Relato erótico
Lo que menos esperaba
Le llamó una buena amiga con la que mantenía una relación de amistad “con derecho a roce”, y le propuso de ir a tomar unas copas a casa de Lucía, una amiga común. Fue una buena noche.
Abel – PALMA DE MALLORCA
Hola amigos de Clima, deseo compartir con vosotros algo que me sucedió hace dos meses. Los protagonistas de ello fuimos yo mismo, Abel, y el de ellas, pues eran dos, Pilar y Lucía, y ahora hago una breve descripción nuestra y de la relación que mantenemos. Los tres estamos en la treintena y tenemos buenos cuerpos. Yo soy de características normales, 1,75 m y creo que mi mayor atractivo para las mujeres son mis ojos, mis manos y mi velludo pecho.
Las dos chicas con las que viví esta experiencia se caracterizan por tener atractivos cuerpos, especialmente culo. Pilar es viuda, tiene un buen par de tetas y un culo digno de admirar, y pelo castaño, Lucía es soltera tiene un buen culo, tetas normales, y una carita de ángel que parece que no es capaz de decir una mala palabra, por cierto se viste muy sexy, y es rubia.
Mi relación con Pilar es de amigos, nos conocemos desde que éramos solteros, aunque mantenemos relaciones sexuales sin compromiso.
Lucía es amiga de Pilar desde la infancia, pero comparte un piso con otras dos chicas. A Lucía, de lo que conozco por conversaciones de Pilar, le gusta el sexo anal y es muy expresiva cuando hace el amor. Reconozco que alguna vez me he imaginado dándole por el culo a Lucía.
La historia se inició un viernes por la noche. Yo había llegado muy cansado del trabajo y me disponía a descansar, pero alrededor de las 10 de la noche me llamó Pilar para comentarme que ese día se había encontrado con Lucía y que decidieron ir a su casa para tomar algo y pasar el rato. Pilar me pidió que por favor la recogiera, y a la vuelta iríamos con un solo coche.
Cuando llegamos, estaban las dos compañeras de piso de Lucía con sus novios. Se quedaron un ratito, pero habían quedado con unos amigos y se marcharon.
Sobre las doce y media le dije a Pilar que podíamos irnos, pero me comentó que como habíamos bebido un poco, prefería quedarse a dormir en casa allí. Lucía, insistió y dijo que sus compañeras no iban a volver, por lo tanto había sitio de sobras. Por lo tanto, seguimos un rato más hablando y tomando unas copas.
Al cabo de una hora más o menos, de seguir bebiendo y conversando, Lucía nos acompaño a la habitación. Había dos camas grandes.
Entramos, nos sentamos en una de las camas y nos dimos un morreo, cuando Lucía nos vio, se rió y nos dijo que tuviésemos un poco de calma, que en un momento nos dejaba solos para que continuásemos.
Lucía estaba sentada en la otra cama, Pilar apoyada en mí, y yo dentro de las sábanas abrazando a Pilar. Las dos seguían vestidas hasta que Pilar le pidió a Lucía que le prestase una camiseta para dormir, ella le trajo una, Pilar se levantó y se cambió delante de los dos, dejándome ver su hermoso culo y el tanga negro que se le metía por el culo. Yo le di una palmada y ella me respondió con un beso.
Entonces Lucía nos dijo que se iba a dormir a la otra habitación, pero Pilar le insistió que se quedase dormir en la otra cama ya que quería seguir charlando, y como las dos estaban muy alegres, riéndose, dijo que bueno y se fue cambiar.
En cuanto me quedé solo con Pilar la comencé a besar, acariciándole el culo y ella, por el efecto del alcohol, perdió la noción de que estábamos en casa de Lucía y comenzó a hacerme una buena mamada mientras yo le acariciaba las tetas, cerré los ojos ya que Pilar se metió un poco de hielo del vaso en la boca y me la estaba mamando así. Es una sensación indescriptible sentir una boca caliente mientras simultáneamente te pasan un pedazo de hielo por los testículos, pero en el momento en que abrí los ojos vi a Lucía sentada en la otra cama arrimada a la pared mirándonos. Le dije a Pilar que parase ya que Lucía estaba en la cama de al lado, Pilar paró, se quedaron mirando las dos y sonrieron.
Mientras tanto yo seguía completamente excitado pensando en la cara de golosa que tenía Lucía cuando nos estaba mirando y decidí arriesgarme y comencé a acariciar las tetas de Pilar por debajo de la camiseta con movimientos suaves pero que se notaban, le pellizcaba los pezones y estrujaba suavemente sus tetas, y Pilar me miraba y me besaba, pero cada vez sus besos se fueron haciendo más apasionados hasta que decidí acostarla de lado pero frente a Lucía, es decir yo estaba detrás de ella restregando mi paquete en su culo, luego le cogí la mano y la dirigí a mi paquete, que estaba súper duro por toda la situación que estábamos viviendo.
Pilar me masturbaba muy suavemente mientras seguía hablando, hasta que me moví y me puse en tal posición que Lucía me pudiera ver desde la otra cama sin complicaciones, hasta el punto que no aguanté más hice a un lado el tanga de Pilar y le fui metiendo la polla desde atrás mientras ella seguía frente a Lucía, pero cerró los ojos y se le cortó la respiración mientras se la metía poco a poco, simulando que Lucía no se daba cuenta de nada. En ese instante Lucía apagó la luz, dijo que era hora de dormir, se metió en su cama, se puso boca abajo, se tapó con las sábanas y yo, con lo excitado que estaba me puse sobre Pilar y le comencé a bombear con fuerza. Gemía y suspiraba, y yo estaba seguro de que Lucía nos estaba oyendo. Quería que Lucía se excitase y deseaba que se uniera a nosotros. Yo no quería correrme ya que mi intención era estar listo por si Lucía se decidía. En ese instante Pilar tuvo un profundo orgasmo y quería darle por el culo pero ella me dijo:
– No mi amor hoy no, a Lucía le encanta por el culo.
Lucía oyó eso y solo dijo:
– A mí no me molestéis, yo estoy durmiendo.
Nos reímos los tres, pero yo aún no me había corrido y seguía con mi polla en todo su esplendor y más aún sabiendo que las cosas se estaban poniendo a punto de montar un trío. Entonces me atreví y le dije a Lucía, que viniera a nuestra cama y ella aceptó en silencio. Al poco rato le metí uno de mis dedos en el coño, estaba húmeda, así que decidí empezar a tantearle el culo. En cuanto vio mi intención, abrió más las piernas y sacó más su culo, mientras yo, con la otra mano, acariciaba sus tetas, de pezones bien erguidos y de un tono rosado que apetecía no solo chuparlos sino morderlos, masticarlos.
Al final no resistí más y me puse sobre ella, pero Lucía sin decir ninguna palabra, se puso a cuatro patas, cogió mi polla y se la comenzó a pasar por la entrada de su coño dándome a entender que se la metiera primero por allí, mientras ella mismo se acariciaba el culo.
Estaba disfrutando como un cerdo, me la follaba despacito y aprovechado la ocasión ya que posiblemente no volvería a tener una oportunidad como aquella.
Lucía seguía dilatándose el culo, y vi como se metía dos dedos por el culo. Después de un rato de follarle el chocho, la saco de allí y ella misma se la colocó a la entrada del culo. Yo fui presionando poco a poco hasta que logré metérsela toda, y en ese instante me quedé sin moverme hasta que el culo de Lucía se acostumbró a su nuevo intruso, y fue ella quien fue tomando el ritmo hasta llegar a un movimiento en el cual nuestros cuerpos sonaban en cada empujón que le daba hasta el fondo. Lucía gemía cada vez mas fuerte y mordía la almohada, yo le acariciaba las tetas y el clítoris, sintiendo en mi mano como se corría. Los dos nos corrimos de golpe, y note como su culo se llenaba de leche y le resbalaba por los muslos.
En ese momento busqué a Pilar y vi que ella se había colocado detrás de nosotros para tener una mejor visión y perspectiva del sexo anal que acababa de realizar con Lucía. Pilar me besó apasionadamente y le dio un beso en la espalda a Lucía y una palmada en el culo. Con Pilar regresamos a nuestra cama e hicimos el amor nuevamente, sabiendo que hacía poco acababa de hacer el amor con su amiga de la infancia. Pilar estaba totalmente mojada y cuando la acariciaba podía sentir que tenía incluso sus muslos mojados por lo que intuí que ella se había masturbado mientras yo enculaba a Lucía.
Pilar estaba sobre mí y se movía desenfrenadamente como queriendo sentirme muy adentro, pero me pidió que cuando estuviera a punto de correrme la avisara ya que ella deseaba que me corriera en sus tetas. A los pocos minutos le embadurnaba el cuerpo de leche.
Al siguiente día me desperté solo en la habitación, ya que Pilar y Lucía estaban en la cocina preparando el desayuno, tome un baño pensando en lo sucedido esa noche y cual sería la reacción de los tres al vernos. Al salir me llamaron para desayunar, pero nadie habló sobre lo sucedido, conversando sobre otros temas. Al momento de despedirnos Lucía me dio un beso en la boca y nos quedamos mirando directamente a los ojos por un largo rato sin decir palabra, sonreímos, me acarició la cara e hizo que girase mi cara hacia Pilar, que estaba al lado de nosotros, e hizo que nos besáramos.
Con Lucía hasta hoy día no hemos hablado de lo sucedido y seguimos siendo buenos amigos, pero con Pilar seguimos siendo amigos con derecho a roce y tratando de cumplir nuestras fantasías.
Saludos a todos los lectores.