una ducha nos pusimos a ver el canal X del hotel y a esperar la cena que pedí subieran, el tiempo se nos hizo corto y sin darnos cuenta ahí estaba el chico de las maletas con un bote de nata y la cesta de fruta, le pedí a Ester que abriera (llevaba solamente el albornoz) y al recibir al chico no hizo falta decirle nada puesto que le hizo pasar hasta dentro y al dejar la fruta la tiró al suelo agachándose rápidamente para recogerlo, estaba junto al chico con el albornoz abierto y el culo en pompa, realmente preciosa con el pelo mojado, el chico no atinaba a ponerlas en la cesta de nuevo y ella cada vez con el escote más abierto.
Al terminar de colocar todo le comenté al chico que a las doce nos subiera una botella de cava. La preparé despacio, chupándole cada gota que se descolocaba, la até a la cama y llené de nata esperando que dieran las doce. Como un reloj el chico llamó a la puerta y le invité a pasar, allí estaba Ester llena de nata y fruta, atada a la cama totalmente abierta de piernas, jadeando, le pedí abriera la botella y le echara por encima, a lo que accedió y en un abrir y cerrar de ojos, dejaba caer pequeños chorros de cava sobre Ester, mientras ella gemía cada vez más fuerte. A media botella le pedí que nos dejara solos y que por la mañana nos avisara a eso de las diez pues queríamos desayunar en la habitación. Le vendé los ojos y la dejé un rato largo esperando, mientras seguí viendo la película. Se quedó dormida esperando y cuando dormía le quité la nata y fruta pero aproveché para escribir con carmín en su espalda “quiero follar”.
Por la mañana despertó con la llamada de recepción para subirnos el desayuno, en un par de minutos ya estaba en la puerta y ella entre el sueño y que no entendía por qué no le hice nada esa noche estaba algo desconcertada, al llamar la dije que abriera con una camiseta tapándose por delante y que no se tapara la espalda. Así lo hizo, y al dejar pasar al chico dejó al descubierto lo que la escribí por la noche. El chico ya no pudo más y educadamente nos preguntó:
– Disculpen los señores, veo que la señorita quiere follar y me pregunto si yo puedo hacer algo.
Ella rompió a reír y no comprendía él porque lo había dicho (pensó que era por lo de la noche) así que le contesté que bajara y que en breve le pediría algo. Al irse el chico le expliqué porque había dicho eso el chico y lo siguiente que tenía que hacer. Cogí la cámara y la conecte a la tele, llamé a recepción y pedí que subiera el chico con alguien que supiera de electrónica, puesto que tenía un problema con la televisión. Al rato aparecieron dos hombres con el chico (debían ser del servicio técnico del hotel). El caso es que les expliqué que quería ver lo que tenía grabado en la televisión así que se pusieron a poner cables y sintonizar, una vez terminaron di a play y se empezó a ver a Ester chupando la polla del camionero viejo, no podían quitar la vista y Ester tumbada en la cama con un vestidito escotado no hacía más que reírse.
Al poco paré la cinta y les di las gracias, cuando se disponían a irse les dije esperaran puesto quería saber si mientras grababa lo podía ver, no entendían nada, los cogí y les dije se pusiera uno a pie de cama conmigo, al chico le di la cámara y al tercero le pedí me dijera si se veía bien la tele, en un segundo yo tenía la polla fuera y me grababa el chico. Pedí al que estaba junto a mí se pusiera al otro lado, pues a la noche quería grabar a Ester con varios hombres y tenía que saber si entraban en el ángulo. Ni corto ni perezoso se puso al otro lado y se sacó la polla y me dijo que era por el bien de la grabación, para que se supiera todos los encuadres, reímos y Ester le dio de propina una mamada de las que hace cuando quiere lucirse, despacio pasaba la lengua mirando al la cámara, no era como la del camionero, esta vez lo hacía para disfrutar y lucirse.
Me retiré, cogí la cámara al chico e invité a los dos que se unieran a su amigo, pero que debían seguir las indicaciones del director.
Tuve a Ester chupando mucho rato a los tres, les obligaba a aguantar sin correrse y a no follársela, solo tocarla y dejarse mamar. Al rato les di dos opciones: follarla ahí mismo como yo quisiera o pedirle lo que quisieran durante nuestra estancia en el hotel y ella aceptaría lo que fuera mientras yo grabase la escena (parece fácil al elección pero si te la están chupando no es tan fácil). Dudaron un poco pero los tres eligieron esperar y elegir ellos, cosa que me agradó puesto que lo que quería desde que salimos de Madrid era tenerla lo más cachonda posible sin poder desquitarse, excitarla al máximo y que no dominara la situación. Así que se fueron dejándola bien calentita. Ella no entendía nada y no hacía más que gemir sola lo que provocó que terminarse con un dedo viendo la película pero no la dejé terminar, solo tocarse.
Ya se nos había hecho sábado al mediodía y Ester solo había tenido a los camioneros por completo, pero tampoco me preocupaba porque simplemente se la chupó, así que aun no había tenido la dosis diaria de polla que necesitaba. Cuando al fin salimos de la habitación fue para comer algo (que hacía falta), ella se puso un vestido bastante llamativo. Al llegar nos encontramos al chico que nos invitó a pasar a un reservado para estar más tranquilos, allí comimos exquisitamente y cuando nos disponíamos a salir, nos indicó un lugar para esa noche y así quedamos. Antes de subir nos dimos una vuelta por el hotel y sus jardines y allí encontramos a uno de los técnicos, nos invitó a pasear por los alrededores. Dando el paseo nos comentó que había elegido la tarde del sábado, el joven la madrugada y el más mayor eligió la mañana del domingo y que todos ya sabían cómo utilizar a Ester.
Me dijo que preparara la cámara y fuéramos al cuarto que llegaría al rato. Y así hicimos, hicimos la siesta y al poco sonó la puerta, fui a abrir y Ester se incorporó para ver qué pasaba. El hombre entró de sopetón, cerró la puerta de golpe y empecé a grabar. La cogía fuerte por los pelos y la obligaba a mamársela, ella gemía y se retorcía, le dio la vuelta, le arrancó la ropa y se la clavó directamente por el culo. Se la follaba con fuerza, al poco terminó corriéndose y la hizo comerse todo lo que caía. Llevaba dos días con la almeja a tope y aun no había disfrutado casi nada, siempre la dejaban a medias, cosa que a me encantaba, pues lo que quería es que cuando cogiera una polla se la follara a base de bien y a ese paso como pillara una…
Ester se quedó durmiendo hasta la noche y al despertar me volvió a decir que no estaba teniendo suerte y que no entendía nada pero que esperaba que después de esta noche pudiera terminar algo, pues estaba algo necesitada de un buen polvo. Cenamos y fuimos al lugar indicado, era una sala de reuniones en el hotel, el joven estaba allí y nos dijo que pondría algo de música que ella bailara y que yo lo grabara, se apagaron las luces y al poco apareció con un pañuelo largo y le tapó los ojos. Ella seguía bailando e hizo una señal, aparecieron cinco chicos de unos 25 años y entre los seis la desvistieron poco a poco, Ester notaba muchas manos y debía estar a cien porque ese iba a ser el momento que llevaba esperando dos días, una vez desnuda la tumbaron en un sillón de la sala y se la fueron follando por turnos, ella no podía gritar más, pues de desear una polla dentro tenía ahora sus tres agujeros y las dos manos con tanta carne como para saciarse una semana.
Los chicos se tomaron su tiempo y se la follaron varias veces cada uno, la rompieron el culo, llenaron de leche, incluso la hicieron tragarse la corrida de cuatro de ellos de una vez, haciéndola retenerlo en la boca para al final tragar toda la leche. Me encantó tenerlo en video, pues aun hoy nos lo ponemos en casa (debo decir que ella me comentó que se corrió un sinfín de veces). A la mañana siguiente nos quedaba el último polvo pero ella ya tenía otra cara, pues había tenido la dosis. Nos avisaron de que nos recogerían a las doce, que estuviéramos listos. Nos pasaron a recoger y nos llevaron al despacho del director, allí estaba el más mayor, de unos 45 años y el director de unos 50.
Nos dijeron que estaban al corriente de todo desde el primer día, pues el joven era el hijo del director y se lo estuvo contando todo desde el primer día, que su prueba iba a ser algo distinto, debía hacerlo con ellos dos pero que por cada vez que ella admitiera estarse corriendo, la penalizarían con unos amigos muy especiales y aparecieron 3 hombres que rondarían los 50 años. Empezaron haciéndola chupar despacio las dos pollas, bastante grandes y gordas, ella chupaba despacio y cada vez que intentaba acelerar la frenaban.
Los otros se la estaban machacando mirando el trabajo que hacía, entonces fue cuando descubrí otra faceta de Ester, le encantaba hacerlo con gente mayor, estaba gozando más que nunca, estaba como loca encadenando una serie de orgasmos sin sentido.
Era realmente increíble estaba follando a unos hombres que podían ser su padre y estaba como loca, disfrutaba más que con los jóvenes. Estuvo follándoselos cinco horas, ya no tenía ni cintas ni batería ni nada, pero me daba igual, ella estaba teniendo los mejores polvos de su vida.
Saludos