Relato erótico
Llegó, me beso y…¡Follamos!
Lo conoció por internet y se hicieron amigos. Llevaban dos años y medio “tonteando” hasta que al final lo convenció de que fuera a verla a Barcelona. ´Hablaron, se gustaron, todavía más y echaron unos polvos inolvidables…
Anabel – Barcelona
Por fin llego el día, después de dos años y medio en que conocí a un cyber amigo, ¡fue el mejor fin de semana de mi vida! La verdad es que no podía creer que un chico como él quisiera conocerme, era demasiado perfecto, no es porque sea fea, sino que si quería, podría salir con “chicas 10”, y yo, precisamente, soy todo lo contrario.
Estoy gordita, aunque la foto que tenía colgada era una de las mejores, ya que muestro mi escote, mis senos son bien redonditos y provocativos, y en ellos más de uno se pierde.
Bueno, así nos pusimos en contacto y comenzamos a conversar, nuestra amistad creció poco a poco, el chico no solo era guapo por fuera, sino por dentro, una excelente persona, era súper cómodo conversar con él, de cualquier tema, el chico (mi príncipe como suelo decirle) no tiene ningún tipo de tabú, es por eso que más de una noche conversando por teléfono hablábamos de lo que nos gustaba en la cama, y creció en mi el deseo de tener sexo con él. A veces me confundía porque lo considero uno de mis mejores amigos, pero no quería enamorarme de este chico con el que solo hablaba por teléfono.
Hace un mes lo invite a venir a mi casa, aprovechando que me quedaba sola, toda mi familia se iba de viaje y planifique una fiesta, había dicho que no podría venir, y yo estaba resignada. El día anterior a la fiesta, mi mejor amiga y yo lo llamamos para convencerlo que se podía venir con el novio de ella (viven en la misma ciudad) y que como se quedaría en mi casa no habría problemas.Por fin, lo convencimos.
Estaba feliz, ¡no podía creerlo! El chico que tanto adoraba estaba a punto de llegar a mi casa en unas horas, era increíble la confusión que tenía en mi cabeza, porque estaba feliz porque vería a mi amigo, pero confundida porque si llegábamos a tener sexo esa amistad peligraría.
La mañana de la fiesta, con mi príncipe en camino me fui de compras con mi mejor amiga, y paramos en una tienda de ropa interior. Ella estaba comprando lencería sexy porque vería a su novio después de cierto tiempo y yo también me compré un conjuntito sexy, por si pasaba algo con mi príncipe, estaba preparada.
Cuando por fin llego, la emoción de verlo calmó mis temores. Salió a flote el cariño de amigos, más que el deseo, pero que guapo estaba. Mide 1.81, mucho más alto que yo, atractivo y con una sonrisa de ensueño. No podía creerlo. Llego el momento de la fiesta y fue todo de maravilla, picamos algo de comer y bebimos más de la cuenta.
Cuando todos se fueron le dije que podía dormir en mi habitación y yo lo haría en la de mi hermano, pero quería enseñarle algo antes de despedirnos. Fui al baño y me puse la lencería que me había comprado y se la enseñé.
Se volvió loco, se nos olvidó que habíamos pactado que no pasaría nada para proteger la amistad y nos ganó la borrachera. Me dijo que tenía unas tetas hermosas y un culo divino.
Yo no podía con la excitación, seguía tocando mis tetas, su cara de vicio me tenía flotando, me quite el tanga y quedé desnuda para él. Me dijo que quería que le hiciera una mamada, me sentó en la cama, y comencé a mamársela. Había fantaseado muchas veces con chupársela y lo estaba haciendo.
Me agarró del pelo y sujetaba mi cabeza con fuerza para follarme la boca. M estaba ahogando, pero me encantaba. De pronto me dijo:
-Quiero que te toques mientras me la chupas.
Por supuesto obedecí. Estaba mojada y con ganas de que me follara. Debió notarlo, porque, levanto mis piernas, las llevó a sus hombros y me penetro. Yo estaba en el cielo, la excitación era indescriptible, esa es mi posición favorita porque la penetración es profunda.
Después de follarme un rato en esa posición, me colocó de cuatro patas y me daba golpecitos en las nalgas mientras su polla entraba y salida de mí chocho. Me corrí por lo menos cuatro veces. Me monte sobre él y con las pocas fuerzas que me quedaban, y lo cabalgue como una loca.
Cuando me dijo que estaba a punto de correrse, me puse de rodillas y se la chupé hasta que me lleno la boca de leche.
Cuando soltó su última gota, nos bañamos juntos y luego nos fuimos a dormir. Yo fui a dormir al cuarto de mi hermano, para evitar despertares incómodos, ambos sabíamos que había sido una locura, muy divina pero una locura porque pondría en peligro nuestra amistad.
El día siguiente transcurrió con normalidad, fuimos a la playa con mi amiga, su novio y mi prima y no hablamos de lo ocurrido la noche anterior. Por la noche, fuimos a cenar, a tomar unas copas y cuando llegamos a casa fue inevitable y hablamos del tema, el me dijo:
-¿Te gustó lo de anoche?
Le contesté que me había encantado y que incluso, me daba hasta vergüenza estar tan mojada. Él soltó una carcajada muy habitual en él, entre macabra y traviesa. Y sin darnos cuenta, volvía a tener su polla en la boca. Se la chupaba como si no hubiese mañana, utilizando mi lengua, metiéndola toda hasta el fondo de la garganta.
Fue una locura, sabíamos que al día siguiente nos despediríamos sin saber hasta cuándo y aprovechábamos hasta el último momento.
Al día siguiente partieron de nuevo, y nos despedimos como si nada hubiese pasado, le di las gracias por haber venido y nos dimos un beso. De esto hace un mes, y hemos llegado a la conclusión de que somos muy buenos amigos y muy buenos amantes, pero que debido a la distancia, sería mejor que no descartáramos el conocer a otras personas. Para mí siempre será mi príncipe, mi mejor amigo y mi mejor polvo, de momento.
Saludos a todos.