Las mujeres me apasionan

Es un mujeriego y lo reconoce. Aunque tiene pareja no lo puede evitar. Trabaja de comercial de ropa femenina y está en contacto con clientas a diario.

Miguel – OVIEDO
Hola Charo, mi nombre es Miguel, soy lector habitual de tu revista y no es la primera vez que te escribo. Soy de Oviedo, tengo 36 años y estoy separado aunque vivo con una mujer de 23 años con la que voy a tener mi primer hijo en un par de meses. Soy muy mujeriego y debido a mi profesión conozco muchas mujeres al cabo del día y con alguna cae algo más que negocios. Soy comercial y llevo ropa interior muy sexy en muchos comercios, sobre todo lencerías y es de una de ellas de quien quiero hablarte.
Tengo en Oviedo varias clientas, pero hay una que me tiene loco y esa es Chon. Es una mujer casada de unos 45 años, rubia de bote con mechas, con algún kilo de más ya que mide 1,50 aproximadamente y es bastante gruesa. Tiene unos muslos gruesos y preciosos, un culo tremendo, gordo y salido, que cuando lo veo me vuelvo loco. Su cara es bonita y tiene unas tetas que son una locura pues son gordas y enormes ya que usa la 160 y cuando hablo con ella mis ojos siempre van a su escote admirándolas.
A Chon casi la veo a diario ya que vivo cerca de su negocio y muchas veces paso a verla por la lencería por si necesita algo. Una tarde llevé un catálogo de corsés y medias empezando a charlar de esa ropa indicándome ella que a su marido le gustaba muchísimo y al decirle yo que le diese una sorpresa me dijo que no podía ya que hacía mucho que no podía satisfacerla por un motivo que no venía la caso. Yo seguí insistiendo y poniéndose colorada, me dijo:
– Hace mucho que no cato hombre.
Luego, cambiando de tema, me hizo un pedido y me fui pensando en como entrarle a aquella zorra y darle lo que tanto necesitaba. Pasaron los días y una tarde que terminé pronto de trabajar, me pasé por su tienda y vi a Chon colocando el escaparate de rodillas e inclinada. Llevaba una blusa estampada bastante escotada y sus enormes tetas asomaban por el gran escote. Yo la miraba entusiasmado y mi polla crecía cada vez más marcando un buen bulto en mi pantalón.
Como hacía calor, Chon se abrió otro botón dejándome ver como asomaba un precioso sujetador blanco de encaje que casi no podía contener aquel par de tetas enormes. Chon terminó de colocar el escaparate y al verme me saludó y me mandó pasar. Al entrar me fijé más en ella y vi que llevaba una falda recta negra por medio muslo, medias negras y zapatos con tacón de cuña, además de la blusa que transparentaba su precioso sujetador. Entonces se inclinó a recoger algo del suelo y su culo imponente quedó en pompa a la altura de mi polla y yo le coloqué el bulto de mi verga en su culo a la vez que la agarraba de las caderas y le apretaba mi polla en su tremendo trasero.
Chon se apartó de mí rápidamente y me recriminó lo que estaba haciendo pero la agarré y la empujé contra el mostrador quedando apoyada por los codos y mirándome sin decir nada.

Me coloqué frente a ella y comencé a acercar mi boca a la suya viendo como ella cerraba los ojos y entreabría la boca deseando recibir mi lengua en su interior. Cuando mis labios tocaron los suyos, Chon abrió la boca y nuestras lenguas comenzaron a jugar intercambiando nuestra saliva. Chon pasó sus manos por mi cuello y me morreaba como si le fuese la vida en ello mientras mis manos comenzaban a acariciarle su tremendo culo.
Al rato la separé de mí un poco y le metí la mano bajo la falda acariciándole los muslos, notando que llevaba medias de liga, y subiendo hasta tocarle la braga, que estaba húmeda. Se la aparté y le metí un par de dedos en el coño, que la muy cerda tenía encharcado. Luego separándome de ella, cogí las llaves, cerré la lencería, me la llevé a un cuarto que tiene en la parte de atrás de la tienda, le quité la falda y le abrí la blusa apareciendo ante mis ojos las tetas más grandes que jamás había visto.
A continuación la estiré en el suelo, le abrí los muslos y me tiré a comerle el coño empezando ella a gemir y tras unos cuantos lametones, se corrió en mi boca gritando como loca. Luego fue ella la que me hizo tumbarme en el suelo y tras sacarme la polla fuera del pantalón, se sentó sobre ella clavándosela muy despacio en su húmedo coño. Chon botaba sobre mi polla y sus tetas saltaban como melones y mis manos las agarraban para sobarlas y masajearlas, retorciéndole los enormes pezones.
Chon volvió a correrse sobre mi polla chillando, pidiendo más y más, botando y berreando como una cerda. Yo le agarraba con fuerza las tetas, apretándoselas mientras ella no paraba de gemir chillando, por lo que tuve que meterle una prenda en la boca para que se callase. Tras el orgasmo, se tranquilizó y me rogó que se la clavase en el culo así que la puse a cuatro patas y me coloqué tras ella con la polla muy tiesa, le separé las nalgas y comencé a chuparle el ano hasta dejárselo muy húmedo, apoyé mi rabo en el agujero y comencé a apretar metiéndoselo poco a poco para no hacerle mucho daño.
Cuando tuve media polla dentro y su culo se había amoldado a mi rabo, apreté con fuerza y se la clavé hasta los cojones. Chon chilló de dolor, yo me paré un momento pero enseguida empecé a entrar y salir de su culo comenzando a masturbarla con una mano en su coño por lo que ella comenzó de nuevo a gemir y el dolor dio paso a un nuevo placer. Estuve un buen rato follando aquel culo tremendo viendo como mi rabo entraba y salía de su cada vez más abierto ano hasta que Chon, apartándose de mí, me volvió a tumbar en el suelo, se puso sobre mí, agarró mi polla con una mano y se fue sentando sobre ella, clavándosela otra vez en el culo y comenzando a follármela a la vez que la muy puta se agarraba las tetas y se chupaba los pezones mordiéndoselos y lamiéndoselos como si fuese una zorra.
No pude aguantar mucho y acabé corriéndome en su culo en una de las corridas más abundantes y espectaculares que jamás he tenido.

La muy zorra comenzó a botar sobre mi polla cada vez con más rapidez para aprovechar toda mi leche que se perdía en su ano y la muy guarra apretó sus nalgas para que mi polla no se saliese cuando se comenzaba a deshinchar. Cuando Chon se levantó, sacando mi polla del culo, le vi el ano muy dilatado y como le resbalaba mi semen muslos abajo. Entonces ella se pasó la mano por el culo cogiendo los restos de semen y sin más se llevó los dedos a la boca relamiéndose como una guarra.
Aquella golfa se quedó tirada en el suelo, rota y exhausta de su tremendo orgasmo y al verla así, mi polla se puso durísima de nuevo y ella, al darse cuenta, exclamó:
– ¡Cuanto hacía que no lo pasaba tan bien!
– ¡Vamos, guarra, chúpamela! – le respondí yo acto seguido.
De rodillas se me acercó, me agarró la polla a dos manos, tiró de mi piel hacia abajo y mi capullo hinchado y sonrosado, apareció ante su golosa boca. Chon escupió sobre mi polla y con sus manos lo extendió por todo mi rabo para que su mano le corriese mejor al hacerme la paja y a la vez que me masturbaba con fuerza su lengua lamía mi capullo en una paja de infarto, pero cuando vio que yo no aguantaría mucho, agarró mi polla y la metió entre sus enormes tetas haciéndome una magnífica cubana durante un buen rato y la verdad es que sabía manejar muy bien sus grandes tetas y era todo una experta la muy cerda.
Cuando estaba a punto de correrme, se lo dije y la muy puta me indicó:
– ¡Échamelo todo en la boca!
No la hice esperar, me puse de pie siguiendo ella de rodillas y abriendo la boca a tope se la metí entera, comenzando a follarle la boca con fuerza, aunque ella se atragantaba y en ese momento saqué mi polla de su boca agarrándola de la cabeza con una mano comencé a pajearme frente a su cara y así comencé a correrme. El primer cuajarón de mi corrida golpeó los labios cerrados de Chon pero en el segundo abrió la boca y toda mi leche acabó en el interior tragándose mi tremenda y espesa corrida como una guarra.

Escurrí bien mi polla en su boca y con su lengua lamió todos los restos de semen de mi rabo y al mirarla vi como el semen resbalaba por su cara y como ella lo relamía y lo tragaba. Vaya putón que estaba hecha.
Luego nos vestimos, volvió a abrir el negocio y yo me fui a casa con mi pareja. Desde entonces Chon y yo nos vemos casi a diario y follamos como locos.
Un abrazo.