Le arreglé el enchufe y algo más

Vivia en el piso de arriba y aunque se habia cruzado con ella en el ascensor, nunca le habia llamado la atención, hasta que un día se la encontró en su casa, hablando con su madre. Al dia siguiente lo llamó por teléfono para pedirle si podía subir a arreglarle un enchufe…

Sergio – Málaga

Hola, me llamo Sergio, tengo 21 años y soy de Málaga. Vivo en una comunidad de vecinos normal, vaya como todas.
En el piso de arriba, vive una vecina con sus dos niños y su marido que está toda la semana fuera y viene a verlos los fines de semana.
Alguna vez había pensado en eso pero nunca me había atraído demasiado aunque es la típica rubia y con un cuerpo bastante aceptable, pero un día cuando entré en casa estaba ella allí hablando con mi madre y me quedé mirándola, sería por su ropa pero pude percibir que tenía unas tetas perfectas, y no estaba nada mal en general, estaba quejándose de que su marido pasara tanto tiempo fuera. Cruzamos un par de miradas y no sé, pero empecé a mirarla de otra forma.
Esa misma tarde bajo a pedir una cosa que necesitaba, le abrí la puerta y me dijo que si podía subir un momento para mirar un enchufe que tenia estropeado y lo necesitaba por lo que no podía esperar a que viniese su marido, le dije que si que en ese momento no podía pero que cuando pudiese subiría.
Al día siguiente estaba en casa solo y recordé lo del enchufe y subí para ver si estaba. Eran las once de la mañana, llame al timbre y me abrió vestida con un trajecito suelto de estar por casa y tal como llegue me fije en ella volviendo a cruzar aquellas miradas del día anterior. Me enseñó el enchufe y se lo arreglé sin problemas.
Me invitó a tomar una cerveza y nos sentamos en el sofá y empezamos a hablar. Me dijo que como su marido no estaba en casa durante la semana, a veces se estropeaban cosas y no podía esperar hasta que el volviera, que no veía a los niños, etc. etc.
No se como se me ocurrió pues tampoco tenía confianza con ella como para hacer esa pregunta pero le dije:
-Oye estaba pensando, ¿Duermes sola todas las noches, no echas en falta a un hombre en tu cama?
Respondió rápidamente:
-Si pero eso lo arregla mi marido cuando viene el fin de semana.
Me dejó un poco cortadillo y dije:
-Perdona pero era una pregunta un poco tonta.
-No te preocupes no me ha molestado, pero oye, ¿porque no te vienes alguna noche a solucionar ese problema?
-Pues mira no se si estaba pensando eso cuando hice la pregunta pero no me importaría en absoluto.
Hacía un rato que me miraba fijamente y a mí eso me excita muchísimo así que dije,
-Mira mejor me voy porque si no voy a meter la pata.

– ¿Tú crees que vas a meterla?, mira yo me he fijado en ti muchas veces pero soy una mujer casada y nunca he pensado en ser infiel, lo que pasa es que ahora me he enterado que mi marido tiene un lío y quiero pagarle con la misma moneda, pero claro para eso también tienes que querer tú porque yo quiero hacerlo y disfrutarlo no solo por despecho.
Me acerqué a ella y le di un beso muy suave en los labios, al cual ella respondió con otro pero no tan suave, en un momento nuestras lenguas estaban jugando entre sí.
Seguimos besándonos en la cocina y mis manos comenzaron a acariciar su cuerpo por encima del vestido que era muy suave y suelto, ella no hacía nada solo besarme y temblar, me separé y le dije:
– Si no estás segura mejor dejarlo antes de que pase algo.
Dijo que no y seguimos besándonos y le acaricié las tetas por encima del vestido, estaban duras y se le notaban los pezones duros y erectos. Bajé de nuevo mis manos y comencé a metérselas por debajo del vestido acariciando sus piernas hasta llegar a sus nalgas y la acaricié.
Cuando notó que intentaba meterle el dedo en el chocho, dijo:
-Me da vergüenza, es que cuando me toques vas a notar que estoy mojada como si fuera la primera vez que me meten mano…
Le di un beso en la boca y le dije:
– Pues eso es lo que más me gusta del mundo…
Dicho eso puse mi mano en todo su coño por encima de las bragas y noté que era verdad lo que decía, la tela estaba empapada, ella soltó un gemido y buscó con su mano mi paquete acariciándolo sobre el pantalón e intentando liberarlo. Yo quité mi mano de allí y comencé a bajarle el vestido y la fui desnudando hasta poder ver sus tetas que me volvían loco, cuando lo hice comencé a pasar la lengua hasta llegar al pezón y cuando lo tocaba, notaba como se retorcía, estaba realmente muy caliente y a mí me estaba poniendo igual…
Estuve mucho rato chupandole los pezones y mientras lo hacía le acariciaba el chocho, acariciaba su raja de arriba abajo y le froté el clítoris. Le bajé las bragas, quería tenerla completamente desnuda, ella también me quitó la camisa y bajó mi pantalón quedándome en calzoncillos que también estaban manchados por mi excitación…
Ya habíamos pasado de la cocina a la habitación, la tumbé en la cama y me puse encima de ella comenzando a besar todo su cuerpo, desde su boca hasta sus pechos, su vientre, sus piernas, subía con mi lengua por sus piernas lamiendo el interior de sus muslos y cuando llegué hasta su rajita cerró las piernas y dijo:
-¿Ibas a hacer lo que yo creo?

– Pues si, quiero comerme todo tu cuerpo…
-Te voy a decir algo, nunca me lo han hecho, eso a mi marido le da asco, y nunca lo hemos ni siquiera intentando, yo volví a bajar hasta sus pezones y dije:
-Alguna vez tiene que ser la primera, llegué de nuevo hasta su coño abrí un poquito sus piernas y comencé a comérmelo despacito, cuando llegué hasta su clítoris posé mi lengua sobre el, lo apreté con la punta de mi lengua y ella tuvo su primer orgasmo…
Noté como se retorció y dio un grito ahogado que hizo que casi me corriese yo también, subí hasta su boca besando de nuevo todo su cuerpo en mi recorrido y me besó con pasión diciéndome, que habia sido el mejor orgasmo de su vida.
Entonces me coloqué a su lado y le metí la polla en la boca, me la chupaba, la mamaba, me acariciaba los huevos, era una verdadera experta cuando tenia una polla en la boca. No tarde mucho en correrme, no habia tenido tiempo de avisarla, pero no tuvo ningún problema en paladear mi leche, aunque luego la escupió en un pañuelo. Justo cuando se estaba incorporando, llamaron a su móvil, era su marido, le dijo que estaba entrando en la ciudad y que pronto llegaría a casa.
Me arregle a toda prisa, ella se fue a la ducha y nos despedimos con un beso. Por lo visto, a su marido le habia surgido un problema en el banco y tuvo que venir un dia antes.
Por supuesto, continuamos viéndonos y la historia ya va durando unos siete meses.
Hasta pronto.